— ¿Y qué se supone que piensas hacer...? —preguntó el rubio, acomodándose nuevamente en el sillón de su sala de estar.
—No sé —sinceró—. Por eso te pedí que habláramos.
Taemin le había enviado un mensaje de texto a Kibum de si era factible juntarse a beber algo o salir por ahí. Realmente necesitaba conversar sobre el rumbo que estaban tomando las cosas con Miho y Key le pareció la mejor opción. A fin de cuentas era el único que los conocía a ambos y sabía que era homosexual.
—Yo te diría que sólo vivieras el momento, pero parece complicarte un poco —Taemin asintió—. ¿A qué le temes?
—No sé.
—Yo creo que sí lo sabes.
—Que no lo sé.
—Taemin.
El menor suspiró y después de unos segundos continuó.
—No sé si quiero una relación seria. O sea, sí, pero... Dios, no sé. No sé si quiero o no quiero. ¿En realidad? No sé si estoy preparado para una relación seria. Hace años que no tengo una y ni recuerdo lo que se siente.
Kibum sonrió enternecido. Sabía que las dudas de Taemin iban por ese ámbito y que el menor no era precisamente expresivo.
Así que escucharlo decir aunque fuese sólo eso, sentía que era un gran paso para él.
—¿Lo quieres...? -el sonrojo en las mejillas de Taemin le dieron la respuesta antes de que él la dijera, pero sabía que el castaño no podía sincerarse tanto aún-. Yo creo que él si te quiere...
La sonrisa de Taemin y sus ojitos ilusionados no pasaron desapercibidos por el rubio.
—Tengo otro problema...
—¿Cuál?
—Odio ir a acampar.
—¿Y qué tiene que ver eso?
—Que me invitó a acampar al bosque. Con carpa y sacos de dormir incluidos... —puchereó—. ¡Hyuuung! De verdad que odio ir a acampar. Odio caminar, odio dormir en el suelo y, por sobre todo, odio a los insectos.
Kibum se carcajeó.
—Dios, Minnie, ¿y por qué no le dices que no?
—Porque no le quiero decir que no.
—Eso ya es problema tuyo.
Jonghyun le había comentado en alguna oportunidad que él y Minho solían tomar lo estrictamente necesario para sobrevivir y salían a recorrer el mundo. A veces en bus, a veces en auto. A veces con dinero, a veces sólo con lo justo. Incluso, cuando más jóvenes, hubieron ocasiones en las que Minho tocaba la guitarra mientras que Jonghyun cantaba en las calles para ganarse lo necesario para comer durante el día. Ahora más grandes, solían disfrutar yendo a la naturaleza –bosques, playas, ríos, montaña- sólo para conocer, sin miedo ni siquiera de perderse.
Era un pasatiempo que ambos compartían, pero que Kibum sabía no podría participar –a menos de que fuesen en auto y arrendasen una cabaña, porque él no pensaba agonizar acampando-. Y ahora, al percatarse de la situación del menor, sabía que no estaba solo.
Fue la primera vez que de verdad quiso contarle a Taemin que estaba saliendo con Jonghyun.
—Ya revisé el tiempo y todo, pero ni siquiera habrá lluvia ese fin de semana —puchereó el castaño.
—¿Cuándo irán?
—El próximo fin de semana.
Kibum sonrió.
—Desde ya te doy mi sincero pésame.
—¡Hyuuung!