Dos semanas había pasado desde que Luka se había ido. Decir que aquello no le dolió sería mentir, porque la partida del demonio incluso le dolía más de lo que una vez pudo llegar a imaginar. No obstante, intentaba mostrarse bien para los demás, tratando de cumplir lo que Luka le había pedido en aquella carta. Aún así, no podía evitar sentirse traicionado porque el que siempre imagino -que sin importar qué- estaría a su lado, mas parecía que aquello no sería así. Cuando comenzaba a sentirse de aquella manera, una voz no dejaba de decirle que aquello era su culpa, que si Luka se había ido era exclusivamente su culpa.
No pudo evitar recordar nuevamente el día en que se había enterado de la partida de Luka. Llevaba tres días sin saber ni ver al demonio, cosa que lo extraño bastante porque siempre podía sentir su compañía, aun cuando dormía. Preocupado por aquello se había dirigido a Tachibana en busca de respuestas y este el primer día le contestó que Luka solo había ido a una misión. No obstante, al tercer día de no saber de él y preocupándose aún más por no saber de qué iba la misión ni cuánto tiempo demoraría, decidió volver a preguntarle al líder del clan por el demonio. Mas nunca espero la respuesta que este le dio.
-Lo siento Yuki, pero Luka no volverá- soltó sin anestesia Giou
-No me digas que… ¡No! ¡Eso no puede ser posible!- gritó Yuki sintiendo un fuerte dolor de su pecho de tan solo imaginar que Luka podía estar muerto, pues antes las palabras del líder del clan, Yuki había malinterpretado todo.
-Zess no está muerto- Comentó adivinando lo que pasaba por la mente del menor.
-¿Entonces por qué dijiste algo como eso?- preguntó conteniendo las lágrimas que deseban salir de sus ojos.
-Porque Zess se fue- contestó soltando un suspiro- Hace tres días vino a mi oficina informándome que se iba por un tiempo indefinido- saca de uno de los cajones una carta y se la extiende la menor –me pidió que no te dijera nada hasta que estuviera lejos y también que te entregara esto. Seguramente ahí encontrarás la respuesta de por qué tomó la decisión de irse-
Yuki tomó aquella carta con sus manos temblorosas, la abrió y comenzó a leer, dejando escapar las primeras lágrimas.
Yuki… Mi querido Yuki:
Tomar esta decisión sin duda ha sido una de las más difíciles de mi existencia. Ni siquiera se compara a cada uno de los largos años que pasé esperando a que renacieras nuevamente. ¿Sabes por qué Yuki? Porque en ese entonces, no importaba cuántos años tuviera que esperar, sabía que volveríamos a encontrarnos y volveríamos a amarnos. No obstante, esta vez no fue así y el camino que decidiste tomar, se aleja de un camino juntos. He perdido toda esperanza y por ello que he decidido marcharme.
Lo siento, ya no puedo quedarme a tu lado. Eres tan preciado para mí que no deseo verte triste ni que te culpes por mi dolor. Yo solo deseo verte feliz, aún si eso significa que no estés a mi lado. ¿Lo recuerdas? Yo jamás te traicionaré. Siempre velaré por ti primero, siempre serás lo primero en mi lista de prioridades, incluso si eso significa morir por ti. Aun así, antes de estar nuevamente a tu lado, necesito tiempo de sanarme aunque sea un poco.
Por favor Yuki, no estés triste por mi partida y dedícate a ser feliz con quien realmente amas. Yo estaré bien y cuando me sienta preparado regresaré para protegerte nuevamente. Cuida de Sodom por mí ¿sí? Así como Sodom cuidará de ti en mi ausencia. Yuki… Sigue siendo tú mismo, no pierdas tu luz por nada en el mundo.
Se despide de ti
Luka Crosszeria
-Luka... ¿Por qué...?- para ese momento las lágrimas no paraban de salir de su rostro y las fuerzas en sus piernas habían flaqueado, cayendo de rodilla al piso. Pese a que en la carta decía el motivo por el cual Zess había decidido irse, no podía entenderlo o –mejor dicho- no quería aceptarlo -¡LUKA!- grito buscando liberar un poco del inmenso dolor que sentía en ese momento.
Un sonoro suspiro lo sacó de aquel triste recuerdo. Una persona que conocía muy bien lo miraba con algo de resentimiento, pues su corazón era egoísta y no aceptaba el no ser el único en el corazón de Yuki.
-¿nuevamente leyendo esa carta?- preguntó con algo de hastío –ya déjalo, él se fue, te abandonó, pese a decirte que siempre estaría a tu lado- comentó con desdén
-Él volverá… yo sé que Luka volverá tal como prometió en su carta- contestó Yuki limpiando su rostro e intentando que las palabras de aquella persona que tanto quería no lo afectaran
-Pues nos haría un favor si no volviera nunca- susurró Reiga para sí mismo, pero lamentablemente fue oído por el menor.
-Sal de aquí, por favor, deseo estar solo- pidió enojado Yuki por las palabras de Reiga, aguantando las ganas que tenía de llorar
-Tks- con fastidio por la actitud del menor, Reiga salió de la habitación.
Una vez solo, Yuki se tiró en su cama comenzando a llorar amargamente, abrazando contra su pecho la carta que Luka había dejado para él
-Por favor, Luka… Por favor, vuelve…Te extraño tanto…- pensaba el menor mientras no dejaba de llorar. –Luka – susurró Yuki con gran dolor en su alma.
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Mientras tanto, en un lugar bastante alejado, se encontraba un demonio recostado sobre un árbol, mirando hacia la nada. A lo lejos, acercándose hacia su persona, se podía apreciar un joven de mirada amatista. Cuando estuvo al lado del demonio se recostó a su lado, cerrando los ojos y acariciando su inexistente vientre. Su corazón aun dolía, pero de cierta forma se encontraba en paz, pues tenía una hermosa razón para seguir adelante.
-¿todo bien?- preguntó a su contrario pero sin molestarse de mirarlo
-ah…- contestó Luka –solo pensaba…-
-Ya veo…- el joven de ojos amatista al fin los había abierto y ahora miraba al demonio –tú también puedes contar conmigo, Luka-
-Lo sé…- contestó Zess –es solo que…-
-Aún no estás listo, lo entiendo- completó Zero con una media sonrisa, dejando por el momento aquel tema que parecía incomodar al demonio.
Ante aquello Luka no contestó nada más y solo llevó una de sus manos a su pecho, presionándolo suavemente, sintiendo como alguien lo llamaba. En esos momentos, Luka no sabía que Yuki era ese alguien con lo llamaba con desespero, mas sus pensamientos estaban conectados.
-Yuki…- dijo en su mente el demonio sintiendo una punzada de dolor en ese momento.