Estaba más que seguro que había perdido la noción del tiempo luego de haber acabado con su víctima, aquella mujer pez que de verdad había demostrado ser toda una joya, había sido tan perfecto poder acabarla que lleno de emoción y una determinación por seguir devorando a sus presas, había salido corriendo, como un cachorro que recién a aprendido a correr, corre por todos lados, pasa por Waterfall, atacando a tanto ser vivo encuentra
La sinfonía de gritos comienza con sus ataques, la emoción le embriaga, es como el paraíso para el… hay tantos enemigos a los que poder matar, corre y ataca, algunos pocos logran apenas encender la llama del instinto asesino que le carcome, corre y ataca únicamente con sus colmillos ya bañados en tantos tipos de sangre que le crea un nuevo sabor extasiante, le encanta la idea, el sabor a sangre le enloquece y los pobres intentos por ataque de sus enemigos le hacen divertida la experiencia…
Corre, salta, ataca, destruye y asesina o en todo caso, si ni siquiera se han podido defender, solo muerde y continua corriendo, ha recibido varios golpes de algunos intrépidos que ayudan a mantener viva su llama de deseo, pero es poco el tiempo que duran sus presas, por lo regular solo escucha los gritos de terror, la magia borbotea en su ser cuando observa cómo sus presas corren despavoridas lejos de él, dándole más emoción al momento; su carrera se reanuda después de atacar a alguna de sus presas, la siguiente que ve, a veces la más lejana, a veces la que parece tenerle mas pavor… es difícil para el decidir a quién atacar después, pero le gusta
En algún momento llego a un lugar lleno de nieve, miro a todos lados solo deteniéndose un momento para observar el lugar… que curioso, le parece de algún modo familiar el lugar, su mente se nubla al ver a lo lejos a sus presas corriendo, su cola se mueve con emoción, comienza a correr; la nieve le hace difícil el poder correr, le llega a 10 centímetros arriba de sus patas así que le crea problemas, pero eso es aun mejor, le hace más entretenida la cacería
Corre, salta, vuelve a atacar y desangra a sus enemigos, los deja débiles, los deja desprotegidos, le divierte lo que hace, salta de nuevo, ataca a su siguiente víctima… en ese lugar lleno de nieve hay mas presas que en el anterior lugar, la emoción lo embriaga y continua atacando… corre, corre y corre a más no poder, su boca ya esta cansa da de tanto morder pero sus instintos no pueden ser frenados aun cuando el también quiere descansar… ve a gente corriendo en dirección a los bosques ¿Un bosque? ¡¿Esto puede ser aun más perfecto?!
Uno por uno, cada una de sus presas, cada una de sus víctimas, algunas desangrándose entre tanta nieve, otras que lucharon y que ahora son solo un montón de polvo barrido por un viento frio, el continua corriendo, atacando a tantos como puede, chocando de cuando en cuando contra algún que otro árbol que detiene su camino, a veces sus presas intentando inútilmente atacarlo… los que quedan se vuelven más fieros, más atrevidos, esta vez, uno le ha acertado un buen golpe entre la cara, le dolió bastante pero no lo suficiente para detenerlo
En un simple salto acaba con la vida de otro sujeto inútil, corre tan rápido como ha notado que el ser se vuelve polvo, mira un momento su ropa ¿Hace cuanto que se mancho de polvo y sangre? Bueno no es de importancia para él, así que salta a su siguiente presa, esta vez le atacan con magia, la esquiva con “facilidad” se siente cansado ¿Desde hace cuanto que está jugando a cazar presas? No sería tan mala idea el poder tomar una diminuta siesta y poder recuperar las energías perdidas entre tanto juego
El último ataque sí que le llego de lleno pero no le quito vida ¿Qué había pasado? No tiene ganas de pensar mucho al respecto así que salta, mordiendo directo en la tráquea del segundo sujeto en pie, rompiendo el cuello su vida se extingue, su boca tiene la suerte de probar sus sangre antes de volverse polvo, escucha ahora un último grito. Soltando lo que restaba del polvo y las prendas que sujetaba con fuerza, levanta la mirada al frente donde un monstruo con la forma felina lo mira con pavor, sentado de trasero y de espalda contra un tronco. Da un paso con una de sus patas y aquel monstruo comienza a gritar con una chirriante voz peor que la de las mujeres, un momento… ese monstruo apesta
Se ha orinado
No, es un desperdicio ese monstruo, pero sus gritos le hacen molesto el poder concentrarse tranquilo, se agazapa aunque ambos se miran directamente a los ojos, se inclina lentamente, con movimientos elegantes, sin apartar la vista de su enemigo, demuestra sus fauces, aquellos colmillos manchados de tanta sangre y polvo, el monstruo grita aterrorizado, el ya no lo soporta más y salta a su ataque
… … …
