Wally había estado muy animado los días siguientes. Eso claro, cuando pasaba tiempo con el equipo –lo cual se había vuelto algo muy escaso fuera de las misiones-. Aquello cambió cuando en una ocasión debido a una misión en el extranjero, el equipo tuvo que irse poco más de una semana. Después de cuatro días, el velocista adolescente se estaba volviendo loco, no para de hablar de su novio Dick Grayson, de lo lindo y divertido que era y de cómo lo extrañaba. No solo se volvía loco él, también volvía loco al resto del equipo, dejando a Robin como el único que lo soportaba. El Boy Wonder parecía incluso divertido con todo lo que su amigo pelirrojo le platicaba.
Cuando se enteró que después de 11 días regresarían a sus respectivas ciudades, Wally volvía a sonreír y no paraba de hablar de cómo ansiaba ir a ver al chico de Gotham.
"¿Así que él es menor que tú?" le preguntó Robin cuando iban camino al punto de encuentro donde la Liga los recogería "¿Y a dónde exactamente lo llevas a citas?"
KidFlash juntó su labio inferior y sus dientes superiores y exhaló aire como si la cosa le causara risa, como si el compañero de Batman, el mejor detective del mundo, no pudiera pensar en algo tan obvio.
"¡A donde sea que él quiera! Vamos Rob, ¡soy KidFlash! Si quiere ir a la playa más linda o al bosque más acogedor, Dick sólo tiene que decírmelo y estamos ahí, en un Flash".
El menor se acomodó en su asiento y agarró su barbilla con la mano derecha, como meditando algo.
"No lo sé KF, todo eso suena muy extraordinario pero, ¿no dices que este chico es millonario? Por lo que dices, probablemente ya tenga casas en todas las lindas playas y los bosques acogedores del país, o incluso en cualquier otro lugar."
Wally abrió la boca y elevó su dedo índice, pero ambos se quedaron ahí inmóviles pues el chico no pudo decir nada. Sus ojos verdes se movían de un lado a otro mientras digería lo que su amigo acababa de decirle. Ocasionalmente tomaba aire pero casi de inmediato lo dejaba salir ruidosamente, frustrado, pues no había nada con lo que pudiera objetar.
Compadeciéndose de su amigo, Robin volvió a hablar.
"Ok, ok, no es el fin del mundo, sólo piensa un poco. Ese chico debe estar acostumbrado a toda esa clase de lujos, ¿no? ¿Por qué no intentas algo más... normal? Yo creo que eso sería más apropiado, viejo".
KidFlash volteó a verle nuevamente con una cara de incredulidad propia de un niño pequeño, lo cual hizo sonreír de más a Robin quien no pudo evitar enternecerse y reírse de lo tonto, lindo e infantil que se veía.
"¡Claro, CLARO! Rayos, no puedo esperar. ¡Eres genio Rob!" en su euforia, corrió al asiento de su amigo y lo abrazó fuerte, levantándolo en el aire.
"Oye, ¿ya lo pensaste bien? No es como que puedas ir al cine o al circo con tu traje". Wally lo dejó en el suelo nuevamente y sacudió la mano de un lado a otro, quitándole importancia a lo que planteaba.
"Por supuesto que no. Le diré quién soy, y así esto será aún más oficial" dijo contento.
El resto del camino el pelirrojo la pasó en silencio, seguramente fantaseando en cómo reaccionaría Grayson ante la revelación y pensando en miles de escenarios en los que saltaría a sus brazos a besarle y empezar con la mejor de las citas. Todas esas ideas y escenarios volando por la cabeza del pelirrojo a la velocidad en la que sólo un Flash podía pensar. Robin veía como su rostro y sus ojos se relajaban al mismo tiempo en que se sonrojaba, seguramente pensando en cómo sabrían los labios del niño. Unos segundos después, podía ver cómo abría los ojos, enormes, mientras sus cejas se unían en el entrecejo deleitándolo con una mirada de determinación; seguramente ahora pensaba en cómo llegar al punto anteriormente mencionado.
El Boy Wonder no hacía más que observarlo encantado, descansando su mentón en el dorso de su mano con una sonrisa de satisfacción. No podía creer lo fácil que le había sido conseguir una cita decente sin tener que pedírsela directamente, sólo esperaba no tener que ir en ella en cuanto regresaran de la misión.
Pero oh, Robin estaba tan equivocado.