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Ambos por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

Gózenlo bbs~

XD

 

 

 

Tsuna escuchó un golpe dentro del apartamento, se quedó estático por unos segundos tratando de verificar que no se imaginó aquel sonido, pero aquello se repitió en menos de un minuto e inevitablemente se asustó. Escuchó como algo caía dentro de su hogar, en su cabeza miles de posibilidades cruzaron y se alteró, incluso soltó las bolsas para intentar abrir la única cosa que lo separaba del interior de su departamento. Ingresó lo más rápido que pudo, sin siquiera cerrar la puerta o quitarse los zapatos. Jadeó debido al miedo que le recorría el cuerpo, sus dedos empezaban a temblarle y su pecho era lo único que retenía a su acelerado corazón.

Tsuna vio a su novio lanzando algo con tanta fuerza contra una de las paredes, que sintió pánico, porque esa agresividad reflejaba lo alterado que estaba Kyoya. No dudó en correr hacia él y abrazarlo por la espalda para intentar pararlo. Jadeaba por la impresión del momento y a la vez sentía la respiración irregular del azabache que inicialmente intentó removerse entre sus brazos. Tsuna tiró de Kyoya hasta que sintió ese cuerpo relajarse y suspiró aliviado al detenerlo por completo. No sabía lo que ocurría, ni siquiera quería saberlo, pero sentía que era enteramente su culpa porque estuvo actuando tan horriblemente en esos días. Sin pensarlo sintió el escozor en sus ojos y soltó un sollozo ahogado en la espalda que lo acogía

 

 

—Tsuna — susurró al escucharlo llorar — Tsuna — Kyoya intentó girarse, pero el otro lo sujetó con fuerza, sin dejarlo moverse

—Kyoya — sollozó desesperado mientras lo abrazaba con más fuerza — lo… lo siento… yo

—Tsuna… bienvenido — Kyoya acarició esas manos que se posaban en su abdomen y respiró profundo antes de limpiar el sudor de su frente — no llores

—Es mi culpa — derramaba finas lágrimas al sentir que obligaban a sus manos a separarse. Sintió pánico al ver a Kyoya girar hacia sí, porque no quería ver el reproche en aquellos ojos azules — yo… lo…

—No llores — susurró mirándolo directamente. Esos cristalinos ojos se veían tan dolidos que se arrepintió de hacer lo que hizo — Tsuna — intentó limpiar aquellas mejillas mojadas, pero olvidó que sus dedos estaban llenos de colores pintorescos — rayos — refunfuñó cuando una ligera mancha se mostró en aquella piel

—Qué… ¿qué haces? — el castaño sintió el frío en su mejilla y sólo ahí se fijó en las manos que se alejaron de su rostro — ¿pi-pintura? — vio a Kyoya asentir y antes de que se alejara, atrapó esas manos manchadas entre las suyas — Kyoya yo…

—Estaba pintando de una forma diferente — explicó al ver la duda, miedo y angustia en esos ojos achocolatados

—¿Pintando? — seguía sintiendo el escozor en su mirada, pero sus lágrimas iban deteniéndose al percibir que Kyoya no lo miraba con rabia

 

 

Aun llorando, sollozando y sintiendo su pecho doler, Tsuna dio un vistazo a donde la furia de Kyoya se desataba hasta hace poco; todo estaba manchado de colores diferentes y parecía que en medio de todo eso había un lienzo. Limpió sus lágrimas con sus mangas y vio que éstas se manchaban también, sonrió sutilmente por eso y luego se fijó más en la persona a su lado. Kyoya estaba sucio, lleno de manchas amarillas en el rostro, unas pocas de color rojo y el resto de tonalidades manchaba su ropa. Jamás lo vio de esa forma porque Kyoya era demasiado cuidadoso cuando pintaba, puesto que odiaba ensuciarse demasiado. Rió bajito de pronto, porque lo que acababa de ver no era un ataque de ira o algo así… sino era… trabajo

El dolor de su pecho se fue de pronto, el alivio llegó en forma de una risa nerviosa en medio de sus lágrimas. Ni siquiera le importó mancharse y se abrazó a Kyoya con desesperación, de inmediato fue correspondido y eso sólo lo calmó aún más. Esas manos acariciaron su espalda y cabello, y a pesar de que al final terminarían hecho un desastre, poco les importó. Tsuna sólo quería sentir el calor que Kyoya emanaba, quería aferrarse a la persona causante de todo ese raro comportamiento en él y aunque sabía que también exageró un poco en el asunto, la culpa recaía en que no tuvo el valor para decirle a su pareja lo que le estaba pasando en ese periodo previo a su celo.

