Kibum bufó por octava vez en los últimos diez minutos.
Cuando le había insistido a Jonghyun para que lo acompañase a ver La La Land al cine, tuvo que utilizar el último as bajo su manga porque el idiota de su novio no quería ceder su día libre yendo a ver un musical romanticón con final predecible. Key le había chantajeado diciéndole que la próxima vez le acompañaría sin rechistar a ver lo que él quisiera.
Gran idea, genio.
Así que ahí se encontraba con su bebida a la izquierda, Jonghyun a la derecha, y un gran bote de palomitas de maíz entre sus piernas
Suspiró, percatándose de que la mayoría de la audiencia dentro de la sala no debía tener más de 18 años, e incluso habían padres acompañando a sus hijos en un maravilloso panorama familiar de fin de semana.
Y es que ir a ver una función de One Piece no era el ideal de cita que tenía considerado.
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—¿En serio, Kim Jonghyun? ¿En serio? —el aludido tembló en su lugar por el tono de voz que estaba utilizando el rubio.
¡Sabía que estaba enojadísimo sólo porque lo había llamado por su nombre completo! ¡Igualito a como lo hacía su mamá cuando era pequeño!
—Bummie —lloriqueó Jonghyun—. Sabía que si te decía qué vendríamos a ver te negarías...
—Pero, ¿One Piece? —recalcó—. ¿Y doblada? Por último en su idioma original y con subtítulos.
—Las películas animadas deben ser dobladas, sino no tiene gracia —Kibum lo miró con aún más enojo en sus ojos... si es que era posible—. Lo siento...
El rubio se cruzó de brazos en su lugar.
— ¿Bummie? —el nombrado no le respondió—. Vamos, amor, te tengo una sorpresa.
—Estoy molesto, Jonghyun, no funcionará.
—¿Ni aunque te diga que tengo boletos para el musical que querías ver? —preguntó, sacando ambos boletos desde el bolsillo de su pantalón.
Los ojitos de Key se iluminaron al escuchar lo dicho por su novio.
—¿Para The Greatest Showman?
—Sí.
—¿En serio?
—Sí.
—¡Mierda, Jjong, te amo! —dijo, quitándole los boletos de sus manos y dándole rápidamente un beso en la mejilla—. ¿Cómo sabías que quería verla?
—Te escuché hablando con Onew el otro día que querías verla.
Kibum dio pequeños saltitos en su lugar, sólo por la emoción.
—¿Y también sabías que Zac Efron fue mi amor de adolescencia? —y corrió hacia lo que era confitería por otro bote de palomitas sin esperar la reacción de su novio.
Ahora sería el turno de Jonghyun de bufar y refunfuñar viendo cómo Kibum suspiraba por otro hombre.
Aunque fuese un actor que jamás viese en la vida, sí, se pondría celoso de todas maneras.
Grandioso.
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Jonghyun se rió de la expresión que tenía su novio en su rostro.
—¿De qué te ríes?
—De nada —pero continuó con su sonrisa en su rostro.
Key refunfuño.
—De todas formas Zendaya no era bonita.
Jonghyun volvió a reír.
—¡Ay, Kibum! —lo abrazó—. Si así de celoso y posesivo te amo igual.
—¡Jjong, alguien puede vernos!
—Pues que miren.
Ninguno de los dos supo que habían un par de ojos que se habían percatado de tal escena.