Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tradición impensable por 1827kratSN

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

Fue en la noche cuando Tsuna se vio nuevamente animado a regresar a su hogar, eso a pesar de que hace más de cuatro horas recibió aquella llamada de parte de una de sus empleadas que le pedía regresar cuanto antes. Quiso tomarse un tiempo prudente para sentirse completamente capaz de volver, por eso no le importó las horas que pasaron, después de todo, nada demasiado malo podría pasarle a su familia en su ausencia.

Se despidió de Skull, Enma, Adelheid y de todos los demás con un abrazo, sonrisas, un par de chocolates de su parte y el deseo de que todo estuviera como antes de su partida en la mansión, pero nada podía ser tan fácil, él lo sabía. Su familia siempre era un caos y dejarlos por más de un día solos era un augurio de destrozos, gastos, papeleos y ruinas en general. Hasta podía escuchar en su cabeza la voz de Gokudera disculpándose después de que él mismo hubiese hecho estallar una ventana  

Tsuna no tuvo ni siquiera que bajarse del auto que él mismo conducía para calcular una cifra de cinco dígitos destinada a arreglar los jardines, adornos, fachada, ventanas y la puerta de la entrada. Suspiró cansadamente mientras se estacionaba e incluso se golpeó la frente con el volante para reunir paciencia. Sabía que todos armarían un alboroto por su partida silente y dolida, pero ellos fueron los culpables desde un inicio, ¡no tenían que dejarle el desastre a él!

 

 

—Los obligaré a reparar esto — murmuró mientras apretaba el volante y elevaba su cabeza — será un buen escarmiento — sonrió sutilmente. Ya no estaba enfadado ni dolido, pero nada podía quedarse sin castigo, eso lo aprendió con los años

 

 

No dio ni siquiera diez pasos completos por el jardín delantero cuando sintió que alguien corría hacia a él desde un lateral, pero no esquivó el ataque, sólo cerró los ojos y dejó que el impacto llegara. Aunque le dolió, no se quejó, después de todo escuchó un hipido muy conocido pero que en esa ocasión reflejó arrepentimiento… y pánico. Tsuna cayó al suelo sin poder evitarlo, mas, sonrió sutilmente mientras palmeaba la espalda que se movía de forma errática debido al llanto, acarició esos cabellos negruzcos y rizados mientras escuchaba esos balbuceos difíciles de entender y que suponía eran una disculpa o una súplica porque impidiera que Reborn lo llenara de plomo, porque sí, si Skull regresó, Reborn también debió hacerlo.

Por supuesto que perdonó a Lambo, también lo hizo con Fuuta, I-pin y todo quien le pidió disculpas en medio de su camino de ingreso a la mansión. Ignoró las lesiones que estos llevaban encima, los rastros que evidenciaban que recibieron un fuerte castigo y que tal vez apenas había acabado, seguramente ya aprendieron la lección. Les sonrió dulcemente pues le alegraba que todos hubiesen entendido que no era de hierro y podía caer ante una depresión por cosas simples, además les dio un poco de humanidad al demostrarles que sus errores podían afectar a alguien importante para ellos. Le bastaba por el momento

Tsuna no era rencoroso, por eso no le costó sonreírles como siempre mientras se dirigía al comedor pues quería cenar con todos ellos y demostrar que seguían siendo una familia. Aunque antes de eso tuvo que detener una riña verbal entre Hibari y Mukuro, quienes pareciese –ante la vista de todos– que se odiaban aun cuando las cosas eran todo lo contrario

 

 

—En nombre de todos, pido disculpas por nuestro comportamiento. Cada quien tuvo participe en este asunto — Gokudera hablaba con seriedad cuando ya casi todos estaban sentados en la mesa

—Lo entiendo — dio una rápida mirada a cada miembro en esa mesa

—Unos por ocultarle la verdad, otros por idiotas y hacer estupideces infantiles — Gokudera miró mal a algunos y eso sólo hizo que Tsuna riera bajito — ¡Lo lamentamos mucho, juudaime!

—Espero que este comportamiento no se vuelva a repetir — respiró profundo antes de tomar una postura más autoritaria y serena — pero saben que no se puede quedar así, ¿verdad? — todos se tensaron por la amenaza detrás de esa sonrisa dulce y esas palabras aterciopeladas

—Aceptaremos el castigo, Sawada. ¡Al extremo!