 

 

—Tranquilo, Tsunayoshi — susurró con dulzura mientras le besaba los cabellos — lamento haberte asustado

—Pensé que estabas enfadado y empezaste a… a romper todo — confesó mientras se escondía en el pecho ajeno

—Nunca haría algo así, lo sabes bien — lo abrazó y aspiró el aroma de su pequeño castaño… aunque no debería decirle pequeño puesto que Tsuna era mayor por seis años a él — yo no estoy enfadado

—También pensé que alguien e-estaba peleando contigo

—Eso suena más coherente — sonrió de lado, porque sí, aceptaba que era un tanto agresivo con quienes le colmaban la poca paciencia que tenía

—Lo sé… así te conocí — Tsuna soltó un par de carcajadas y se separó de Kyoya para mirarlo — ¿lo recuerdas?

—Oh… claro — dejó que esas manos se deslizaran por sus mejillas y él besó la palma que pasó junto a sus labios — ese ladronzuelo se metió con la persona equivocada

—Logré detenerte antes de que lo enviaras al hospital — sonrió ante el recuerdo. Junto con Kyoya las cosas no salían “normales”

—Se lo merecía. Así podría retomar el buen camino

—Fue raro… y esto también — rió mientras veía su ropa manchada, sus manos coloridas y sentía la pintura secarse en sus mejillas

—No quería ensuciarte, pensé que llegarías más tarde y tendría tiempo de arreglar todo

—Te ayudaré con esto entonces — sonrió como siempre debió haberlo hecho y Kyoya le devolvió el gesto con un poco más de sutileza

 

 

Una sonrisa, una caricia, un malentendido, eso bastó como para que ambos retornaran a la calma que siempre invadió su hogar. Recogieron las cosas que se regaron fuera del departamento, limpiaron el área de trabajo de Kyoya y la entrada. Tardaron un poco, pero al final se reían al ver el rostro del contrario manchado de colores. Tsuna suspiró antes de ofrecer bañarse juntos y para eso, quitó aquella cinta amarilla que puso hace días. Ya no necesitaba un limitante. No sabía cómo Kyoya soportó ser vigilado cada que ingresaba a la habitación por ropa para dirigirse al baño, y al terminar, en seguida volver a la sala… ahora Tsuna hasta se sentía culpable.

 

 

—Debiste pasarla mal — estaba parado a dos pasos de Kyoya, sosteniendo la toalla con que quitaron el exceso de pintura en sus rostros

—Estar lejos de ti me ponía mal, el resto no me importaba — aclaró mientras verificaba que la tina se llenara correctamente — dormir contigo entre mis brazos es lo que necesitaba

—Lo siento, Kyoya

—No importa, fui yo quien invadió tu privacidad

—Pero yo fui demasiado… extremista — sonrió con vergüenza antes de arrodillarse junto a Kyoya y besarle la mejilla — perdón

—Un beso normal — pidió acercándose al rostro ajeno — sólo así quedaré en paz — detalló aquel iris brillante, la piel delicada, el rosado de esas mejillas. Lo había extrañado demasiado

—Está bien — reía antes de unir sus labios con los ajenos y moverlos con timidez para volverlo un poco más íntimo. Sintió claramente como Kyoya aprisionaba uno de sus labios entre los dientes y suspiró antes de que lo soltaran — ¿así está mejor?

—Lo está — susurró antes de besarlo una vez más, rozando sus labios tantas veces como fueran necesarias para hacerlo reír. Adoraba la risa de Tsuna, su aroma cuando estaba contento y relajado. Adoraba cada detalle pequeño

 

 

Caricias en las mejillas, besos que sólo eran la unión de sus labios, risas suaves y avergonzadas mientras se despojaban de su ropa sucia. Miradas dulces y sin malicia mientras el uno ayudaba al otro a quitarse la suciedad, charlaban de todo un poco mientras veían el agua colorida deslizarse hasta el desagüe. Susurraban una promesa de amor y un pacto para no alejarse, mientras entrelazaban sus dedos cuando ya entraron en la tina y el agua tibia los cubría hasta la cintura. Después de haber quitado la pintura de la mayoría de su cuerpo, se quedaron abrazados o jugando con el agua caliente un rato. Besos furtivos y abrazos en donde compartían el calor a través del contacto directo de sus pieles. Sólo fue eso, porque era su reconciliación

 

 

—Quiero que veas algo — susurró Tsuna cuando ya tenía puesta su pijama y veía a Kyoya secarse el cabello con una toalla

—Está bien — acarició los cabellos húmedos de Tsuna y sonrió — deja que termine de vestirme — se levantó para buscar la parte superior del pijama que usaba — ¿o quieres que me quede así?