Con un ataque había logrado callar los molestos y estúpidos gritos de su víctima, en su momento le pareció divertido, incluso le hizo creer que podía escapar pero, de verdad no había ganado nada bueno, ni siquiera se había divertido como con las presas anteriores, aun así, puede descansar de esos estúpidos chillidos que le lastimaban sus sensibles oídos, la sangre escurre y le crea ligera comenzó allá por donde chorrea, al ver sus patas cubiertas de nieve, sangre y polvo saca su lengua echa de magia roja, comenzando a lamer para limpiarlas aunque sea un poco mientras su mente se desprende al pasado cuando despertó en aquella jaula metálica oscura
Al menos eso había sido hasta que un grupo de huesos le habían encarcelado, con ayuda de su magia se tele transporta lejos, viendo con molestia a su nuevo enemigo… un esqueleto de gran altura y delgado que le mira con sorpresa… el parpadea confuso, rayos, no se había dado cuenta de su presencia… tal vez si sería una buena idea dormir un poco después de tanto ejercicio… pero primero
*mas… mas… quiero más sangre* su mente puede formular apenas ese grupo de palabras, se agazapa delante del esqueleto que le mira fijamente, tal vez con una pizca de sorpresa, tal vez con desconcierto… ¿Por qué siente algo incomodo cuando lo ve? Gruñe con molestia… ese bastardo tiene una mirada que no le gusta, no quiere atacarlo y matarlo… o tal vez sería lo mejor para así dejar de sentir lo que sentía, si, es mejor acabarlo de una vez y de un solo golpe
-Sans…- su intención de ataque muere junto a sus fuerzas, como si fuera un balde de agua fría, el nombre le cae y le hace sentir que conoce de algo esa única palabra… sus ojos se abren, el desconcierto le merodea volviendo por un momento que pierda la idea de que es el suelo de nieve y que el techo de piedra sobre su cabeza, se ve forzado a sentarse en su lugar, tomando su cabeza con sus manchadas manos de sangre, polvo y nieve
-Sans, soy yo ¿Me reconoces?- su voz, demandante pero de algún modo fraternal le hace ver al frente, aquel esqueleto no se ha movido de su lugar pero se ha arrodillado delante de él, extendiendo una de sus manos enguantadas en rojo, el otro lo mira… ¿Sans? ¿Su nombre, era Sans?
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Estupidez, sabia fácilmente que lo que estaba haciendo era una estupidez, el había visto el momento en que asesinaba al último monstruo y a los anteriores, el había llegado a tiempo, pero no creía que ese fuera su hermano… Sans no estaba actuando como “normalmente” solía hacerlo, ese no era “del todo” su Sans… es decir. Era su hermano, de eso no había duda, era el único esqueleto de tamaño bajo, rechoncho pero de un modo estúpido “adorable” era el único de chaqueta y bermudas negros y de afilados ojos carmesí…
Pero también era cierto que su hermano no tenía un par de orejas peludas negras ni una cola esponjosa del mismo color que se movía insistente… cuando la batalla termino y observo que su hermano se sentaba como si fuera un perro, comenzando a lamer una de sus manos cerrada en puño como si fuera una pata, fue en ese momento que él trató de encerrarlo en una prisión de huesos, pero no contaba con su tele transportación o tal vez solo pensó que Red no lo recordaría y que en el mejor de los casos, no lo usaría
Lo observo en silencio al pelear, sabía que su hermano era aterrador al pelear, pero hasta el había visto en su pasado como peleaba, conocía sus tácticas sanguinarias y geniales y lo que había visto hoy, en ese momento no era nada comparado con lo que su hermano hacia, eran tácticas tan diferentes como extrañas y ajenas a su hermano Red… Red era perezoso, pero un completo asesino despiadado… si bien ese último punto no cambiaba, lo que si cambio fueron sus formas de atacar. Se olvido de atacar con magia, se fue directamente contra sus enemigos cuerpo a cuerpo, aun sabiendo que solo tiene uno de vida, fue golpeado pero no pareciera que le afectara, actuó mas con un instinto animal que con su lógica y estrategia perfecta, apenas era la primera vez en toda la pelea que le veía usar su propia magia… solo había usado sus colmillos y sus manos a forma de fuertes garras, no mas, no menos
Red había incluso actuado como un animal, un perro tal vez… o…
*un lobo* recordó entonces que Red había peleado contra el lobo que lanza témpanos de hielo… y que había sido atacado… algo le hizo click en su mente, sonaba estúpido y loco, pero su instinto le decía que algo de eso ha tenido que ver en gran medida con lo que ahora la pasa a Red, se mantuvo serio, su momento de estupefacción había acabado y ahora la tela de la confusión se disipaba suavemente para observar como su hermano, agazapado en la nieve y dispuesto a atacar lo veía fijamente…
-Sans- le llamo esperando que le reconociera, era claro, por su mirada que no le reconocía, ni siquiera le había llamado, ese no era el Red que el recordaba de siempre, pero también estaba lo más preocupante para Edge en ese momento; su alma enferma y lastimada… tenía que curarlo de inmediato o ponerlo bajo observación, la enfermedad estaba avanzada en su alma, tenía que hacer lo que fuera para ayudarlo a sanar y si ese idiota de su hermano no se atendía cosas peores le pasarían..
