Un par de días después de que Harry enviara la carta, recibió la respuesta de esta junto con otra carta dear ese tal T.M. Decidió guardar la carta de su padre para cuando estuviera a solas en la habitación y abrió la carta de Sirius, mientras lo hacía, pudo notar la mirada de tres personas sobre su nuca. Cuando abrió la carta se dispuso a leerla.
Querido Harry:
Espero que cuando recibas esta carta no sea demasiado tarde y no hayas caído ya en manos de ese loco come caramelos de limón. Recientemente me han llegado recuerdos, en ellos tus padres me decían que ya no se fiaban de Albus muchos nombre Dumbledore, pues les estaba recomendando que te dejaran unos meses en casa de tu tía y ellos no querían.
No caigas en sus juegos Harry, tu eres un chico listo, aun así si necesitas ayuda, habla con Remus y enséñale esta carta. Él ha ido a Hogwarts para cuidarte, más que para dar clase. Eres nuestro pequeño cachorro.
P.d: han estado apunto de pillar esta carta. La próxima vez escribe a canuto y usa una lechuza menos llamativa.
Tu padrino, Sirius.
Harry terminó de desayunar lo más rápido que pudo y se fue directo a su cuarto, sin darse cuenta de que Ron lo había visto y le comenzó a seguir. El-niño-que-vivió llegó a su cuarto y puso un hechizo de privacidad por si acaso llegaba alguno de sus compañeros de cuarto llegaba de comer. Se sentó en su cama y abrió la carta, sacando su contenido para comenzar a leer.
Querido James:
El nombre que has elegido me encanta, pero también me gustaría que tuviera tu nombre que es precioso. ¿Qué te parece que James sea se segundo nombre? Harry James, no suena mal ¿A qué sí?
Entiendo que no quieras que Bellatrix de madrina, ¿qué te parece que sea Narcisa? Se lo he ofrecido y ella está encantada. Dice que seguro que sus hijos y el nuestro serán grandes amigos, ya está planeando los regalos que le va a hacer y las fiestas de cumpleaños de los dos.
Por cierto, ¿Le contaste ya a Remus la historia verdadera? Yo he hablado con Peter, el plan está ya en marcha, solo falta que tu le informes a Remus y podremos irnos de este país.
Con amor, T.M
Harry se quedó de piedra después de leer eso. Acababa de leer de donde había venido su nombre, además de que Narcisa podría ser su madrina y si su padre no hubiese muerto él habría sido amigo de Hydrus y su hermano. Entonces se dio cuenta de algo.
-¿Hermano? ¿Desde cuando Malfoy tiene un hermano?- pensó desconcertado, y se lo apuntó en su lista mental de cosas que descubrir.
Pero no le dedicó mucho tiempo a eso, tenía otra cosa que hacer hoy. Cogió las otras cartas que su padrino le había enviado y fue directo al despacho de Remus.
Fue corriendo por los pasillos, hasta que llegó a la clase de defensa contra las artes oscuras, subió corriendo por las escaleras hasta el despacho y entró directamente, sin darse cuenta de que otra voz distinta a la de Remus estaba dentro.
Cuando entró, se encontró con Dumbledore. Había estado hablando con Remus, pero a oír los pasos de Harry subiendo por la escalera, que no habían sido muy suaves al ir corriendo, se había callado antes de que este abriera la puerta.
-Oh… director Dumbledore, perdón, no quería interrumpir- dijo “arrepentido” Harry. -Pensé que el profesor Lupin estaba solo.
-No te preocupes Harry, yo ya me iba- contestó Dumbledore, con su típica voz de abuelo bonachón mientras se acercaba a la salida. -Hablamos luego Remus
Este asintió y mientras que Dumbledore salía, Harry le miró mal. Cuando el director se fue, Harry sacó las dos cartas y las puso sobre el escritorio, sentándose al otro lado de este. Remus cogió las cartas y las leyó. Su cara fue cambiando expresiones a lo largo de la lectura, para acabar con una de enfado.
-Si lo que esto dice es cierto, eso significa que alguien nos ha puesto un bloqueo de recuerdos, y el sospechoso principal es Dumbledore.- explicó Remus.
-¿Pero por qué lo haría?- preguntó Harry al licántropo.
-No lo sé Harry, habrá que seguir investigando- respondió.
-Por cierto… La otra noche tuve un sueño muy extraño- comenzó a explicar Harry- En él aparecían Lucius Malfoy y alguien más, que creo que es Voldemort pero las voces no cuadraban. Hablaron de una piedra y un hechizo, además de que necesitaban ayuda pero que no podían decirles a nadie más porque solo Lucius y Peter conocían de la existencia de esa otra voz. También dijeron que Peter estaba infiltrado en las filas de una marioneta y al parecer la piedra puede revivir porque Lucius quería revivir a su hijo.
-Entiendo Harry, pero es muy peligroso que esto salga del despacho.- Dijo mientras hacia un hechizo de privacidad- La próxima vez antes de hablar tenemos que poner este hechizo, o si no cualquiera nos podría oír.
Pero ya era demasiado tarde alguien había oído ese trozo de conversación, el murciélago de las mazmorras, Severus Snape. Este había ido a llevarle la poción matalobos a Remus, pues la luna llena se estaba cerca y había escuchado todo lo que habían hablado. Snape decidió llevarle la poción después y se fue de vuelta a su despacho.
De vuelta dentro del despacho, Remus sacó un viejo libro y se puso a buscar algo bajo la mirada interrogante de Harry. Abrió el libro por una página la cual había un dibujo enorme de un humano con alas, no se podía saber el color de las alas pues el dibujo estaba en blanco y negro.
-¿Es eso un ángel? - preguntó Harry con su típica curiosidad de Gryffindor.
-No Harry, es un Suho Cheonsa, ellos son unos guardianes de magos muy poderosos.- Comenzó a explicar Remus- Se crean apartir de niños nonatos, pero la posibilidad de que eso pase es muy pequeña. Al parecer solo se crean porque en el destino de esos niños no estaba morir antes de nacer.
-Entonces… eso significa que soy muy poderoso.
-Sí, pero eso ya era algo que sabíamos, pues tienes el poder suficiente para matar al lord oscuro.
-Cierto, y ¿Hay alguna manera de contactar con ellos?
-Sí - dijo sacando una lista que había hecho antes. -Con un ritual se puede. Necesitamos seis objetos que te vas a encargar tú de cogerlos y un espejo que creo Rowena Ravenclaw que buscaremos juntos.
Harry asintió y cogió la lista, pero antes de que le diera tiempo a Harry para leerla, alguien llamó a la puerta, Remus guardó el libro y Harry se guardó la lista, luego miraron a la puerta.
-¡Adelante!- gritó Remus