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El Reino de Konoha por Natsy

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Notas del capitulo:

Hola chicos, ya he vuelto con el siguiente capitulo. espero que lo disfruten 

Capitulo 5. Lago 

Corría tan rápido como sus pernas se lo permitían, después de que libero la bomba se vio obligado a usar una técnica de tele trasportación para escapar, pero la explosión había alcanzado su brazo, dejándolo mal herido.

Aun así sonreía, pues había logrado escapara y comprobar un poco de la habilidad del príncipe, que era de sus principales objetivos. Claro que nuca espero encontrarse a uno de los elegidos, pero eso no importaba.

Su señor lo recompensaría por sus hazañas.  Avanzaba rápidamente sin mirar atrás, cuando escucho a algo moverse en lo alto, al mirar se dio cuenta como unas hojas caían, sobre su cabeza, se detuvo y miro a su alrededor, no había nada.

Respiro intentando calmarse, - mi imaginación – dijo, pero antes de que diera un paso, una pequeña burbuja apareció frente a él, tal esfera exploto dejando salir un olor dulce, tapo su boca intentando impedir respirarlo  pero fue tarde.

Su cuerpo le fallo, sus piernas cedieron y callo. Dos figuras aparecieron a su lado y lo último que el soldado vio, fue una mano acercándose.

En otra parte.

En la inmensa obscuridad, solo unos ojos entrenados y preparados podrían distinguir el movimiento que ocurría en los arboles. Una figura demasiado grande se movía entre las ramas con saltos agiles, precisos  y veloces. Pronto su recorrido llego  a su final.

La figura bajo a la tierra, de lo que al principio podría parecer un claro oculto en medio de la montaña, sin embargo lo que se observaba era un lago, los arboles lo rodeaban  como una cerca y unos metros antes de estar cerca del agua, existía un conjunto de flores blancas silvestres que crecían al rededor.

Con cuidado el joven bajo al azabache al suelo, colocándolo boca abajo para evitar que las heridas tuvieran contacto con el suelo. Cerro sus ojos para concentrarse y colocando su mano sobre la tierra,  sintiendo las vibraciones de la zona, una habilidad que había desarrollado toda su vida.

No había sentido la presencia de nadie mientras avanzaba con el azabache, sin embargo, el sabia que la persona que los había detonado la bomba estaba (el olor de la zona fue lo que le indico) y por lo que había observado, no era aliado del mayor.

Una vez que comprobó que no había peligro, fijo sus ojos en el azabache, suspiro pesadamente y contemplo el algo nuevamente – espero que esto funcione teme –

Con cuidado fue quitándole la ropa, percatándose que tenía una tela mucho más dura y liguera que cualquier otra que hubiera visto. A pesar del cuidado que tenía cada vez que jalaba de la camisa se daba cuenta de la herida tan aterradora que tenia.

Parte de su piel estaba prácticamente negra y había zonas donde ya no tenían piel, algunos trozos de madera se habían incrustado en ella como estacas, afortunadamente estas no eran tan profundas como para tocar algún órgano (parecía que su ropa lo había protegido). Había pensado que la herida era graba pero no creyó que tanto.

Cuando termino de sacar la ropa, él se quito su playera de rejilla, su piel era canela, bastante delgado, se distinguía también un poco de músculos (aunque no era demasiado) , frutos de un arduo entrenamiento y en su abdomen se distingue una especie de tatuaje. El frio viento azoto contra su piel pero el se mantenía tranquilo ante esto. Tomo la espada del azabache y lo dirigió a su brazo. Dudando unos segundos, sus ojos volvieron al azabache y sin pensarlo más, se abrió la carne, su sangre broto abundantemente,  la cual dejo caer en la espalda del mayor quien ante su contacto no dio señales de vida.

Una vez que vio que su sangre había cubierto la espalda del mayor, dejo la espada a un costado y coloco el brazo del azabache en su hombro y comenzó a arrastrarlo hasta llegar a la orilla del lago, miro a su compañero, su rostro se torcía como si sintiera dolor. –enserio espero que funcione –

Sin pensarlo más se metió al agua llevando al azabache con él, teniendo cuidado de que su espalda no tocara el agua (igual que su brazo) cuando sintió el agua  arriba de su cintura se detuvo y cerrando los ojos concentrándose en el movimiento del agua. – Debo- aquella voz se escucho tan débil que apenas si fue perceptible -¿Qué… que.. Estas..-

El rubio abrió los ojos y el azabache se quedo impresionado ante lo que vio, los orbes azules avían desaparecido, en su lugar se veían unos ojos rojos como la sangre.

