Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seropositivo [KiriBaku] por Asamijaki

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

"Seropositivo"


II


•Fragmentado•


— ¿Qué sucede? —Preguntó la chica alíen, al observar al ya semi pelirrojo mirar su celular. Se encontraba cómodamente sentada en la sala en común de la sede a la que ambos pertenecían, ya era de noche, uno de esos momentos libres en los que les permitían relajarse.


—Me está ignorando aún más de lo que hacía antes... —Murmuró con los labios fruncidos, por inercia la muchacha ya sabía de a quién se refería, Red Riot deslizó aquella toalla por sus húmedos cabellos, secándose un poco. —Comúnmente me respondía mínimo con un "ok" o "Muérete, Kirishima".


La chica no reparó en reír ampliamente, las carcajadas de esta hicieron que el pelirrojo sintiera un leve calor en sus mejillas, un tanto por la vergüenza, por supuesto, debía dar un tanto de pena ajena quejarse por algo así.


—Vale, Vale. —Mina le dio unas palmadas en el hombro, mientras calmaba su propia risa, el más alto se dejaba caer a un lado de ella, en el sofá de la sala compartida. — ¿Y cómo te ha ido con eso del apartamento? No me has mencionado nada desde aquella vez, creí que me ibas a pedir consejos, me siento olvidada.


—He encontrado algunos buenos en Tokio, no quería molestarteya que estos últimos meses han sido realmente pesados con la reconstrucción de la ciudad. —Divagó un poco— Pero está bastante cerca de la agencia donde Blasty planea conseguir un puesto. —Sonríe al hablar de sus planes futuros. Ashido suspira con una sonrisa al verle tan entusiasta. —Aunque, aún falta proponérselo en primer lugar...


Hubo un corto silencio. Kirishima sabía lo que su amiga iba decir.


— ¡¿No sé lo has mencionado?! —Se exaltó, haciendo que el otro se escondiera en sus hombros por reflejo. —Hombre, tienes que consultarlo con él antes que nada si quiera.


—Lo sé, lo sé, —Repite dos veces, alzando las manos como si intentara testificar su inocencia. —Pero cada vez que quiero hablar por teléfono, me dice que está ocupado y no creo que sea lo más adecuado sólo mandarle algún mensaje, que ni siquiera lee, —suspira con cansancio. —Cuando lo vea en persona se lo diré.


—Vale, pero no te atrases en ello, es mejor que sepa tus planes antes de hacer otros por su cuenta. —mencionó en un leve regaño. —Aún me sorprende cómo conseguiste un buen lugar con parte de la ciudad hecha trizas.


—Tamaki-senpai me ha ayudado muchísimo. —Mencionó riendo levemente. —Oh, creo que cuando nos hayamos establecido fijamente, podré dar el siguiente paso.


— ¿Dar pública la relación? El que vivan juntos ya es un hecho bastante atrevido. Las paredes de Tokio oyen, y las cámaras de los reporteros estarán pendientes de cada movimiento, como un tigre acechando a su presa en la selva de asfalto. —Entrecierra los ojos, doblando su torso un poco para alcanzar la soda que había asentado en la mesa del centro


—No vas a asustarme con eso, Ashido. —Mencionó, mientras hacía una mueca incomoda, desviando sus orbes rubí hasta el otro extremo de la habitación.


—Pero en serio, Kirishima, —Intentó sonar más seria. — ¿Han hablado alguna vez del tema? —Adentrándose más en aquel delicado tema, asentando su mejilla sobre sus rodillas, mirando con sus orbes ámbar aquella pecera que adornaba la mesa del centro, mientras pegaba el borde de la lata en sus labios, sin tomar ningún sorbo. —Bakugou desde antes de entrar a UA es alguien que ha querido mantener un historial de su carrera impecable, y algo como lo suyo puede poner en peligro todo lo que ha construido, lo sabes, ¿Verdad? —Hizo una breve pausa. —De ser por él, el que sean pareja seguiría siendo un secreto a voces en la academia.


—Lo sé. —Afirmó, haciendo que la otra enfocará su atención en él. —Blasty se ha esforzado mucho en ello, no obstante, soy bastante egoísta, Ashido. —sonrió tristemente, exhibiendo con duda sus puntiagudos dientes, no obstantes, era evidente que le costaba tocar el tema. —Lo he sabido desde antes, pero no quiero dejarlo ir aún. —Murmura aquello último, subiendo sus piernas al sillón, para usar sus rodillas para ocultarse un poco en ellas. — Pero te aseguro que no hubo, —Un breve silencio, reformulando sus palabras—, no hay día en que no piense en ello. Y he llegado a una conclusión.


