Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

You’re NOT for me por MarLe514

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

30 de Noviembre de 2010

Jongin había concluido perfectamente con su recuperación y la cicatriz de aquella vez había sanado casi por completo, pero el dolor y la soledad de no tener a su preciada mascota junto a él, le había dejado un agujero en el pecho, que no sería llenado con algo fácilmente. Tenía el apoyo y cariño de su familia, a su mejor amigo, Chanyeol que cuando se enteró no dudó en acompañarlo durante todo ese tiempo. Tenía Kyungsoo, y joder, él era quien más le había ayudado. Kyungsoo era como su mantra, estar junto a él le daba una calidez indescriptible, una sensación de bienestar increíble.

Pero, también sentía en su comportamiento algo extraño, veía en su mirada mucha preocupación y angustia. Sentía su toque algo distante y perdido, y por más que quisiera saber, tenía el resentimiento que Kyungsoo lo eludiría.

—Dije que puedo hacerlo solo. —Comentó con una sonrisa suave ante el pelinegro que tendía una cuchara de sopa sobre sus labios. Estaban en la habitación del moreno, y Kyungsoo no había querido apartarse de él en ningún momento, incluso parecía sobreprotegerlo.

El negó. —Abre la boca. —Pidió empujando la cuchara.

Jongin la comió, —Dije que estoy bien. —y antes que Kyungsoo volviera a repetir la acción le tomó de la cintura levantándolo sobre su regazo. —Mejor, dame un beso… —Pidió luciendo muy sexy, y anticipando algo mucho mejor después.

Kyungsoo le miró a los ojos, pero su culpa interna le impidió corresponder con la misma pasión. —No podemos hasta que te recuperes…—Susurró pegando su frente al mentón del moreno.

Kai sonrió y besó su frente. Sabía cuánto se preocupaba por él. —Esta bien…—Murmuró como haciendo un berrinche. —Pero en serio extraño tocarte…—se compadeció así mismo. —¿Por qué no pasas la noche aquí? —Preguntó rozando sus dedos sobre la piel de su hombro, fue una caricia suave y dulce.

Kyungsoo cerró los ojos disfrutando del toque, pero, de pronto despertó, recordando lo que debía hacer ese día. Le tomó de las mejillas y lo observó penetrantemente. —Jongin, escúchame…—le pidió. —Sabes que haría lo que sea por protegerte, ¿verdad? —Preguntó Kyungsoo de la nada, algo pálido y ansioso. —¿Lo sabes? Yo haría lo que sea para mantenerte a salvo. Cualquier cosa. — Masculló como si dijera una promesa.

Jongin frunció el ceño algo sorprendido y confundido, pero asintió acariciando su rostro de igual manera. —Lo sé…—se apresuró en decir. —Y yo haría lo mismo. —Acotó frotando su mejilla con la suya. —¿De verdad no puedes quedarte? —Preguntó.

Kyungsoo aguantó sus lágrimas, aferrándose a ese efímero sentimiento de seguridad, que los brazos de Jongin le ofrecían. —Terminaré con todo esto, solo espera…—Susurró.

—¿Qué…?—Suspiró Kai ante eso último.

El pálido se puso de pie y se marchó, mirándole por última vez y sonriendo de forma suave. Haría lo que sea por ver la sonrisa de Jongin de esa manera por siempre.

—Buenas noche, chico malo. —Susurró antes de cerrar la puerta, llamándole por el apodo que le había dado. 

•———•

[Flashback]

—Bueno, si dices que te envió otro mensaje al parecer no piensa rendirse contigo. ¿Esa basura no sabe lo que es rendirse?—Kris le devolvió el móvil, mostrando la ataraxia de su expresión. —Sabes que ese Ko Chan Seok es alguien peligroso. ¿Ya pensaste en qué harás?—Preguntó soplando el vaho desde su garganta. Estaban sobre el puente colgante de Changwon a treinta minutos de hospital. —¿Iras?

Kyungsoo hizo puños sus manos. —Lo haré.

—¿Solo? Qué si es una trampa? Ese tipo está demente. —Alegó.

—Voy a hacerlo. —Susurró mirando el agua salvaje arrastrar las rocas congeladas bajos sus pies. —Tengo que detenerlo de alguna manera… o volverá a parecer, y arruinará nuevamente mi vida. No quiero que vuelva a lastimar a Jongin, yo… no podría vivir con eso. Tengo que terminarlo.—Siseó con odio plagado en cada silaba, como si se tratase de una sentencia de muerte.

Kris logró identificar ese tono, y aquello no le gustó. —¿Qué piensas hacer? —Preguntó rápidamente. —No hagas una locura. —Le tomó del hombro mirándole a los ojos. —Solo espera que yo lo arregle ¿okay? Tu no hagas algo estúpido. —Exclamó por primera vez luciendo preocupado. —Solo tienes que esperar un poco, llevaré algunos chicos para encargarme.

Kyungsoo sonrió con tristeza. —Ya tomé una decisión. —Dijo. 

[End flashback]

 

Cuando llegó al lugar acordado por Ko Chang Seok, se encontró con una fiesta, habían varias personas de su escuela, incluso personas que no había visto jamás. El lugar era como una pocilga, pero el olor a diversión y alcohol podía respirarse. Se sintió incomodo ante la atmosfera, pero no flaqueó ante su misión en mente, y llevó su manos al bolsillo de su chaqueta comprobando que aun seguía ahí.

