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Envueltos en miel [ShowHo] por erickkbaj

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Estaba un poco cansado de la situación en la que se encontraba. Los dos eran jóvenes y con altas y bajas lograban mantener una relación estable a pesar de lo que los demás decían pero Shin Ho Seok no podía decirse que estaba del todo satisfecho, el problema era que su novio y esperaba prometido Son Hyun Woo trabajaba todo el día desde que había heredado las acciones de la empresa de arquitectos de su abuelo.

Ho Seok apenas había terminado de graduarse de la Universidad como Ingeniero Automotriz mientras Hyun Woo provenía de una familia de reconocidos arquitectos, prácticamente su familia había diseñado Seúl y Busan sin mencionar los numerosos proyectos que tenían en Tokio, Shanghai y Dubai.

Hyun Woo ya había trabajado con su abuelo y ahora que él no estaba debía de atender la mayoría de los proyectos en el extranjero, no era su intención salir de viaje pero necesitaba acabar con esos proyectos para poder ser asignado a la compañía en Los Angeles y así poder mudarse junto a Ho Seok y poder casarse con él, lejos de todos los prejuicios en los que vivían pues habían sido obligados a ocultar su relación.

Extrañaba siquiera poder abrazar al menor, el trabajado lo absorbía demasiado, llegaba a su pequeño departamento a las tres o cuatro de la mañana cuando tenía suerte, Ho Seok no podía resistir más y terminaba dormido a las dos de la mañana, acostado en un ovillo a su espera, como un cachorro esperando a su amo. En ocasiones el mayor le podía arropar pero a veces ni llegaba a la cama, se quedaba tirado sobre el sofá sepultado en el cansancio. El menor se levantaba primero y le terminaba arropando para que no enfermera, siempre ponía su despertador a las seis de la mañana para tener tiempo de preparar el desayuno a Hyun Woo, era un chico que amaba dormir y no podía privarlo de ello, por eso lo dejaba dormir y le desvestía para que pudiera darle tiempo de bañarse y comer, o al menos solo para comer, el perfume ya cubriría lo demás, sabía lo importante que eran esos proyectos para él pero en el fondo sentía que no se sentía parte de él y que cada vez estaban más distantes.

—Hyun Woo. —Se alarmó al escuchar su nombre, se había sentado sobre la cama. Miró el reloj de su muñeca, ya se la hacía tarde. Se arregló su ropa mientras buscaba al menor por la habitación y fue entonces cuando abrió la puerta del baño.

—¿Ho Seok? —El menor estaba recargado contra los azulejos de la ducha, moviendo su mano a una gran velocidad, cerrando sus ojos mientras gemía el nombre del mayor, sus piernas temblaban y su pecho se agitaba. Hyun Woo suspiró viéndole, mordiéndose sus labios necesitando más de él. —Regresó en la noche. ¡Te amo! —Dijo desde la puerta principal, saliendo lo más rápido posible antes de que se le hiciera más tarde, después de todo hoy era el último día y tendría vacaciones antes de su cambio a Los Angeles.

—Al menos hubieras tocado un poco, tonto. —Abrió la llave del agua para que limpiara los restos de su esencia sobre su cuerpo, suspirando un poco para dar paso a una amplia sonrisa.

Hyun Woo había tenido un día difícil pero al final pudo terminar a tiempo y regresar a casa temprano en la noche como había prometido en la mañana. Había resistido sus impulsos de escabullirse por ahí o incluso dentro de su oficina poder masturbarse, había pasado cerca de tres meses sin que siquiera hiciera eso pero al menos esperaba esta noche poder hacerlo con Ho Seok.

Al entrar a su departamento notó que todo estaba oscuro, dejó sus zapatos en la entrada, caminando dentro dejando su portaplanos sobre el sofá. Encontró una nota del menor en el que decía que regresaría en un rato, había ido a la tienda a comprar algo para la cena. Sin darle mucha importancia entró al baño para por fin darse una buena ducha. El agua caliente sobre sus hombros cansados era la gloria, era una relajación que no había sentido en mucho tiempo, se sentía en calma y algo renovado, salió de la ducha con una toalla cubriéndole la cintura, estirándose un poco tomó un par de bóxer limpios y blancos cuando fue empujado contra la cama, apenas pudo reaccionar a tiempo cuando era atado de sus manos.

—Tranquilo, soy yo. —Susurró contra su oído, el mayor estaba confundido pero le hizo caso, se calmo y tomo asiento en una silla…que no recordaba que estuviera ahí hace un rato.

—¿Ho Seok? ¿Qué haces? —Sus manos terminaba de atarlas detrás de la silla mientras el menor le cubría los ojos.

