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El Amor del Vaquero por LadyG

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Notas del capitulo:

Esto avanza rápido ;) 

Recuerden que todo esté hermoso trabajo es de Lynn Hagen, la hermosa autora de estos hermosos libros, recuerden también que está traducción no es mia, sólo saque los libros de la página CIELO DE LETRAS (vayan allá que hay demasiados libros de contenido sensualon y sabroson).

Recuerden también que si tienen algun libro de algún contenido sabroson yaoisistico me pueden dejar sus correos o el nombre del libro en los comentarios. 

Y sin más preámbulo lean!!!!! 

-Yo no acepté que te quedes aquí, para que pudieras dejarme en ridículo -dijo Carl Stork mientras apagaba el motor. Dresden sólo pudo asentir a su tío. No era como si tuviera una opción en el asunto. Si no fuera por Stork, Dresden y su hijo, Markey, estarían desamparados en este momento.
Después de su fiasco con Roger Downfire, Dresden no tuvo más remedio que dejar la ciudad. Su ex novio había sido un chiflado y parte de Dresden temía que no había visto lo último de Roger. Hacia el final de su relación, Roger se había vuelto posesivo. El comportamiento no sólo había alarmado a Dresden, sino que había temido por su hijo.
Roger no había sido la mejor influencia en la vida de Markey. A él no le importaba nada el hijo de dos años de Dresden. Tristemente, Stork había sido la única opción. No tenía otro pariente vivo además de este bastardo maleducado, pero Stork estaba más preocupado por su reputación que de realmente ayudar a Dresden.
-Entiendo.
-¿Lo haces? - Preguntó Stork, con la mandíbula apretada.- No me di cuenta por la forma en que te comías con los ojos a Harland Macy en el restaurante. Ya es bastante malo que seas gay. No frotes este hecho en mi cara.
Dresden no estaba a punto de sentarse allí y escuchar otro sermón interminable. Desde que llegó al Condado Oso, Stork había hablando sin cesar sobre lo depravados que eran los homosexuales. Su tío incluso había ido tan lejos como para sugerir un asesoramiento así Dresden podría curarse.
Era un imbécil. Lástima que no había una cura para la estúpida forma de pensar de Stork. Entendía que algunos viejos estaban establecidos en sus formas y en ocasiones se comportaban de la manera en que fueron criados.
No había excusa para el odio de Stork por los hombres gay. El tipo era sólo un pedazo desagradable y Dresden deseaba por dios tener otras opciones.
Metió la mano en la parte de atrás y sacó a Markey de su asiento de auto. El niño estaba profundamente dormido, una pequeña línea de baba colgaba de su boca. …l sonrió mientras su corazón se hinchó. Markey era todo su mundo. Dresden amaba al niño más que a su propia vida.
Odiaba que él y su hijo estuvieran atrapados en esta situación. Cuando había decidido convertirse en padre, tener que humillarse ante su tío no había estado en su futuro inmediato.
Acunando a Markey por encima del hombro, Dresden entró en el remolque de doble ancho y dos dormitorios. El lugar era una caja caliente y no era bueno para el asma de Markey. Incluso cuando Dresden abría las ventanas, Markey aún sudaba hasta por los codos. No se atrevía a abrir las ventanas hasta que era indispensable, nadie en el Cielo del Remolque de Lamont lo hacía. La tasa de criminalidad era alarmante.
Stork encendió uno de sus Marlboro y sopló el humo cerca de Markey. Dresden quería golpear al hombre hasta que Stork fuera una masa sanguinolenta. Pero había aprendido que cualquier protesta de la manera en que Stork dirigía las cosas conseguiría que lo echara. La noche en que Dresden había mostrado por primera vez, él y su tío habían discutido, y Stork casi había rechazado a Dresden.
-Me dirijo a casa de Earlene. En caso de que estés confundido, ella es una chica. Limpia este lugar antes de que yo vuelva. - Stork agarró un paquete de seis cervezas de la nevera y se dirigió hacia el exterior.
Dresden se dejó caer en el sofá destartalado. Estaba agradecido de que él y su hijo tuvieran un lugar para quedarse, pero estaba empezando a preguntarse si el infierno hubiera sido una mejor opción.
Después de desnudar a Markey hasta su pañal de entrenamiento, Dresden maniobró el lamentable ventilador hacia su hijo, esperando que la cosa refrescara a Markey.
Era dudoso sin embargo. Le faltaba una hoja y la única velocidad en la que trabajaba era baja. Cepilló el pelo rubio de Markey de su carita y Lamentó que las cosas se hubieran ido a la mierda.
