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MISSING LOVE por Naglfari

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Notas del capitulo:

portada

BaekHyun estaba tenso, su padre y la Sra. Park hablaban animadamente, él no escuchaba que tanto decían, pero sabía que era de la boda, de la agencia hotelera y todo lo que envolvía sus negocios. Mordió sus labios, mientras jugaba con sus dedos encima del regazo, quizá no había sido buena idea sincerarse con su futura suegra, hubiera mentido, se daba cuenta de que cualquier excusa tonta habría sido mejor.

ChanYeol lo veía desde el otro sofá, parecía enojado, no directamente con él, pero la situación sí que lo tenía con los pelos de punta, BaekHyun quería acercarse, invitarlo a comer o algo, mas no se sentía seguro de poder hacer contacto con el más alto sin que se enojara.

Su estómago gruñó, se acarició el abdomen plano y se preguntó si debía comer algo, vio el reloj, ya eran las diez y seguía sin comer siquiera una fruta, a lo mejor no era mala idea. Estaba por ponerse de pie cuando ChanYeol se paró y se acercó a él, con una sonrisa penosa.

—BaekHyun-ah, comamos juntos.

El castaño asintió sin pensarlo, se puso de pie y siguió al más alto hacia la salida del lugar, BaekHyun sabía que irían al carro para ir a casa, no lo sorprendía, pero sí lo decepcionaba como en cada ocasión que ChanYeol se negaba a él.

Afuera del edificio montaron el carro de ChanYeol, pero tomaron camino a su casa. El hogar de BaekHyun era una casa grande, bastante bonita, no vivía con su padre y casi siempre sus amigos se la pasaban en la casa con él, muchas veces SeHun o JongIn le abrían la puerta a ChanYeol cuando llegaba, no sabía si ellos estaban ahí ese día, pero esperaba que no fuera así.

—¿Los chicos están?
—No, se fueron de compras más temprano hoy.

Asintió aceptando eso, al parquearse fuera de la casa BaekHyun salió del carro de primero, después de entrar a la casa, a ChanYeol lo recibió el aroma del castaño, olía a lavanda y limpio, la casa de BaekHyun era cálida, con fotografías de sus amigos, pinturas bonitas decorando las paredes y colores pastel suave por todos lados.

Comieron algo sencillo, BaekHyun apenas picaba su bol de fruta con granola y yogurt, mientras que ChanYeol comió un plato más grande, un desayuno típico coreano, tan rico como esperaba. Después de acabar su comida BaekHyun se puso a lavar los platos, ChanYeol lo miró desde atrás, sin saber cómo acercarse, como sacar el tema.

—Entonces, ¿sabes que traje quieres usar? ¿Combinara con tu anillo y parecerás un príncipe? —intentó bromear, pero el ambiente cambió. BaekHyun apartó con cuidado los vasos y los platos, cuando lo giró a ver no tenía su sonrisa, sino que una mueca triste.
—Tú no quieres que nos casemos aun —declaró, no preguntó, ChanYeol no se lo negó. BaekHyun siempre había sido el más emocionado con la idea de que se casaran, cuando se los anunciaron fue él quien sonrió rápido y no dudó en ponerse su anillo, anillo que jamás se había sacado, a pesar de las cortas relaciones que había tenido.

—No me siento listo para esto, eso es todo —no era capaz de verlo a la cara y decirle que no lo quería, porque era mentira, quería a BaekHyun, de verdad, sólo que no de esa manera —se decía— y a veces se tenía que obligar a parar sus sentimientos, porque dentro de él su conciencia sabía que le gustaba el menor.
—Está bien —BaekHyun se acercó, tan dulce y amable como de costumbre, su mejilla sintió cosquillear cuando los dedos del castaño cayeron ahí, acariciándole con delicadeza—. Aun tienes veintisiete, sé que estás joven para el matrimonio.
—Dijo el niño con veinticuatro —se burló por la madurez que el otro había usado, ambos rieron y no pudo evitar atraer al más bajito a sus brazos, estrechándolo—. Es sólo que la situación es…dura, siento que ni tú ni yo hemos disfrutado de una vida amorosa decente.
—Yo he disfrutado la mía —admitió, eso era todo lo que podía confesar porque decirle que lo amaba sería escupirle más presión al alto.
—BaekHyun-nie, te quiero —eso hizo latir su corazón—, eres mi amigo después de todo, pero necesito que me entiendas, siento que jamás he podido estar solo y disfrutarlo, todo el tiempo me recuerdan que me casare y mi madre no me deja ni un solo instante.

Para ese momento el corazón de BaekHyun estaba doliéndole en el pecho, suspiró con fuerza, lo que diría sabía que era lo justo, pero no por eso cambiaba la tristeza que ya estaba bañándolo.