—La mayoría nos lo merecemos, Tsuna-nii

—Lo sentimos — agacharon levemente su cabeza simulando ser cachorros arrepentidos por una travesura, pero ni eso convenció a Tsuna quien tamborileaba la mesa con los dedos

—Ustedes… usando sus propios recursos y manos — Tsuna tomó la copa de vino que le sirvieron hace poco y le dio un sorbo mientras admiraba las diferentes expresiones de horror… ¿estaban asustados de él? No creía — repararán cada daño en la mansión… — mantuvo un rostro serio mientras dictaba el castigo porque sólo así ellos aprenderían a comportarse — Kyoya, Mukuro, ustedes dos no se excluyen

—Hum — el azabache no se inmutó, pero tampoco aprobó esa orden

—Oya, oya, pero si nosotros estamos de tu parte, Vongola — Mukuro por su lado jugaba con su copa, pero mantenía sus ojos entrecerrados porque no le gustó ni un poquito lo que su cielo dijo

—Pero tuvieron mucho que ver en el daño de la entrada, supongo — los miró y brindó una fría sonrisa

—¿Eso es todo? — añadió Kyoya porque no le hacía gracia tener que hacer trabajos manuales

—Sí

—Pues me niego — a nadie sorprendió aquellas palabras por parte de la nube

—Lo harás, Kyoya — Tsuna sonrió antes de beber el vino con calma y extender un silencio que sólo volvió el ambiente más tenso —. Caso contrario… te quitaré los privilegios que tienes en CEDEF y las misiones de alto rango por un año

—No lo harías, herbívoro — sintió un tic en su ceja izquierda, pero la sonrisa despreocupada del cielo le mandó la clara señal de que en realidad si lo haría

—¿Alguna objeción más? — preguntó con serenidad mientras dejaba la copa vacía en la mesa — muy bien. Empezarán pasado mañana — dictó antes de que alguien siquiera separara los labios para refutar su orden

—¿Por qué…?

—Porque no les quitaré su día libre — explicó, interrumpiendo a Takeshi — mañana es San Valentín y supongo que muchos de ustedes saldrán de paseo o ya tenían planeado una velada…

—Sigues siendo muy blando, dame-Tsuna — fue entonces que la persona faltante en esa mesa llegó, ingresando por la puerta que estaba a espaldas del asiento del décimo Vongola

 

 

Todos se tensaron al ver a cierto hombre azabache de patillas que caminaba con porte elegante mientras acomodaba su fedora y los miraba con superioridad. Obviamente Reborn quería un castigo más severo por el atrevimiento de todos ellos, uno que completara con la cacería que él mismo les dio hasta hace unos pocos minutos y eso que se contuvo un poco para no ensuciar su traje.

Muchos –o casi todos– sabían que el hitman sobreprotegía a Tsuna desde prácticamente diez años, o tal vez más, aunque lo hiciera de una forma un tanto rara pues priorizaba su diversión personal por sobre todas las cosas. Pero lo que en verdad les daba miedo era la posibilidad de que su jefe hiciese caso a la sugerencia dada por el ex arcobaleno del sol. Se tensaron, sudaron, sintieron sus heridas punzar y un escalofrío en su espalda… no querían más sadismo en sus vidas, ya aprendieron la lección

Sin embargo, recordaron algo… Tsuna aún no sabía que Reborn recuperó su apariencia adulta, más importante que eso era que su cielo era despistado y tal vez no reconocería a…

 

 

—Bienvenido, Reborn — las palabras del castaño sorprendieron a todos porque éste no se inmutó cuando el hitman se posó a su lado. Tsuna incluso lo miró directamente y sonrió para completar su saludo

—Pensé que no me reconocerías — el azabache de patillas sonrió de lado — parece que ya no eres el mismo niño tonto que no notaba lo obvio

—Hum… ¿es una extraña forma de decirme que he madurado? — el castaño sonrió un poco ofendido — ¿gracias?