De pronto un brazo pesado le rodeó los hombros y una grotesca voz le susurró en el oído. —Es bueno que hayas decidido venir. —Roso sus labios con su cartílago, y el pálido se obligo a permanecer. Su cuerpo recordaba claramente el terror y el asco que ese sujeto le provocaba. —Ven, ven… aquí esta demasiado ruidoso para hablar. —Comentó dirigiéndolo escaleras arriba.

El pelinegro observó con intranquilidad como el primer piso quedaba cada vez más abajo, y cuando se detuvo estuvo frente a una única habitación, su pulso estalló al ver la perilla y los recuerdos aterradores invadieron su mente, dejándole paralizado.

Ese tipo… era un demonio.

Una sensación desagradable atravesó su cuerpo, mente y alma, y en ese momento dudó, se arrepintió. Quiso huir de las garras de ese asqueroso hombre, pero algo más importante que el miedo, le detuvo. Kim Jongin.

No dejaría que ese sujeto arruinara la vida de Jongin por su culpa, menos dejar que le hiciera daño.

Controló su respiración y manejó sus nervios evitando un ataque de pánico y aguantó el repelús cuando Chang Seok rodeó su cintura entrando.

—Esto me trae tantos recuerdos…—comentó sentándose en la cama. Era un cuarto simple, solo una cama frente a la puerta y dos ventanas con barrotes gruesos, el olor fúnebre y el estremecimiento le hacían casi imposible hablar. —¿Qué pasó? ¿Te comió la lengua el gato?

Kyungsoo miró sobre su hombro la puerta que daba a su espalda, y la idea de correr le tentó, pero fue más fuerte.

—Ven aquí. —Le dijo señalando la cama. —Sabes lo que quiero, solo una vez más, y te dejaré tranquilo. —Aseguró con una sonrisa chueca. Kyungsoo sabía que mentía, ese enfermo jamás le dejaría tranquilo.

—Sé que te has instalado aquí nuevamente…—Susurró intentando que su voz no se quebrace. —¿No le temes a los Dragones? —preguntó mencionando a la mafia de Kris. —Este es su territorio. —Le recordó.

Chang Seok chascó la lengua. —Esos chinos rastreros…—Masculló. —Ahora estoy en Scoff-Bulevar, mis muchacho tienen vigilada la zona, al parecer vuelvo a ser el jefe de Changwon. Solo necesito un poco de tiempo para repeler a esas ratas y volver a lo de antes. —Suspiró, para mirar al pálido.—¿Lo recuerdas no? Como era antes de que ellos llegaran… Cuando tu me pertenecías. —Estiró su mano acariciando su mejilla. —Apuesto que aun no lo has olvidado… Cuando te sujetábamos y obligábamos a hacerlo…—Sonrió con su demencia usual. —Pero aunque llorarlas y suplicabas al inicio, ahora puedes hacerlo sin problemas, ¿verdad? —Y con eso, le lanzó a la cama, Kyungsoo apretó los dientes sollozando en silencio. —Si quieres que no mate a esa basura, vas a abrirte para mí. —Le amenazó, tomándole del mentón para juntar sus bocas, pero Kyungsoo rehusó el rostro impidiendo que le besara.

Chang Seok, bajó los pantalones del pálido, obligándole a permanecer en cuatro. —Joder, eres incluso más hermoso que antes…—Jadeó sacando su pene erecto de sus jeans. La sensación grotesca de su humedad contra su piel le hizo llorar más fuerte.—Antes eras un niño tan lindo…—susurró contra su oreja, lamiendo su cuello. —Ahora eres más como un chico lascivo, eso me gusta…—agregó metiendo la punta, y forzándola a encajar. Kyungsoo gritó con fuerza clavando sus uñas en las sabanas, sus ojos rojos brotaron lagrimas sin descanso, mientras su expresión de repugnancia y odio se mantenía vigente. —Antes llorabas mucho cuando lo hacíamos por atrás, pero realmente lo disfrutabas ¿verdad? Eres una puta, ¿lo estas disfrutando verdad? —Chang Seok golpeo una de sus nalgas con morbo, mientras lo embestía como un animal.

Kyungsoo se vio envuelto en el pasado, cuando solo era un niño, cuando por una decisión estúpida cayó en las garras de ese enfermo, cuando… deseo estar muerto. Apretó las uñas contra sus palmas, dominado por su odio y la ira. Nublado por los recuerdos asquerosos de su pasado, avergonzado, detestado por si mismo.

“No seré sometido una vez más… no dejaré las cosas como están… ya no huiré.”

Kyungsoo recordó ese momento, y la ira nauseabunda se instaló en su pecho, esperando, esperando. El animal le tomó con furia de las caderas mientras le penetraba a su antojo, removiendo la cama en un vaivén improvisado y hasta sádico. El pálido tembló su cuerpo, ni siquiera respondía a la estimulación, solo sentía asco y terror.

“Yo… voy a salvar al mundo de un monstruo como tú. No mereces seguir respirando.”

—Ahg, Kyungsoo… ngh, está tan apretado…—Masculló.

Kyungsoo apretó la mandíbula cegado por sus pensamientos, llevó la mano hacia el bolsillo de su chaqueta y tomó la navaja entre sus dedos, aguardando el momento justo para asesinarlo.

“Sólo desaparece de este mundo.”

 

Pero, en el momento que levantó la mirada y completamente decidido de hacerlo, frente a él, tras la puerta abierta encontró los ojos cafés de Jongin observándole con una expresión destruida en su cara.

