Al día siguiente, Prompto comenzó a despertar al sentir la luz tocar su rostro. Cuando por fin logro incorporarse un poco, vio a Gladio sentado en el piso junto a la cama mirando sus manos;
-buenos días- saludo el mayor, cuando el otro se volteo a mirarlo
-días- exclamo el rubio en voz baja
- ¿Cómo te sientes?
-un poco dolorido he he- respondió el rubio cuando el mayor volteo a mirarlo - ¿Gladio?
-lo lamento. - dijo el otro poniéndole una mano en la mejilla -Fui demasiado cruel contigo y además estaba muy borracho, pero eso no es escusa para lo que hice
-no te preocupes grandulón. No hay problema, yo entiendo, solo…
-debemos terminar esto, Prompto
- ¿Qué? - susurro el otro intentando sentarse, pero el dolor no se lo permitía
-no quiero volver hacerte algo como eso y mis celos me están volviendo loco
- ¡tienes celos porque quieres dude!
-exacto. - Gladio se puso de pie y se acercó a la puerta -Puedes irte cuando quieras, lo lamento. Avisare que no iras a entrenar hoy ni mañana- y salió por la puerta a paso rápido. El rubio se quedó mirando cuando comenzó a llorar;
-pero… no me fui… yo… me quedé aquí- dijo en voz baja mientras abrazaba la almohada y lloraba en silencio.
A como pudo, el chico se levantó, se vistió y salió sin ser visto por nadie.
Al llegar a la calle principal, vio que Noctis estaba estacionando junto a él;
- ¡Prompto! - grito cuando el otro lo miro con ojos llorosos - ¿estás bien? - el chico negó con la cabeza e inmediatamente, Noctis se bajó del auto y lo abrazo con fuerza, cuando el rubio estallo en lágrimas -Ven, vamos a casa- soltó de nuevo y montando al otro en el auto se dirigió hacia su apartamento que estaba un poco más adelante.
. . .
Después de dejar a Prompto en su casa, Noctis se dirigió a Palacio a gran velocidad. Al llegar se bajó de su auto y casi que corriendo se fue hasta el gimnasio buscando a su escudo;
- ¡Gladio! - grito furioso abriendo la puerta sin encontrar al mayor. El chico vio que sus cosas no estaban así que se dirigió al otro lugar donde sabía que estaría el chico, el despacho de su mejor amigo.
Por otro lado, Gladio se encontraba tirado en el sillón de Ignis, muy callado y suspirando;
- ¿ya me dirás qué paso anoche? - pregunto el de gafas desde su escritorio mientras digitaba, el otro suspiro de nuevo
- ¿Aranea te lo dijo no? - contesto volteándose y dándole la espalda a su amigo
-me contó lo que sucedió en el bar con el soldado Furia y luego que obligaste a Prompto a quedarse en tu casa. ¿Me dirás qué pasó después?
-yo... No lo recuerdo muy bien
- ¿ah?
-no quiero hablar Iggy...
-entonces deja de vegetar en mi oficina y vete a entrenar con Noctis o los Glaives
-no tengo ganas
-Gladio... - dijo el asesor levantando la cabeza en el momento en que su puerta se abrió de golpe y dejo mostrar a un muy furioso Noctis
- ¡¿dónde te escondes cobarde?!- grito con enojo cuando Ignis se puso de pie
- ¡Noctis Lucis Caelum! ¡¿Que son esas maneras de entrar?!- grito enojado
- ¡Gladio! ¡Muéstrame tu maldita cara!
- ¡oí! - dijo el otro levantándose del sillón y rascándose la cabeza - ¿qué es ese escándalo? - Noctis lo vio y corriendo hacia él, lo tomo del cuello de la camisa con fuerza y lo miro. Gladio se sorprendió y le puso una mano sobre el hombro -Cálmate amigo, no vayas a invocar nada
- ¡lo prometiste! - grito jalándolo y unas pocas lágrimas de rabia salieron de sus ojos -Prometiste no hacerle daño y vas.. y lo haces
-Noct calma. Hablemos de esto- exclamó Ignis separando al príncipe del escudo - ¿Qué fue lo que pasó anoche Gladiolus?
-yo... - el chico bajo la cabeza y se mordió el labio inferior
- ¡prácticamente violó a mi mejor amigo y luego acabo todo!
-lo siento
- ¿es otra tonta apuesta? - pregunto el de gafas
-no. - soltó Gladio y levanto la mirada, siendo penetrado por los fuertes ojos esmeralda de su amigo -Estaba muy ebrio y muy muy molesto... Le dije cosas dolorosas y luego... Lo obligue a que se acostara conmigo... ¡Pero yo no…! - el chico calló de golpe cuando sintió una fuerte bofetada que le dio el castaño
-te lo advertí... ¡Te advertí que esto pasaría! ¡Tus malditos celos te volverían loco!
- ¡Él no sé fue! - grito el príncipe cuando los otros volvieron sus miradas hacia él
- ¿ah? - pregunto Gladio
-tu... Tú le dijiste que, si se iba, todo acabaría. ¡Pero Prompto se quedó ahí! ¡Y aguanto lo que le hiciste porque sus sentimientos si son reales!
-lo siento ¡bien!
- ¡BASTA! - soltó el consejero acomodándose sus gafas. El silencio reino un momento, hasta que Ignis lo rompió - ¿Dónde está?
-en su casa. - contesto el menor -Lo encontré en la mañana y lo llevé a su casa. Estaba mal, en muchos aspectos
-iré a verle
-Iggy yo... - comenzó Gladio
-tú ya hiciste demasiado. - le cortó el consejero tomando su bolsa -Iré a ver inmediatamente a ver a Prompto e iré solo- agrego al ver a los otros dos. El chico suspiro y salió de su despacho.
El silencio volvió a reinar, hasta que Noctis se alejó hacia la puerta,
-como pudiste...- dijo cuando sintió que Gladio lo jalo del brazo y lo detuvo
- ¡lo sé, bien! - soltó el mayor con lágrimas en los ojos - ¡soy un maldito idiota!
-si lo eres
-quiero arreglarlo. Ayúdame- Noctis se soltó del agarre y abrió la puerta
--por hoy nada que hacer. Veremos si Ignis puede, pero por el momento.... No cuentes conmigo- soltó y se marchó dejando al otro solo.