Ignis condujo su auto hasta los suburbios y estacionó frente a la casa del otro.
El chico tomo su maleta, abrió y acercándose a la puerta de la casa, toco un par de veces esperando respuesta. Ignis toco nuevamente cuando escucho que se quitaba el seguro y Prompto apareció. El chico tenía los ojos exageradamente hinchados y rojos, pero le dirigió una sonrisa al otro;
-oh-... Hola Iggy- dijo con voz ronca
- ¿puedo pasar? - pregunto el otro cuando el menor le dio espacio.
Ignis entro y siguió al menor hasta la sala de estar. El consejero se estaba sentado cuando Prompto se sostuvo de uno de los sillones;
- ¿estás bien? - pregunto inmediatamente el otro y se acercó en el momento en que el rubio caía inconsciente.
Luego de un rato, Prompto comenzó a despertar y noto que estaba acostado en su cama y que Ignis estaba junto a él cortando una manzana;
- ¿qué paso? - dijo intentando incorporarse, pero siendo detenido por el otro
-tienes mucha fiebre y caíste inconsciente- dijo el consejero poniéndole otra compresa fría en la cabeza
-lo siento, tuviste que cargarme hasta aquí
-no fue nada Prompto. Además, vine por otra cosa, pero primero... ¿Has comido algo? ¿Quieres algo de tomar? Estas deshidratado
-agua está bien- contesto el rubio acomodándose mientras Ignis le servía un poco de agua en un vaso. El chico la tomo y volvió a recostarse.
El silencio se extendió por un rato, hasta que el rubio carraspeó;
-supongo que vienes por lo de ayer, ¿verdad?
-Se que Gladiolus fue un completo idiota contigo y también lo que hizo, por esa razón tu estado. - comenzó a decir el castaño cuando el otro le quitó la mirada -No vengo a disculparme por él, Gladiolus deberá hacerlo por su cuenta, pero si me gustaría que entiendas que él no es malo
-lo sé. Solo estaba molesto y muy borracho
-esa no excusa para lo que hizo, Prompto
-lo sé, pero no todo es su culpa. - el chico comenzó a llorar mientras Ignis le tomaba una mano e intentaba consolarlo -No sé qué pasó, por qué no me escucho
-cuando está en ese estado él no escucha- contesto el otro mientras el rubio lloraba.
. . .
Habían pasado varios días desde el pleito de ambos chicos.
Gladio evitaba completamente acercarse al área de los Glaives y ver a Prompto, aunque a veces era inevitable. Por otro lado, Prompto había faltado a su entrenamiento durante esos días por la fiebre y el día que ya se sentía mejor para volver, no le fue muy fácil.
Al principio, todos lo ignoraron, lo que era común en ocasiones, pero al final del entrenamiento, el chico decidió no cambiarse ahí e irse directo al cuarto de Noct quien lo esperaba afuera, cuando fue detenido por Allen y Yura;
-pero miren quien volvió y decidió huir de nuevo- dijo Yura tapándole la puerta cuando el chico intento abrir
- ¿es cierto que estabas enfermo Argentum? – pregunto Allen quitándole la mochila y poniéndosela sobre el hombro - ¿Quieres que te ayude?
-no gracias. – dijo el rubio jalando su mochila de nuevo y colocándosela sobre los hombros -Y si estuve enfermo, pero ya me siento mejor. No podía faltar mas
-si estabas enfermo, o simplemente el que te botaran te dolió mucho- se rio Yura ante la mirada llorosa del otro
-no sé de qué hablas
-claro que no. Seguro fue por que eres malo en la cama- comento Allen
- ¿ah?
-no te hagas el desentendido rubio, nosotros lo sabemos
-salías con el escudo del príncipe ¿no? – pregunto Yura tomando el mentón del pequeño cuando oyeron que la puerta se abrió
- ¿ya estas listo? – pregunto Noctis entrando por la puerta que estaba siendo bloqueada por Yura, ya que desde afuera escucho lo que estaba pasando
-príncipe Noctis- exclamaron al unisonó los otros dos soldados, seguidos de Prompto, que hizo una reverencia y salió antes que su amigo. Noctis se les quedo mirando por un momento, mientras que los analizaba.
Luego, sin decir nada, salió por la puerta cerrando esta, tras de sí. Cuando lo hizo, ambos chicos suspiraron y se miraron;
-parece que vamos bien- comento Yura acercándose a su casillero
-si seguimos así, desertará y por fin se irá- respondió Allen estirándose
-igual, estamos haciendo nuestra parte del trato. Solo falta que él haga la suya y todo estará bien. Podremos ascender rápidamente
-eso me suena fantástico-terminaron riendo mientras se cambiaban.