Hace 3 meses y medio
Habían pasado simplemente un par de semanas desde que todos habían vuelto desde el futuro, como se encontraban actualmente entre semestres no tenían clase alguna, y aquel día era de ellos que a Gokudera no le interesaba ni salir de su casa, este se encontraba en el departamento que arrendaba, sentado en la silla de escritorio apoyado en la ventana mientras miraba al cielo con su característico cigarro en la boca, estaba en aquella época en que sería su celo, pero gracias a los supresores no tenía que pasar por aquel suplicio para él, pero aún así no estaba de ánimo alguno para salir o siquiera ver a nadie
-aaahhhhh que molestia…-gruñó para sí mismo el peli plata retirando el cigarro ya acabado de su boca, dejándolo en el cenicero, levantándose de su asiento para ir a la pequeña cocina de su departamento, pero su camino fue interrumpido ya que alguien comenzó a golpear con algo de insistencia la puerta principal-tche ¿Quién puede ser ahora? A la cacera le pagué hace una semana, así que no debería haber problema con eso
Gokudera volvió a modificar el rumbo de su camino hacia la entrada de su casa, abrió la puerta levemente y revisó para ver quien le llegaba a joder el día, al encontrarse con le figura sonriente de Yamamoto sujetando una bolsa de quizás que cosa, simplemente cerró la puerta con fuerza, dejando solo al otro del otro lado
-oh vamos Gokudera no me dejes aquí afuera, vengo con algo que me encargó traerte mi viejo-habló animado el moreno desde fuera, riendo con gracia, sin importarle mucho el hecho de que prácticamente el contrario le haya azotado la puerta en la cara, recibiendo claramente un gruñido de molestia bien audible por parte del peli plata
-bien, pasa idiota, solo un rato, ¿entendido?-comenta con fastidio y fingido desinterés el de ojos verdes mientras abre la puerta de golpe dándole el paso libre al moreno, después de todo era una oportunidad de no comer fideos instantáneos que no desperdiciaría-cuando se acabe la comida te largas a tu puta casa, además apestas, y no quiero que el lugar quede apestado a alfa tarado
-oh vamos, no seas así Gokudera, mi viejo se esmeró en preparar la comida sabiendo que solo comes fideos instantáneos-sonreía divertido y levemente apenado el de ojos café mientras dejaba con cuidado la bolsa en la mesa para luego sentarse este en el suelo, agarrar el control de la tele con total confianza y encender esta para ver que podía encontrar en la programación
-sí, estás en tu casa, has lo que te plazca-habló con total ironía y molestia Gokudera ante lo que acababa de hacer y siempre hacía el moreno, pasearse y hacer lo que quería por el departamento
-oh gracias Gokudera, es muy amable por tu parte-comentó con diversión Yamamoto, desviando su mirada de la tele hacia el dueño de casa, dedicándole una gran y amplia sonrisa, a lo que en respuesta el peli plata maldice el rosario completo para sus adentros mientras que por fuera mascullaba una que otra maldición para el contrario, este solo respondió con risa
-era sarcasmo, grandísimo idiota-dice con total fastidio mientras se sentaba al otro lado de la mesa viendo lo que contenía la bolsa, mientras el azabache dejaba tranquilo el control, dejando fijo un canal sobre anime para poder ver
-es divertido ver cuando te fastidias o molestas, aunque pareciera que pasas así todo el tiempo-rie divertido Yamamoto mientras que recibe en toda la cara una almohada, lo cual le hace reír ligeramente más animado
-eres muy molesto, si sigues con esas mierdas te vas ahora mismo-gruñó quejándose el peli plata una vez termina de sacar la caja de sushi que había en la bolsa y lo destapa dispuesto a comer
-sí, sí, me porto bien, no es necesario que me amenaces con echarme del lugar-rió esta vez algo más nervioso ante la amenaza del otro, después de todo, no le apetecía irse del lugar, ya que no tenía nada más que hacer, y no había mucho movimiento en el Takesushi para que ayudara en el local
