Una larga semana pasó desde que Kaname y su séquito se había marchado de la Academia y las cosas para Zero iban de mal en peor. El peli plateado no solo extrañaba a Kaname, sino que también sentía que su sed de sangre aumentaba cada vez más y ni las pastillas, ni las sangre que Cross le conseguía lograba calmarlo. Estaba cayendo en la última etapa que podía tener un vampiro, se estaba transformando en un nivel e.
Ahora Zero se encontraba en el bosque, lo más alejado de la Academia Cross que podía. Se encontraba recargado sobre un árbol, con sus ojos brillantes de un color carmesí, sujetando con una de sus manos su garganta. La sed de sangre que sentía en ese momento era casi incontrolable, hacía un gran esfuerzo para no perder el conocimiento y dejarse llevar por sus bajos instintos.
-No puede ser…- decía Zero apretándose aún más fuerte su garganta y aguantando las ganas de llorar –será que mi existencia terminará de esta manera… Kaname, no quiero… Kaname, te necesito…-Pensó mordiéndose levemente su labio, tomando valor para sacar a su Bloody Rose y apuntarse así mismo – pero antes de morir como un nivel e, prefiero morir como un humano…- sus dedos estaban en el gatillo del arma, listo para disparar – Kaname, te amo…-
Zero estaba apunto de jalar el gatillo para terminar con su patética existencia cuando sintió una presencia poderosa que se acercaba a él. Pese a su estado, apuntó con su arma al lugar de donde procedía esa presencia.
-¿Qui… Quién anda ahí?- consiguió decir con dificultad.
-Había escuchado que por aquí cerca rondaban vampiros, pero no esperaba encontrarme con uno tan pronto- dijo Luka mirando a Zero sin ningún interés.
-Yo… no soy un chupasangre…-contestó el cazador con el ceño fruncido- al menos… no porque… yo quisiera…-
-Ya veo…- dijo Luka mirando intensamente a Zero, percatándose de cada uno de sus rasgos, de lo mucho que estaba sufriendo por su sed de sangre, así como del arma con que le apuntaba. Pero había algo más que lo sorprendió en ese momento, podía percibir una esencia, una energía que provenía del vientre de aquel muchacho. –Necesitas sangre ¿verdad? Para alimentarlo-
-¿Qué… qué estás… diciendo?- decía como podía el cazador –yo no… no necesito sangre…-
-No es lo que parece- Luka mira los ojos amatistas de Zero
-Pre… prefiero morir… antes de… tomar sangre… de alguien… inocente…- su voz cada vez salía con más dificultad.
-¿Aunque eso mate a tu bebé?- cuestionó Luka mirando con una ceja alzada al peli plateado.
-¿Be…bé? ¿Qué… estás… diciendo?- devolvió la pregunta desconcertado Zero
-No me digas que no te has dado cuenta- en lo que decía esas palabras Luka se acercaba al de ojos amatistas –dentro tuyo crece un bebé, puedo sentir su energía- susurró en lo que pasaba su mano en el vientre de Zero sintiendo aún más la energía del bebé.
-Mentira…- los ojos de Zero se llenaron de lágrimas.
-¿No lo sabías? Los vampiros pueden concebir, no importa si su pareja es otro hombre- respondió Luka como si fuera lo más obvio del mundo
-Un bebé…-repetía sin poder llegar a dimensionar aún lo que aquel extraño –Un bebé de Kaname… Un hijo de Kaname y mío…- pensó mientras las primeras lágrimas rodaban por su mejilla
-Sí, un bebé- confirmó el demonio.
De repente las ganas de beber sangre por parte de Zero aumentaron, causando que cayera de rodillas al suelo al no poder contenerse. Sus ojos se volvieron aún más rojos y su garganta dolía horrores. Realmente Zero no sabía por cuánto tiempo más podría aguantar.
-Debes beber sangre- dijo Zess al verle en ese estado –tú hijo lo necesita-
-Lo sé… pero… por más… que bebo… la sed… no para-
-Bebe de mí- dijo con seguridad Luka. Por algún extraño motivo aquel chico le causaba la necesidad de protegerlo, quizás por lo vulnerable que se veía en esos momentos en ese estado.
