El día había sido tranquilo en la oficina por lo que Steve había decidido que se fuesen temprano a casa. Ya habían pasado varia semanas desde el día que había comprado café para todos en la oficina y aunque había intentado varias veces conversar con Danny, simplemente algo se interponía siempre. ¿Acaso los dioses hawaiano intentaban decirle algo? Lo que fuera que ellos quisieran, tendrían que ser más claros. Mientras ella seduciría y volvería loco a ese detective despistado. Lori había tenido varias relaciones fallidas, y es que no era fácil ser una beta que tenía más inclinación a comportarse como una omega y desgraciadamente eso le había acarreado varios problemas.
Sentía que por alguna razón con Danny sería diferente. Que era el hombre indicado para ella.
Después de mucho pensarlo decidió que haría una deliciosa cena para Danny y una cosa llevaría a otra, y a otra. Cuando se dieran cuenta estarían totalmente agotados, desnudos en su cama viendo el sol salir.
Vio que Danny ya iba de salida por lo que se apresuró a salir de su oficina
- Danny – este giro a verla – ¿Ya te vas a casa?
- Algo así – dijo este sonriendo – hay que aprovechar estas oportunidades – acariciando la llave de su Camaro
- ¿Y Steve? – dijo ella sonriendo
- Ya se fue – dijo él – Chin le pidió no sé qué cosa
- No sabía que eran buenos amigos – dijo intrigada
- Se conocen de muy jóvenes – conto Danny –. Antes de entrar a Cinco Cero, Chin era policía y estuvo bajo las órdenes del padre de Steve. De hecho yo también trabaje con la leyenda viviente, John McGarrett – dijo sonriendo
- Uy, trabajar con el suegro – dijo ella pensando en la vez que había visto a Steve, Chin y Danny conversando cuando de pronto Steve abrazo al isleño melosamente mientras Danny se reía a carcajada – no debe ser fácil
- Es cuestión de enfoque. ¿Quieres que te lleve? – dijo Danny sonriendo
- Por favor – dijo ella sonriendo
Salieron de cinco cero. Y subieron al auto. Al llegar a casa de la chica esta no dejaba de sonreír
- ¿Quieres pasar un rato y tomar algo? – dijo Lori sonriendo – no se…
- Me encantaría – dijo Danny haciendo una mueca – pero mi hermano llega hoy de Jersey y…
- Entiendo, entiendo – dijo la chica –, no te preocupes. Sera en otra
- Claro – dijo el rubio –. Tenemos que organizar una salida.
Al día siguiente les llego un caso sobre una mujer que fue secuestrada durante su luna de miel, mientras el esposo fue encontrado con una bala en el pecho en su cuarto de hotel. No había huellas y las cámaras no mostraban nada fuera de lo común.
- Chin – dijo Steve – necesito su estado de cuentas de los últimos seis meses. Lori busca los nexos que tiene su empresa con el continente. Cho y Catherine hablen con los del aeropuerto carreteras y puertos. Si salió de la isla tendremos diversión extra – todos asintieron y él miro a Danny – ¿Quieres ir a un hotel conmigo, hermoso?
