Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fabricante de juguetes por SebbyPhantomhive

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Con una gran sonrisa Ciel en el despacho de su padre se complacía al dejar el teléfono en su lugar luego de esa llamada desde París, aunque le remordía un poco la conciencia al pensar que su hermano ahora estuviera deprimido y decepcionado solitario en una ciudad extraña. Solo haciéndole una treta sucia podía tenerlo a su lado, no lo dejaría ir tan fácil, ya que sus ruegos no hicieron efecto en su terco hermano menor no tuvo más opción, ahora solo esperaba que este llamara o enviara una carta avisando que pronto estaría de nuevo con ellos y eso le alegraba en gran manera. Ciertamente el amor a Astre era algo egoísta por no decir mucho, pero eso no le pesaba pues lo justificaba como amor genuino de hermanos que nunca debían separarse.


Mientras tanto Astre estuvo toda la mañana recorriendo a paso divagante sin ninguna prisa por la ciudad, sin un rumbo fijo donde dirigirse ahora, trataba de despejar la mente de pensamientos pesimistas y pensar en un nuevo plan, no podía conformarse con la negativa de ese hombre para truncar sus sueños. Aunque no sería fácil porque el más famoso juguetero lo había rechazado y no había otro como él, en medio de un suspiro se sentaba en la banca de una plaza para descansar, sacando su cuaderno comenzó a dibujar un bosquejo de un nuevo juguete.


—¿Qué dibujas? —Cuestionaba una voz varonil que se percibía cercana al joven, quien sorprendido cerraba con prisa su cuaderno y le miraba mal, notando un galante caballero de hermosas facciones y mirada penetrante.


—No dibujaba, solo garabateaba un poco. —En medio de un murmullo tímido le respondió poniéndose de pie parecía marcharse al ser interrumpido de esa forma por el atrevido caballero. —Con su permiso paso a retirarme...


—Lamento haberte interrumpido de esa forma, fue una descortesía de mi parte.


—No se preocupe, ya me retiraba de todos modos. Tenga un agradable día.


Muy amable Astre le hablaba aunque si se molestó al principio que lo asustara de esa manera, olvidando aquel detalle solo decidió caminar alejándose de él. A unos metros percibía que alguien lo seguía, volteando a ver notó de nuevo a ese caballero atrevido tras suyo a unos pasos.


—¿Puedo ayudarlo señor? —Le cuestionaba con fingida amabilidad al enfrentarlo y los dos de pie uno frente al otro se quedaban viendo mientras las personas caminaban a su alrededor.


—Es coincidencia que los dos vayamos por el mismo camino. —Le respondió con una sonrisa algo coqueta, el joven inglés con recelo no le creía su respuesta.


—¿Cómo no sé que es un ladrón que pretende robarse mis cosas solo porque estoy en una ciudad extraña?


—No tengo apariencia de ladrón. ¿O si? Yo creía que me veía como un caballero de la nobleza.


—Los ladrones astutos podrían valerse de buenas tácticas para hacer un perfecto robo, como conseguir un costoso traje para engañar a su víctima.


—Vaya que desconfiado eres, si hubiera querido robarte lo hubiera hecho en la plaza cuando estabas distraído dibujando. ¿No crees niño pedante?


—No soy un niño y mucho menos soy pedante. —Se defendía Astre ante esa ofensa mientras fruncía el ceño y lo miraba mal.


—Tu también me ofendes al acusarme de ladrón y no serlo, así que digamos estamos a mano en las ofensas.


Al escuchar eso el más joven desvió la mirada y decidió seguir su camino para no seguir discutiendo con ese extraño hombre que al parecer todavía lo seguía, trataba de ignorarlo pero le era imposible ya que ahora caminaba más cerca suyo.


—Te invito a almorzar... —Dijo este hombre al llegar a una zona donde estaban algunos finos restaurantes, Astre se negó tratando de ser amable aunque su invitación repentina le había sorprendido provocando un pequeño sonrojo en sus mejillas. —Insisto, por favor acompañeme a comer.


—¿Por qué me molesta a mi? Estando rodeado de mujeres bonitas que les gustaría seguramente almorzar con usted. —Murmuró con algo de molestia— ¿Acaso me cree una mujer para hacerme tal invitación?


El otro se echó a reír por tal insinuación haciendo apenar mucho más al joven, quien pensaba que ese hombre es un odioso, al verlo reír de esa forma le hizo sonrojarse más, le parecía mucho más atractivo así.


—Es usted irritante y odioso. —Le dijo con molestia al verlo como todavía no borraba esa pequeña sonrisa burlona de sus labios.


—Y usted es gruñón y hermoso. Y para nada pienso que es una dama, su belleza va más allá de cualquier género.


—¿Eso es un halago?


—Que le parece si continuamos esta amena conversación mientras comemos. —Hablaba con esa sonrisa amable el hombre, Astre dudaba en decir que si pero ya que estaba ahí tener un amigo al menos no le vendría mal, además a el no se le daba la facilidad de entablar amistades.


Asintiendo tímidamente con su cabeza aceptaba su petición, ambos caminaban en dirección a uno de los restaurantes.