Kyungsoo dejó caer la navaja sobre la cama, Jongin estaba mirando, él… estaba mirando su forma repugnante y repulsiva. Y pudo jurar que ese segundo cuando sus miradas se encontraron, pudo saber lo que el moreno estaba pensando. E… iba a perderlo.

Jongin jamás pensó hallar una escena como esa, no estaba preparado, ni siquiera estaba listo para aceptar aquella idea, pero sus ojos no mentían. Su cuerpo se había quedado paralizado ante la vista, ni siquiera pudo reaccionar con ira frente al engaño, frente al malnacido que hacía aquello con Kyungsoo. La sensación de dolor había superado cualquier emoción distinta, y el escozor de su mirada al hallar la de Kyungsoo fue un detonante.

¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Por qué no mostraba adverso? ¿Por qué no lo había quitado de encima en la primera oportunidad?

¿Su corazón podía seguir excusándolo?

—Oh, parece que la parejita se ha encontrado. Lo siento, amigo, pero juro que él vino por su cuenta.—Alegó en tono divertido Chang Seok al ver a Jongin. El moreno lo observó a él, ni siquiera sabía quién demonios era ese imbécil, contuvo sus ganas de llorar y dio media vuelta marchándose.

Kyungsoo vio su espalda alejarse y la impotencia se apoderó de su cuerpo, apartó de un empujón a Chang Seok, quien cayó de espaldas sobre el suelo.

—Tu… ¡¿Tú lo hiciste, verdad?! —Kyungsoo gritó reventando sus cuerdas vocales, y rojo de la ira, le sujetó del cuello como un demente. —¡Debí matarte cuando tuve la oportunidad! —Espetó sobre sus narices. —¡Debí encajarte el cuchillo lo más antes posible!—Escupió con asco y furia. —Nunca más… volverás a tocarme…—siseó con la voz hecha un hilo por la rabia vesania en su sangre. —Nunca más podrás hacerlo. Jamás… si intentas acercarte a Jongin o a mí, te matare con mis propias manos. —Sus ojos enormes y desquiciados le miraron atravesándolo.  

Él le miró desde el suelo, cuando se alejaba. —¡¿Qué haces?! ¡Mátame ahora! —Comentó con gracia, no había podido controlar su risa irónica. Todo había salido perfectamente.

—No vales la pena. —Kyungsoo ni siquiera se detuvo a verle, tenía que alcanzar a Jongin.

Chang Seok apretó los dientes ante esa respuesta, pero permaneció quieto, ya había hecho lo suficiente.

•———•

Kyungsoo bajó las escaleras rápidamente, pero el dolor de sus caderas le hizo trastabillar y caer unos escalones hasta el suelo, no le importó cuando todos le observaron con sus ojos críticos, sus ropa estaba hecha tirones y tenía marcas rojas en el cuello donde ese imbécil le había besado y mordido.

Se puso de pie a tientas y apartó a toda la gente para seguir el rastro de Kai, afuera el aire congelador le hizo sentir como si perdiera la fuerza en el cuerpo, pero en medio de la nevada, divisó a Jongin montándose en su bicicleta. Kyungsoo agrandó los ojos y no dudó en correr hasta él, sin importar haber perdido su zapatilla en el trascurso.

—Jong…—su voz se quebró cuando sujetó con ambas manos el asiento trasero de la bicicleta impidiendo que este se moviera.

Kai se giró raudamente con los ojos aguados y las mejillas llenas de lágrimas. —¡¡Vine por ti!! —Le espetó llorando, con fuerza. —Vine porque creí que estabas en problemas… yo… vine porque…—Susurró temblando por el llanto. —Pero estabas con ese desconocido. —Masculló, negó con la cabeza sin intenciones de continuar hablando, desencadenando su bici del poste de luz, y sus manos temblaban aunque estuvieran enguantadas.

Kyungsoo le tomó del brazo, rápidamente. —Escúchame, escúchame, yo puedo explicártelo todo, solo tienes que escucharme... —Imploró. —No es lo que piensas, te lo juro, yo planeaba matarlo.

Kai agrandó los ojos mirándole anonadado. —¡¿Qué estás diciendo?! —Lentamente la imagen acendrada de Kyungsoo iba adquiriendo manchas ante sus ojos.

Kyungsoo lloró más fuerte aferrándose a su brazo. —¡¡Solo quería protegerte!! ¡Te lo juro! —Imploró.

Kai sintió su pecho removerse, pero cerró los ojos, herido. —¿Cómo puedes protegerme de esa forma? —Susurró, apartando la mirada. —Pero… ya lo entendí…— murmuró quitándose la mano de Kyungsoo de encima. —No importa cuánto te ame, tu nunca serás para mí.

Kyungsoo le soltó en medio del shock, jamás había oído ese tono en la voz de Jongin, ni siquiera una vez, y eso significaba que no había esperanzas para él. —N-no… ¿qué dices…?

—No importa cuánto rece por tenerte, jamás serás solo mío. —Titubeó. —Pero, está bien… Soy yo el tonto, ¿verdad? —su voz tembló ante la ultima frase. —Fui yo quien pensó que seguías siendo el mismo de hace cinco años… Estuve mintiéndome todo este tiempo. —Se lamentó.

—Jongin, por favor…—Le miró a los ojos intentando convencerlo. Pero rehusó su mirada. —Perdóname… hice algo estúpido y arriesgado… solo quería acabarlo… sacarlo de nuestras vidas. Perdóname…

—¿Por qué… te disculpas? —Preguntó Kai con expresión herida.

