Taemin sintió cómo vibró el celular en su bolsillo anunciando un nuevo mensaje.
Remitente: Minho.
¿Qué querría si sólo estaba a unos metros de distancia?
Minho: ¿Nos vamos juntos a la salida?
El menor sonrió, asumiendo que se irían al departamento de él.
Taemin: Claro.
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― ¿Dónde vamos...? ―preguntó Taemin una vez que Minho le señaló que debían bajar dos estaciones antes de lo que se encontraba el departamento de los hermanos Choi.
― Digamos que es algo así como una sorpresa.
― ¿Sorpresa de qué? ¿Y por qué?
― Oh, muchas preguntas, Lee. No sabía que eras tan curioso ―y rio, molestando al menor que no supo qué responder.
Caminaron un par de cuadras, y a Taemin le llamó la atención que cada vez que se alejaban de la estación el ambiente iba tomando un tono más residencial.
¿Qué se supone que estaba planeando Minho?
― Quiero presentarte a alguien... ―comentó, doblando en una esquina.
Mierda, el menor se puso nervioso. ¿A quién quería presentarle? ¿Sería importante para él? ¿Significaba algo en su relación? ¿No eran solo sexo? ¿Cuándo habían avanzado tanto? ¿Estaba bien él con eso?
― ¿A quién? ―preguntó, intentando esconder sus nervios.
―A Minji.
Mierda, ¿quién era Minji? ¿Una chica? ¿De su familia quizás? ¿O una amiga? ¿Su... novia?
No, no, no.
No debía sacar conclusiones apresuradas.
Llegaron frente a una guardería infantil y Taemin asumió que la novia de Minho trabajaba ahí.
Dios, ¿cómo podía ser tan estúpido?
No alcanzó a decidir si la mejor opción era empezar a gritarle al alto o salir corriendo de ahí. Minho había sido más rápido y había hablado con una de las encargadas del lugar. La chica se retiró y volvió a los pocos minutos después con una nena de no más de tres años de la mano.
― ¡Tío Minhooo! ―gritó la pequeña apenas le vio, corriendo hacia él mientras levantaba los brazos para que la alzase.
Minho no se pudo negar, y menos si su sobrina estaba usando el vestido rosa que su madre le había regalado para navidad.
― Hola, Minji ―saludó el alto, ante la atenta mirada de sorpresa de Taemin―. Tu papá tuvo un problema y me pidió que te viniese a buscar, ¿te molesta?
La chica sólo negó, mientras pasaba sus brazos por el cuello de Minho, abrazándole y acurrucándose en él. Minji no solía ver a su tío y eso que le encantaba pasar tiempo con él.
―Vine con un amigo, mira, salúdalo.
Minji miró de reojo a Taemin, que todavía no comprendía del todo lo que estaba sucediendo.
―¡Hola! ―saludó la pequeña, cuando Minho ya la había dejado nuevamente en el suelo.
― Oh, hola. Me llamo Taemin, ¿tú cómo te llamas? ―se presentó, colocándose en cuclillas para estar a la altura de la menor.
― ¡Choi Minji! ―dijo enérgica.
― Minho... ―le llamó― no sabía que tenías una sobrina.
― Es hija de Minseok hyung.
― No sabía que Minseok hyung tenía una hija. En realidad no sabía que estaba casad-...
Minho colocó una mano sobre la boca de Taemin para que no continuase la idea frente a Minji.
― Se divorciaron hace poco... ―susurró al oído del menor para que su sobrina no escuchase. Taemin sólo asintió―. Mira, Minji, te traje algo... ―dijo, mientras sacaba de su bolsillo un pequeño chocolate que había traído especialmente para la chica. No fueron ni treinta segundos para que el dulce dejase de existir entre los labios de la niña, sacando risas de ambos chicos―. ¿Nos vamos?
Minji sólo asintió mientras tomaba la mano de Minho para comenzar a caminar. Y a los próximos tres pasos tomó la mano libre de Taemin.
Irónicamente, parecían una pequeña familia.
Y Taemin no sabía cómo afectaría a la relación de sólo sexo que habían desarrollado.
... Aunque él hace un tiempo ya quería dejar de ser sólo sexo para el alto.