Mina estaba completamente atenta a aquello, nunca antes hablado abiertamente de eso, comúnmente cuando Kaminari, Sero o ella querían llegar al asunto, rápidamente lo esquivaba. No se imaginaba que por sí mismo, lo había estado pensando durante esos años. La mirada de Eijirou se asomó de nuevamente de su improvisada barrera, encontrándose con la suya.


— ¿Qué conclusión? —Le interrogó, al haber llegado lo más lejos que había podido, necesitaba una respuesta definitiva.


—Si Bakugou quiere dejarme no intentaré detenerlo, pero mientras tanto, quiero disfrutar estar a su lado, aunque sea un secreto para el resto del mundo.


(...)


— ¿Te rechazó? —Izuku preguntó, mientras bebía de una caja de jugo de manzana, la cafetería de la institución era enorme, mucho más grande que la misma UA. Lugar ideal para los lamentos del eléctrico, o eso parecía.


—Ni siquiera me ha dejado confesarme, me ha echado de su habitación a patadas. —Bufó con molestia, cruzándose de brazos.


—Porque has entrado a su habitación sin tocar, mientras se estaba cambiando. —Mencionó Shouto, neutro como siempre, sentado enfrente, al lado de Tenya.


—Es una falta de respeto invadir así la privacidad de una dama. —le secundó el ex presidente de la clase.


— ¡Qué fue un accidente!


—Maldita sea, cállense, bastardos. —con molestia, Bakugou golpeó la mesa. Estaba demasiado ocupado pensando en sus problemas, como para que otros estén lamentándole tan estruendosamente durante la hora del almuerzo, al menos.


Desde la llegada de Denki y Hanta, las cosas habían sido el doble de molestas. Todo el tiempo el azabache se lamentaba estar lejos de la muchacha de cabellos y piel rosados, ahora Kaminari no paraba de manifestar su dolor ante sus innumerables declaraciones fallidas.


No obstante, lo que culminó el vaso, fue aquella revisión médica. Después de aquello, había tenido que ir frecuentemente con Covery Girl para saber cómo sobre llevar aquello.


Podían ser una sociedad muy avanzada gracias a las particularidades que diversas personas manifestaban, pero la cura contra enfermedades como el cáncer o SIDA aún no llegaba, sólo tratamientos para hacer menos doloroso y lento el proceso de degeneración en cada una.


Y ahora, a casi una semana después de su diagnóstico, Kirishima había anunciado que iría ese mismo día, a que le hagan entrega de su reconocimiento como un héroe. Pues por fin, había llegado el día que se suponía sería el más feliz de sus vidas, o marcaría un comienzo nuevo y exitoso por el cual se habían preparado tanto tiempo. No obstante, para Katsuki no podía ser peor.


Su diagnóstico era simplemente de no creerlo, ¿Dónde mierda se había infectado de VIH?


Siendo un héroe sin licencia, no se le permitirá donar sangre, no se había inyectado nada... Pero aunque lo quiera negar, aún existía una posibilidad de saber el origen. No estaba del todo seguro, pero debía indagar en los hechos de esa noche. Y para ello, necesitaba tiempo que no tenía. Mañana era la ceremonia.


Pero Bakugou, ¡Estoy sufriendo!


— ¿Y eso a mí, en qué me afecta?


—En nada, pero....


—Entonces sufre en silencio, bastardo.


La risa de Hanta anunciaba su regreso, se había alejado un tanto para atender la llamada de su ahora novia. Al parecer, cierto par estaba en camino. No sabía cómo diablos iba a ver a Kirishima a la cara.


(...)


Katsuki se había quedado en su cama, la litera no era cómoda, pero era la última noche que iba a usarla. El pequeño frasco lleno de pastillas pasaba de su mano al aire en repetidas ocasiones, después de hacerle unas pruebas más (dos confirmaciones con la prueba Elisa), Covery Girl le había dicho que debía iniciar con la medicación inmediatamente, pero igual le advirtió que podía tener efectos secundarios, como dolores de cabeza, mareos o inflamaciones. Si de por sí ya era irritables, no se imaginaba con un verdadero dolor de cabeza encima.


Aún así, tenía entendido que el tratamiento antirretroviral (o TAR para abreviar), era una manera de hacer menos propenso el contagio. Aún pensaba sobre ello. No tenía idea de cómo sería su calidad de vida a partir de ahora, aún no había afinado detalles con aquella anciana.