—En realidad yo también pensé que no lo reconocerías, Tsuna — rió Yamamoto mientras se rascaba la nuca — es que cambió bastante

—Yo también — uno por uno fue afirmando su desconcierto y Tsuna sólo se rascó la mejilla levemente en respuesta a esas palabras

—¿Quién te lo dijo? — Reborn no se tragaba el cuento de que Tsuna lo reconoció a la primera mirada

—Bueno — rió incómodamente mientras giraba su rostro para no mirar al hitman — Skull llegó a casa de Enma y me lo advirtió — claro, el novio de Enma hasta le había tomado una foto a Reborn para que lo reconociera en cuanto se miraran, de esa forma se evitaría una vergüenza, aunque al final no sirvió de mucho porque igual se enteraron de la estrategia… ¡oh!... tal vez no debió mencionar a Skull… ¡rayos!

—Lo castigaré por arruinar mi diversión — claro, no debió mencionarlo — pero el asunto aquí es que ellos merecen un pago más caro por su atrevimiento

—Déjalo, Reborn — Tsuna suspiró antes de analizar el mejor momento para llamar a Enma y advertirle, mejor dicho, de contarle la estupidez que hizo — con que reparen las cosas es suficiente

—Ningún subordinado tiene derecho a jugarle bromas al jefe, eso es imperdonable, motivo de muerte en muchos casos — el azabache los miró a todos con frialdad — Te han perdido respeto, dame-Tsuna

—Yo no creo que tuvieran malas intenciones — miró a todos — ¿verdad?

—Los escucho —  Reborn les puso atención… ¿cómo se salvarían de esa?

 

 

¿Qué tan malo sería decir la verdad? Se decía que la verdad era la salvación de muchos, pero, ¡en ese caso no era así! Si aceptaban ser los culpables por las lágrimas derramadas por Tsuna solamente porque quisieron evitar que éste hiciera chocolates para San Valentín ya que tenían un trauma con el último regalo, sonaría como una estupidez. ¡Pero era esa misma estupidez la que haría al hitman enfurecer a límites inimaginables! Por eso debían improvisar

Rápido

Hablándose por medio de miradas

Intentando que nadie fuera tan tonto como para…

 

 

—Pues queríamos evitar que… — la voz de Ryohei se detuvo por un buen puntapié que Fuuta tuvo que darle al mayor para que no dijera la maldita verdad — ¡ah! — apenas soltó el quejido porque le palmearon la espalda con rudeza

—Ah… te atoraste, Ryohei-nii — disimulaba Fuuta mientras le susurraba al mayor que se callara

—Pues…

—Hablen — ordenó el hitman y todos se tensaron, menos Hibari y Mukuro, a ellos les daba igual, aunque al segundo le interesaba saber la excusa que se inventarían esos idiotas

—También quiero saber — Tsuna posó los codos en la mesa y su quijada sobre sus dedos entrelazados mostrando una pose seria en donde su sonrisa desapareció — ¿por qué hicieron todo eso? — ahora sí que tenían miedo… cuando su cielo hablaba con frialdad daba muestras de haber aprendido del mejor tutor en la historia de los Vongola

—Contaré hasta tres — Reborn sonrió con sadismo mientras ocultaba su mirada con la fedora — uno…

—¡NO QUERÍAMOS QUE TSUNA-NII LE DIERA UN CHOCOLATE DE AMOR A ALGUIEN! — Lambo al parecer tuvo esa idea basado en la presión del momento y no pudo más que gritarla antes de siquiera discutirla con los demás. — Eso… — jadeó porque se le fue el aire

—Buena esa, kufufu — Mukuro fingió demencia y empezó a beber de su propia copa

—Es cierto — argumentó I-pin por inercia y los demás de uno por uno la apoyaron

—Es que… — Gokudera no quería un castigo más duro, aún tenía la bala incrustada en la piel del lado derecho de su abdomen, la misma que no causó más daño que una perforación demostrando que Reborn podía hacer cosas inimaginables con un arma en la mano. Así que se resignó a ayudar — nadie se lo merece o ha demostrado merecerlo siquiera — continuó sin titubear —. Todos estamos de acuerdo en que usted todavía no está listo para formalizar una relación con alguien o siquiera pensar en una, juudaime

—No queremos que te enganchen con mentiras, Tsuna — sonrió Yamamoto — primero deberíamos conocer a la persona a quien le vas a dar un chocolate con tus sentimientos en él  

—Fue egoísta, pero — continuó la tormenta — eso…

 

 

Reborn empezó a caminar hasta su lugar dispuesto en esa enorme mesa, haciendo que sus pasos resonaran y que las palabras de los guardianes se cortaran. La mentira era tan obvia que claramente Reborn se aburrió y prefirió sentarse para ver qué castigo impondría Tsuna en concordancia con lo que él quería. Todos sintieron la incomodidad del ambiente, aumentada porque Tsuna no había dicho nada todavía, pero…

 

 

—Cómo… ¿Cómo supieron que yo quería dar un chocolate especial a alguien? — Tsuna se rascó la mejilla mientras éstas se tornaban de un leve rosado bochornoso

 

 

Silencio extendido.