—Yo…—Titubeó, habían tantas cosas de las que debía pedir perdón.

Jongin cerró los ojos luciendo cansado. —Ni siquiera lo sabes…—susurró. —¡¿Crees que se trata de lo que pasó ahí dentro…?! ¡Tú destruiste mi confianza y también destruiste el amor que siento por ti! ¡Ahora no puedo, no puedo mirarte sin sentirme miserable! Porque ya… no puedo seguir excusándote. Y eso no se repara con un “Lo siento.” —Masculló conteniendo las jodidas lagrimas que bloqueaban su visión. —Ahora mismo, no quiero verte…

Kyungsoo lloró con fuerza y descontrol. “No, no, imposible, no me hagas esto.”—¡Haré lo que sea, déjame repararlo! —Suplicó con lagrimas desbordantes, su labio inferior temblaba y su cuerpo cedía ante la gravedad. —Perdóname, debí… decírtelo…

Kai le tomó el rostro con ambas manos y le observó con dolor.—No. Hoy debiste quedarte en mi habitación. —Susurró, para luego soltarle, se quitó la chalina y la dejó sobre los hombros de Kyungsoo antes de darle la espalda. —¿Sabes? No puedes herirme más de lo que ya has hecho. Así que, por favor, deja de disculparte. —Pidió subiendo a su bicicleta. —Ve a casa con cuidado. —susurró antes de alejarse.

 

Siempre hacía frío en Changwon, pero esa noche, Jongin sintió más frío de lo usual, un increíble y congelador frío en su corazón.

  •———•

10 de Diciembre de 2010

Kris había conseguido la suficiente gente para destruir a la pandilla de Chang Seok, incluso había obtenido una dirección exacta proporcionada por Kyungsoo. Scoff-Bulevar, era una zona del pueblo que no tenía mucha vigilancia, era evidente que ese lugar sería uno de los mejores candidatos para una rata de alcantarilla como esa. Kris hizo una señal con los dedos, un segundo después sus muchacho tiraron la puerta del almacén a bajo, inmediatamente después el sonido incesante de disparos se oyó como una ola. Su padre no había aprobado esa emboscada, por lo que no contaba con la gente suficiente para hacerles ceder con facilidad, sabía también que la banda de su hermano no le apoyaría, pues Tao tenía un especial desprecio hacia Kyungsoo, por lo que estaba completamente solo.

El rubio se aferró a su pistola, oculto tras unos barriles de deshechos, su frente sangraba y tenía una rozadura de bala en la pierna. El malnacido había obtenido la ayuda de otras bandas exiliadas y eso significaba un problema para él. Cuando escuchó que recargaban se asomó disparando en la cabeza de dos tiradores.

—Mierda…—Masculló presionando su herida para que dejase de sangrar.

Los disparos cesaron y vio a su equipo sin cartuchos y a merced. Desvió la mirada hacia sus hombre solo contaba con más de quince, había sido una jugada arriesgada y ahora pagaba las consecuencias.

—Joder, morir en un lugar tan mugriento como este…—Susurró con una sonrisa chueca. “Vaya final.”

—¡El líder esta tras esos botes, elimínenlo! —Gritó uno desde la planta alta, y los pasos enardecidos por las escaleras de metal le hicieron enumerar en cuenta regresiva hasta su final.

Pero antes de que alguno llegara a su posición unos nuevos dispararon y lunas rotas por todas partes se robaron los reflectores. Kris abrió los ojos mirando de soslayo a nuevos sujetos entrar, eran casi quinientos y fuertemente armados. Esa si era una toma de territorio.

Kris sonrió de medio lado al reconocer el estilo.

Una mano se posó repentinamente sobre su hombro y el rubio no tuvo que ver para saber quién era. —Llegas tarde. —Dijo en tono divertido.

Tao se encogió de hombros. —No podía dejar que mataran a mi juguete favorito. —Susurró dejando un beso sobre sus labios.

Kris le miró con preocupación. —¿Padre sabe que lo desobedeciste? —Preguntó.

El pelinegro se encogió. —Soy la oveja negra de la familia, no es una sorpresa—Alegó, ahora notando su herida en la pierna. —¿Quién hizo eso? —Preguntó luciendo aterrador.

Kris sonrió. —El bastardo de Chang Seok. Piensa escapar por la parte trasera, descuida yo te cubriré. —Tao le dio su arma, y se decidió a ir por él, pero el rubio le detuvo solo para encajarle otro beso, esta vez uno más rudo y pasional.

Tao le apartó y se marchó. El rubio disparo a todos dejándole camino libre al moreno. Su relación de hermanos era definitivamente la más extraña.

 

 

Tao siguió la peste hasta la salida trasera, como Kris había dicho Chang Seok intentaba huir en una camioneta. El Chino saltó de las escaleras un piso entero y aterrizó sobre sus piernas como un gato, caminó hasta Chang Seok y antes de que este consiguiera sacar su arma de su funda, Tao le tomó el cabello estrellando su frente contra la luna del coche, tres veces. 

—¿Fuiste tu quien lastimó a Kris? —Preguntó con seriedad curiosa, levantó su cara ensangrentada, algunos trozos de vidrio habían quedado incrustados en sus rostro. —Quiero que respondas. —Alegó, encestando su bota en la hendidura de la rodilla quebrando su pierna.

Chang Seok chilló de dolor escupiendo sangre.