-entonces deja de decir más estupideces de las que ya dices y come-comenta con fastidio el de ojos verdes sacando uno de los sushis con su mano derecha y se lo llevaba a la boca-a todo esto idiota ¿Cómo sabías que estaba aquí? Pude haber estado en cualquier otra parte
-fue fácil de saber, hoy antes de salir vi por la ventana de mi cuarto pasar a Tsuna hacia el templo discutiendo con el bebé, y pues, además que cuando estaba ya en el primer piso vi que salía humo de aquí, así que supuse que estabas fumando-comentó con gracia y una amplia sonrisa el de ojos café mientras tomaba uno de los sushi y de igual manera se lo llevaba a la boca, el más bajo simplemente chistó con total fastidio
-debí de haber dejado la ventana cerrada para fumar-chisto con algo de molestia mientras sacaba otra pieza de sushi para comer, simplemente el contrario rie con algo de diversión ante la queja medio infantil del peli plata-maldición, no te rías tarado
-bien, bien-replicó simplemente con una sonrisa de leve malicia el moreno, mientras dejaba pasar tranquilo el tiempo ya, mientras ambos comían en tregua de paz de no molestia y agresión, para tener un rato algo más ameno
Habían pasado ya un par de minutos donde el único sonido del lugar salía desde la tele mientras que ambos continuaban comiendo, al menos fue así hasta que un aroma que combinaba una esencia metálica y el aroma a tierra mojada, para cualquiera sería un aroma sutil, pero, en aquel momento, dicho aroma se iba intensificando a cada segundo, además de comenzar a marear y agobiar al peli plata
-pero que mierda…-murmura con algo de dificultad Gokudera, dirigió su mirada hacia donde estaba Yamamoto, este estaba recostado sobre la mesa, apoyando su cabeza entre sus brazos, notándose totalmente que estaba respirando con algo de dificultad, y entonces se dio cuenta el peli plata, el moreno estaba entrando en celo, justo en aquel lugar, ahí mismo este comenzó a maldecir su suerte-¿Por qué mierda… justo ahora?
-pff… hehe… nunca creí que… esto sería así de pesado-trata de tomárselo todo aquello con humor el de cabello negro, pero simplemente el dolor que estaba comenzando a sentir en el cuerpo estaba comenzando a incrementar, y, de igual forma su cabeza comenzaba a punzar y a nublarse levemente
-es… ¿es tu… primer celo…?-habló con dificultad el peli plata mientras se levantaba tambaleándose de su lugar buscando con la mirada algo con insistencia, mientras que en respuesta recibía un asentimiento leve junto con un "si" casi inaudible de parte del azabache-maldita sea… ¿por… por qué es tan fuerte el olor?
-en… en este momento no es… agradable ser… alfa-decía entre jadeos el moreno mientras trataba con fuerzas el no levantarse de donde estaba y tirarse sobre el de ojos verdes para saciar las ganas que estaba comenzando a sentir, sabía que si se rendía ante sus instintos en aquel momento, el otro le odiaría por el resto de su vida, conocía su carácter y sabía que lo haría
-para mí, créeme que no me es agradable el estar cerca de ti ahora-pudo lograr decir sin interrupciones mientras que buscaba de todos lados los supresores que le quedaban para darle uno al idiota que estaba tirado sobre su mesa-a este paso sucumbiré a tu olor, idiota
-e… hehehe… e…es primera vez que… te veo así ante un alfa Gokudera…-jadeaba con dificultad Yamamoto, recibiendo en respuesta un simple gruñido de fastidio y cansancio de parte del dueño de casa
-ya basta… no los encuentro… no tengo más opciones-terminó por reclamar con fastidio el peli plata agarrando al moreno desde el abdomen, tratando de evitar inhalar el aroma que expedía en aquel momento de celo Yamamoto-he pasado… toda mi vida entre alfas… y… ¿por qué mierda tu…?
