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El mal del amor por darkwinter

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Notas del capitulo:

Habia tardado, pero al fin aqui un nuevo capitulo.

Marco se encontraba detrás de él, no solo eso, si no que los cuatro jóvenes ya se estaban dirigiendo hacia él.

-Vaya Marco, yo solo estoy buscando a Silver, habíamos quedado de vernos por aquí, ¿no lo habrás visto por casualidad? - se excusó dando su típica risita.

-Ya veo, es entendible, digo ustedes son prácticamente familia-dijo acomodándose los lentes.

-¡¿TU ERES YOH ASAKURA?!-una chica pelirosa se le abalanzo de repente emocionada.

-Tu fuiste el que derroto a Hao cuando todo parecía perdido-otra chica apareció a su lado, tenia gran parte de su cara tapada con una mascara dejando un ojo visible.

-El único que le hizo frente cuando nadie más pudo-reafirmo un chico con unas notables ojeras.

-Es un gusto conocerlo-dijo casi como un susurro un chico tapado con la capucha de su uniforme.

-Yoh permíteme presentarte a los nuevos soldados X- formaron una fila y Marco los iba presentando uno por uno, la pelirosa se llamaba Rachel Laurin, la chica de la máscara Lily Selcar, el chico de las ojeras Mike Nitens y el de capucha Luke Heder.

-¿Y que hacen?-pregunto actuando como si no supiera nada.

-No encargamos de erradicar la semilla de maldad dejadas por Hao, sus secuaces son amenazas latentes y nuestra obligación es terminar con todos ellos- respondió Marco con cierto aire de orgullo.

-¿Los están matando?-tenía que saber, esta era su oportunidad de obtener información.

-Solo nos faltan tres-comento Luke

-Las Hanagumi se creían tan rudas hasta que matamos a una de ellas y dejamos sin ojo a la rubia-Rachel lo había dicho como si de cualquier cosa se tratara.

-No hace mucho acabamos con el secuas Peyote, no fue un problema-dijo Mike sonando decepcionado.

-Las chicas de nombre Marion y Kanna consiguieron escapar y aun no encontramos a la niña Opacho,el resto son historia-Lily se acomodó un poco la máscara mirando a Yoh.

-Pero Opacho es solo una niña ¿Por qué también tienen que matarla? -apretó los puños conteniendo su enojo, lo que había dicho Jeanne era verdad.

-Todos los seguidores de Hao sin excepción son portadores del mal, hasta que todos estén muertos, ya no habrá mas injusticia y oscuridad, si te opones como las veces pasadas entonces también serás nuestro enemigo-se fue de hay con un profundo enojo y preocupación creciendo en su interior, tenia que contarle todo a Hao, debía saber. Había cuidado que nadie lo siguiera hasta llegar a la cabaña, su hermano se encontraba dormido sentado contra la pared, tenia que contarle mas no quería despertarlo, se veía tan en calma dormido, se acomodo a su lado recargando su cabeza en su hombro durmiendo.

Anna y el resto se dirigían a una posada para descansar, su búsqueda no había dado frutos, tenían los ánimos en el piso, Manta ya no podía mantenerse optimista, le preocupaba en bienestar de su amigo, de repente alguien llamó su atención.

-Anna, creo que esa chica es Jeanne- fueron donde se encontraba la chica hasta tenerla de frente.

-Jeanne ¿cierto?, ¿no has visto a mi prometido? -Anna fue directo al grano al tenerla enfrente.

-También ustedes están aquí, si lo he visto-los ánimos de los tres se alzó, por fin tenían una pista.

-Oye disculpa ¿dónde lo viste? -Manta se dirigió a ella con más cortesía.

-Lo invite a el y su acompañante a pasar la noche en donde vivo y después partieron al bosque- se estremecieron al escuchar “acompañante”.

-¿Sabes quien era?-pregunto Anna cruzada de brazos, la peliblanco sonrió comenzando a caminar alejándose de ellos.

-Solo diré que Dios hace las cosas por algo, dando segundas oportunidades a quienes bien no las merece, cuando los encuentren se llevaran una impactante sorpresa-se marchó dejándolos con más preguntas que respuestas.