—Vístete — decía avergonzado porque lo descubrieron admirando el cuerpo ajeno, pero era imposible no ver la amplia espalda de Kyoya o el abdomen marcado por el ejercicio que solía hacer cada mañana

—Hum — sonreía de lado porque adoraba avergonzar al mayor de ellos, era un juego para él — dime… ¿cómo están tus padres?

—Genial — sonrió al recordar el confort que su madre le brindó, por eso fue allí — papá sigue negándose a aceptarte como mi pareja y Lambo igual — rió divertido — lo normal

—Iré a verlos algún día

 

 

Las ansias carcomían el cuerpo del castaño quien jugaba con sus dedos esperando que Kyoya terminara de arreglarse. Había decidido rebelar sus oscuras inseguridades, pero no era tan fácil de enfrentarlas cuando el momento llegaba con prisa. Al estar listos, Tsuna tomó las manos de Kyoya entre las suyas y suspiró profundo para darse valor, pues no estaba seguro de cómo reaccionaría su pareja. Kyoya lo sorprendió con un beso cálido, dulce, amable, una caricia en su espalda y cintura, un acto que le transmitió confianza y tranquilidad. Era hora de ser claros y sinceros. Tsuna entrelazó los dedos con los de Kyoya antes de guiarlo a la habitación donde estaba mudando algunas cosas, y cuando estuvo en frente de esa puerta, suspiró profundo. Abrió la cerradura con la llave respectiva, pero cubrió los ojos de Kyoya antes de ingresar. Temblaba, no podía evitarlo, estaba ansioso e inseguro

 

 

—No te enojes, Kyoya — advirtió antes de morderse levemente el labio

—¿Por qué lo haría? — susurró al sentir esos dedos separarse de sus párpados

—Por no decirte que… — Kyoya pestañeó levemente antes de elevar sus ojos para mirar su alrededor — que estoy listo para procrear — mordió su labio al ver la nula reacción de Kyoya y sintió su pecho oprimirse. Usó aquella palabra para definir su pesar, porque una “familia” era otra cosa, era algo que ambos deseaban y no solamente un acto instintivo que un omega tenía

—Has hecho esto — miró al castaño y antes de que siquiera dijera algo, lo besó en las mejillas y frente — y yo quise invadirlo. Ahora sé que soy un idiota por no haberlo entendido

—Lo siento — susurró Tsuna mientras dejaba sus lágrimas brotar. Tantos días guardándose aquel hecho para sí mismo, tantos días recriminando a su naturaleza por obligarlo a crear aquello para lo que no estaba listo — es que yo… yo no sé por qué lo hice ahora — en realidad sí lo sabía, pero no quería aceptarlo, no podía y no debía

—Tsuna — le rodeó la cintura con sus brazos — has hecho un nido

—Es exagerado — susurró mientras intentaba dejar de llorar y con sus mangas borraba el rastro salado en sus mejillas — apenas lo terminé esta mañana… y aun así no me atreví a decirte y escapé con mis padres

—¿Ellos lo saben?

—No… no me atreví a decirlo… pero creo que mi madre sospechó algo — hipaba a tal punto de sentirse ahogado en ocasiones, pero no podía detenerse

—Perfecto — susurró juntando su frente con la de Tsuna — me alegra ser el primero en saberlo y verlo

—Pero es muy pronto — se mordió el labio y ahogó un hipido. Ni siquiera tenía fuerzas como para decirle que al único que se lo dijo fue a su hermano menor, a Lambo, porque necesitaba desahogarse con alguien — eres demasiado joven para esto y yo… yo no quiero presionarte — se abrazó del cuello del más alto y sollozó con ímpetu — perdón

—Con este nido me acabas de decir que estas cómodo a mi lado, te sientes seguro en nuestro hogar y quieres tener una familia conmigo — acunó a su amado Tsuna entre sus brazos, elevándolo un poco para poder hundir su nariz en el cuello ajeno. ¿Cómo podría enojarse con algo así?