- Contigo hasta el fin del mundo – dijo Danny sonriendo
- Ya era hora – dijo Chin
- ¡Se siente la tensión! – dijo Cho sonriendo al igual que su primo
- ¡Cállense! – dijeron ambos hombres sonrojados por lo que aceleraron el paso
Steve y Danny se fueron. La investigación resulto ser nada del otro mundo. El ex novio de la chica no se resignó y los siguió hasta Hawaii. Al regresar a la central cada uno se fue a su oficina. Catherine iba a intersectar a Steve cuando Danny salió de su cubículo convertido en una fiera
- ¡Oye maldito animal! – grito Danny furioso – ¡Detente ahora mismo! – pero en ese momento Steve giro ciento ochenta grados sobre sus talones y apuro el paso – ¡Vuelve aquí, cobarde! – volvió a gritarle lanzándole un porta lápiz de goma
- ¿Qué le pasa? – dijo Catherine sorprendida mientras esquivaba el objeto
- ¡Corre! – dijo Steve pasando a su lado hacia la salido – te traeré algo delicioso – grito Steve desde detrás de la puerta principal mientras sujetaba la manija para que esta no fuese abierta desde dentro
- ¿Qué le hiciste? – dijo Catherine atónita por el comportamiento del rubio que solía ser un hombre tranquilo
- Nada – dijo el Marín encogiendo los hombros
- ¿Y por nada estas huyendo? – dijo burlesca
- Solo está un poquito temperamental – dijo Steve sonriendo – ya se cansara
- ¡Quiero mis hamburguesas! – gritó furioso Danny golpeando la puerta por lo que Steve sujeto más firme la manija – ¡Y las quiero en este momento! ¡Ladrón!
- No creo que se vaya cansar pronto – dijo la beta
- Te hacen daño para tu colesterol – intento razonar el Marín –. Le prometiste a…
- Me importa un cuerno que prometí – grito Danny – ¡devuélveme mi comida! ¡Tengo hambre!
- Niños, ¿Qué pasa aquí? – dijo Cho saliendo de su oficina
- ¡Tiene mi comida y no me la devuelve! – grito Danny señalando al comandante
- ¡Come demasiada grasa! – se defendió Steve señalándolo también, por lo que Danny intento abrir la puerta pero Steve alcanzo a agarrar la manija antes que el rubio abra la puerta
- ¡Quiero mi comida! – grito el detective
- ¡¡¡Basta!!! – grito el ex policía – Steve McGarrett devuélvele esa comida en este momento
- ¡No! – dijo este –, come demasiada grasa
- ¡Devuélveme mi comida! – grito Danny
- ¡No! – grito el Marín
- Te juro que si no me la devuelves… – sentencio Danny
- ¿No se la vas a devolver? – pregunto Chin pero Steve movió negativamente la cabeza –. Perfecto – dijo Chin–. No lo hagas
- ¿Qué? – Danny grito por lo que Steve sonrió triunfal – pensé que…
- Que no se mueva nadie – dijo Chin –, ahora vengo
- ¿Y mi comida? – protesto Danny
- Dije que no te movieras – ordeno Chin entrando a su oficina. Danny miro a Steve frunciendo las cejas y este le saco la lengua
Chin volvió minutos después y le susurro algo a Danny al oído, este lo miro con una sonrisa radiante mientras su amigo sonreía tranquilamente. Luego el detective miro a Steve con superioridad y salió por la puerta de emergencia
- ¿Qué le dijiste? – exigió el Marín
- ¿Dónde está la comida? – dijo Chin sin inmutarse por el tono
- Se la regale a un mendigo – dijo Steve sonriendo con arrogancia
- Lo supuse – dijo Chin –, por eso le pedí otras hamburguesas – Steve intentaba hablar pero su sorpresa no lo dejaba – y las cargue a tu cuenta
- ¿Qué? – grito Steve abriendo la puerta de golpe – ¿Cómo te atreviste…?
- ¿Qué fecha es hoy? – dijo Chin cruzando los brazos
- ¡Qué importa que…! – grito Steve, pero de pronto se quedó en silencio y abrió los ojos a mas no poder – ¡Me va matar! – se pasa las manos por la cara
- Por eso pagaste tú las hamburguesas – dijo Chin señalándolo antes de volver a su despacho
- Tengo que hablar con Danno ahora mismo – susurro Steve saliendo a prisa del lugar – Gracias Chin – grito ya desde fuera
- Steve, espe… – dijo Catherine
- Déjalos – dijo Cho sonriendo desde la puerta de su oficina –, estarán bien. Mejor ayúdame.
No muy segura la mujer siguió a su compañera, pensando en que tal ves esas fueran los últimos minutos del rubio en cinco cero
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