Minho le pasó las llaves de su departamento a Jinki porque en las condiciones en las que se encontraba no se creía capaz de poder insertarlas correctamente en la cerradura. Lo primero que hizo el alto cuando ingresó a su hogar fue dirigirse al sillón de su sala de estar, arrojándose sobre él.
Onew, por su parte, encendió las luces del lugar.
- ¿Piensas quedarte ahí...? –Recibió un quejido como respuesta. El dolor de cabeza estaba matando al menor. Suspiró.- ¿Tu hermano no está?
- No, salió. Estamos solos.
- A ver, ven para acá –Jinki se acercó y colocó su mano sobre la frente de su amigo-. ¡Estás ardiendo! ¿¡Cómo se te ocurre ir a trabajar en estas condiciones!?
- Mnh –se quejó. Onew había hablado muy alto para su gusto.- Nadie se había dado cuenta...
- Hasta que casi te desmayas en el ascensor. ¡Yoona no sabía qué hacer contigo! –Regañó.- Ya, anda a acostarte rápido, te prepararé algo y me iré.
Y del dicho al hecho, el castaño se dirigió a la cocina para revisar qué había en la alacena. No tenía muchas expectativas sobre lo que iba a encontrar ya que al ser el departamento de los hermanos Choi, supuestamente solteros, no esperaba mucha variedad en su dieta.
No se equivocó.
Apenas pudo preparar una sopa con las pocas verduras que habían en el refrigerador. No entendía cómo no tenían algunas presas de pollo para situaciones como esta. O como alimentación diaria, como él.
Cuando llegó a la habitación con la sopa caliente se percató de que el sueño ya había vencido a Minho. Estaba, literalmente, desparramado en la cama durmiendo plácidamente. Dejó el plato en un costado y se preocupó de arropar a su amigo, aprovechando de paso de quitarle sus zapatillas y su exceso de abrigo.
El menor reaccionó levemente con los movimientos de Jinki.
- ¿Cómo te sientes?
- Como la mierda –sinceró. Era difícil escuchar a Minho diciendo groserías sin que estuviera bromeando con Jonghyun o discutiendo con Kibum.
- En tu velador tienes algo para comer –desvió su mirada hacia la mesa de noche y se percató de algo que no había visto antes-. ¿De verdad...? ¡Minho! ¿Dos cajas de 21 unidades cada una? ¿En serio?
- Oh -sonrió. Onew desconocía lo honesto que se volvía su amigo cuando estaba enfermo.- Estaban en oferta el otro día.
- ¿Te fijaste en la fecha por lo menos? –Tomó una de las cajas sólo por curiosidad, tenía poco menos de dos meses para usarlos todos.
Oh, su amigo -y compañero de trabajo- se tenía fe en el tema. Y se que se supone estaba soltero.
- El otro día usamos cuatro con Taemin.
Oh, no.
Nonononono.
No.
Rayos, Jinki no quería tanta información al respecto.
- ¿Recuerdas esa vez que se llegó quejando de que le dolía el cuerpo porque me había acompañado al gimnasio diciendo que realmente no era lo suyo? –Sí, se acordaba. Pero no quería saber más.- Qué, no salió a ninguna parte. Se vino conmigo al departamento a ver unos asuntos y mi hermano no estaba, y bueno... –rió.
Mieeerda.
Onew ahora sí que conocía la sinceridad que brotaba de Minho cuando tenía fiebre, y eso que no estaba interesado en conocerla.
- El otro día también usamos en la oficina... –continuaba.
No.
Fin, en definitiva ya no se quería enterar de más.
- Nos vemos mañana –y huyó. Literal. Prácticamente salió corriendo del departamento de su amigo.
Por lo menos tenía la seguridad de que sus amigos se cuidaban y usaban protección.
Pero mierda, no quería saberlo.