Kibum odiaba tener que dárselas de la secretaria de Jonghyun, pero algo le dijo que ese día era una buena idea hacerlo. Acomodó las seis tazas en una bandeja y colocó al lado té, café, azúcar y algunas galletitas. El moreno se encontraba en una reunión junto a los encargados de las demás secciones de la revista para organizar la planificación de la siguiente publicación y algo le dijo que fuese a hacer acto de presencia.
No se equivocó.
La estúpida de Sekyung, la encargada de la sección de moda, estaba sentada al lado de su novio mientras le tocaba parte del antebrazo con sus sucias manos. ¡Y directamente piel con piel! Porque el idiota de su novio, además, tenía arremangada la camisa hasta por sobre su codo.
Escondió su humor de perros bajo una leve sonrisa dejando las cosas que había llevado sobre la mesa, dedicándole una severa mirada a Jonghyun. Omitió un bufido, sólo por cortesía, al darse cuenta de que ni siquiera se había inmutado por su presencia y de haberlo pillado in fraganti.
A veces olvidaba la necesidad que tenía el moreno de sentir a la gente a través de su piel. Se la perdonaba cuando, inconscientemente, tocaba demás a Taemin, pero no cuando estaba tan cerca de una extraña que no le agradaba y le sonreía coquetamente.
—Gracias, Kibum —dijo la chica, mientras soltaba al moreno y tomaba la taza que le ofrecía el rubio.
Griciis Kibim.
Estúpida.
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—Me alegras la tarde cuando vienes a las reuniones de trabajo —soltó Jonghyun cuando Key y él se encontraban a solas en el gran salón donde se había reunido con sus compañeros. Se había quedado unos minutos extra ordenando un par de papeles cuando apareció el rubio para retirar la loza sucia que habían utilizado.
—Oh, ¿en serio? No se nota —escupió enfadado. La idea de evitar problemas y de esconder sus celos había quedado en eso... solo como una idea.
—¿De qué hablas?
—Nada.
El moreno frunció el ceño.
—¿Te pasa algo?
—No sé, ¿me debería pasar algo?
Y ahí recién fue que Jonghyun se había dado cuenta de que la había cagado. Cómo, ni idea, pero sabía que algo había hecho –o no hecho- para que su novio se comportase así.
Se levantó rápidamente de su asiento, mientras aflojaba su corbata, y cerró suavemente la puerta colocándole el pestillo. Sino arreglaba la situación en ese momento sabía que a la noche le tocaría dormir solo. O en su departamento o en el sillón. Y ninguna alternativa era muy tentadora si su novio no estaba con él.
—¿Qué hice? —preguntó algo asustado, acercándose a Kibum mientras lo acorralaba a la gran mesa y le invadía su espacio personal.
Key sólo elevó una ceja cuando se percató de que el moreno había puesto cada uno de sus brazos a sus costados, evitándole cualquier tipo de escapatoria.
Kibum gruñó.
—No sé, pregúntale a Sekyung.
—¿Qué...?
Oh, cierto. Sekyung estaba al lado suyo cuando Key había entrado con el café a la reunión.
Rió.
Sí, se había atrevido a reír frente a Kibum que estaba molesto, fruncía el ceño y cruzaba sus brazos.
—¿De verdad? —siguió sonriendo.
—¡No te rías, tarado, que estoy molesto!
—Pero Bummie, ¿estás celoso de Sekyung? ¿En serio? —rió—. Con suerte la veo una vez al mes en las reuniones.
—Nadie ha dicho que estoy celoso.
—Pero lo estás —apuntó, besando a su novio. Sólo un pequeño roce que hizo que Kibum abriese sus ojos en demasía—. Te quiero...
—Jjong... —intentó alegar recalcando el hecho de que aún estaban en la oficina, pero Jonghyun se le acercó nuevamente a besarlo.
Al moreno le importó poco y nada si alguien andaba cerca, sólo se aproximó a los labios ajenos y le besó. Giró levemente su rostro para tener mayor proximidad con su novio y entreabrió sus labios para profundizar el beso. Lamió y succionó los labios del rubio y cuando se dio cuenta, Kibum ya le estaba rodeando el cuello con sus brazos dejándose besar.
—Kibummie, te amo —susurró.
El menor se terminó apoyando finalmente sobre el borde de la mesa y, afirmándose de ésta, separó levemente sus piernas para que el moreno se acercase aún más a su cuerpo. Soltó un leve jadeo cuando sintió las caderas ajenas junto a las suyas.
Key se separó abruptamente cuando sintió que alguien movía la perilla de la puerta con supuestas intenciones de entrar.
—Mierda... —dijo apenas en un murmullo.
—¿Hola? —dijeron del otro lado de la puerta, dando algunos leves golpes para llamar la atención.
—Sht —Jonghyun se apresuró en colocar, suavemente, una de sus manos sobre la boca del rubio para evitar que hablase. Se le notaba el pánico en los ojos.
La persona que estaba fuera de la sala intentó un par de segundos más en abrir la puerta, por si cedía, pero terminó por marcharse sin obtener resultados.
Un suspiro lleno de alivio salió de los labios de Kibum.
—Por poco —comentó el moreno, recibiendo un leve golpe en su pecho con el dorso de la mano del rubio.
Por lo menos a Key se le había pasado el mal humor.