Observo solo en ese momento, cuando lo llamo por su nombre, como su rostro agresivo, amenazante y dispuesto a atacar cambio drásticamente a uno de sorpresa y desconcierto, junto a su rostro que demuestra su clara sorpresa, Sans se ve obligado a sentarse en la nieve, tomando su cabeza con sus manchadas manos de sangre y polvo junto a la nieve, trata de hacer masaje en la misma, aunque para desgracia lo que logra es lastimarse con sus propios dedos que parecen afilados como garras…
-Sans, soy yo ¿Me reconoces?- pregunta lo mas “amable” que sabe que puede lograr, bien, ese tipo de acciones no soy muy lo suyo, pero por lo menos puede ver qué Red reacciona a su nombre y a él… algo mas, Edge debía de hacer algo mas y lo único a lo que atina es a arrodillarse delante de él con una de sus rodillas tocando la nieve, extendiendo una de sus manos en su dirección… Edge espera que eso sea suficiente para hacer volver a la realidad a su hermano… tiene que hacerlo
-grrrrrrr… graaaaaaaaaaaa- intento acercarse a él… su rostro parecía confuso, ¿Estaba consciente de lo que pasaba? Incluso Edge trato de llamar a su hermano, de hacerlo reaccionar y que volviera a la realidad… pero la confusión de Red se vuelve desconcierto y su desconcierto en un instinto asesino… una gruesa tela cubre sus sentidos más racionales y antes de que Edge pueda hacer algo para evitarlo ya se encuentra siendo atacado por su propio hermano
-waa… ¡Sans!- demanda molesto, esquivando de milagro el primer ataque del mismo; al ponerse de pie y ver a sus espaldas, Red se encuentra agazapado, gruñendo y con sus nuevas orejas peludas inclinadas hacia atrás, gruñe más de la cuenta y muestra sus colmillos llenos de sangre, está dispuesto a atacarlo, de eso no tiene duda el esqueleto más alto
-Sans… no soy tu maldito enemigo, así que será mejor que te controles antes de que me hagas enfadar- demanda molesto, señalándolo con un dedo y esperando muy internamente que eso sea suficiente para calmarlo
Lo siguiente que escucha es un aullido de lobo creado por el mismo Red, su rostro inclinado hacia arriba como si de verdad fuera un lobo, seguido de diversos ataques del mismo… Edge tiene que dar las gracias de que no solo había sido entrenado por Undyne sino antes también por Red o nunca hubiera podido esquivar sus abrumadores ataques violentos. Otra gran ventaja que tenía en ese momento Edge era que Red no estaba peleando directamente con sus poderes y magia, sino de un modo más primitivo y violento, mas instintivo y salvaje que ayudaba en gran medida a tenerlo bajo cierto tipo de control…
-maldita sea… Sans no quiero lastimarte pedazo de imbécil- gruñe molesto, lanzando ataques para que el mismo pierda el equilibrio y poder controlarlo o que por lo menos no ataque con tanta facilidad… pero entre mas lo intenta, Red se vuelve mas y mas violento, mucho más rápido y más salvaje, Edge tiene la oportunidad de ver entre los ataques de Red como su mirada pierde el brillo característico del mismo, su agresividad y esos instintos salvajes lo dominan a tal punto que teme el más alto que pierda a su hermano de seguir las cosas así
-¡Detente! ¡Es una orden!- demanda, notando que por un momento, Red abre sus ojos sorprendido y al siguiente le gruñe con mas molestia… ¿Fue una buena idea?... tal vez no
-graaaaaaaaaaaaaaaaaaa- el rugido de Red y su creciente violencia así como agilidad aumentan con su orden, Edge puede suponer que no fue “del todo” una buena idea lo que ha hecho, pero no tiene de otra, no solo no puede retractarse, sino que no tiene ni idea de cómo controlar a su ahora “salvaje” hermano
