Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Jump to emptiness. por Natkido

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Según yo esta historia sería un one-shot, pero cuando me di cuenta ya tenia otro capítulo escrito y otros 2 más en proceso...

-¡¿Que crees que haces?!- la voz imponente del patriarca de la familia Vinsmoke se hizo oír, al entrar a la habitación de su tercer hijo de forma atrabancada, azotando la puerta de paso, la cual crujió dolorosamente.
 
-¡¿Que no es obvio?!- contestó Sanji, sin girarse a mirar al rubio mayor, mientras sus hábiles manos empacaban sus pertenencias más sagradas y preciadas en su maleta predilecta que era de un hermoso color azul.
La cual era demasiado pequeña para albergar toda su vida, pero era lo suficiente espaciosa para llevar lo necesario y quizás algo más. 
Al final no importaba. 
Sólo necesitaba un par de cosas. Ya cuando estuviera con su novio en su nuevo departamento y con una nueva vida se preocuparían ambos de conseguirle lo que le hiciera falta. 
- ¡Me largo de aquí!- grito, mientras sus pies lo llevaban a su armario, donde el joven cocinero escogió las prendas de vestir que más le gustaban, sacandolas así de los ganchos donde colgaban impecables y magníficas- ¡Por fin lograste lo que tanto querías!- dobló su ropa con cuidado y movimientos rápidos, para acomodarla en su maleta pulcramente, mientras su padre lo miraba silenciosamente- Ya te has desecho de mi. No tendrás que seguir lidiando con mi presencia, ¡Nunca más!...- tomó la foto que descansaba en su buroc y la cual con todo el cuidado del mundo colocó enzima de sus demás pertenecías, buscando mantenerla a salvo.
 
En ella se podría apreciar a Sanji, con escasos 9 años de edad, siendo apapachado por su madre, la cual lo abrazaba protectoramente, mientras los dos le mostraban a la cámara una enorme y brillante sonrisa.
 
Acarició el vidrio del portaretratos el cual protegía dicha imagen y cerró por fin su maleta.
 
El curioso chirrido del cierre le provocó una grata sensación en la boca del estomago al momento que lo cerró. Ese sonido representaba la decisión que había tomado de dejar todo atrás.  
Le decía adiós con esa acción a 21 años de un pasado tanto triste como feliz.
 
Una sonrisa satisfecha brotó de los labios del joven, encantado con la decisión que había tomado y orgulloso de si mismo por haberse animado a hacer lo que estaba haciendo.
 
Levantó la mirada para clavarla en los ojos de su progenitor y con ese simple cruce entre ellos se despidió. 
No hacía falta más reclamos de su parte y estaba seguro que no recibiría palabras dulces del mayor para que tomara la decisión de quedarse. Y no es como si el quisiera recibirlas.
 
Sanji bajo la maleta de su cama, pulcramente tendida, extendía la agarradera de esta y comenzó a jalar de ella, deslizandola hacia la puerta. 
 
Antes de salir detuvo su andar y con el,  también el de su maleta. Giro su rostro lo suficiente para mirar su amplio cuarto, apreciando en el cada cosa y objeto que lo acompañó por años. 
Ese viejo closet de madera finamente tallada, donde se escondía de sus hermanos, cuando estos querían golpearlo.
 
Aquel sillón de cuero negro que se hallaba bajo el gran ventanal con estructura de hierro, el cual se calentaba horriblemente cada que el sol se encontraba en el punto más alto del cielo, enviando sus luminosos rayos atreves del vidrio y con destino final a la superficie del sillón.
 
Miro la cama amplia, con sus esponjosas cobijas que la cubrían y aquella cabecera imponente de color cielo que la coronaba. En aquella cama recibió miles y miles de cuentos antes de dormir cuando su madre aún estaba viva.
 
Vio todo; el piso, la alfombra,  la puerta que llevaba al baño y su pequeña mesa de estudio. Poso su mano en el marco de la puerta donde su madre《 y después del fallecimiento de esta, su hermana》 marco su crecimiento hasta que cumplió los 18 años. 
 