- Pero…-
- Tranquilo, estaré bien. Soy un demonio, nada me pasará- comentó en lo que despejaba su cuello para que Zero bebiera. Este al ya no tener más excusas y al no poder resistirlo más, entierra sus colmillos en el cuello de Luka y comienza a succionar su sangre, sintiéndose luego de un tiempo completamente satisfecho.
- Gracias…- dijo el ojo amatista una vez se separa de su cuello –Me llamo Zero, Kiryuu Zero, cazador de vampiro-
-Luka Crosszeria, Demonio Opast- se presentó también – Es raro ver a un vampiro siendo Cazador de vampiro- comentó
-Yo vengo de una familia de cazadores, pero cuando era niño fui atacado por una vampireza sangre pura y así fue que me convertí en un nivel e- Zero no entiende por qué siente tanta confianza en aquel sujeto y le cuenta parte de su historia.
-Ya veo, por eso asimilaste que los síntomas de tu embarazo eran producto de tu condición-
-Hum…-asiente levemente con su cabeza- Yo no sabía que los vampiros podían tener hijos cuando tenían pareja del mismo sexo-
- Pues sí es posible, aunque hace mucho que no se veía algo así- comentó Luka mirando de reojo a Zero -¿el padre de tu bebé es vampiro también?- preguntó con cuidado porque sabía que estaba metiéndose en un territorio que no le correspondía.
-Sí… pero… él ya no está conmigo… me dejó…- bajó la mirada mientras una de sus manos se posaba en su vientre aún sin poder creer que dentro de él había un bebé de Kaname.
-Entonces estás en un problema- dijo serio el Opast
-¿eh? ¿por qué?- preguntó con temor el cazador.
-Los bebés vampiros necesitan sangre del padre para poder desarrollarse como corresponde- comenzó a explicar Luka –por más sangre que bebas, si no es de tu pareja, sentirás una infinita sed, como lo estabas sintiendo hace unos momentos-
-pero entonces… ¿cómo… cómo tú…?-
-Es porque soy un demonio y mi sangre es poderosa, por eso al beber mi sangre pudo controlar tu sed- responde a la pregunta del menor
-ya veo… eso significa….- apretó su manos sobre su vientre.
-así es…-susurró Zess entiendo a lo que quería llegar Zero –perderás al bebé si no consigues alimentarte de la sangre de tu pareja o en su defecto de un demonio poderoso-
-No quiero perder a mi bebé… no quiero perder lo único que me queda de Kaname- pensaba Zero mientras lágrimas caían de su rostro- no quiero perderlo- susurró pero lo suficientemente fuerte para los oídos contrarios.
Luka miró detenidamente al menor, era hermoso. Zero tenía una belleza bastante inusual, con sus ojos amatistas y su cabello platinado. Pero aquel hermoso joven no era su Yuki. Aún así, sentía la necesidad de ayudar a Zero, quizás porque en los ojos de aquel joven podía apreciar tristeza, la misma tristeza que él sentía en esos momentos.
-Te ayudaré…-
-¿eh? ¿Por… qué?- preguntó desconcertado Zero ante lo dicho por el mayor
-Porque puedo y porque un ser inocente no merece morir-
-Yo… gracias… En verdad… muchas gracias- dijo entre lágrimas de esperanzas al saber que no perdería a su bebé
-No es nada-
Luego de un rato en que ambos se quedaron en silencio, Zero tratando de calmarse y Zess simplemente perdido en sus pensamientos. Pero pronto ese silencio fue roto por el cazador.
-¿De dónde eres?- preguntó el peli plata una vez se calmó y miró detenidamente a Luka, pues desde que llegó no había tenido tiempo para analizar al demonio.
-De muy lejos…- susurró Zess –digamos que también sufro por amor y preferí huir-
-Ya veo…- dijo el cazador abrazándose a sí mismo y no queriendo indagar más de lo que el demonio quería decir- ¿tienes dónde quedarte?- Ante toda respuesta el contrario negó con su cabeza – entonces puedes quedarte con nosotros, no creo que el director tenga problema con ello-
-Muchas gracias-
-Es lo menos que puedo hacer por la persona que salvará la vida de mi bebé-
Zero finalmente se levantó y hizo una seña al demonio para que le siguiera por el bosque hasta llegar a la entrada de la Academia Cross. Cuando llegara sabía que tendría mucho que explicar, pero al menos ya no se sentía tan mal porque ya no estaba solo, tenía una razón poderosa para seguir viviendo, su pequeño bebé.