—¿Y si te dan privacidad?
—¿Qué?
—Tu cumpleaños —se alejó de ChanYeol y lo miró a la cara serio, intentando disfrazar su pena—. Vete al viaje a Japón solo o ve con JongDae, pasa tu cumpleaños olvidando todo esto.
—Pero BaekHyun, tú siempre estás en mis cumpleaños —no iba a decirlo en voz alta, pero a veces ChanYeol era egoísta, tan egoísta porque disfrutaba la atención que BaekHyun tenía sobre él, amaba sentir que le daba todo, mas no era capaz de responderle de la misma manera.
—Necesitas unas vacaciones fuera de este ambiente, Channie —tomó su mano y le brindó un fuerte apretón— anda, lo pasaras muy bien sin mí, vacaciones de todo esto, sin contrato, sin tu madre, tú y lo que quieras hacer.

ChanYeol miró la seriedad en la cara del menor, estaba ofreciéndole la oportunidad de estar lejos de todo eso, le daba el chanche de liberarse de la presión de ser Park ChanYeol el hijo heredero de la hotelería Park, el guapo hijo de la magnate Im Yoona. No, BaekHyun le estaba regalando ser él, un chico de veintisiete años con la cabeza en otro lado lejos de los negocios.  

—Oh Baekkie —exclamó y se acercó para levantarlo en un fuerte abrazo—. ¡A veces eres tan maravilloso!
—¿Cómo que a veces, idiota?

Lo bajó sonriendo y le besó la frente, el castaño se sonrojó bajo su mirada sincera tan cargada de gratitud, le dio un último abrazo fuerte y sintió su pecho latir contento, BaekHyun era tan malditamente increíble, todo el tiempo pensando siempre en su felicidad.

**

—¡Dara, Dara!  —golpeaba la puerta de la chica con fuerza, su puño jamás se había movido tan rápido contra la madera que lo separaba de la rubia, estaba entusiasmado, con la energía corriendo en su sistema.
—¡Dios ya voy! —al abrirle parecía molesta, lista para golpearlo por ser tan idiota brusco, mas no pasó, porque le detuvo toda idea cuando la abrazó por la cintura y le dio una vuelta en el aire, demasiado feliz como para contenerse.
—¡Nos vamos de viaje! ¿A que es una noticia maravillosa? —se tronó los dedos una vez que la soltó—. A Japón, Japón, Japón.
—Oh vaya —suspiró ella— ¿a qué viene esa invitación?
—A mi cumpleaños —ella frunció el ceño, algo molesta.
—Creí que sólo los pasabas con BaekHyun.
—Baekkie me regaló un viaje para alejarme de todo este estúpido drama —confesó sin pensar en lo que le decía—, quiero que vengas conmigo, tú y yo. Una semana en Japón, ¿qué tal suena?
—Mágico —respondió ella, feliz de que BaekHyun no fuera un factor de esa operación.

ChanYeol pasó por alto su sonrisa, su felicidad tan palpante, porque a él sólo le importaba que estaría fuera de Corea, estaría lejos de su madre y todas las personas que tenían expectativas tan superficiales y alejadas de lo que él quería para su propia vida.

 

 

Ese mismo día más tarde se encargó de decirle a sus amigos más cercanos las buenas noticias, el mundo se alegró por él, sus amigos parecían contentos porque al final él parecía feliz de una noticia, excepto JongDae y JoonMyun, por supuesto. Los hermanos Kim siempre parecían saberlo todo, se creían demasiado listos, todos los que los rodeaban sabían eso, siempre tenían esa mirada de perspicacia que daba ganas de patearles la cara.

JoonMyun era la clase de tío que miraba en silencio, aceptaba lo que pasaba alrededor y cuando menos te dabas cuenta ya estaba escupiendo un ácido ya lo sabía que venía con la misma bofetada de un te lo dije.

—¿Crees que es buena idea? —preguntó el mayor de los dos, sentado con la mirada puesta en él. JongDae tenía un indicio de sonrisa, pícara y burlona.
—Serán unas sencillas vacaciones.
—Sí claro —respondió el menor Kim mientras jugueteaba con sus zapatos—, nada irá mal porque tu madre por supuesto no sabe que te vas de viaje con la amante que te pidió dejar mientras tú prometido se queda aquí solo, a pasarla sin ti para tu cumpleaños cuando todo el mundo espera verlos juntos.
—No iremos como amantes.
—Ya claro, cuando se lo digas a tu madre te creeremos.

Él no les respondió, ellos sonrieron a eso, se pararon casi al mismo tiempo diciendo que ya se irían y que le deseaban un buen viaje; su actitud de gemelos era ridícula ya que se llevaban tres años entre ellos, ¿por qué actuaban como pequeños demonios sabelotodo? Alguien debió botarlos, pensaba ChanYeol.

—¿Y tú a dónde vas? —su madre estaba parada en la puerta, de vestido negro con cabello liso detrás de sus orejas y una mirada astuta, como la de un gato.
—A Japón, es mi regalo de cumpleaños adelantado.
—BaekHyun es un prometido tan perfecto —respondió la mujer encantada, mas se irguió un minuto luego, tensando el ambiente con el cambio en su humor—. Él no comentó que se marchaban ya.
—Me ha regalado el viaje para mí solo —respondió—. Él me está permitiendo libertad.
—Que ridiculez, no vas a ningún lado a menos que sea con él.
—No.
—¿…No? —su tono sorprendido se ocultó tras la rabia, ChanYeol sintió que temblaba, pero sería fuerte por una vez en su vida.
—No. He dicho no, mamá.