—Mi lado omega… lo quiere — temblaba, cerraba sus ojos para no enfrentar su realidad

—¿Y tú? — sintió a Tsuna tensarse, guardar silencio un momento, y suspiró — dime

—También — susurró apenado, dejando que su cuerpo se aferrara a Kyoya con fuerza. Odiaba sentirse atado a una necesidad “animal” — pero tú aún no… no debes atarte con esto y…

—Estoy muy feliz — susurró en el oído de Tsuna — más de lo que puedes imaginarte

—Pero apenas tienes 24 años — sollozó. Su labio inferior tembló, sus miedos se apoderaron de él de inmediato — eres muy joven y apenas estas iniciando tu vida como… artista… yo no quiero impedirte nada — suspiró profundo pero su llanto e hipidos no desaparecían

—Tsuna, deja de decir eso — besó esas mejillas y lo abrazó más fuerte, deslizando su mano por la espalda del mayor de vez en cuando — estaba esperando que tú me dieras una muestra como esta… porque quien quiere atarte a mí, soy yo

—No quiero darte problemas… no quiero ser un problema para ti

—No lo eres. No me das ningún problema, ni lo harás

 

 

Convencer a Tsuna de que todo estaba bien fue muy complicado, demasiado, tanto como para estar dos horas parados diciéndose muchas cosas el uno al otro, haciendo planes, convenciéndose de que estarían listos para tener hijos y por sobre todo… formar un lazo. Kyoya quería establecerse, quería estar con Tsuna toda la vida, estaba seguro de eso, pero el otro, el mayor de ellos y el que debería ser más maduro, no estaba convencido de esas palabras. Kyoya sabía que debería ser paciente, demostrarle su punto a Tsuna y por eso hizo una promesa… no vio otra forma de darse a entender

 

 

—No te marcaré en este celo. No lo haré hasta que creas que quiero estar contigo por el resto de mis días, Tsuna

—Eres muy joven — negaba una y otra vez. Nadie podría entender todas las horribles disputas internas que tenía, porque él mismo desconfiaba de su capacidad para asegurar el bienestar de una familia de más de dos personas… y porque temía que esas promesas se desvanecieran en el viento y le recordaran la época amarga por la que alguna vez pasó

—Son sólo seis años los que nos separan — la edad había sido un problema desde el comienzo, lo tenía en claro, más siempre luchó para vencer esa pequeña distancia y también para borrar el dolor que su pequeño cielo acunaba

—Es mucho para mí — refutó con lágrimas todavía

—Entonces te convenceré de que no es así, de que no estoy tomando la decisión por impulso — besó la frente de castaño y suspiró — pero hasta que logre hacerlo… déjame decirte una sola cosa

—¿Qué?

—Tienes buen gusto para hacer los nidos

 

 

Tsuna rió divertido cuando dio un vistazo a su gran creación, en donde solamente los colores blanco, lila y celeste predominaban. Un conjunto de ropajes, telas, almohadas, el oso de peluche que fue un regalo y poco después esa bufanda que Tsuna colocó, creaban un espacio cálido al cual ingresar con comodidad. Kyoya detalló cada cosa con rapidez, halagando cada porción de aquel lugar simbólico de un omega, el mismo que jamás debía ser invadido hasta que el creador lo decidiera. El castaño escuchaba en silencio, reconfortándose con la suavidad de la voz a su lado, del toque en sus manos debido a los pulgares ajenos y de los besos que su mejilla recibía. Al final, ambos se calmaron lo suficiente como para aceptar sus naturalezas. La una posesiva y hasta egoísta, la otra insegura pero maternal

El mayor de ellos reía cuando ambos se sentaron en medio del nido y se envolvían con la calidez que éste desprendía. Kyoya se aseguró de que Tsuna se sintiera cómodo mientras arreglaban algunas cosas, acomodaban otras, colocaban ahí los objetos que Hibari compró: abrigos, varios adornos de tela, un lirio aún vivo del florero. Se aseguraron de que todo estuviera adecuadamente colocado para que fuera cómodo para ambos, porque ese era el inicio de su nuevo hogar, porque el nido representaba una nueva etapa en su relación

Costaría un poco lograr que los dos se sintieran completamente cómodos en su relación, pero no era imposible y sólo se necesitaba de paciencia.

 

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

 

 

Les dije que el secreto no sería nada del otro mundo XD

Por otro lado, creo que con mis últimas tres historias se entendió que tomo la referencia de un “nido” de una manera diferente a la establecida por el omegaverse, espero se hayan acoplado a esto

Espero que les haya gustado, en este caso la historia avanzará un poco más allá de lo que es el nido en general, así que nos veremos dos veces más si es que no me equivoco

Muchos besos~

Las ama: Krat~ (aunque sean fantasmitas merecen amor XD)

PD: Ya no hago lemon, así que… quedan advertidas XD. Además, un lemon le quita la dulzura que quiero reflejar –o eso intento-.

PD2: Seguiré desapareciendo unos días (generalmente las historias cortas las actualizo diario porque son chiquititas, imagínense mis fics largos, pobres, ni siquiera reviso reviews últimamente por temor a que me descubran en mi distracción XD) hasta terminar con mis labores de la tesis… tengo un codirector estricto y estoy que me muero del miedo alv 


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