Pero él no era de los que se revuelcan en la piedad. Estaba decidido a encontrar una manera de estar por su cuenta otra vez. Cogió el periódico que estaba sobre la mesa de la cocina y se sentó, buscando los anuncios clasificados. Stork no le pagaba ni un centavo, y Dresden tenía que rogarle a su tío por cualquier cosa que él o Markey necesitaban.
Si pudiera encontrar un buen trabajo, Dresden podía salir del Infierno de Remolque de Lamont. Por lo que había oído un par de noches atrás, el lugar estaba plagado de consumidores de metanfetamina. Eso no era algo que él quisiera alrededor de su hijo.
Agitando la molesta mosca lejos de su cabeza, Dresden vio algunos trabajos para los que estaba preparado. Desafortunadamente, sabía que no pagarían mucho. Y con un niño que cuidar, no había manera de que pudiera tener dos trabajos.
El Condado Oso, por lo que Dresden había visto, era una pequeña y pintoresca ciudad. Había un montón de negocios prósperos. Pero dudaba mucho que alguien necesitara un artista muerto de hambre. Tal vez podría hacer hamburguesas o servir café.
Dresden era un verdadero buen cocinero. Solía ser un pasatiempo para él, pero tal vez podría ganarse la vida con su talento.
Mientras escaneaba el periódico, recordó el número de teléfono en su bolsillo. Harland era un bien parecido vaquero y un coqueteo sexy, pero no estaba seguro de si quería abrir esa caja de Pandora. Ya estaba en la lista negra de Stork sólo por presentarse en primer lugar.
Y además, ¿quería una repetición de Roger? Sabía que todos no eran casos perdidos. Harland parecía agradable.
No podía lastimar hablar con el chico. No conocía a nadie en la ciudad a excepción de los encantadores habitantes del Infierno del Remolque.
Su cabeza se levantó cuando escuchó un disparo de escopeta. Era más que probable que fuera Buck. El chico vivía tres remolques abajo y era una molestia. Tenía fiestas hasta altas horas de la madrugada, sin importar qué día era. El hombre molestaba con la música, inhalaba coca y follaba cualquier cosa que no estuviera clavada, según Stork.
Con la esperanza de que su tío se quedara fuera toda la noche, Dresden sacó el número de teléfono de su bolsillo. Se quedó mirando el garabato por un buen minuto antes de armarse de valor y llamar. Gracias a Dios que su teléfono celular no había sido desconectado aún, pero eso iba a llegar. No tenía el dinero para pagar su factura.
Pero hasta entonces, iba a utilizarlo para ver si tal vez él y Harland podían ser amigos.
Dresden respiró hondo antes de marcar el número. Estaba medio tentado a colgar. ¿Qué iba a tener en común con un vaquero? Era un chico de ciudad de cabo a rabo. Lo único que podían hacer era tener sexo, y en este momento, esa era la última cosa en la mente de Dresden.
-Hola - respondió Harland.
Ninguna palabra salía de la boca de Dresden. Su garganta parecía cerrada. Tenía miedo de que Harland pudiera colgar. Pero el hombre sólo se rió entre dientes. - ¿Eres mi dependiente de miel horneada?
¿Su qué? - Soy Dresden.
-Eso es lo que dije.
Dresden estaba empezando a preguntarse si tal vez esto fue un error. Estaba arriesgando mucho al hablar con Harland. Si Stork se enteraba, el infierno se desataría. ¿Pero no lo había hecho ya? ¿Cuánto más bajo podría hundirse Dresden? …l ya estaba viviendo en el fondo del barril.
Dresden sólo quería a alguien con quien hablar, alguien con quien conectarte, aunque fuera sólo por amistad.
-Sólo llamé porque... - Dresden podía sentir sus mejillas en llamas, y no era por el calor del remolque. …l nunca había sido bueno hablando con los chicos. Demonios, le había tomado meses para ir a la agencia para encontrar una sustituta. Simplemente no era nada bueno cuando se trataba de pedir cosas o hablar con chicos calientes.
Roger había sido el que le pidió a Dresden salir. …l puso una tapa sobre ese pensamiento. No quería que sus recuerdos de Roger arruinaran esta llamada.
Dresden sólo quería a alguien con quien hablar, alguien con quien conectarte, aunque fuera sólo por amistad.
-Sólo llamé porque... - Dresden podía sentir sus mejillas en llamas, y no era por el calor del remolque. …l nunca había sido bueno hablando con los chicos. Demonios, le había tomado meses para ir a la agencia para encontrar una sustituta. Simplemente no era nada bueno cuando se trataba de pedir cosas o hablar con chicos calientes.
Roger había sido el que le pidió a Dresden salir. …l puso una tapa sobre ese pensamiento. No quería que sus recuerdos de Roger arruinaran esta llamada.
-¿Porque me encontraste ingenioso y encantador? - Preguntó Harland. - Sigue adelante, puedes admitirlo.
Dresden sonrió. - ¿Siempre eres tan egocéntrico?
-No, sólo estoy bromeando. Estaba tratando de borrar el nerviosismo que puedo oír en tu voz.