-es posible… que al final si sientas… algo más que molestia o compañerismo… por mí-se burlaba un poco aun entre el dolor de su cuerpo y gracia recibiendo en respuesta un leve golpe en la nuca con el puño izquierdo del de ojos verdes
-cállate idiota-gruñó como pudo Gokudera mientras estiraba parte de su cuerpo para abrir la puerta del baño, y, justo en aquel momento dio gracias a que el departamento que arrendaba no fuera tan grande, y todas las cosas quedaran cercanas, una vez pudo abrir la puerta, lanzó al moreno a duras penas dentro del lugar, le puso pestillo a la puerta y cerró esta con fuerza-si te atreves a abrir la puerta… te mato ahí mismo idiota
-créeme… no lo haré… si en verdad estas molesto… y si abro me odiarás más…-comenzó a decir entre suspiros y jadeos el moreno, mientras era atentamente escuchado por el peli plata, el cual se había apoyado en la puerta respirando algo agitado por la boca para recuperar el aliento y lo poco de cordura que había perdido al sentir el olor del más alto-no quiero que me odies Gokudera… porque te amo
-pero que de… estás alucinando idiota, todo es por culpa de tu caldito celo-hablaba con molestia el peli plata, levantándose lentamente dl suelo, aun apoyándose en la puerta para no caerse, su rostro estaba levemente rojo al haber escuchado lo que el moreno le había confesado-eso o lo del matrimonio arreglado te fundió ya el cerebro
-no… no es por eso del matrimonio… aunque creo que si un poco por el celo… pero es verdad… te lo digo ahora Gokudera… yo en verdad te amo-respondió el azabache, tratando de sonar lo más calmado posible, intentando no suspirar o jadear a cada rato entre lo que decía, lográndolo en parte
Por su parte, Gokudera se quedó en total silencio a lo que había declarado nuevamente Yamamoto, no podía decir nada, trataba de insultar al que dejó encerrado en el baño, pero nada salía de sus labios, simplemente gruño para sus adentros con molestia, para salir en ese momento del departamento, no pasaría la noche en aquel lugar ya que, por lo que sabía, todo estaría bien con Yamamoto al día siguiente alrededor de la misma hora
Presente
-por milésima vez te lo digo, cierra tu boca de una puta vez si no quieres que vuelva a golpearte, deja de decir ese tipo de cosas vergonzosas en público, cabeza hueca-gruñía con molestia e irritación el peli plata, mientras fulminaba con la mirada al moreno mientras levantaba su mano derecha hecha un puño, demostrándole que iba enserio con la amenaza
-pero vamos Gokudera, es verdad, es injusto que tu sepas a que olemos todos los alfas y omegas que te rodeamos, y yo… digo, nosotros no sepamos cual es el tuyo-se quejaba infantilmente el azabache mientras se encargaba de esquivar un gancho izquierdo que buscaba golpearlo
-que te calles, maldita sea, o no voy a ayudarte con los estudios, esta mierda es solo porque me lo pidió juudaime, que fuera a tu casa porque él estaría ocupado con Reborn-san entrenando-chistó con fastidio luego de mascullar aquello, mientras ambos se detenían en una esquina del lugar, esperando a que la luz cambiara a verde para poder cruzar
-y te agradezco mucho en verdad eso Gokudera, pero simplemente quería acotarte eso… aunque fueran un par de decenas de veces en el camino-rió con total relajo el de ojos café mientras se rascaba la nuca con la mano izquierda con ligero nerviosismo, ya que, desde hace un buen rato le llevaba proponiendo al más bajo que dejara de consumir sus supresores por la simple curiosidad de saber que olor lo caracterizaba
-oye joven alfa, ¿no te gustaría pasar un buen rato?-una voz femenina y madura llamó la atención de ambos jóvenes, quien comenzó a llamar al moreno era una mujer de unos 25 años de cabello negro corto, piel levemente bronceada, aunque de seguro eran un par de capas de base de maquillaje, los labios con un color rojo intenso, y ojos de color café, la mujer no tenía mal cuerpo, era bien proporcionada, aunque el vestido que usaba era de color celeste fosforescente y casi llegaba a parecer polera de lo corto que era, y finalmente unas chalas de taco que eran casi de 20 centímetros, un fuerte olor llegó a ambos jóvenes que ninguno supo reconocer que era, Gokudera comenzó a toser con un poco de insistencia, casi ahogándose por dicho aroma, mientras que Yamamoto trató de parecer que no era afectado, aunque de igual forma había hecho una leve mueca de hastío