El rubio le regreso la mirada, y luego una expresión triste lo invadió, desviando su mirada hacia el agua, por alguna extraña razón, el azabache se sintió culpable, pues en la mirada del rubio había claramente dolor y tristeza  – intento ayudarte – dijo, antes de que Sasuke volviera a caer inconsciente.

Debajo del agua algunas raíces empezaban a acercarse a ambos cuerpos, ante esto, el rubio acostó a Sasuke sobre su espalda, sosteniéndole de la cabeza para que no se hundiera.

Las raíces empezaron a tocar la piel del mayor, unas se expandían en la piel, otras rodeaban los pedazos de maderas y piedras incrustadas,  sacándolas de la carne y dejándolas car al fondo. Algo de esta raíz, subió por sus hombros y cuello, que tuvieran contacto con el agua. Algunas heridas del rubio (así como la herida que se hiso con  la espada) fue rodeada por esta raíz, que a diferencia de la que estaba en el bosque, esta tenía un color azul claro, casi blanco, mientras que la que estaba en el bosque, era casi trasparente.

El desconocido sintió como esta producía una sensación de calor en su piel, no quemaba, sino cálido, reconfortante, pero sobre todo de alivio. Pasaron así unos momentos, hasta que la raíz regreso por si misma al fondo del lago, liberando a ambos.

Cuando ambos salieron del agua, el rubio cargo al azabache hasta colocarlo junto en donde había dejado sus pertenencias. Lo recostó sobre las flores y contemplo su cuerpo y el propio, ninguno tenía ninguna marca de herida, las quemaduras habían desaparecido.

Aliviado el rubio dejo salir un largo y prolongado suspiro  -funciono- esa simple palabra le provocaba un gran alivio -tienes mucha suerte maldito teme-una sonrisa se había dibujado en su rostro, al menos ya no le debía nada, intento levantarse, sin embargo su cuerpo cayo. “maldición” pensó “me excedí” .  Rio por lo bajo – soy un completo idiota – rio un poco por su verdad. Se sentó en la piso contemplo el cielo – falta menos para que amanezca - y en su mente recordó todo lo sucedido aquella noche, parecía casi imposible.

Sus ojos volvieron al cuerpo del mayor, su piel pálida, podía distinguir los músculos de su cuerpo, había sentido su firmeza cundo lo había cargado, así como cuando lo había protegido, su mente le recordó  el hecho que estuvieron  semi-desnudos uno junto al otro, no supo por qué sintió calor en sus mejillas.

Instintivamente coloco sus manos alrededor de su cuerpo como si le avergonzara estar desnudo en ese momento.

Busco su camisa y la del azabache, la cual encontró con la vista y al tomarla recordó que la camisa del azabache  estaba llena de sangre y que no podría ponérsela, entonces pensó en darle la suya “total falta poco” se dijo un poco desconsolado.

Cuando iba a colocar su camisa sobre el pecho del mayor, sintió como este se movió hacia un costado lo cual lo asusto –hace.. frio – murmuro , lo apuro y se decidió ponerle la camisa, pero en cuanto esta estuvo sobre de él, sintió como una mano rodeaba su muñeca y lo jalaba.

Cuando se dio cuenta estaba rodeada por los brazos del azabache que lo aprisionaba contra su pecho, su piel estaba contra su piel. – ¡Suéltame idiota! – dijo empujando inútilmente,  pues pese que antes fingía ser un rehén, ahora realmente no tenía fuerza para quitárselo de encima.

-déjame dormir dobe- tres venas al estilo anime aparecieron en la cabeza del rubio.

-escúchame muy bien maldito teme – dijo arrastrando las palabras mientras intentaba empujarlo – mi nombre no es dobe es ¡Na-ru-to! – casi gritando dijo esto pero el pelinegro no respondió, parecía que se había quedado profundamente dormido mientras uno de sus brazos rodeaba su cintura y la otra su espalda, casi un abrazo demasiado posesivo.

