Coge las cartas y se las guarda pues prefería leerlas en la biblioteca en privacidad a leerlas ahí en medio del pasillo donde cualquiera podría leer por encima de su hombro. Con el nuevo grupo de amigos, Harry fue con tranquilidad hacia la biblioteca, medio feliz por el avance con su Suho Cheonsa, tenía ganas de poder pasar tiempo con ese hermoso ser plateado.
Después de unos minutos de viaje en silencio, llegaron a la biblioteca y como si lo hubieran hecho toda la vida los tres se dirigieron a una zona apartada dentro de ella, donde nadie pasaba por ahí. Se sentaron en la mesa y Neville y Hydrus se pusieron a hacer los deberes, mientras que Harry sacó disimuladamente, intentando no llamar la atención, las cartas que su padrino Sirius Black le había mandado. Abrió las cartas y las comenzó a leer detenidamente.
Querido Harry:
Espero que todo esté saliendo bien en Hogwarts, el tema de mi juicio va bastante bien la verdad, Cissi ha conseguido un abogado bastante bueno, creo que su marido Lucius Malfoy la está ayudando, cosa que aún no comprendo muy bien el por qué lo ha hecho.
También, no se si te lo han dicho ya, pero nos han invitado a la fiesta anual de Yule de los Malfoy, he pensado en ir ya que me gustaría recuperar la relación con mi familia, puede que invite a Remus, pero no estoy seguro.
Tu padrino, Sirius Black
Harry se alegró mucho por saber algo sobre su padrino y el saber que puede que dentro de poco viviera con él le ponía más feliz aún, no quería volver a casa de sus “tíos” el pensar en volver ahí solo hacía que el miedo llenara su cuerpo pues poco a poco Vernon había hecho los castigos más y más físicos y no quería ni pensar a qué punto podrían llegar estos, le hacía tener escalofríos. Intentando olvidar el tema de la familia de Lili, Harry abrió la segunda carta, viendo durante el proceso que era una carta que le había enviado su supuesto padre T.R a mi padre James.
Mi querido James:
¿Cómo va todo por casa? ¿Harry está bien? ¿Y tú y Lili como estais? Espero que todo vaya bien, desgraciadamente yo vengo con malas noticias, vamos a tener que adelantar el plan a Samahi debido a que la marioneta de la cabra loca está más activa últimamente y temo bastante por vuestras vidas. Las habitaciones estarán preparadas para entonces no te preocupes, solo manteneos a salvo, todos vosotros.
Tu amor, T.R.
Harry releyó las cartas varias veces, intentando comprender a qué se refería T.R con el plan, tenía pinta de que iba a ser un traslado, pero él recordaba la supuesta historia de lo que ocurrió, en ningún momento sus padres tenían pensado el salir de Godric Hollow, pero esta carta daba a entender todo lo contrario. Harry decidió que lo ideal sería preguntarle a Remus cuando terminansen los deberes. Así que con un plan en mente, guardó bien las cartas y se puso a avanzar con los deberes junto con Neville e Hydrus.
Unas horas después, habiéndose saltado historia de la magia, acabaron todos los deberes que tenían. Aún quedaban unas horas para la cena, así que justo en la puerta de la biblioteca Harry se paró, sorprendiendo a Neville e Hydrus.
- Chicos, tengo que hablar de algo con el profesor Lupin- Explicó Harry a sus dos amigos. Estos dos asintieron.
-Nos vemos a la hora de cenar.- Se despidió Neville y cada uno fue por su propio camino.
Harry fue rápidamente hacia el aula de defensa contra las artes oscuras, donde vio a los alumnos de segundo saliendo del aula puesto que justo había acabado la clase. Harry entró cuando salieron todos y subió las escaleras hacia el despacho del profesor Lupin. Llamó a la puerta y cuando escuchó un adelante abrió la puerta entrando al despacho.
-Oh cachorro, ¿qué haces aquí?- Remus se sentó en su silla mirando con curiosidad a Harry, este lo único que hizo fue sacar la carta que T.R. le había mandado a su padre. Sin necesidad de ninguna sola palabra Remus entendió que su cachorro quería que leyera la carta que este le había tendido. En silencio, leyó la carta, no solo una vez, sino varias para poder comprender bien lo que estaba ocurriendo.
-Sigo sin recordar nada de esto cachorro.- comentó Remus, dejando la carta en la mesa, cerca de Harry para que pudiese cogerla y guardarla.
-¿Aún no conseguiste deshacerte del obliviate?- Remus negó, un poco frustrado pues no le estaba gustando nada el no poder recordar lo que obviamente había pasado.
-Quien hizo el hechizo sobre Sirius y sobre mí es un mago experimentado en magia mental.- Harry le miró con curiosidad, sin comprender a qué venía eso, así que Remus suspiró y comenzó a explicarlo. -La persona que nos haya hechizado a Sirius y a mí es una persona que ha usado el hechizo obliviate varias veces en varias personas distintas, por lo que se ha hecho un experto usando ese hechizo.
-Ya veo… ¿y eso en que afecta a la hora de limpiarse el hechizo?- pregunto aun sin comprender en qué importaba eso, aunque ya le costaba menos pensar últimamente, pero aún quedaban restos de poción dentro suyo que le afectaban.
-Debido a que el hechizo está hecho por una persona que sabe hacer el hechizo, este está muy bien trenzado en nuestras mentes.
Harry puso una cara de entendimiento al caer por fin en lo que Remus le estaba intentando explicar y frunció el ceño cagandose en la persona que había hechizado a sus dos figuras paternas.
-Seguiré trabajando en ello no te preocupes cachorro, ¿si?
Harry asintió y después de un poco más de charla entre Harry y su padrino honorarios salió de la clase de defensa contra las artes oscuras yendo a cenar.
Y así, pasaron los días mundanos, entre clases y deberes y pasar tiempo entre Neville y Draco hasta que llegó el sábado 13 de noviembre, el primer fin de semana en el que podían ir a Hogsmeade. Ese día Harry se despertó con una nota que había traído Hedwig.
Ve a por Lunatico e id a la casa de los gritos, tengo que deciros algo.
Canuto.