-t… ¿te refieres a mí?-preguntó con algo de complicación al principio, tratando de no ahogarse igual que el peli plata con aquel engorroso aroma, después de todo, trataba de ser lo más respetuoso que se pudiera con aquella mujer
-claro que si dulzura, tu olor dominante es algo inconfundible a pesar de que eres joven aun, el otro chico, parece un simple beta, después de todo, no huele a nada especial-habló con una sonrisa burlona la mujer mientras vería con algo –mucho- de superioridad a Gokudera, el cual se refregaba ahora los ojos con algo de insistencia, ya que el ojos de la mujer le había hecho arder los ojos-vamos a divertirnos juntos, un alfa como tu junto a un beta como él que parece común no sería productivo en nada, yo te daré más placer, incluso una promoción si quieres, la primera vez va por cuenta de la casa
-ya se lo que podríamos comer mientras estudiamos Gokudera, una buena soda junto a arroz y huevo, o sino lo de siempre, sushi-trató de ignorar Yamamoto a la tipa aquella que se le insinuaba para volver con su amigo, pero fue interceptado por la mujer, la cual envolvió sus brazos directo al cuello del moreno, el cual se quedó quieto en el lugar, el aroma de la mujer ya le estaba ahogando por completo y no podría aguantar mucho tiempo más el asco
-vamos chico, olvídate de él, míralo, tan solo el olerme le a pasado la cuenta, no vale na…-la mujer aquella no pudo continuar con su insinuación hacia el azabache, ya que este mismo, con una amplia sonrisa de relajo total en el rostro le colocó su shigure kintoki en el cuello a modo de amenaza para que no siguiera diciendo más cosas contra Gokudera
-una palabra más en contra de Gokudera maldita perra bastarda, y tu cabeza va a rodar, tu elijes, sigues hablando o te apartas, es muy fácil, soy amable, pero hasta mi amabilidad tiene su límite-decía aquella amenaza contra la mujer con una sonrisa resplandeciente, esta simplemente le miró con total horror y desesperación, al parecer había elegido muy mal con quien meterse aquel día
-di… di… disculpa… a… a… acabo de recordar que tengo un asunto en otro lugar-casi gritó totalmente desesperada la mujer, cayéndose estrepitosamente de espalda debido al pánico que había sentido en el momento, gateó un par de veces para alejarse y tratar de pararse, para salir corriendo como podía con aquellos tacones enormes
-…-Yamamoto simplemente suspiró levemente mientras la katana volvía a ser una espada de bambú y guardarla como quien guarda un bate de baseball en una funda para volver a colocarla en su espalda, para dirigirse donde se encontraba Gokudera aun refregándose los ojos y tosiendo por el aroma-en verdad el aroma de esa mujer era desagradable, al menos se fue ya sin mucha insistencia ¿no crees?
-vete al diablo, casi me ahogo por tu culpa, tu jodido olor atrajo a esa zorra-le reclamó con molestia el peli plata, viéndole con fastidio y queja, y recibiendo simplemente en respuesta una risa de diversión y calma-¿ahora de que te ries maldito?
-eso pasa porque sigues negándote a no tomar los supresores, si no los tomaras todos sabrían que eres un omega, y al vernos juntos instintivamente pensarán que estamos juntos, y no nos molestarán-racionalizó con una amplia sonrisa Yamamoto momentos antes de tener que esquivar otro golpe dirigido a su persona cortesía del de ojos verdes
-no te tomes esta mierda como una oportunidad de repetirlo, mi respuesta seguirá siendo no, confórmate, además odio a los alfas, de seguro si dejo de tomar los supresores no dejaría de ser molestado por las alfas de la clase, que ya sin olerme me fastidian con que salga con ellas-comentó con molestia y totalmente sonrojado, aunque sin saber si era por vergüenza o enojo, el moreno lo tomó como la primera opción, con una amplia sonrisa de diversión
-ya, ya, entiendo, calmate Gokudera, esta vez solo fue para molestarse, el olor de esa señora si era molesto, casi vomito al tener que aguantarla-comentó aquello como si un niño se quejara por la simple idea de tener que comer un platillo que odiara-ahora estoy toda apestada a ella, me tendré que dar un baño
-date un baño de tierra, y quédate enterrado, muerete incluso si quieres-le respondió en contra y fastidiado el peli plata, chistando al final, volviendo a recibir simplemente la risa del otro, aunque, además de eso, fue abrazado por este-¡aléjate de mi idiota, voy a quedar también pasado a esa zorra!
-¡es mi venganza!-le rebatió nuevamente con un tono infantil mientras comenzaba a arrastrar al más bajo para volver a poner marcha hacia su casa, ahora que el semáforo se encontraba en verde