La puerta del dormitorio compartido se abrió de un golpe, Katsuki cerró su puño y escondió el pequeño bote bajo la almohada. Se dio vuelta y fingió estar dormido.


— ¿Bakugou? —Sí, definitivamente era su voz.


Maldición, no quería verlo ahora, aún no. Todavía no asimilaba el mismo su propia situación, y tener cerca a Eijirou no era exactamente un alivio, sino lo contrario.


Cada paso que escuchaba acercársele era una total tortura. Antes no le molestaba manifestar su molestia ante el hecho de deber compartir una habitación con tantas personas, ahora sólo los maldecía por no estar ahí, estaban completamente solos, ya que la mayoría había ido a recibir a los recién llegados, pues eran la sede principal. Quizá hubiera sido más fácil pasar desapercibido entre la multitud. Hasta ahora lo pensaba, se sintió un completo pendejo.


Sintió un lado de la cama hundirse, el pelirrojo se había sentado cerca de él, picando levemente su abdomen para comprobar si estaba despierto. Cuando hubiera preferido lanzarse y golpearlo para no tocarle mientras "dormía", pero Simplemente sus deseos de no verle la cara eran más grandes que esos.


—Katsuki... —suspiró rendido, quizá decepcionado, pues, no se habían podido ver durante varios meses, y cuando por fin llegaba, este no lo había esperado en la entrada, ni estaba despierto.


Sintió un beso ser depositado en la punta de su nariz, y la mano Eijirou acariciando sus cabellos rubios, con tanta delicadeza y cuidado para no despertarte, la furia que antes tenía dentro se esfumó en la nada. Se había olvidado completamente que la presencia de Kirishima era lo único que lograba cambiar su estado de ánimo tan rápido, no obstante, la situación no era como cualquier otra, ya no se trataba de molestias ocasionadas por las burlas de sus compañeros, era algo mucho más serio.


—Sero me ha dicho que has estado actuando algo raro... —murmuraba para sí mismo, en una voz apenas audible para el rubio. —Debes de estar muy cansado para quedarte dormido justamente hoy, ¿Verdad, Blasty? He tenido muchas ganas de verte...


Culpa, certera hacia el estómago, un golpe seco de culpa. ¿Desde cuándo Kirishima era endemoniadamente comprensivo? Quizá con todo en su cabeza, Bakugou olvidó por segundos cómo era el tener a su pareja cerca.


Maldición, hace un rato no quería ni verle en pintura, y justo ahora moría por un mísero abrazo, aunque sea un poco más de contacto, mas roces, más...


Fue entonces que sintió un aliento muy cerca del suyo. Abrió los ojos, y como acto reflejo su palma bloqueó el paso a sus labios. Cómo supuso, el idiota estaba a punto de besarle. Que contradictorias eran sus acciones y pensamientos.


—Quítate de encima, carajo. —Gruñó mientras empujaba a este de la cara, haciéndole caer de espaldas en el colchón.


—Pero Bakugou, no nos hemos visto desde hace mas de 10 meses, ¿Por qué no puedo besarte? —Recriminó, haciendo un adorable mohín con sus labios, realmente aquellas expresiones en Kirishima lo hacían cambiar su humor generalmente explosivo, no obstante, en ese momento le causaba algo totalmente diferente a un aspecto romántico, Katsuki tuvo que apartar la vista para no ponerse en evidencia.


—Porque no, maldición. —Escupe sus palabras sin cuidado, levantándose con la ayuda de sus codos. —Tengo una infección en la garganta. —Se inventa rápidamente.


—Oh, — el muchacho de cabellos rojizos se yergue de un solo movimiento, observándole con aquellos grandes ojos de tonalidades carmín. Parece que entendió el mensaje. — ¿Y uno de piquito? —señaló con ambos dedos índices sus labios fruncidos, cerrando los ojos, como si esperara a que el otro diera el primer paso.


—Jódete, Kirishima.


Jódeme, Blasty. —Responde en un tono sugerente, mirándole con picaría.


—Maldito cabello de mierda... —murmura con tonalidades carmines difuminadas en sus mejillas, Eijirou sonrió triunfal.


Por alguna razón Bakugou se veía apagado, no sabría explicarlo del todo, pero al escuchar aquello de Kaminari y Sero fue una alarma para su cerebro. De alguna manera tenía una sospecha, muy pequeña y casi imposible de notar para los otros. Pero no para Kirishima.


