Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En aquel bosque. //NCT~ YuTae por CosmosLycoris

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No me volví a encontrar con Yuta por un par de días y eso me causó una especie de melancolía. Pensé en ir a buscarlo pero algo me decía detener las cosas ahora, antes de que se volvieran algo que no pudiera controlar. Es tan extraña esta sensación de tener a una misma persona rondando por tu mente todo el tiempo por más que te esfuerces en evitar dichos pensamientos.


Una tarde, después de mis clases, me encontraba mirando por la ventana, decidido a no salir. Reflexioné sobre la crueldad del ser humano que impone su poder ante cualquier cosa, ¿cómo podemos ignorar algo tan precioso y vital como la fauna y flora de una foresta? Tan despiadados somos que nuestros intereses solo causan efectos colaterales nada favorables para el ambiente y por consecuencia, para nosotros mismos.


El bombardeo de pensamientos negativos se vio interrumpido por una extraña visión que creí era fruto de mi imaginación, mi mente desgastada me causaba alucinaciones, creí: vi como una estela de flores violetas crecían sin más ni más. Bajé pronto para cerciorarme de tal imposible evento, sin antes tomar mi cámara; y sí, se formó una especie de alfombra de pequeñas flores, totalmente salidas de la nada. La seguí de un constado para no pisar las plantas al mismo tiempo que le tiraba una que otra foto. Al final del camino estaba él, la persona más hermosa que había visto. Yuta me saludó con un gesto de manos y no pude desviar la mirada, por alguna razón sentí incorrecto el mirarlo. Se acercó a mí:


-Por fin te dejas ver, han pasado días. ¿No me digas que te asusté con lo de la otra vez?


No sé qué era más raro, si el hecho de que acabo de ver un suceso nada natural o la explosión de sentimientos causadas por este chico, me di el privilegio de la duda. Mi pánico de hablar con la gente surgió de nuevo, había desaparecido desde los tiempos en la que cursaba la secundaria. Yuta contestó:


-Ya veo, eres de pocas palabras. No me molesta, puedo lidiar con ello.


Extrañamente esas palabras me tranquilizaron.


-¿Quieres caminar por allá?


De nuevo no acaté a las indicaciones que mi cerebro se esforzaba en darme y accedí. Iba detrás de él con la cabeza gacha, noté sus hombres anchos, era ligeramente más alto comparado conmigo pero supuse que era por la edad y su silueta, de una geometría precisa, por un instante me pareció haberla visto antes. No pude seguir pensando en ello ya que el otro me preguntó:


-¿Qué edad tienes?


Con voz queda le respondí:


-Recién cumplí diecinueve.


Un nudo en la garganta se iba formando en mí, por desgracia se transformó en un balbuceo vergonzoso:


- ¿Y tu edad cuál es?


Tardó demasiado tiempo para contestar esa simple pregunta y al fin declaró:


-Veintiuno.


Un anhelo desconocido para mí empezó a surgir, quería seguir escuchando la voz de aquel muchacho, me daba curiosidad saber más. Mi mente divagaba y no me fijé cuando el que estaba frente a mí se detuvo de pronto y sin poder evitarlo, choqué con él. El golpe fue tenue pero el contacto con su cuerpo hizo que se acelerara mi ritmo cardíaco. Yuta olía a miel o probablemente como la briza de un río... Me indicó que no hiciera ruido posando su delgado dedo índice sobre sus labios, sus labios rosas... Seguidamente acercó su rostro a mi oído y susurró unas palabras, mi cuerpo reaccionó incontrolablemente y odié esa sensación nunca antes ocurrida.


-Allá, mira. Hay un zorro rojo en esa dirección. Si tienes cuidado puedes tomarle foto.


La última frase, me hizo reaccionar y de forma experimentada encontré el ángulo perfecto para captar al animal silvestre. Al notar nuestra presencia corrió en busca de resguardo. Estaba maravillado por el acontecimiento y sin darme cuenta esbocé una sonrisa que creí haber olvidado cómo hacer.


-Deberías sonreír más seguido, no puedo creer lo apuesto que te vez con esa expresión.


La borré en seguida y casi se me sale un "¿qué te pasa?" ante tal sorpresiva declaración. Escuché su risa, seguramente se estaba burlando de mí... y no me importó realmente, Yuta reía y me invadió una sensación de bien estar.


Sin duda este chico es el alma libre que nunca fui, tenía una convicción fija sobre sus creencias pero podía ser tan relajado como las hojas cayendo en otoño. En el trayecto me contó un poco sobre la historia de ese bosque y todas sus palabras eran narradas con pasión, yo me quedaba corto con los conocimientos limitados a libros sacados de bibliotecas e información proveniente de blogs de internet. Tan carismático como sabio: podía explicarme con determinación el complejo proceso de la metamorfosis de una mariposa como de la nada sacaba un chiste malo haciendo juegos de palabras de las cuales solo a él le causaban gracia pero resultaban ser agradables. Terminando el día me acompañó hasta el punto donde nos habíamos encontrado.


-Te enseñaré más animales y flores. Pasa a verme.


No me daría cuenta de lo rara que sonó esa propuesta hasta el momento en la que me encontraba mirando el techo, acostado en mi cama. Parecía referirse al bosque, como si fuese su misma casa.

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).