-tks, bien, tú te lo has buscado- gruñe, esta vez poniéndose serio, se endereza, señalándolo con su mano derecha, chasquea rápidamente sus dedos, un montón de huesos comienzan a aparecer alrededor de Red quien, apenas observa la situación comienza a correr en diferentes lados del campo de batalla, escapando de los ataques de huesos que procuran sujetarlo y no lastimarlo, Edge pronto se ve cansado de la situación y de saber que Red trata de atacarlo con esos filosos y manchados colmillos sangrientos, pronto, la batalla que comienza a la distancia se vuelve una cuerpo a cuerpo, Edge ha logrado salir apenas de los ataques con varios rasguños a sus huesos y en especial a su ropa… en un último momento, ya cansado de no poder acertar ningún golpe a su molesto hermano, ha tomado un hueso de color rojo y en un último movimiento de ambos hermanos, Edge cerró sus ojos al ver que Red se abalanzaba encima suyo, el solo ha lanzado su ataque de hueso con fuerza
Lo siguiente que se escucha es el gemido lastimado de un animal, Edge abre sus ojos encontrando a su hermano sujetando su rostro con dolor… tal parece, cómicamente le ha golpeado entre los ojos dejándolo ciego. No lo piensa demasiado, se lanza a su hermano y se quita la bufanda para colocarla en el rostro de Red, escucha su creciente movimiento violento, está tratando de liberarse de su agarre pero esta vez, Edge lo tiene sujeto, incluso tomándolo de sus manos, lo aferra contra el suelo
-¡contrólate maldita sea!- ordena molesto, colocando una de sus piernas en la espalda del contario, aferrando las manos del mismo al suelo y haciendo una presión semi cuidadosa para no lastimar su único hp de vida, sin embargo, el que su hermano se removiera como un animal y que le gruñera no solo no ayudaba sino que le estaba haciendo colmar su paciencia que de por sí, todo Underground sabía que no era mucha… al final, ha optado por soltar un último golpe, en el único lugar que sabe, puede dejar inconsciente a su hermano sin poner en peligro su vida
Un golpe directo a la nuca en una zona especifica que alguna vez su hermano le enseño por si estaba en apuros, es el arma perfecta para dejar fuera de juego al mismo Red y que Edge pueda respirar por fin con tranquilidad… aunque fuera por poco tiempo. Sabía perfectamente que Red era fuerte, demasiado fuerte para ser alguien que pueda andar “tranquilo” mucho tiempo y en especial tomando en cuenta en la situación en la que al parecer se encontraba
Se enderezo aun encima de su hermano, buscando con la mirada entre el vacio del bosque y la nieve, no tenía ni la mas mínima idea de que hacer exactamente con su hermano, no había que ser un genio para saber qué Red había causado todos los ataques, aunque le parecía de cierto modo extraño, el no actuaba así; una vez más, volvía la idea de que la última batalla que había tenido con el lobo de los bloques de hielo había tenido algo que ver… ¿Nadie había visto que fuera Red el que ataco? Si eso era cierto y estaba más que seguro que así lo era, tenía la oportunidad de aprovecharse de aquella situación en especial… si nadie había visto a Red, podría decir que el acabo con el maldito monstruo que se había vuelto loco y que su estúpido hermano había sido otra víctima más… si, la historia podía concordar, después de todo Red había matado a todos los que llegaron a verlo y a los que no, solo los hirió de gravedad, con tanta velocidad que ni las cámaras de Alphys podían verlo bien… si, iba a funcionar
Como pocas veces, Edge agradece a Red por los regalos que le hace, no solo los guantes geniales, sino la bufanda que le hizo cuando niño, ahora, esta sirve perfectamente para ocultar parte de su rostro, principalmente sus orejas peludas y su ahora cola de perro, es lo más perfecto para llevarlo por todo Snowdin de vuelta a su hogar