Si tuviera que describirlo, sería un Déjà vu, si, ya había visto ese comportamiento en Katsuki, no obstante, era aún muy pronto para sacar conclusiones, y hoy era la última noche, mañana sería el día en que todo debía salir bien, era su ultimo día como estudiantes de la escuela UA, y su primer paso en el mundo de los adultos.


Quizá debía de hablar ya con él, sobre el tema que antes había logrado idealizar junto a Mina, ya había podido sacarlo de su pecho una vez, ahora solo falta hacerlo frente a Katsuki, la parte más difícil de todas.


—Bakugou, necesito hablar contigo. —Menciona en un tono más calmado, asentado una de sus mejillas en el regazo del otro, mirándole desde abajo.


—Hoy estas mas jodidamente empalagoso que antes. —Comenta con aparente molestia, quitándose a este de encima, haciendo que la cabeza de Kirishima cayera al colchón sin cuidado.


—Y tú más frio que otras veces... —Masculla con cierto recelo. Durante el corto tiempo de verse, pareciera como si Bakugou no quisiera ni tocarle, ni verle.


— ¿Algún problema con eso, maldito?


Kirishima suspiró profundamente, quizá no era el momento de hablar, no podía comenzar hablar de su futuro sí de momento Katsuki no estaba de humor, sentía que si actuaba en ese momento, las cosas podrían salir mal, muy mal. Se levantó y sacudió sus ropas. Había sido un viaje largo, e incluso él estaba cansado.


—Iré afuera con los demás... —Avisó, mientras jugaba con una punta de sus mechas rojizas.


Bakugou no le había puesto la suficiente atención como para darse cuenta de que sus raíces se habían tornado azabaches eran aún más evidentes con sus cabellos lacios. Pero lo más importante que había omitido, era aquella triste mirada en el chico.


—Kirishima. —Llamó, el aludido le miró por encima del hombro. ¿Debía disculparse por algo en primer lugar? No había dicho nada malo, es solamente que no quería estar con él, no quería tocarlo, ni que le tocara. Sentía que con cualquier tacto estaría condenándole junto con él. Desde ahora, ya no eran iguales. Bakugou ya no tenía el mismo valor que antes, ya no era como los demás, toda su vida había luchado por ser el mejor, y con un mísero papel se dio cuenta de que ya no era así. Su sangre estaba infectada por algo que le retrasaría, le impediría ser normal, ser un héroe como los demás, ¿Qué tipo de agencia contrataría a un "héroe" de una sangre maldita? Sabiendo que un héroe se lastimaba, su sangre podía estar en contacto con otros, maldita sea, ni hablar de la puta prensa. Se lo comerían vivo. Entonces, ¿si no era si quiera capaz de ser un héroe, era digno de seguir su lado? —Cierra la puerta al irte. —Dijo en un tono completamente vacío, seco. Herido.


Sólo escuchó la puerta cerrarse.


Tragó saliva. No entendía en qué momento aquel nudo se había formado en su garganta. Maldita sea, desde el momento de su diagnostico no se había permitido mostrarse afectado por ello, pero no podía engañarse. Sabía bastante bien que se estaba fragmentando, viejas fisuras comenzaron a abrirse.


(...)


Izuku caminaba tranquilamente por los pasillos, se había armado una celebración ante la llegada de otros miembros que estaban por graduarse, incluso se había dado la aprobación de los profesores. Ahora mismo se había alejado un poco del bullicio para tomar más aire fresco, o lo que sea, con tan de tener un momento para pensar.


Gran Torino había sido de gran ayuda al elegir una agencia en la cual ejercer, no obstante, el momento aun le traía recuerdos de su mentor. All Might...


¿Quién iba a pensar que había llegado a ese punto gracias a su ídolo? Le hubiera gustado que él le viera, justo en el momento antes de poder cumplir sus sueños, sueños que le había prometido cumplir desde hace tanto.


La nostalgia conllevaba tristeza, pero también felicidad. Al recordar a su héroe, ambas cosas estaban medidas por igual.


—Midoriya. —Una voz no tan distante, pero si conocida vociferó su nombre, miró a quien lo aludía.


—Todoroki-kun. —Mencionó con normalidad, el chico heterocromático llevaba un vaso con contenido espumoso en su interior.


—Es sidra de manzana. —aclaró. —Aún no se nos permite tomar alcohol.