Tao puso los ojos en blanco. —Soy yo, el único que puede herir a Kris. —Alegó en tono infantil, pisando sus dedos contra el suelo, escuchando como tronaban. —¿Le disparaste con esta arma? —Tao levantó la pistola y le apuntó. —Eres repugnante, como te ahogas con tu propia sangre…—Suspiró cansado. —Ay, te dejaría ir, solo por haberle hecho la vida imposible a la sabandija de Kyungsoo…—Murmuró. —Pero, has lastimado a mi más preciado juguete. —masculló. —Debes ser castigado. —Y con ello disparó en el centro de su tibia, el gemido de dolor hizo a las aves de los arboles cercanos volar despavoridos. Tao sonrió, y ahora disparó en su hombro. Otro gritó igual de desgarrador se oyó.

—Maldito… demente…—Jadeó Chang Seok, sujetándole un cachito de la tela de su pantalón.

—Sigues respirando…—Tao oscureció su expresión pateándolo lejos. —Una basura como tú no tiene ese derecho. Ahora muere.—Y con ello, sujetó su cabeza entre sus dedos, girándola con fuerza, el sonido de sus vertebras romperse fue el más placentero, y le soltó dejando su cuerpo caer sin vida al suelo.

Cuando Kris terminó dentro, corrió el camino hacia el patio exterior, en ese momento vio el carcho de sangre junto al cuerpo de Chang Seok, y a Tao sentado sobre la camioneta, mientras fumaba, disfrutando del paisaje.

El rubio vio con lastima al hombre tendido en el suelo.—Te advertí que no volvieras. —Susurró. Tomó su móvil y le envió un mensaje a Kyungsoo, de alguna manera creía que esa noticia le aliviaría, al menos un poco.

•———•

11 de Diciembre de 2010

—Necesitas relajarte un poco, luces terrible. —Jaemin dejó un café junto a Jongin. Ambos se veían casi diario por las actividades del club.

Jongin ni siquiera se forzó a sonreír. —Gracias. —Dijo dándole un sorbo a su café.

—Mañana es la exposición de fotos del club, ¿vas a unirte, verdad? —Preguntó ella tocando su mano en un ademán consolador. —Tienes tantas fotos increíbles, en serio todos deberían verlo.

Jongin suspiró. —Tal vez… lo haga.

Chanyeol apareció, entrando al salón del club. —Vaya, solo estás metido aquí todo el día. —Suspiró, con algo de cansancio. —Ven, no soporto verte tan miserable. —Chanyeol le tomó del brazo obligándolo a levantarse. —Jaemin, tú también puedes venir. —Dijo.

Ella agrandó los ojos sorprendida, pero asintió contenta.

Ambos fueron a la cafetería, Chanyeol había oído que había un nuevo sabor en sándwiches, y para animar a su amigo, le invitaría el almuerzo. Aunque las cosa se habían puesto repentinamente incomodas, debido a que ahora salía con Baekhyun, el amigo de Kyungsoo, y no podía estar con él frente a Jongin, pues pensaba que eso le afectaría un poco.

Se puso de pie dejado a Jaemin y a Jongin solos.

La chico vio al alto alejarse y miró a Jongin, se sentía algo nerviosa. Siempre había estado enamorada de él, y esta era una gran oportunidad para mostrarle sus sentimientos.

—Uh, Jongin…—Murmuró ella atrayendo su atención.

El moreno levantó la vista.

—¿Sabes…?—Jaemin tomó una gran respiración antes de volver a hablar. —Cuando… cuando entre a esta escuela el primer día, me sentía completamente invisible. No tenía amigos, y nadie se fijaba en mí, estar sola era lo normal en mi...

—¿Esto…?—Intentó entender Kai, pero ella le cortó.

—Lo que quiero decir es que… Nadie notaba que estaba aquí, pero, una vez, cuando… cuando desperté por la mañana, pensé: Si hoy muriera, nadie lo notaria, ese día fui a la escuela, y como si hubiera sido un milagro, tu apareciste frente a mí. —Recordó ella con vividas emociones. —Me llamaste por mi nombre y levantaste un libro por mí.

Jongin frunció el ceño, sinceramente no recordaba aquello, pero no podía decirlo, por lo que simplemente escuchó atentamente.

—Por eso…—Ella mordió su labio dándose valor. —Yo he estado enamorada de ti. —Confesó por fin.

Jongin agrandó los ojos, ante la noticia. —Jaemin. —Murmuró.

Ella se adelantó. —No espero que me correspondas o algo, yo solo… quería que lo supieras. —Se forzó a sonreír. —Que te observaba… viendo a la persona equivocada, sufriendo por ella, siendo herido… Por eso, te pido que no sufras por alguien que no te ama. —Pidió.

Jongin bajó la cabeza. —Yo…—Murmuró. —Yo lo amé porque esa fue mi decisión. —Terminó diciendo.

Ella boqueó como pez fuera del agua. —¡Pero él solo te causa dolor! ¡Si tan solo… miraras en mi dirección!

Chanyeol apareció con los sándwiches, sin tener idea de porque el ambiente se había puesto tan tenso.

Jongin se disculpó y tomó la mano de Jaemin. —Todo sería más sencillo si fueras tú, pero… no es así. —Dijo mirándole a los ojos, siendo suave, intentando que ella entendiera, intentando ser claro.

Chanyeol permaneció quieto. Al parecer había oído algo que no debía.

Jongin tomo sus cosas y caminó lejos de la escuela, el día era largo y pesado. Sentía como el mundo perdía su color y se desmoronaba. ¿Era eso tener el corazón roto?