Ya había amanecido, solo que no fue el sol lo que despertó a Yoh, sino su igual que lo besaba tiernamente, aunque el cariño no duro mucho al notar la inquietud del menor.

-¿Qué pasa?-ambos se incorporaron, entonces Yoh le conto todo lo sucedido anoche y Hao escuchaba serio todo.

-Debemos darnos prisa, si la encuentran…van a matarla-el mayor solo asintió serio sin decir nada, siguieron su camino por el bosque haciendo algunas pausas para descansar, procuraban ir lo más rápido que pudieran, al anochecer encontraron una cueva optando por pasar la noche hay.

-Ya no ha de faltar mucho ¿verdad?

-No, pronto empezaremos a entrar en el desierto.

-Eso es bueno.

-Si…lo es.

Hao parecía distante, como distraído, no podía juzgarlo, sabía que debía de estar pensando en el poder que tenían esos chicos, en como debieron de haber cazado y matado a los que lo siguieron, a quienes le juraron lealtad, ¿seria el karma?, no podía estar seguro, pero de algo si estaba seguro y era que ellos dos tendrían que luchar contra esos chicos. A mitad de la noche despertó, Hao no estaba en la cueva, salió a buscarlo, intentaba no preocuparse, lo busco apenas iluminado por la luz de la luna, de pronto escucho un grito, asustado corrió a donde lo había provenido, volvió a escuchar otro, corrió hasta llegar a lo que parecía ser un pueblo abandonado encontrándolo a él y al espíritu del fuego que estaba devorando a todos los espíritus del lugar sin dejar escapar a ninguno.

-No pienso darles el gusto, de ser mas fuertes que yo, si me enfrentan, los daré una muerte agonizante, aun si eso no te gusta Yoh-el espíritu de fuego ya había terminado desapareciendo dejándolos solos.

-No pienso oponerme, solo que te equivocas en una cosa-camino hasta estar cercas de él.

-Los dos los enfrentaremos y los venceremos-lo abrazo con fuerza siendo correspondido.

-Tienes razón, ellos no serán rivales contra nosotros-se separaron, tomados de la mano volvieron a la cueva. Al adentrase, los besos no se hicieron esperar, la intensidad iba subiendo obligándolos separarse para recuperar el aliento, tenían las caderas pegadas, sintiendo la excitación del otro, Hao había metido sutilmente su mano debajo del pantalón y ropa interior del menor animando más su miembro ya erecto, las mejillas de Yoh estaban teñidas de rojo, dando uno que otro gemido.

-¿Quieres que continúe?-le susurró al oído e Yoh asintió, le quito la camiseta pellizcando unos de sus pezones mientras que al otro lo mordía, una vez os había dejado rojos, descendió hasta su entrepierna realizando un movimiento rápido quitándole el pantalón con la ropa interior, comenzó a chupársela, mordiendo la punta en momentos, coloco una de sus piernas sobre su hombro continuando con su labor hasta que se corrió, estiro su brazo hasta la boca de Yoh pasando sus dedos por sus labios, tomo su mano lambiendo sus dedos hasta que la aparto, entonces introdujo sus dedos ya lubricados en su entrada estimulándola, saco su erecto miembro poniéndose casi a la altura del menor aun con su pierna sobre su hombro tomando la otra ahora introduciendo su miembro de una estocada, Yoh gimió de dolor permaneciendo inmóviles por un rato hasta que hizo un movimiento con la cadera indicándole seguir, las embestidas empezaron suaves volviéndose mas fuertes, los que antes eran gemidos de dolor se volvieron de placer, no lo importaba si se llegaban a escuchar fuera de la cueva, el momento era para ellos dos, volviéndose uno, inundándose en el placer mutuo, siguió hasta que se vino dentro de el cayendo ambos al suelo exhaustos, con la respiración entre cortada.

-Te..amo-dijo apenas recuperándose.

-Yo también Yoh-beso su frente sonriéndole, ese no era el final, la noche aun no acababa y la tenían únicamente para ellos, para seguir disfrutando del placer que se brindaban, seguir explotando esa forma de amor mutuo.

 

 

 

 


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