—Claro. —Izuku se encogió de hombros. Aun no cumplían los 21, así que de todas maneras, sabía que los alumnos eran lo suficientemente conscientes de ello. Iban a ser héroes, después de todo.


—Midoriya. —Volvió a llamarle. —Se que no es un asunto que nos incumba a ti o a mí, pero eres la persona más discreta que conozco, que podría ser cercano al del problema. —Comentó de repente, le había tomado desprevenido. Pero la voz de Shouto era demasiado seria como para no ponerle la piel de gallina ante el posible tema a tratar.


— ¿Es un asunto delicado?


—Demasiado.


Deku miró a los lados, asegurándose de que nadie pudiera escuchar su conversación, para que alguien tan reservado como Todoroki tuviera algo ajeno que contarle, debía de tratarse de un asunto de vida o muerte.


—Dime.


—Es sobre Bakugou.


Y con eso estaba seguro de que fuera lo que fuera, sería complicado, pero no se imaginó que tanto.


— ¿Qué pasa con Kacchan?


— ¿Recuerdas el incidente del electroshock de Kaminari y Sero? —Una pequeña sonrisa escapó de los labios de Izuku ante aquel reciente recuerdo, no había pasado ni una semana, desde que en una práctica sencilla, Denki se distrajo observando a Kyouka, cuando por error, chocó con las cintas empapadas de Hanta. La descarga eléctrica fue lo suficientemente potente para dejar a uno de ellos inconsciente. Todoroki era el encargado en ese momento, por lo que tuvo que acompañar al otro hasta la enfermería con Covery Girl. —Ese día Bakugou estuvo ausente por estar en la enfermería.


— ¿Qué dices? ¿Se sentía mal? —Algo confuso, realmente había notado la ausencia del explosivo, pero había dado por hecho que se encontraba en alguna otra actividad.


—Ese día se le cayó esto. —Fue lo que dijo al momento de lanzar algo hasta las manos de Izuku, que casi por reflejo lo atrapó sin problema.


— ¿Qué es esto? ¿Azidotimidina? —lee con cierta extrañeza, nunca antes había escuchado tal nombre.


—Se conoce comúnmente como Zidovudina. —Le comenta este señalando el frasco. Midoriya parecía seguir sin entender el significado de aquello. Todoroki no quería decirlo directamente, pues no eran más que sospechas. —Es un tratamiento común para el Virus de Inmunodeficiencia Humana.


—Espera, —levantó la mirada rápidamente, su cerebro asoció las palabras en segundos, pero aún su compresión no terminaba de procesar la información, sobre todo si esta era relacionada con su amigo de la infancia, o cualquier persona cercana a él. — ¿Insinúas...? —Hizo una pausa, meditando por microsegundos sus palabras. — ¿insinúas que Kacchan tiene Sida?


—No precisamente, VIH, más bien... —El de cabellos de dos colores rascaba su mejilla. Quizá era incomodo, lo sería para cualquiera. — ¿Midoriya?


—Todoroki, necesito que me hagas un favor. —Respondió con una mirada determinada, totalmente serio, en momentos las piezas comenzaban a encajar en la mente de Izuku, pero necesitaba comprobarlo, necesitaba que las cosas encajaran correctamente antes de dar por terminada su deducción, eso explicaría algunas faltas en el rendimiento de Bakugou durante el último mes. —Mañana, en vez de asistir a la ceremonia, necesito que me ayudes a entrar en la oficina del director. Necesito ver los registros del terremoto.


—Si nos descubren podrían suspendernos la entrega de las licencias. —Le advirtió. Izuku negó.


—Lo sé, pero es algo que necesito hacer, ¿Me ayudarás? Entiendo sino es así.


—Nunca dije que no lo haría. —Mencionó, haciendo que los ánimos de Deku se elevaran.


—Pero necesitaremos ayuda para conseguir la llave... —Comentó el más bajo, pensativo, llevando su mano hacia su barbilla.


—No es necesario conseguir la llave original, sólo necesitamos conseguir una persona capaz de crear una llave maestra. —Todoroki se limitó a decir aquello, dejando en suspenso a Midoriya. Para agregar lo último que terminaría por confundir a Deku: — Tendría que ser esta misma noche.


— ¿Eh?


(...)


El estornudo de Yaoyorozu fue discreto, enseguida Tenya le extendió un pañuelo, ella lo aceptó por respeto, pues no lo necesitaba del todo. Momo había estado todo el rato junto a Iida y Ochako, debido a que Kaminari le había pedido de favor darle una última oportunidad para conquistar a Jirou. Tarea difícil gracias a eventos pasados.