Pero una mano le retuvo fuertemente, sacándolo de su encimamiento.

—Por fin te encuentro sin esa escolta. —Dijo Kris refiriéndose a Chanyeol y la chica.

Jongin arrugó el entrecejo zafándose. —No es un buen momento, déjame solo. —Dijo empezando a caminar lejos de él.

El rubio sonrió. —¿Oh? ¿Vas a seguir actuando como una victima herida todo el tiempo? —Preguntó.—Creí que habías aprendido algo con todo este tiempo. —Suspiró. —Pero sigues siendo el mismo cobarde de siempre, ¿heh?

Jongin plantó sus pies en la nieve y se giró raudamente.—¡¿Qué mierda sabes tú de cómo me siento?! —Espetó furioso, tomándole del cuello.

Kris le miró desde arriba con molestia. —Deja de lloriquear por algo que desconoces. —Masculló. —¿tienes idea de lo que él planeaba hacer para mantenerte a salvo? ¡¿Tienes una puta idea de lo que soportó por ti?! —Gritó el alto quitándoselo de encima.

Jongin cerró su puño encolerizado y lo estrelló contra el rostro de Kris volteándoselo. —¡No lo sé! ¡no tengo idea! —Jadeó.

Kris se frotó la mejilla y le respondió con la misma cortesía. Ambos cayeron al suelo golpeándose mutuamente frente a la mirada asustada de las personas que pasaban junto a ellos.

—Eres un maldito idiota…—Siseó Jongin golpeando repetidamente sus rostro. —¡No tienes idea por lo que yo pasé! ¡Cuando más le necesitaba, él solo lo guardó para sí mismo sus secretos, sin decirme nada! —Ladró. —¡Yo lo… amaba tanto!

Kris le encestó una patada aparatándolo de su cuerpo. —¡¿Eso es todo?! ¿Vasa  rendirte tan fácilmente? —Soltó una risa seca. —Realmente, hice todo el camino hasta aquí por nada. —susurró.

Jongin permaneció sobre el hielo, mirando el cielo, y respirando forzosamente.—Entender a una persona es algo que no puedes hacer, aunque la ames. —Susurró, con la cara llena de moretones.

Kris arrugó el entrecejo, completamente enfadado por esa mierda.—Las personas demasiado blandas como para enfrentarse a la verdad, no tienen derecho de juzgar a los que mienten. —Masculló dejándole ahí.

•———•

12 de Diciembre de 2010

 

Estaban en la exhibición de fotografías del club de la escuela de Changwon, esta vez era el año de los de tercero, y muchas universidades de la capital mostraban interés en los jóvenes artistas. El museo estaba lleno de personas curiosas y amantes del arte. Jongin estaba en el salón designado para aquellos participantes, había hecho su elección de imágenes el día anterior, pues había cambiado de idea a ultimo minuto, conforme a su presentación anterior.

“Las personas demasiado blandas como para enfrentarse a la verdad, no tienen derecho de juzgar a los que mienten.”

Aquellas palabras no se habían borrado de su cabeza en ningún momento.

—Kim Jongin, es tu turno. —Avisó un sujeto, colocando su nombre en su blazer, y mostrándole el camino hasta su lugar en la exhibición. Cuando llegó vio mucha gente, entre ellos estaban sus padres, Jaemin, su mejor amigo y Baekhyun. También estaban presentes varios representantes de universidades famosas en el país. Jongin suspiró intentando disipar sus nervios, las fotos tras él tenían una sabana encima y una luz cálida le iluminaba como le centro de atención.

Jongin carraspeó. —Buenas tardes a todos. —Saludó. —Mi nombre es Kim Jongin y soy estudiante de la preparatoria de Changwon. Yo tenía preparado una presentación diferente… pero la cambie a ultimo minuto. —Los murmullos se levantaron pero Jongin continuó hablando. —No significa que esta exhibición no sea importante para mí, de hecho, creo que elegí el mejor momento para expresar esto que llevo en mi corazón, este sentimiento de dolor que me asfixia. —Comentó, sus padre le vieron con mucha tristeza al oírle hablar. —En estos últimos días he perdido a seres muy importantes en mi vida, algunos a los que ya no seré capaz de ver jamás…—Su voz se quebró. —Esta colección de imágenes demuestra como me siento ante este impulso de soledad.

En ese momento Kyungsoo apreció, luciendo agitado y desarreglado, cuando ubicó la exhibición de Jongin avanzó entre la multitud, intentando ver.

Jongin lo vio, pero apartó la mirada, acercándose a la pared y tomando las sabanas. —A esta colección le llamo: «El amor que lastima.» —Y tiró de la tela dejando a la vista su colección de fotografías, todas ellas eran de ambigüedades, como el radio de su abuelo, el tocadiscos de su madre, la nieve, la carpintería de su padre, la escuela, a su mascota. Eran demasiados fotos, demasiada información que no se conectaba de ninguna manera individualmente. —Este amor, ha estado presente conmigo en cada aspecto de mi vida… Pero, para poder verlo, tienen que retroceder hasta la línea marcada en el suelo.

Todos miraron sus pies y dieron unos pasos más atrás, cuando levantaron la mirada, y solo en ese momento, distinguieron el rostro de una persona. Cada fotografía era parte de un detalle mínimo de ese retrato. Era hermoso.

Kyungsoo observó desde atrás la obra, y era como mirarse a un espejo, porque esa persona era él. Cuando parpadeó sus ojos de aguaron y una lagrima brotó de su ojo, mientras su garganta se cerraba.

