Harry miró de arriba a abajo a Ginevra, desconfiado de que eso que tenga entre las manos fuera más que zumo de calabaza, pues después de lo que había oído y que Hydrus le había contado, era muy probable que lo que tuviera entre las manos era Amortentia la poción de amor.
-Entonces… ¿Quieres?- preguntó ella, intentando poner una voz dulce e inocente, pero Harry notó el tono de desesperación y de demanda que ella intentaba ocultar, supo que eso no era lo que ella decía que era.
-No gracias, ya estoy lleno.- respondió Harry fingiendo una sonrisa.
-Pero Harry, es un zumo especial hecho por mi, ¿Lo vas a echar a perder?- Harry pudo ver como ella ponía ojos llenos de lágrimas de cocodrilo.
-Si, ahora si me disculpas estaba hablando de algo importante con Neville, así que haz el favor de desaparecer de mi vista. - contestó ya harto de la niñata pelirroja, sin darse cuenta de que su parte Slytherin, que tanto intentaba ocultar antes, comenzaba a salir.
Ginny al ver que no iba a conseguir nada de parte de Harry se fue enfurruñada y pensando en un nuevo plan para volverle a tener comiendo de su mano, aunque nunca le tuvo.
Con un suspiro de agotamiento, Harry se giró para mirar a Neville el cual le estaba viendo con entendimiento, sabiendo por todo lo que Harry estaba pasando.
-Bueno, lo que te estaba contando Harry.- Comenzó Neville.- Tu quieres hacer un ritual, ¿no?.- Ante la confirmación de Harry, Neville continuó. -Pues mi abuela me comentó que normalmente para rituales de este estilo se necesita una sala especial con ciertas runas que sean capaces de evitar que toda la magia necesaria en el ritual no se descontrole. Por desgracia la sala de la mansión Longbottom fue destrozada el día del ataque…
-¿Qué ataque?
-Ya te contaré… cuando esté listo.
-Vale, no te meto prisa Nev. -contestó Harry sonriéndole, haciendo que Neville sonriera también. Entonces dos sombras se levantaron y cuando Neville y Harry levantaron la vista para ver quien era descubrieron que eran Fred y George.
-Hola Harry queríamos- Empezó Fred.
-Darte las gracias por esa gran - continuó George.
-Idea.- Terminaron los dos a la vez.
-De nada chicos.- respondió sonriendo le a los chicos.- Por cierto, ¿Seguís en contacto con vuestro hermano Charlie?
-Claro que sí Harry.- contestaron los dos a la vez.
-¿Podríais pedirle que nos consiga cinco escamas de dragón?- preguntó Harry esperando una respuesta positiva, porque si no, no sabía dónde podría conseguir las escamas necesarias para hacer el ritual.
-Claro Harry, todo por nuestro hermanito. -respondió primero Fred.
-De todo menos sangre, le enviaremos una carta.- continuó respondiendo George.
-¡Muchisimas gracias, Gred, Feorge!- respondió Harry mientras les abrazaba. Después los dos gemelos se despidieron de Harry y Neville, los cuales todavía dudaban de las alianzas de los gemelos. Cuando terminaron de comer y se levantaron, Hermione se acercó ella sola a donde Harry y Neville se encontraba.
-E..Em… Harry, ¿Podemos hablar?- Preguntó con un poco de timidez ella. Harry la miró de arriba a abajo y desconfió en seguida. Así que buscó una excusa para poder irse y no tener que hablar con ella.
-Lo siento Granger, tenemos clase de encantamientos.- Respondió y agarró la mano de Neville para tirar rápido de él y poder irse de ahí. Cuando estuvo fuera de la vista de Hermione pudo respirar tranquilo y continuaron andando con tranquilidad por los pasillos pues aún quedaba media hora hasta que la clase de encantamientos empezará.
Tres días después,a la hora de comer, Harry y Neville fueron frente a las cocinas a esperar a que Hydrus llegara, pues habían quedado para comenzar a buscar el espejo de Ravenclaw. Entonces Hydrus llegó con una cesta con comida y los tres se fueron a una clase vacía para comenzar a comer. Mientras comían se pusieron al día de cómo iban las cosas.
-Yo ya hablé con mi padrino y el agua del río Aquerante está de camino, pero el polvo de oro todavía no le tengo, tengo que pedirle permiso a mi padre para volver polvo uno galeones.- explicó Hydrus, dejando a Harry patidifuso por que no le importe perder unos galeones.
-¡¿Vas a volver polvo unos galeones?!- exclamó Harry.
-Si, es la manera más rápida de conseguirlo, además nos sobran los galeones así que seguro que a mi padre no le importa.- respondió y continuó comiendo como si no hubiera dicho lo que acababa de decir y que había dejado a Neville y a Harry flipando. - deberíais cerrar la boca os van a entrar moscas.- les dijo riendose, haciendo que Neville y Harry se recompusieran. -Bueno, contadme, ¿vosotros que habéis hecho?
-Pues las escamas de dragón también están de camino, los gemelos Weasley le han pedido a su hermano Charlie, que trabaja con dragones, que se las consiga.- explicó Harry
-Tch Weasleys, ¿Todavía no aprendiste la lección?
-Ya lo se Hydrus… no me fio de ellos pero tengo la sensación de que están con nosotros, no contra nosotros
-Bueno, quien avisa no es traidor. Si luego te apuñalan por la espalda no va a ser culpa mía.- respondió enfurruñado.
-Volviendo al tema de los ingredientes.- comentó Neville el cual había estado callado durante todo el intercambio de información. -Harry y yo conseguimos las raíces de crisantemo blanco y los pétalos de clavel blanco el otro día.
-Perfecto, pues solo faltan que lleguen los dos ingredientes, que mi padre me deje hacer polvo de oro y encontrar el espejo de Ravenclaw.
-¿Alguna idea de donde puede estar?- preguntó Neville a Harry, el cual negó.
-Yo puede que tenga una pequeña idea.- comentó Hydrus, haciendo que los dos leones se giraran a verle. -He oído a una águila de cuarto que la dama gris, el fantasma de su casa, es la última descendiente de Ravenclaw. Ella puede saber dónde se encuentra el espejo.
-¡Pues vamos a buscarla!- exclamó Harry y se comió lo que le quedaba en el plato lo más rápido que pudo y se levantó dirigiéndose a la puerta, al ver que no les seguía se giró a mirarles. -¡Venga! ¿A qué esperáis?. -Neville se levantó medio riendose y le siguió, mientras Hydrus suspiraba y guardaba todo en la cesta.
-Gryffindors- murmuró mientras se levantaba.- Tan maleducados como siempre.