¿En realidad acertaron en una suposición que inventó Lambo debido a la presión?

Más importante que eso… ¿Tsuna estaba enamorado de alguien? ¡¿De quién??

Tenían en mente un par de candidatas y candidatos, pero… ¿en serio? Incluso quedaron en shock. Excepto Reborn, a él le dio igual porque se desharía de la o el candidato apenas se lo encontrara. Todos querían pronunciar su desconcierto, pero no pudieron, no dejarían que su mediana mentira se cayera a pedazos 

 

 

—Pero tranquilos — siguió Tsuna mientras retomaba la compostura — cabe la posibilidad de que no me correspondan — suspiró tratando de fingir que el asunto no le afectaba —. Además, ustedes serán los primeros en enterarse de todo y de conocer a la persona que yo haya escogido. Sin la aprobación de mi familia, no podría hacer algo — les sonrió

—Juudaime — emocionado, Gokudera estuvo a punto de perder el control y llorar debido al honor de ser considerado importante en las decisiones de su jefe — yo…

—Sawada-san — una empleada doméstica entró al comedor cortando el horrible ambiente entremezclado de emociones variadas — lamento interrumpirlo, pero tiene una llamada de Kozato-sama

—Me disculpan, volveré pronto

 

 

Cuando Tsunayoshi abandonó el comedor, todo quedó en silencio, eso hasta que una cucharita golpeó una copa vacía. Todos voltearon hasta el origen del sonido, el cual fue causado por Reborn quien se quitó la fedora y la dejó de lado. Un aura pesada se instauró de pronto, tal vez porque todos quedaron en shock por la respuesta del décimo y la posibilidad de que este dejara de ser solamente su joya preciada y se alejara definitivamente de ellos, o porque Reborn parecía querer degollar a alguien

Egoístas, pero optimistas

 

 

—Supongo que no les cayó nada bien la noticia — habló mientras eliminaba sus emociones y volvía a ser calculador — así que está claro que intentarán algo mañana

—¿Nos estás dando autorización, Reborn? — susurró Lambo

—Si quieren mantener a su cielo puro e inocente por un tiempo más — sonrió de lado porque tras esas palabras estaban sus intereses personales — tendrán que impedir la confesión — los iba a usar para su beneficio y diversión  

—Nos castigarás después — afirmó Fuuta quien tembló ante la mirada oscura que conectó con la suya

—Pero no los delataré antes de que siquiera planeen algo — deslizó dos de sus dedos por su patilla izquierda mientras se erguía en su asiento — ¿no es eso suficiente?

—Entonces… — Gokudera miró a todos — hay que proteger al décimo — claro que él quería mantener a su amado jefe con esa sonrisa brillante y aura pura...

—Primero descubrir al destinatario de ese chocolate, kufufu — algunos se iban a unir por simple diversión

—Deshacernos del candidato — masculló Hibari — lo morderé hasta la muerte — obviamente él sólo quería probar las fuerzas del –hasta ese punto-, desconocido o desconocida

—Impedir que se vean — susurró la tímida Chrome

—No dejaremos que Tsuna-kun/Tsuna-san se declare a alguien que no se lo merezca

—Todo en pro de la seguridad de nuestro cielo, ¡al extremo!

—Será divertido — sonrió la lluvia

—Creo que el camino más rápido es deshacernos del chocolate que Tsuna-nii trajo — murmuró Fuuta, aunque la verdad no estaba muy seguro de seguir con ese asunto — pero no quiero lastimarlo de nuevo

—Yare, yare… por eso debe ser un “accidente”

—Yo no escuché nada — sonrió Reborn —. Tienen hasta la medianoche de mañana — los miró a todos y después cerró los ojos — que empiece el juego — susurró quedito

 

 

Continuará…

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).