Paso el tiempo y el rubio que ya se había rendido de intentar quitarse al mastodonte solo se quedo quieto, el agua estaba fría y a pesar del calor que le proporciona la raíz, al salir del agua el aire frio choco contra su piel, así que disfrutando el calor que le proporcionaba, sintiendo su aroma y su respiración sobre su nuca. No recordaba la última vez que esa tranquilidad le hubiera reconfortado tanto, ni que el cansancio le rogara que durmiera, sus ojos buscaron el cielo, 2 horas, era lo que le quedaba, decidió cerrar los ojos y dormir, total cuando la mañana llegara aquel pelinegro se llevaría una gran sorpresa.

En la parte el centro del bosque.

Se distinguía a 8 figuras, todas de diferentes tamaños y cada uno hincadas formando un circulo. En el centro se encontraba la novena persona parada en el centro de todos. Empezó a caminar mirando a cada uno de ellos. –Pensé decirles que los quería a todos devuelta, antes del amanecer – dijo, ante sus palabras todos se tensaron.

Se paro en frente del más pequeño de todos, un joven de cabello verdoso y ojos violeta –Yogura- se inclino hasta estar a su altura. Su mano tomo el mentón del menor, obligándolo a levantar la mirada  -¿Dónde está Naruto? –

Aquella pregunta le atemorizo y aun mas contestarla, un leve temblor apareció en su cuerpo –no lo sé señor- era evidente que la respuesta no le había gustado en lo absoluto.

Yogura callo contra el suelo apretando su pecho, dejando salir un grito de dolor,  el mayor se levanto y lo miro con desprecio - ¿por que los mando con compañeros si planean regresar solos? – sus palabras eran suaves, casi como un ronroneo, pese que estaba torturándolo no mostro una pisca de emoción.

 el más joven levanto la mirada, los ojos anillados de color purpuran que los observaban detenidamente, el cabello rojo puntiagudo que enmarcaba su rostro casi tan pálido como un muerto, el cual estaba lleno de pircing tanto en la nariz como en las orejas.

El menor le suplicaba con la mirada que se detuviera, pero el dolor de su pecho se intensifico, obligándolo a cerrarlos. Las demás personas permanecían inmóviles ante lo que pasaba. Tras unos segundos que parecían horas, el dolor en el cuerpo del menor se detuvo. Tomo un par de bocanadas de aire,

El menor dedico una mirada a todos sus demás compañeros que permanecían estáticos sin mover un solo musculo. Todos estaban hincados con la cabeza agachada, formando un circulo y cada uno con una capa de color blanco. No los culpaba de no intentar detener a su líder, pues en esa situación él también se hubiera quedado completamente quieto. se levanto y volvió a su posición igual a los de más.

Yog-me disculpo mi señor- pese a la secuela del dólar causado en su pecho, su voz sonaba como si nada hubiera pasado nada –fue un grupo muy grande el que ingreso al bosque, por eso decidimos separarnos – se excuso. La mirada de su líder no estaba ni en lo más mínimo complacida.

-no quiero excusas, - advirtió. Sin embargo Yogura explico la situación con aquellos hombres, él como había sentido aquella extraña vibración y la parte del bosque que fue calcinada.

-mi señor- una nueva voz apareció, el joven y el líder miraron a su derecha, alado de Yagura se encontraba una joven de pelo largo, ojos cafés y piel clara. Sin embargo no fue ella quien hablo sino quien estaba a continuación. Un joven docel de cabello rojo y ojos acua, piel clara y con un tatuaje que decía amor en su frente. El que hablo – si me permite, me gustaría ir a buscar a Naruto-

-Gaara- hablo el mayor – no recuerdo haberte autorizado hablar – ante el comentario el pelirrojo bajo mas la cabeza. Tras dar una disculpa de su parte. – Sin embargo estoy de acuerdo contigo- sus ojos se enfocaron nuevamente en el menor de todos. – Naruto tiene que volver en un periodo de 5 horas, de lo contrario – sus ojos se enfocaron en el pelirrojo –Gaara, tendrás mi permiso para buscarle en tu forma humana – miro un momento al pequeño – usaras el tiempo que ha reunido Yogura, para atraerlo –

Gaa-mi señor esperar seria peligrosos, no sabemos el estado de Naruto, podría estar herido – con solo una mirada logro callar al joven.