—¿Sabes? Estoy un poco cansado y enojado contigo. —Ladeó su cabeza un poco, comprobando que no viera nada.

—Lo siento, ya lo habíamos hablado y además ya soy libre, no tienes que hacer esto. —Insistía, un poco nervioso o ansioso tal vez.

—Claro que lo tengo que hacer. —Se inclinó para besarlo en sus labios, el mayor fue quien demandó más en el beso, le había robado el aliento al menor. —Así que tienes hambre, supongo. —Sonrió de medio lado, viendo el bulto debajo de la única prenda que lo cubría.

—Vamos, no es necesario…no quiero esperar más. —El menor negó. Ho Seok colocó un collar de cuero alrededor de su cuello, con una cadena que viajaba hasta su mano.

—¿El que ya usábamos para ti? —Sonrió amplio mientras se relamía sus labios.

—Este es solo para tí, el mío lo llevo puesto. —Sonrió de medio lado cuando el mayor borró su sonrisa, si mal no recordaba le excitaba verlo con ese  collar.

Tomó un cubo de hielo que antes había preparado, deslizándolo por sobre sus hombros, haciendo que el mayor saltara sobre su lugar algo asombrado.

—¿Qué es? —Cuestionó, volviendo a sentir la fría sensación sobre su pecho.

El menor quedo callado, tomó asiento sobre su regazo mientras deslizaba dos cubos de hielo sobre sus abdominales, derritiéndose casi al instante cubriendo su piel con gotas heladas que caían lentas surcando sus músculos. Ho Seok tomó uno extra para comerlo, acercándose al cuello ajeno, resoplando con su aliento helado, erizando la piel del mayor notando como mordía sus labios para evitar soltar algún quejido. Siendo consciente sujetó otro par de hielos, colocándolos sobre sus pezones logrando sacarle un ronco jadeo.

—Ho Seok, basta y suéltame. —Ordenó con necesidad intentando liberarse moviendo la silla en la que estaba.

—No, este es tu castigo. Y lo sabes. —Jaló la cadena que tenía su mano, haciendo que el cuerpo del mayor se moviera con ella, molestándose un poco pero sintiendo una  excitación impresionante al sentirse dominado de aquella forma.

Ho Seok lamía su cuello mientras sus manos acariciaban la espalda ajena, deslizando sus dedos hacia abajo hasta llegar a su trasero, apretujando este, aunque el mayor objetara en ocasiones. Hyun Woo comenzaba a impacientarse pues el menor no dejaba de morder y torturar su vida con su lengua  sobre sus pezones. Cuando sintió un respiro finalmente, soltó un ronco gemido curveando su espalda, Ho Seok había liberado su erección, estaba necesitado, resbaloso y seguía goteando desde su punta.

Al poco rato estaba embistiendo la boca del menor hasta correrse dentro, el menor no soportó mucho y terminó tragando la mayor parte que había entrado a su boca, la otra se había regado fuera de ésta y manchaba su pecho.

—Sí que fue bastante tiempo. —Susurró quitándole la venda de los ojos.

Hyun Woo observaba como se limpiaba los restos de su semen de su pecho y como algunas gotas bajaban por sus abdominales, su erección no había bajado menos viendo el cuerpo del menor; el dulce collar negro en su cuello resaltaba entre su piel blanca, sus pezones estaban adornados cada uno con unos piercings, sus pezones estaban bellos con ese color rosado. El menor se dio la vuelta y la poca cordura que le quedaba la había perdido. Estaba usando un suspensor negro, le apretaba la parte de adelante pero la de atrás estaba tan libre, era una invitación descaraba y sensual que no podía decir que no.

Ho Seok cayó sobre la cama, curveando su espalda sintiendo fuertes mordidas en la parte trasera de sus muslos mientras sus manos eran sujetadas detrás de su espalda. Hyun Woo se había liberado y ahora había arrinconado al menor, metiendo su lengua en su entrada mientras apretaba sus nalgas con tanta fuerza que sus manos se marcaban en su piel.

—Eres un maldito. —Gruñó mientras frotaba su erección contra su trasero.

—Tú fuiste quien me dejó tanto tiempo… —Hyun Woo jaló sus cabellos e hizo que curveara su espalda, atacando su cuello, haciendo ruidos lascivos con su lengua. Ho Seok movió su cadera, creando un roce de su parte delantera contra el colchón.

—Te dije que te detuvieras. —Mordió su oreja, metiendo su lengua en su interior, colocando sus manos sobre su cintura, evitando que se moviera privándole de los roces que necesitaba.

—Hyun Woo, déjame. —Comenzaba a desesperarse, necesitaba sentir.