Suspiro hondo. Y desde el fondo de su corazón agradeció a ese pequeñito lugar que fue su refugio por años. Agradeció una y otra vez y cuando estuvo seguro que aquel lugar inanimado lo entendió se despidió de el. 
 
Volvió a mirar a su padre el cual no despegó sus ojos de el. Le sonrió y dijo sin rencor y con sinceridad- Gracias...
 
Salió del cuarto. Cerró la puerta dejando en él a su padre y sus sentimientos de tristeza y odio hacia el.
Ya no tenía sentido seguir cargando con todo ese rencor que por años lo consumió en desesperación. Si quería ser feliz y entregarle lo mejor de sí a su pareja, debía estar limpio por dentro y no guardar en su pecho aquellos sentimientos negativos, que pudieran impedirle expandir el amor que sentía por el peliverde, el cual en una tarde de primavera en San Francisco,  le salvo de aventarse al vacío, con un beso y la sola razón de existir en el universo.
 
Bajo las escaleras con pasó decidido y con la emoción creciendo en su pecho de manera cálida y acogedora. Solo unos minutos más y estaría al lado del hombre que lo volvía loco en amor.
 
Vio a sus hermanos reunidos en la majestuoso sala charlando, no muy animados. En la mano del 2° y 4°hijo descansaban botellas de cervezas ya casi terminadas, mientras los otros dos tenían dichas extremidades ocupadas con papeleos y archivos que el deducia eran del la empresa familiar.
 
La primera en observarlo fue su hermana, la cual de inmediato entendió la situación, al momento que vio la maleta ser bajada por su rubio hermano.
- ¿Te vas?- pregunto la hija mayor de la familia, cuando Sanji se halló en el pie de la escalera. Su mirada detonava tristeza por la perdida y respeto por su hermano al este animarse a hacer lo que ella por años soñó.
 
-Si- la simpleza en su voz golpeó el pecho de la chica que cobarde bajo la cabeza. Y es que con solo esa palabra de dos letras su hermano le mostró lo fácil y sencillo que era ser feliz.
 
-¡Por fin! - comentó el peliazul, desde el sofá- La falla por fin se larga- soltó con acidez, mientras daba otro trago a su bebida. El peliverde soltó una carcajada satisfecha, que demostraba lo feliz que estaba con la noticia.
 
-Si, por fin su idiota hermano tuvo las agallas para irse- comentó el rubio, mientras se acercaba a su hermana, a la cual tomó de las manos, invitándole a pararse- Agallas que les falta a ustedes...- la pelirosa se paró, dedicándole una mirada decaída,  apesar de que el rubio no lo dijo con afán de ofender.
 
- ¡Escúchame Reiju!- le tomó el mentón a la chica y con voz cálida dirigió una palabras únicamente a ella- ¡ Te amo hermanita! - le acarició la mejilla con ternura, ignorando los insultos de los otros tres por esa muestra de sentimentalismo- Y por que te amo, no puedo tolerar  verte sufrir y vivir una existencia de mierda que se esta llevando tus años y tus ánimos, dejándote seca y vacía...- la chica soltó un sollozo por la dureza de esas palabras que ella sabían eran reales- Déjeme salvarte...- susurro en una súplica - Déjenme salvarlos- se volteo a sus hermanos, los cuales callaron al oír salir esas palabras del cual, según ellos era el más débil del linaje- No puedo irme, sabiendo que deje a mis hermanos en esta asquerosa realida...- bajo la cabeza e inclinó su cuerpo en una súplica - Déjenme ayudarlos... Como alguien me ayudó cuando creí que no había salida, ¡Permitanme mostrarles que la vida es más que esto!... ¡Por favor!...
 