Fue entonces cuando visualizó a Kirishima, venía decaído. Ella no era la más cercana a Red Riot, por lo que optó por llamar la atención de cierta muchacha excéntrica al otro lado de la fiesta.


Mina a su vez, arrastró a Sero a hablar con el amigo de ambos, agradeciéndole de paso a la morena por avisarles.


— ¡Hey, Kirishima! —Llamó la joven de ojos ámbar, el pelirrojo alzó la mirada con desgana. — ¿No has encontrado a Bakugou? —Cuestionó al mirar aquellos aires de incomodidad. Eijirou negó.


—Le he visto, pero al parecer a él no le apetece precisamente verme... —mencionó sin estar seguro de lo último, pero es lo que pensaba.


—Caray, hombre, ¿se han peleado? —Preguntó el azabache.


—No lo sé, ni yo entiendo que fue exactamente que pasó, él sólo me... —Buscó las palabras adecuadas, pensando en alguna que encajara con lo sucedido, puesto había sido completamente incomodo. —Rechazó. —completó sin saber en qué momento aquella palabra se había escapado de sus labios, como un fugitivo huyendo en una oscura noche.


La pareja que le acompañaba intercambió miradas cautelosas, pero a la vez confusas. Mina fue la que decidió romper el silencio.


— ¿Rechazó el ir a vivir juntos? —Interrogó Mina con lo primero que se le pudo venir a la mente.


— ¡Espera! ¿Pensabas proponerle vivir juntos? —Se exaltó Hanta, pues el tema nunca se le había sido mencionado antes. — ¡Hombre, me siento excluido!


—Ni siquiera se dio la oportunidad de decirle algo al respecto... —Mencionó el pelirrojo, metiendo las manos en sus bolsillos, algo incomodo, desvía su mirada escarlata hacia otro lado, cualquier rincón que le permitiera dejar de pensar un poco en ello. —Sólo sé que está actuando muy raro.


— ¿Raro? ¿Bakugou? Hermano, tú eres el único que cree que su comportamiento de siempre es normal y varonil.


— ¡Es extremadamente sexy y varonil! —Exclamó con sus mejillas rojas, bajando la cabeza después, riendo un tanto penoso al haberse exaltado por algo como eso. —No me refiero a eso. —Aclaró. —la última vez que me evadía tanto sin razón aparente fue cuando lo de All Might... —pronunció aquel nombre por lo bajo, aún era un tema sensible.


— ¿Y eso que quiere decir? —Intervino Sero, sin entender a que se relacionaba tal evento del pasado.


—Algo se está guardando. —Menciona con preocupación, más serio que antes. —Algo que realmente le afecta. —suspiró con pesadez, restregando su mano con su nuca, en un gesto cansado, lentamente levantó sus fanales Rubís hasta los otros dos. —Y necesito su ayuda.


— ¿Cómo podríamos ayudar? —Ashido ladeo la cabeza con curiosidad. —Es decir, si Bakugou no se abre contigo, nosotros no tenemos posibilidad.


—Lo sé, pero debe ser algo que pasó recientemente. —Algo pensativo. —Necesito que me ayuden a averiguar qué es lo que le inquieta.


—Cuenta con nosotros, Kirishima. —Respondió la chica, alzando un pulgar en señal de aprobación, seguida de Hanta con la misma acción. —hablaré con Ochako-chan y las chicas, para ver si ellas tienen alguna idea. —pensó mejor en sus palabras, ante la mirada de los otros dos. —No diré el porqué, además, las chicas somos más observadoras. —sonrió con orgullo.


—Gracias Chicos. —Sonrió nuevamente.


Aún con eso, se sentía inquieto. No quería pensar que algo malo le estuviera sucediendo a Katsuki, pero sus pensamientos no tenían dirección, y aquello era desesperante.


Tenía miedo. Miedo de lo que fuera a pasar, su futuro juntos nunca estuvo claro, pero ahora su visión se difuminaba con ansiedad e incertidumbre, no se imaginaba que todo empeoraría tras saber la verdad.


Mientras tanto, Bakugou seguía en aquel lugar, con aquel frasco en manos, mirando a través de la ventana la luna, pensando en qué hacer después. Quizá sólo debía alejarse de todo y todos, pero eso sería tomar el camino fácil. Aún así, no diría nada, hasta terminar de recoger todos los fragmentos que en ese momento no paraban de caer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).