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30 vicios y alguno mas por Justanothergirl

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Notas del capitulo:

muy buenas,

 

os dejo el capitulo hoy porque mañana me voy de viaje y hacerlo desde el movil me da mucha pereza

Diana se considera a sí misma una persona adulta, una mujer hecha y derecha con una casa, un trabajo estable y una relación sólida, es una persona con carácter, que sabe imponerse en su trabajo si es necesario y defender sus ideas. Es alguien firme y confiable. Por eso nadie se esperaría verla en esa situación,  pero a veces vuelve a sentir que tiene 14 años y eso le da un poquito de rabia.

En momentos como ese es como si volviera al instituto, cuando le daba miedo que se le acercaran las chicas de su clase y hablar en público le provocaba tanto pavor que necesitaba tomarse un antiácido antes de una exposición grupal.

Y le da rabia porque pese a la imagen que tiene de sí misma ella sabe en el fondo que  aun es esa chica, y lo sabe y le enfada.

Aun le da miedo hablar en público, y aun es una inepta social que no sabe hacer amigos con facilidad. Lucia suele quitarle peso a la situación y decir que se hace querer en cuanto  se la conoce, que le da un encanto especial y la convierte es una persona súper magnetica. Pero es que joder, ella quiere ser como Lu, quiere ser extrovertida y alegre con todo el mundo, tener siempre una réplica mordaz o un comentario ácido en la recámara para cuando haga falta, Lu nunca se queda sin palabras, jamás se le traba la lengua o se sonroja cuando  le hacen una pregunta muy personal o un cumplido.

Aquella noche es una noche cualquiera, un miércoles sin pena ni gloria, pero  han decido salir a cenar fuera simplemente porque querían hacerlo, han ido a un restaurante nuevo que acaban de abrir no muy lejos de casa y del que llevan semanas hablando en todos lados. Están ahí sentada, no están muy arregladas y ni siquiera han traído el vino, con lo que no es como se pueda achacar al alcohol, pero Lucía no ha podido resistirse a coger la mano de Diana y como es ella siempre le ha dicho lo que piensa y siente sin tapujos “joder, estas preciosa”

No han sido muchas palabras pero han bastado para turbar a Diana lo suficiente y ponerla roja como hasta el punto de hacerla apartar la mirada azorada.

Lo dicho, a Diana le encantaría que ese tipo de cosas no le dieran vergüenza, pero no puede evitarlo.

- Ey …¿estás bien?…- Repite lucia intentado llamar su atención al ver que Diana se ha quedado como embobada.  Esta tan solo sonríe y aprieta su mano con cariño sintiéndose aún un poco tonta por su reacción.

– Te quiero – Responde de golpe, es conciso es directo y es lo único que se lo ocurre, es el único pensamiento que ronda siempre su cabeza bajo cualquier circunstancia, y dicho tan abrupto  suena simple y brutalmente cierto. Son esas palabras que siempre están alli – Te quiero- repite de nuevo esta vez un poco  más suave mientras se inclina hacia delante y deja caer un beso distraído en los nudillos de lucia.

Le gustaría hacer mucho más, le gustaría poder besarla, y poder hacerlo  sin mirar a los lados antes, le gustaría no tener que susurrar cuando va a decir algo comprometido. Pero se conforma con mirarla y esperar que lucia sepa leer todo eso en su mirada, porque sabe que por desgracia tienen que hacerlo así, porque están en su barrio, porque son hermanas y porque no quiere montar un escándalo un miércoles noche, no le parece un buen día para hacer bulla, quizá si fuera lunes le diese más igual.

Tan solo porque no le gustan los lunes.


Asique con algo de pena suelta la mano de Lucia y la devuelve a su sitio con una última caricia mientras escudriña a los otros comensales por si alguno ha notado algo raro. Igual han notado el exceso de caricias, o la forma en que Lucia le mira la boca y se muerde el labio por las ganas. Y puede que simplemente parezcan una feliz pareja de enamorados, pero el parecido las delata y también su relación. Las hermanas no se llevan tan bien, y no salen a cenar un miércoles sin ningún motivo y  desde luego no se comen con la mirada porque no pueden comerse de otro modo.

-Silvia,  tierra llamando a Silvia responde- Lucia le da una patadita por debajo de la mesa y sonríe como solo ella sabe hacerlo, es uno de sus extraños dones, esa sonrisa felina.

Y en ese mismo momento todo vuelve a la normalidad en la que viven, esa medio farsa medio verdad que es su vida en la que se mueven siempre entre los matices grises de la sociedad. Asique simplemente guardan para más tarde todo lo demás y hablan con normalidad como buenas amigas o buenas hermanas.

Lu hace algún comentario suelto sobre la librería y la incultura humana, Diana a cambio le habla de lo que le ha costado que le dieran hoy el dia libre culpa del imbécil de su jefe y de lo malo que es el café del hospital. Comentan entre risas la situación que un tiempo antes han vivido en el sofá, y Diana se sonrojo al recordar todo lo que han hecho asi que cambia de tema radicalmente. Y Lucia simplemente la escucha, la escucha y sonríe mientras se muerde la lengua a sabiendas de que ella ha provocado con sus palabras, pero se aguanta los comentarios por no hacerla más de rabiar y se concentrar en escuchar lo que le cuenta Diana, porque ha oído batallitas similares cientos de veces, y aunque no ha probado jamás ese café a veces le da la sensación de que puede saborearlo de las veces que le ha explicado lo asqueroso que esta. Pero pese a todo le da igual oír lo mismo todas las noches que Diana necesite desahogarse.

Porque ella no lo sabe y posiblemente jamás se lo digo, no al menos de forma directa. Pero Lucía envidia a su hermana en ocasiones como esa, le encantaría poder ser como ella y tener esa don para controlar la situación y ser siempre madura, saber llevar una discusión sin soltar improperios y siempre tener ese aire de madurez que le hace verse tan sexy. Aunque también le gusta el contraste que crea ese aire de mujer triunfadora con la persona que es cuando están solas y se sonroja de vergüenza tan solo por decirla que esta preciosa, o cuando en mitad de una discusión suelta una pedorreta sin venir a cuento de nada, incluso cuando enfadada la llama puta a través de la puerta del baño porque se ha colado en el último minuto y va a llegar tarde por su culpa.

Le gusta hasta el ruidito que hace al dormir cuando está resfriada y le hace parecer una trompeta mal afinada.


Es una envidia sana piensa lucia mientras Diana gesticula en exceso al hablar de un caso difícil, y para hacerla de rabiar un poco (solo un poco) se acerca a ella y le da un beso justo en la intersección que hay entre su mejilla y sus labios lo suficientemente largo como para notar como se le sube el calor a las mejillas.

Es una vergüenza aceptable razona Diana antes de agarrarla de la camiseta  y obligarla a darle un beso de verdad.

Que les jodan a los del restaurante.

Notas finales:

si si, se que siguen sin pasar muchos cosas, ya llegaran, como dije antes aun estoy sentado las bases para que luego las cosas que hacen estas dos tengan sentido. sobre todo sentado las bases de lo que es su relacion asique paciencia pequeños mios.

 

por lo de demas, besuzos para vosotros

y sugenrencias, criticas, amenazas o alabanzas por rewiew.

 

un saludo


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