Un silencio sepulcral lleno el ambiente por largos minutos, hasta que el hermano mayor hablo- ¡¿Tu?! ¿Ayudarnos? ¿A nosotros? - se señaló a sí mismo, con mirada incrédula- ¡No seas estúpido! Nadie en esta familia necesita la ayuda de un ¡Falla!.
 
-Pero que idiota eres Sanji- se burló el él peliazul de los cuatrillisos.
 
- Se que en este momento solo se burlaran y no lo tomarán en serio, pero quiero que no se les olvide que si en algún momento ustedes quieren vivir su vida y quieren ser realmente felices, pueden contar conmigo, que yo estaré ahí para ustedes- se volteo a ver a su hermana la cual tenía dolorosas cascadas brotando de sus ojos- Sólo espero que no se tarden tanto en querer buscar su libertad, en especial tu... Reiju-  la envolví en un abrazo que sirvió como lugar y refugio para la chica, la cual lloro y lloro, hasta quedar seca, ante la mirada sorprendida de sus demás hermanos, pues estos nunca había visto llorar a la chica, en todos sus años de vida.
 
Un beso en la frente y un apretón de manos fue la despedida que le dio Sanji a la pelirosa. Volvió a tomar su maleta y con una sonrisa resplandeciente se dirigió a paso veloz a la puerta principal.
 
Sus manos picaron en emoción y con un fuerte empujón abrió la entrada...
 
La luz del sol esploto como fuegos artificiales, bañando la sala con violencia. Pintando todo de hermosos tonos naranja; como si un cuadro gris hubiera sido pintado por la fibras de un delicado pincel, el cual se hallaba en manos de un artista como vincent van gogh
El sonido del viento al deslizarse por las hojas de los árboles que llenaban el pateo, crearon la más dulce melodía y el cantar de los pájaros acompañó tan bella pieza de música, que como miel, endulza el oído de quien lo escuchara. 
 
El olor a frutos y a naturaleza acariciaron la nariz con su fragancia placentera y el aire llevo el dulce aroma de acero, sake y sal a todos en la sala.
 
Recargado sobre un auto "Viejo" y desgastado se hallaba Roronoa.  Manos cruzadas en símbolo de relajación y ceño fruncido por el molesto sol. Esperaba paciente la salida de su rubio amante y cuando sus ojos lo vieron, su mirada se volvió amable y noble. Una sonrisa brillo en su rostro y el amor salió por cada poro de su ser.
 
El rubio suspiro con aquella vista de ensueño he incapaz de soportar toda esa dulzura que llenaba su ser, hizo lo único que podía calmar aquella hambre que tenía de amor.
 
Corrió con maleta en mano y al estar a un par de pasos de distancia del hombre de piel tostada la soltó. 
 
Sus piernas dieron un salto y luego se enrollaron en las fuertes caderas ajenas. Brazos fuertes y bronceados lo recibieron entusiastas y lo empujaron al pecho marcado por músculos del peliverde de tres pendientes.
 
Un beso dulce y lleno de pasión fue su saludo y un gemido necesitado fue la promesa por parte de Sanji, donde juraba nunca separase de su lado.
 
Sanji fue llevado en brazos a la parte del copiloto del carro, fue depositado con cuidado en el asiento y la maleta fue aventada  a la parte trasera.  Zoro se monto en la parte del conductor y cuando esté prendió el motor Sanji bajo la ventana, asomando su cabeza dorada y grito a todo pulmón.
 
- calle Broadway número 1246- anuncio su dirección con una sonrisa- Las puertas de mi casa están abiertas para a ustedes.
 
La risa encantada de Zoro lleno el aire de Sanji, produciendo un ronroneo gustoso de su garganta- Es que más noble no puedes ser- comentó, girando el volante y dándole vuelta al carro, con dirección a la salida de la propiedad Vinsmoke.
 
El automóvil se desvaneció a la distancia, ante los hermanos empresarios y al igual que ellos, Judge los vio partir desde la ventana que se hallaba en la antigua habitación de su hijo Sanji.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).