-entiendo tu preocupación Gaara, pero si lo que Yogura nos dijo es cierto el grupo podría seguir en el bosque y más que eso – miro a todos los demás – ellos tienen una arma que destruyo una pequeña parte del bosque, - enfatizo en eso - además estoy seguro que Naruto pudo haber escapado y lo más probable es que por el momento este escondido –

Gaara apretó sus puños bajo la tierra sintiéndose totalmente frustrado ante la contestación que obtuvo, pero ya no dijo nada mas –hasta ese momento, todos y cada uno de ustedes tiene prohibido salir –

Todos dijeron que si ante las ordenes. –Han- dijo y un hombre extremadamente alto y musculoso, con el rostro tapado, dejando ver únicamente sus ojos se levanto – acompáñame – ordeno y siguió a su líder a otra parte del pequeño palacio donde estaban viviendo.

Todos se levantaron cuando el líder salió. La habitación donde estaba estaba hecho de piedra y no había más que unas antorchas que iluminaban la fría y áspera piedra.

La joven rubio miro al más  pequeño – ¿te encuentras bien?– no se refería al dolor que había experimentado, tratando de área su mano a la zona afectada pero el muchacho la alejo de él quitándolo importancia.

Gaara lo miro con el rabillo del ojo – es lo menos que te mereces – dijo.

-Gaara – una chica de cabello verde y ojos dorados y piel morena por los rayos del sol le dedico una mirada desaprobatoria a su amigo pelirrojo. – no digas esas cosas –

Gaa- no lo defiendas fuu – dijo mirándolo con el seño un poco fruncido – si no hubiera dejado solo a Naruto esto no estaría pasando – reclamo, cuándo la joven iba a protestar. Una persona mayor le toco el hombro, era bastante más alto que fuu, de piel clara con ojos y cabello oscuros. 

Fuu –Utakata-nissa- el mencionado le dedico una sonrisa.

Utak- se cómo te sientes Gaara, pero culparnos no sirve de nada – dio un paso adelante –Naruto estará bien, eso lo sabes mejor que todos – el pelirrojo dejo salir un chasquido de su boca y se fue a su cuarto.

Fuu – debería mejorar esa actitud –

-no se puede evitar – esta vez hablo un hombre bastante mayor quien poseía un cabello de color rojo junto a una barba abundante del mismo color, a pesar de sus años, las canas jamás habían aparecido en su cabellera, sus ojos cafés y siendo el mayor del grupo que se encontraba hay – él y Naruto soy muy unido, llegaron prácticamente juntos a este lugar –

Fuu – aunque me digas eso Rōshi  - su rostro se volvió triste – no tiene que ser tan cruel –

Yog- es mi culpa – dijo bajo – lo siento – en su mirada había mucha tristeza

La mujer rubia lo miro maternalmente, pues de todo el grupo él es el más pequeño y aunque intente mostrar madures no dejaba de ser solo un niño de 10 años. – No te culpes, todos habríamos tomado la misma decisión – dijo. No mentía, sabía que tenían que juntar la energía y que no podían atacar a un grupo muy grandes por su cuenta, así que separarse era la mejor opción.

El menor solo la vio un poco incrédulo, pero ya no dijo nada. Cuando se percato de la extraña vibración no le dio mucha importancia. Pero algo en el le dijo algo no estaba bien, por lo que decidió ir a investigar y grande fue su sorpresa a encontrar aquella destrucción, no lo entendió y creyó que Naruto…. Por más que lo pensara, no tenia lógica,  no debió de estar cerca de el, pero cuando llego al refugio se dio cuenta de que él no había vuelto. Digiera lo que digieran el se sentía culpable.

Por otra parte algo más llamo la atención de todos los presentes en la habitación, una luz blanca que empezaba a aparecer, como pequeñas esferas que flotaban a su alrededor.

Fuu- ya es hora – dijo un poco triste y sin más que hacer todos asintieron.

Sasuke

Cuando abrí mis ojos me encontré con un pequeño prado de flores blancas,  y un poco alejado pude ver el bosque. Las preguntas invadieron mi mente, después de la explosión había hablado con el rubio y después todo se puso negro.

La imagen de ver a aquel rubio con ojos rojos paso a mi mente, eso debió ser un sueño,  Me senté, me di cuenta que inconscientemente mis brazos sostenían algo y, cuando las observo, me pareció una tontería, pensé que me aferraría a otra cosa, tal vez a mi espada, o a la caja que guardaba desde hace años, pero nunca pensé ver algo como esto.

Notas finales:

jaja esta vez el capitulo fue un poco mas largo, pero espero que les gustara. 

Respondi a todos sus comentarios, y de corazón me gustaria que siguieran acompañandome. 

nos leemos la proxima semana 


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