-¡Jimin, pilla!
El nombrado giró la cabeza hacia el lugar del que provenía la voz, para encontrarse de lleno con un pesado libro de Biología en su cara.
Después una estruendosa risa se hizo presente, acompañada de carcajadas de otras personas.
-Tae...-dijo uno, aún riendo.-eres un capullo.
El moreno lo miró con gesto arrogante y después se giró hacia su víctima, la cual se frotaba la dolorida cara con una mano mientras que con la otra trataba de recoger el libro del suelo.
Taehyung se acercó hacia él con paso lento pero seguro y le arrebató el objeto de las manos, causando que emitiera un leve gritito de miedo en el acto.
-¿P-por qu-qué has h-hecho eso?-preguntó con la voz temblorosa.-Me has hecho daño...
El contrario lo miró con gesto sarcástico y sonrió con malicia.
-Pensaba que eras lo suficientemente listo como para apartarte, pero ya veo que lo de superdotado es una jodida mentira.-soltó una carcajada.
A Jimin se le llenaron los ojos de lágrimas, se levantó de su sitio y corrió todo lo que sus piernas le permitieron hasta llegar al baño.
Una vez allí, se encerró en el del fondo a la izquierda, al que siempre entraba cuando quería estar solo, y comenzó a llorar en silencio. Lo que menos deseaba en ese momento era que alguien se enterase de lo mal que se encontraba.
¿Por qué siempre se meten conmigo? Quizás haya hecho algo malo, pero ser superdotado no es algo malo, ¿No?
Todo aquello rondaba por su cabeza en esos instantes, hasta que un fuerte golpe en la puerta del excusado lo hizo alertarse de que ya no estaba solo.
-¡¿Quién coño ha entrado en mi jodido baño?!-gritó la persona con una voz ronca y un golpe extra en la puerta de madera.-Este es MI baño, y nadie sin mi permiso puede entrar, ¿Entiendes? Sal que te vea la cara, imbécil.
Chimchim estaba paralizado. No conocía la voz de esa persona, pero sonaba como alguien peligrosamente agresivo. Le ponía los pelo de punta.
-S-si salgo, ¿M-me vas a p-pegar?-dijo tartamudeando por el pánico.
Se hizo un silencio incómodo.
-¿Eres Park Jimin el superdotado?-demandó la voz con un tono más calmado y un leve deje de sorpresa.
El nombrado asintió, pero al darse cuenta de que no podía verlo, soltó una risita nerviosa y se apresuró a responder:
-S-sí...¿Quién pregunta?
-Min Yoongi. De la clase B. Haz el favor de salir, anda.
"Espera, ¿Min Yoongi? ¿El mismo Min Yoongi que han expulsado ya de tres institutos diferentes, por mal comportamiento? Voy a morir. Mamá, papá, hermano os quiero".
-¿Me vas a pegar?
Se oyó a Yoongi bufar al otro lado y Jimin se estremeció ante el simple hecho de imaginarse cómo quedaría su cara después de un enfrentamiento con él.
-No lo sé. Quizás te haga algo más.-se oyó una leve risita y luego vuelta al silencio incómodo.
-¿Algo más?¿A qué te refieres?
-Abre y te lo cuento.
-No porque me vas a pegar.
-Eres demasiado adorable como para que alguien te pegue, idiota.
-¡Pues ya lo han hecho, y no soy idiota!-gritó haciendo un tierno puchero.
-¿Quién te ha pegado?-el tono del mayor cambió de golpe. Ahora era uno mucho más serio y frío.
-No te importa.
-O sales ya, o echo la puerta abajo y te saco a rastras.
Jimin, con los ojos como platos, acercó su pequeña mano al pestillo de la puerta, la giró y abrió apretando los dientes.
-Idiota. ¿Cómo voy a pegarte? En todo caso te empotro aquí mismo.-soltó una fuerte carcajada.
-¿Em-empotrarme?¿Qué quieres decir con eso?
Yoongi pareció sorprendido con la inocencia del menor, pero su corazón se conmovió por unos segundos.
-Te lo meto, te follo...déjalo esto es patético.-volvió a reír, esta vez más fuerte.
Jimin llevó sus pequeñas manos a su rostro, avergonzadísimo.
-¡Pervertido!¡¿Por qué harías eso?!¡Además, los dos somos hombres!
-En respuesta a la pregunta, porque eres adorable, estás bueno y tienes un culo...-se mordió el labio, cosa que hizo inevitable para el contrario golpearle en el hombro. Después, al ver el gesto de desaprobación de Yoongi, retrocedió unos pasos hasta quedar con la espalda pegada a la pared y un pelinegro justo delante de su cara.
Él sonrió ladino y acercó su mano a la mejilla del moreno, que moría de miedo ante su sola presencia.
-Estás temblando.-su sonrisa se intensificó.-Si tanto miedo te doy, ¿Por qué me pegas?
Jimin agachó la cabeza y quedó en silencio.
-Levanta la cabeza.-ordenó Yoongi con tono autoritario. El menor no pudo evitar obedecer, pues ese chico realmente lo intimidaba. Sus ojos chocolate se juntaron con la intensa y adictiva mirada felina de Yoongi, y suspiró levemente.
-No me mates, por favor.-rogó el moreno, apretando los labios.
-¡Exagerado!¿Por quién me tomas?¿Un asesino?-Jimin se mordió el labio recordando las cosas que le habían contado sobre él, y ninguna de ellas era nada bueno.-Sé que tengo mala fama, pero no soy como tu piensas. Quizás un poco sí, pero no tanto como dicen. No te voy a pegar, así que relájate.
El menor suspiró aliviado, pero seguía tenso, a pesar de que ahora se sentía más seguro. Tan solo el hecho de que Yoongi estuviera a unos pocos centímetros de su boca lo estaba volviendo loco. Él lo único que quería era abalanzarse sobre él y besarlo. Comerselo a besos. Pero claro, no podía, por mucho que lo desease. No iba a rebajarse de esa forma.
-Yoongi...
-Dime, enano.-dijo con una sonrisa ladina dibujada en sus finos labios.
-¿Me vas a empotrar?-preguntó tratando de sonar inocente.
Min Yoongi se quedó mirándolo unos segundos antes de responder:
-Ahora mismo.