—No nos hemos presentado formalmente. —Advertía animado el caballero mayor mientras decidían que pedirían de comer. —Soy Sebastian Michaelis a su servicio, señor...


—Astre... Soy Astre Phantomhive.


—Usted es de Londres, ¿es pariente del conde Phantomhive?


—Soy su hijo menor. —Murmuró apenado— ¿Usted conoce a mi padre?


—Solo de nombre... Hay muchos rumores del perro guardián de la reina.


—Odio ese apodo, pero supongo que se lo ha ganado por su trabajo.


—Así parece, dijo que era el hijo menor así que deduzco que usted no heredará su trabajo y su título. —Le hablaba Sebastian con una sonrisa notando una mirada triste en el joven, esos hermosos ojos azules llenos de esa misteriosa tristeza era realmente encantadora pensaba para si.


—Has deducido bien, no me corresponde ese trabajo sino a mi hermano Ciel. —Le respondió algo apenado al sentir esa mirada penetrante en él. —Yo solo quiero ser un fabricante de juguetes.


El joven esperaba una reacción burlona de ese hombre ya se le había burlado antes seguramente lo haría de nuevo, ya que pensaba para si mismo que su sueño era estúpido y ridículo, ¿Por qué no lo pensaría ese extraño que apenas conocía?


—Que lindo anhelo tienes, ojalá muchos tuvieran el valor de hablar de sus sueños por muy tontos que parezcan, aunque el tuyo no lo es y pareces muy seguro de querer cumplirlo. Eres admirable, Phantomhive.


Ante esas palabras el joven se confundía un poco, no sabía si tomarlo como un halago, sarcasmo, burla, pero con lo último que dijo sintió una calidez en su pecho, nadie nunca le había dicho que lo admiraba de esa forma sincera, eso le emocionaba. Bebiendo un sorbo de su copa de vino solo desviaba la mirada sin saber que responder.


—Creo que fui muy intenso con lo que dije que lo dejé sin palabras, lo siento joven Phantomhive.


—Usted es muy extraño, no entiendo muy bien que quiere decir o en que sentido me lo dice. Pero le agradezco los halagos si lo son.


Sebastian sonreía al escucharlo no dejaba de verlo embelesado, ciertamente ese joven era una belleza con cada gesto que hacia pensaba, conversando de forma amena degustaban la deliciosa y fina comida parisina. Al terminar de comer ambos se disponían a despedirse aunque no querían hacerlo, Astre por su carácter tímido no le pediría que le hiciera compañía un tiempo más.


—Querido joven Phantomhive, estuve pensando con respecto a lo que vas a hacer con tus bocetos, creo que son muy buenos y tienes el talento para sacarlos por tu cuenta sin ayuda de un juguetero. —Hablaba Sebastian mientras caminaban por la ciudad, haciendo conversación y tenerlo unos minutos más.


—¿Usted cree? Yo no creo que pueda hacerlo solo, además mi capital para invertir en esto no es suficiente para que pueda ser reconocido, creo que solo me alcanzarían para fabricar unos cuantos.


—Aunque no lo parezca tengo dinero que me gustaría invertir en un negocio.


—¿Lo invertiría en mis juguetes? —Cuestionó dudoso el joven ante su insinuación de negocio, la oferta era tentadora de ser cierta, aunque era un riesgo para ambos.


—Claro que si, confío en su talento y perseverancia, sé que no se rendirá fácilmente hasta devolverme el último centavo que invierta en sus juguetes. —Le decía mientras buscaban una banca donde sentarse en la plaza en que se conocieron, haciéndolo sonrojar de nuevo por ese halago— Ojalá confiara más en usted  como yo lo hago cuando apenas lo conozco.


—Deje de decir tales cosas. —Le reprendía apenado— No puedo decidir ahora, debo pensar si aceptar o no su propuesta.


El caballero sonreía al ver el interés del joven a su propuesta, lo más seguro era que aceptara y se volverían socios en el pequeño negocio, en calidad de socio eso le permitiría acercarse más. Estuvieron unos largos minutos conversando hasta que decidieron despedirse con la promesa de verse para cenar, cada cual retomo su camino, cada uno impresionado por la conversación y compañía del otro.


—No fue un día tan malo después de todo. —Murmuraba para si mismo Astre cuando se recostaba en su cama al llegar a la habitación, no podía apartar de sus pensamientos a ese misterioso pero atractivo hombre que pretendía convertirse en su socio, ilusionado con la propuesta sonreia más animado.


—Que lindo jovencito, es tan bello y su alma... Tan exquisita. —En un murmullo se decía Sebastian con una sonrisa mientras se relamía los labios y su mirada parecía destellar en un brillo carmesí. Aunque le tomara un tiempo preparar su alma para que tenga un mejor sabor, no le importaba incluso si le tomaba años, si estar a su lado era un deleite en si para él. Un vil demonio que aburrido de todo por fin halló a alguien en quien invertir su tiempo y divertirse en el proceso no estaba nada mal, pensaba en su hipnotizante mirada azulina, en ese corazón puro que corrompería, eso lo hacia sonreír ansiosamente.




Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).