Pensó que le gritaría, que a lo mejor haría que lo encerraran en su cuarto o algo por el estilo, pero la mujer sólo soltó una risa sarcástica, corta, tan dura como una roca y filuda como un cuchillo. Se dio media vuelta y con algún día aprenderás desapareció.

Sintió que podía liberar aire que estaba reteniendo, un buen día de esos le daría un paro cardiaco por guardarse tantas cosas a causa de su madre y su mirada tan asesina. Era la primera vez que le ganaba en algo y no sabía cómo tomarse el hecho de que en realidad él haría algo que iba en contra de las órdenes de su madre.

Quizá había sido cosa de último momento, pero cuando Dara le llamó para confirmarle que tenía permiso de su oficina para marcharse unos días de vacaciones supo que todo estaba perfecto. Besó a BaekHyun muchas veces antes de marcharse y el último día que estaría en Seúl le dejó un mensaje muy extenso de gratitud, cuando leyó todo lo que puso pensó que podría aprovechar para decirle lo que sentía de su matrimonio, sobre su relación, mas no lo hizo.

La voz de la rubia lo sacó de la idea, el aeropuerto hizo que guardara el celular, tener que taparse la cara para que no lo reconocieran hizo que el pensamiento volara muy lejos de su mente, y de nuevo mantuvo todo para él, porque no se sentía capaz de poder expresar libremente con el menor, desconocía la razón, pero creía que era miedo de lo que se vendría luego de eso.

—¡Que emocionante! —cantó cuando estaban ya esperando que los llamaran para montarse al avión, Dara tenía una cansada sonrisa, leía un libro mientras él publicaba orgulloso fotografías suyas, presumiendo que BaekHyun le había comprado unas vacaciones, porque eso podía hacer como mínimo, decir que su futuro esposo era un hermoso detallista.

—Pasajeros clase A del vuelo 175 a Japón por favor acercarse a la línea de entrada.

Se paró en cosa de nada, jaló sus maletas como un niño emocionado por entrar a una fábrica de dulces con sus bolsas, al entregar su boleto la mujer se rio por ver su gran emoción, él se dignó a sonrojarse y subió al avión feliz.

Estando en el avión tamborileó sus dedos en el reposador de brazos, Dara se recostó con el libro pegado a los ojos, él sacó su celular para una última selfie cuando vio el mensaje de BaekHyun, tan cariñoso como genuino. Como era él.

chanyeolie pasa un viaje agradable

te extrañare para tu cumpleaños, pero cuando vuelvas te dare un enorme abrazo

hasta que nos volvamos a ver, pasa un lindo tiempo

Te quiero >.<

Tan él.

Sonrió inconsciente, sin notar la mirada gruñona de Dara a su lado, nunca respondía a los te quiero del otro a menos que pusiera una cara tonta, pero esta vez no se sentía capaz de hacer eso. BaekHyun le estaba dando un regalo único, algo tan maravilloso que tuvo que responderle con la misma dulzura, sin poder evitarlo con sus sentimientos reales desbordando un poco.

Gracias por dejarme ser feliz

Gracias por ser tan buena persona conmigo

Baekhyun-ah

Te quiero

Tuvo pena, mucha, y quiso borrarlo. Pero negó, se permitió mandarlo con una sonrisa torpe en el rostro, se acomodó guardando el celular en su bolsillo y conectando sus audífonos a la pantalla del asiento y esperando a que el avión despegara.

Mientras él estaba más relajado, contento por la situación BaekHyun sonreía a su celular, bajo sus mantas, feliz, con una ilusión nueva naciendo en su pecho, con las mejillas rojas y los ojos tan brillantes.

—Ten cuidado —susurró a la nada y dejó el celular para dormir un poco más.

 

 

El viaje de ChanYeol debía durar tan sólo una hora y media, no era nada lejos, pero supo que algo iba mal cuando a la media hora la turbulencia era más fuerte, avanzaba y seguía, las azafatas intentaban ser amables, transmitir calma, pero cuando se sentaron, tomándose las manos supo que algo iba mal.

Fue como un golpe, al igual que pasa cuando los juegos de la feria se atoran, él sintió el motor gruñir fuerte, de repente el movimiento era muy duro, sentía que se saldría del asiento en algún momento, y cuando giró la cara vio muchas caras asustadas, cogiéndose las manos y buscando tacto familiar para la paz.

Dara tenía el celular en la mano, apretando con fuerza, parecía estar escribiendo como si sus dedos picaran, él quiso sacar el celular y llamar a BaekHyun, escribirle, decirle algo, lo que fuera, pero la luz del pasillo se apagó, las nubes afuera parecían haber consumido el avión y cuando ChanYeol sintió iba en caída. 


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