El mencionado le ignoró y solo permaneció sobre él, marcando su piel mientras deslizaba su miembro entre sus nalgas hasta terminar, manchando aquella parte del cuerpo ajeno. Cansado, liberó los brazos de Ho Seok, recuperando la respiración, él se había dado la vuelta y tomando la cadena de su collar lo jaló con brusquedad, haciendo que su rostro quedara contra su entrepierna. Hyun Woo no le importó lo que había hecho, solo quería disfrutar de Ho Seok.

El menor jalaba de su cadena mientras embestía la boca del mayor, terminando en su interior. Su cuerpo se dejó caer sobre la cama, jadeando por aire que le faltaba. Hyun Woo se limpió los restos de la esencia del menor que había manchado sus labios, miró con algo de culpa al menor. Se encimó sobre él acariciando su cuerpo y admirándole como lo más bello que tenía en su vida.

—Ho Seokkie-ah. —Le llamó, aspirando el aroma del chico, besando su cuello hasta llegar a sus labios. —Te amo. —Murmuró volviendo a tomar sus labios como propios, el menor no pudo responder y fue obligado a corresponder el beso.

Pronto sus brazos rodeaban los hombros de Hyun Woo, éste tomaba sus caderas con delicadeza, apretando sus muslos ligeramente en ocasiones, pasando sus manos detrás de su espalda, sintiendo un pequeño contraste entre la suavidad de la colcha y de sus manos.

Hyun Woo movía sus caderas con fuerza, sus dedos apretaban su cintura, sus miradas se encontraban, viéndose y entregándose el uno al otro, el menor subió sus manos hasta llegar a sus mejillas, limpiando las gotas de sudor que caían desde su frente, sus piernas fueron elevadas y pudo lograr sentir el cielo invadir su cuerpo, su vista se nubló, sintiendo el suelo perder, flotando en el vacío, pero sintiéndose seguro, en un territorio que solo Hyun Woo era el dueño, dueño de esa pasión que recorría su cuerpo, que lo hacía calentarse y perder la mente.

El menor, acariciaba los cabellos ajenos, recuperando sus agitadas respiraciones, Ho Seok besaba su pecho, rodeándole y apretándole con fuerza, el mayor no podía sentirse más que satisfecho, completo y feliz, pero seguía cansado, así que solo se dejó llevar por el momento y descansó.

A la mañana siguiente Ho Seok abrió los ojos, el sol ya había salido y estaba claro que a Hyun Woo se le haría tarde, además de que no lo encontraba en ninguna parte de su cama, buscó apresurado entre sus cajones ropa interior limpia para ponerse y preparar el desayuno, si él no lo hacía el mayor no comería nada en todo el día.

—¿Qué se supone que haces? —La voz del mayor espantó al otro chico.

—¿Dónde estabas? ¿Por qué no estás vestido? Se te hará tarde. —Hablaba con preocupación al verlo usar solo un bóxer, y ajustado, como el que él también usaba.

—Hoy no voy a trabajar. —Le miró sin ninguna expresión, mirándole un poco confundido. —Además ese que traes puesto es mío. —Sonrió con la espátula entre sus manos, acercándose al menor, abrazándole. Sonrió al ver el rubor del chico más bajo que él, besando sus mejillas.

—¿Por qué no trabajarás? —Hizo un leve mohín entre sus brazos. Tocando el collar que rodeaba el cuello del mayor, éste hizo lo mismo, pero con el que usaba Ho Seok.

—Ayer andabas muy caliente y no me dejabas hablar. —El menor iba a objetar, pero tenía razón. Fue jalado hacia la cocina donde él había preparado el desayuno para los dos. —Tomaré unas pequeñas vacaciones, finalmente iremos a Los Angeles, amor. —Murmuró dándole un beso a su mejilla.

—¿Eso significa? —

—¿Quieres casarte conmigo? —Preguntó colocando una torre de hotcakes frente a él, con un anillo de compromiso en la cima, manchado de miel.

—¿Y todavía preguntas? —Murmuró en una sonrisa, alzando su vista besando los labios del mayor.

Él no era de cosas cursis, no era mucho de demostrar sus sentimientos, pero se encargaba de que Ho Seok supiera lo importante que era en su vida, solo quiso hacer el intento, no creía que se acostumbraría a hacer cosas cursis, pero a su futuro esposo parecía gustarle y algo como hotcakes con formas de deformes corazones envueltos en miel y un anillo de compromiso sonaba bien.

Notas finales:

Espero les haya gustado, es la primera vez que escribo de ellos, algo cursi no lo sé, intenso tal vez 

Gracias por leer ♥


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