—Increíble presentación. —Alabó el presentador luciendo maravillado. —Un fuerte aplauso para este joven talento. —Pidió. Y el público ovacionó, la imagen y el conjunto de ella brindaba un increíble sentimiento de nostalgia y romance, completamente profundo. Varios de los representantes escribieron en sus cuadernos. —Ahora, por favor, pasemos a la siguiente galería.

Jongin dio media vuelta dirigiéndose afuera, en completo silencio, cuando su madre intentó seguirlo, su esposo la detuvo indicando con su cabeza a Kyungsoo, quien le siguió.

 

Afuera Jongin caminó lo más alejado posible del tumulto, las voces y las risas a su alrededor le provocaban demasiado conflicto inferno, lo que necesitaba era paz, tranquilidad. Quería alejarse de todo. 

—¡Jongin! —Pero una voz inconfundible le llamó a sus espaldas, sin aliento.

El moreno se detuvo en seco.

—¡Te lo diré todo, la verdad, que he intentado ocultarte! —Dijo respirando forzosamente. —Te lo contaré todo, así que… por favor… Escúchame por ultima vez. —Pidió, con el rostro pálido y sus labios rosas, con esa mirada suplicante.

Jongin cerró los ojos suspirando y se dio media vuelta, en señal de que lo haría.

Kyungsoo sintió el nudo hacerse cada vez más grande, y aunque la temperatura era de casi -10°C sus manos sudaban. Aun temía ser despreciado, aun temía.—Y-yo era bastante joven cuando Chang Seok me encontró. —Su voz se rompió y tomó su tiempo para buscar el valor. —Tenía catorce años… Primero solo era una venganza por mi padre, él estaba investigando los casos de narcóticos por la zona y frustró muchos de sus negocios…—Titubeó. —Cuando me atrapó… Me arrastró a su madriguera asquerosa… —En ese momento su rostro se encogió en una mueca impotente y dolorosa.

Jongin pudo sentirlo, cuán difícil era para él hablar de ello.

—Él me violó una y otra vez... Cuando mi padre me encontró estaba en el bosque. Y-yo… estaba tan avergonzado, t-tan… asqueado. Me odiaba tanto. —dijo. —Era joven y tan estúpido, creía que estaba solo en el mundo. Yo fui su juguete por dos años…—susurró. —Me obligaban a hacer innumerables cosas asquerosas a todos ellos. Era el infierno para mí. Tenía que actuar como si nada frente a mi padre e ir a la escuela… —Masculló. —No soportaba la idea de que él supiera que habían hecho conmigo.. —Sus rodillas flaquearon y casi como si le provocara un dolor físico levantó la mirada encontrándose con los ojos de Jongin. —Yo… Yo… moriría antes de que tú lo supieras…

Kai apretó las manos a cada lado. Esas fechas coincidían con el momento cuando Kyungsoo se alejó repentinamente de su lado y le ignoró.

—Solo deseaba morir…—Suspiró, limpiando rápidamente las lágrimas que brotaban de sus ojos. —Fue cuando conocí a Kris, su padre es un tipo importante en el mundo bajo y Kris ya se había apoderado de una parte bastante grande en el territorio de Changwon. —explicó conteniendo los estragos del llanto. —Fue cuando él me ofreció protección, que Chang Seok ya no podía tocarme estando cerca de él… Así que se marchó del pueblo.—Jadeó. —Pero esa sabandija volvió luego de tres años…—Sollozó.

—Espera… eso significa…

—Lo siento… Es todo mi culpa. Lo que pasó contigo, con Nieve. —Las lágrimas bajaron incontrolables por sus mejillas. —Fue todo culpa mía, por eso tenía que resolverlo yo mismo. —Tembló cuando la furia se hizo dueño de sí. —Tenía que exterminarlo con mis propias manos. No podía dejarlo ser simplemente. Quería destruirlo.  

Jongin corrió hasta él y tiró con fuerza envolviéndolo en un abrazo poderoso. —No… no hagas eso nunca más. —Pidió con lagrimas en los ojos.

Las palabras se quedaron atoradas en la garganta del bajito cuando los fuertes brazos de Jongin le envolvieron, de pronto y lentamente el calor empezó a entibiar su pecho. Y solo por un momento, Kyungsoo se dejó consolar. —Fui un idiota que creía que estaba solo, que podía hacerlo sin tener que exponerte. Yo debí confiar en ti… pero… tenía miedo de que vieras esta parte repulsiva de mí, y te alejaras. —Tembló de pies a cabeza llorando, y aferrándose a él. —Temía tanto perderte, que actué desesperadamente y te lastimé. —Rodeó su cintura y levantó la mirada que ante los ojos de Jongin lucía como el alba. —No quiero… no quiero lastimarte otra vez.

—¿Qué estas diciendo? —Jongin presentía algo malo.

—He intentado… ponerlo en palabras desde hace tiempo…—Tragó saliva, levantando la mirada y conectando sus ojos con los del más alto. —Decirte que… me encanta tu sonrisa, y tu forma de ver las cosas. Y amo todo de ti… Eres como una luz brillante en mi vida. —Los recuerdos de la infancia de Kyungsoo llegaron a su mente, cuando era feliz y no lo sabía. Cuando estaba completo. Los mejores momentos fueron cuando estaba junto a Jongin. —Tú… eras el único que aun veía cosas buenas en mi… después de todo lo que te he hecho… Había decidido que era lo mejor mantenerme alejado de ti, pero… te amaba tanto que era imposible. Quería negarlo. Yo no merecía alguien tan bueno como tú…—Sollozó con impotencia, y antes de volver a caer en la tentación de sus labios, lo apartó con sus manos.—Tú eres le único al que amo de verdad…—Sentencio. —Por eso no debes estar con alguien como yo. No puedes ensuciarte con la oscuridad en mí... con este lado asqueroso que no puedo ocultar y con este pasado deprimente que me asecha. —Se limpió las lagrimas con una sonrisa triste. —Yo… no soy bueno para ti.