-¿Así que tú eres muy tímido, entonces?
Harland resopló y luego se echó a reír. - Difícilmente, pero no soy egocéntrico. Tengo buen aspecto.
Eso tenía que ser el mayor eufemismo que Dresden había oído nunca. Harland estaba construido como un buey y tenía una oscura y soñadora mirada. …l comenzó a imaginar cómo sería tener sexo con alguien tan musculoso.
Dresden sintió que se sonrojaba de nuevo. …l no debería tener esos pensamientos. Involucrarse con alguien en este momento no estaba en su mejor interés. Sin embargo, él no se atrevía a finalizar la llamada. - ¿Eran tus hermanos con los que te vi?
-¿Jed y Bryson? Nop. Son mis mejores amigos. ¿Quién era el niño contigo? - Preguntó Harland.
Mi hijo. - Dresden no se avergonzaba de Markey y estaba orgulloso de su hijo dos años de edad. Markey era el centro de su universo.
Oh. - Harland se quedó en silencio por un momento antes de decir- Lo siento. Podría haber jurado que eras... no importa.
-¿Gay? - Dresden preguntó mientras su sonrisa se hizo más amplia. Había un montón de hombres que asumían que él era recto sólo porque tenía un niño.
-Bueno, sí. Pero no tiene importancia si no lo eres. Me gusta hablar contigo.
-Lo soy. Tuve a Markey a través de una madre sustituta. - No estaba seguro de por qué sentía la necesidad de explicarse. Tal vez era el hecho de que Dresden estaba francamente solo y le encantaba tener a alguien con quien hablar. O podría ser que a él realmente le gustaba Harland y quería el aire limpio entre ellos.
A pesar de que había estado nervioso por llamar, le resultaba fácil hablar con el chico.
-¿En serio? ¿La madre no quiso a su hijo?
-Fue arreglado - explicó Dresden.- Pasé por una agencia de adopción.
- ¿Tienen cosas así? Quiero decir, ¿lugares donde puedes ir a embarazar una chica?
Dresden se rió de la confusión en el tono de Harland. - Yo no tuve sexo con ella. La madre de Markey fue inseminada artificialmente con mi esperma.
Suena demasiado clínico. - Harland chasqueó la lengua.- ¿Estás seguro de que no va a venir después por el bebé?
-No. Firmamos un contrato. Lo hace para ganarse la vida. - Dresden se movió de la mesa y se sentó en el sofá, comprobando para asegurarse de que Markey no se sobrecalentara. Si hacía demasiado calor, su hijo tendría un ataque de asma. Ya había ocurrido una vez desde que habían ido a vivir con su tío hace un mes.
-Es un chico lindo - dijo Harland- Tiene tus ojos y cabello.
-Gracias. - Dresden se acomodó, frotando la mano sobre la pierna de su hijo. Su hijo estaba todavía dormido y lo estaría por el resto de la noche- Así que, ¿qué haces para ganarte la vida?
-Embarazar caballos y servir bebidas.
Dresden frunció el ceño. - Espero que no todo a la vez.
La profunda risa que se apoderó de la línea tenía a Dresden sonriendo de oreja a oreja. Le gustaba ese sonido. Era bajo, melódico, y le dieron ganas de hablar toda la noche. Sentía un aleteo en el estómago mientras se mordía el labio inferior.
-Espero que no tampoco, pero algunas noches me lo pregunto. Crío caballos y soy copropietario de la barra en la ciudad.
Dresden recordó un momento en su vida que fue tan emocionante. …l había sido propietario de su propia galería y había vendido pinturas a algunos coleccionistas muy ricos. Pero una fatídica noche había cambiado todo.
-Deberías traer a Markey al rancho en algún momento. Tengo un caballo que es lo suficientemente suave para que él lo monte.

Dresden quería decir que sí. A él le encantaría que su hijo experimentara algo así. Pero sabía que no podía. Stork mantenía una estrecha vigilancia sobre él. Y, además, no podía conseguir suficiente tiempo libre de la tienda. Stork se aseguraba que Dresden trabajara para cubrir no sólo su sustento, sino el gasto de la guardería Markey.
-Puede ser.
El sonido de Stork gritando fuera del remolque tenía a Dresden lanzándole continuamente una mirada a la puerta. Su pecho se apretó mientras tragaba. Si su tío sabía con quién estaba hablando, haría un escándalo. - Me tengo que ir. Fue un placer hablar contigo, Harland. - Dresden colgó antes de que el vaquero tuviera la oportunidad de responder.
Apenas había empujado su teléfono bajo su pierna, cuando Stork entró. Se acurrucó en el sofá, cerrando los ojos mientras se imaginaba como sería pertenecer a alguien tan dulce como Harland Macy.
Notas finales:

Si alguien tiene cerca una librería donde tengan a la autora Lynn Hagen vayan y compren sus libritos, siempre debemos apoyar a los bellisisimos autores. Yo lo haría pero mi país es un maldito que no trae esos librillos :( 


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