Recuerdo que un par de horas después de llegar a mi casa recibí un mensaje de el, cabe mencionar que lo conteste casi al instante. Él hacía preguntas y yo respondía, claro el no invadió mi privacidad ya que todo el tiempo se puso al margen de esta con sus palabras “solo si tú me quieres contar”. Debo aceptarlo el no era como los demás lo describían, un chico muy orgulloso, serio, antisocial, engreído, entre muchas otras cosas, a pesar de eso sí note algo el era extremadamente reservado.
Ese mismo día el me pregunto “¿Cómo puedes ser tan amable y tan confiable?” Así que me puse a pensar en una buena respuesta, al parecer ni yo lo sabía pero podía hacerme una idea y elegí contestar con sinceridad:
-“ veras la verdad no lo se, para serte franco nunca me lo había pensado, sin embargo puedo decirte que he pasado por muchas cosas que no me gustaría que alguien más pasara y debido a eso si ese alguien me acepta, le probaré que puede confiar en mí desde el primer momento así podré ayudarle si lo necesitase” - entonces presione el botón de enviar mensaje esperando una burla de su parte cuando lo leyera al final, muchos lo harían. Quede sorprendido al recibir su respuesta y claro otra pregunta le surgió. Su respuesta fue muy educada
-“Wow eres el primer chico que conozco que dice algo como eso, que es sincero, eres diferente a los demás, mientras más platico contigo más me agradas. Eres muy lindo pero ¿Qué te ha pasado para que seas así? Claro si no hay ningún inconveniente en que me lo cuentes “- esa pregunta me llego sin anestesia, aún no estaba listo para contarle una mala parte de mi vida, no, mala no...... horrible. Era algo que aún causaba estragos en mi cabeza así que como pude le dije -“prometes no decirlo?”-
-“tranquilo, lo prometo”-
-“ en verdad a nadie”-
-“hey lo juro no le diré a nadie”-
-“está bien.... pues verás mi ex novio al que claramente conoces me engaño acostándose con alguien más porque yo no me deje, yo no quería eso ademas....”- envié el mensaje sin continuarlo esperando su respuesta.
-“ademas ? Tranquilo, puedes contarme si crees que debes” -
-“ veras... cuando yo era pequeño, tenía aproximadamente nueve años, mis padres discutieron y mi madre fue a mi cuarto y se acosto conmigo sin embargo mi padre fue y quede en medio de los dos, la verdad no se qué pasó ahí pero.... quiero creer que entre sueños mi padre.... comenzó a toquetearme... y por más que intentaba quitar sus manos de mi cuerpo no lo lograba, su fuerza era mayor y mi madre estaba despierta ella sabía lo que estaba pasando y no lo evitó... no lo detuvo, no se porque.... casi sucede otra cosa, hasta que por fin mi madre lo quito y se lo llevo de mi cuarto... pero el recuerdo sigue ahí y yo no quería eso... por eso mi carácter es así.... “ - la verdad existió una razón más para que yo le contara eso... solo que por ahora no puedo recordarla del todo... mis ojos se lagrimearon al recordar eso, fue traumante y hasta la fecha lo sigue siendo.
El solo contesto -“vaya, no pensé que fuera por algo así, tranquilo yo te ayudaré a superar eso, al final eres mi amigo, no ?”- envió una carita sonriente y un puño.
-“Así es, lo somos” - Solo envié un puño del lado contrario. Recuerdo que seguíamos platicando pero en esos mensajes ya no hay nada más importante.
Casi dos semanas habían transcurrido desde aquel incidente y el chico pelinegro y yo nos hablábamos mucho más y nuestra relación iba mejorando demasiado, era como si lleváramos años conociéndonos. En esas semanas se nos hizo costumbre buscar cualquier pretexto para sentarnos juntos en historia, ya que era la única clase en que nos podíamos cambiar de lugar.
El iba a mi lugar inventando que necesitaba devolverme un cuaderno o solo a platicar y yo iba al suyo diciendo que él me necesitaba para dormir en mi hombro ya que era su “dobe” y el ... el era mi “teme” por dormilón jajaja aún así era algo justo ya que ahora ambos teníamos apodos algo graciosos.”
Me levante un poco de la bañera, estire mi brazo y tome el shampoo. Empecé a lavar mi cabello dando ligeros masajes con la yema de mis dedos en el, terminando abrí un poco el grifo y con mis manos en una tipo forma de canasta enjuague el mismo. El shampoo caía muy cerca de mis ojos y para que esté no entrará en ellos los volví a cerrar... pero algo pasó esta vez, algo similar a lo del espejo, un flashazo rápido de una platica con mi mejor amiga sobre aquel chico. No la recordaba entera, así que decidí pensar en ella una vez que estuviera fuera de la bañera.
Termine por lavar mi cuerpo, tome mi bata y salí de la bañera, con una toalla seque mi cabello y lo cepille. Camine a mi habitación y aún con la bata me acosté en mi cama... esa conversación marcó la diferencia, la conversación eligió lo que pasaría después, una decisión, una difícil de tomar... ¿Qué fue? Era un lunes lo recuerdo ya que a la segunda clase debíamos bajar a computación... yo iba caminando con Shikamaru y aquel chico tapó mis ojos, encamine mis manos a las suyas y comencé a sentirlas, no eran algo suaves y un poco delicadas, las quite de poco en poco hasta que logré quitarlas por completo me abrazo, río cerca de mi oído y me dijo -“te veo después mi do-be”- y pasó por delante de nosotros no sin antes echarle una mirada fulminante a Shikamaru. Cuando estuvo lo suficientemente lejos Shikamaru habló
-“Te gusta el, cierto ?”
Casi al instante respondí -“No, solo somos amigos, además a penas lo conozco”- mire mi cuaderno y reafirme mi respuesta -“en verdad no me gusta”-
-“ajá lo que digas, es muy obvio”- parecía molesto-
-“es verdad, no te miento”- Lo mire y le sonreí alzando mi puño con el dedo pulgar arriba.
El ya no respondió más sobre aquel tema. Seguimos caminando en completo silencio hasta llegar al salón. Tomamos nuestros lugares y comenzamos a realizar el trabajo que nos pidió el profesor Kakashi, pero no podía concentrarme, por alguna razón seguí pensando en esa pregunta “te gusta ?”.Estaba seguro de que no era así, a Naruto Uzumaki no le podía gusta alguien que apenas conocía.
En fin, después de una hora la clase termino y mi trabajo estaba a medias, tuve que quedarme un poco más de tiempo en el salón, amablemente mi amigo se quedó conmigo para ayudarme, al salir, mientras subíamos las escaleras hubo un silencio incómodo, no sabíamos que decir, pero inconscientemente hablé diciendo -“si, me gusta”-