“Después de todo Jaemin tenía razón. Jongin merece algo mejor que yo.”

Kyungsoo desprendió sus manos del cuerpo del menor y le dio la espalda. —Realmente espero que algún día puedas perdonarme. —Susurró antes de marcharse.

La nieve cayó con lentitud agonizante mientras Kyungsoo le daba la espalda a su único amor.

Pero antes de que pudiera dar un paso más, la rápida mano de Jongin le detuvo frenándole abruptamente.—¿Qué estás diciendo? —Masculló el moreno tomándole con fuerza.

Kyungsoo jadeó un poco por la rudeza ejercida, y al ver su rostro notó las lagrimas desbordar los ojos de Kai. —No soy ninguna luz brillante, tampoco soy un chico puro como dices. Soy sólo yo, Kim Jongin; tengo miedos, tengo defectos, y tengo tentaciones. —Le tomó el rostro y limpió sus lágrimas, encogiéndose a su altura para respirar cerca de su boca. —No importa ya tu pasado, yo curaré tus heridas, haré todo para hacerte feliz, nunca tendrás que recordar esos momentos. Tú eres Do Kyungsoo, la persona que amo más que a nadie en este mundo. —Y acercó su boca a la suya. —No me importa si no eres bueno para mí. Te quiero a mi lado. —acortó la distancia besándole lentamente, tan suave que pareció derretirse al contacto con su lengua.

Kyungsoo suspiró embobado cuando Jongin se apartó un centímetro juntando sus frentes. —Pero…

Jongin lo rodeó con sus brazos pegándolo a su pecho.—No… te atrevas a decirlo otra vez. —Masculló entre sollozo. —No se te ocurra hacerlo… Porque no estoy dispuesto a dejarte ir. Ni ahora ni nunca.

Ese noche la nieve cubrió las calles con su helada chispa hasta enterrarla con su fuerza, y congeló el rocío en los árboles, por todos fue consideraba la noche más fría de todos los tiempos, allá en Changwon, pero el corazón ardiente de ambos amantes los mantuvo calientes, incluso después de aquella peligrosa nevada.

•———•

 

[Actualidad; 12 de Enero 2018]

 

—¿Qué haces aquí a oscuras? —La suave voz de Kyungsoo llegó a sus espaldas, cuando le rodeó con sus brazo por detrás. —Sabes que Baekhyun odia esperar, además se terminaron la pizza. —Comentó cantarín.

 Jongin sonrió y se giró sobre sus talones, abrazando la cintura del más bajito. —No adivinaras que encontré. —susurró sobre su boca.

Kyungsoo sonrió como un niño. —¿Qué es? —Preguntó.

Pero en ese momento Jongin dudó de si hacerlo. Si bien esa etapa había sido muy hermosa para ellos, también había dejado increíbles cicatrices en Kyungsoo, y no deseaba hacerle recordar esos momentos. Negó con una sonrisa suave y besó su boca, ocultando tras su espalda el álbum. —Regresemos. —Murmuró.

Kyungsoo le miró algo escéptico pero subió las escaleras.

Jongin dejó el álbum en la encimera y llevó la caja que había ido a buscar. No necesita un álbum para recordar cuanto amaba a Kyungsoo.

Cuando subió las escaleras del sótano hacia el exterior, la luz de fuera le dejó ciego por un segundo, la luminiscencia de la nieve y la imagen del amor de su vida, su mejor amigo y su pareja discutiendo como un par de bobos, le dio la vista de una vida perfecta. Su vida.

De pronto un siberiano se lanzó sobre él lamiéndole la cara.

Kyungsoo estalló en una carcajada. —Momo, no ataques a tu padre. —Dijo atrayendo al husky de la correa.

Jongin sonrió de la nada, y atrajo a Kyungsoo del brazo hacia la nieve, abrazando al mayor y a su mascota. —Te amo. —Dijo.

Chanyeol les observó con algo de sorpresa pero luego sonrió.

—Bueno, esto definitivamente es romántico. ¿Por qué no eres así?—Se quejó Baekhyun.

Chanyeol caminó hasta Baekhyun y lo cargó para lanzarlo sobre la cama de nieve de más de cinco metros de altura, y se encogió de hombros. —Perdón, cariño, pero el bobo romántico no soy yo. —Alegó con una mirada de suficiencia.

El castaño hizo una bola de nieve y la arrojo hacia Chanyeol, iniciando una nueva guerra de bolas de nieve. Y de esa forma un montón de adultos se divirtieron como niños.

 

Fin.

 

Notas finales:

Notas Del Autor:

Hola mis preciosos lectores, este capitulo esta dedicado a cada uno de ustedes. Gracias por sus votos, vistas y rw.

Así concluye este fanfic, nos vemos en un próximo proyecto.

Continúen dándole amor a mis trabajos.

Y no olviden aunque sientan frío en sus corazones no deben rendirse, que siempre habrá un corazón tibio que caliente el suyo. ♥

By: Alejandra. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).