Shouto había adorado al conejo, tanto así que era incapaz de soltarlo, dormía con él, comía con él y si no fuera por su persona Shouto se bañaría con él. Era algo tierno por parte de Shouto, pero igualmente molesto, el pequeño había agarrado la costumbre de frotarse contra el muñeco para luego obligarle a frotarse con este.
Era incómodo, muy incómodo, no podía solo decirle no a Shouto porque este se ponía demasiado insistente con lo de frotar al muñeco.
Ahora estaban en la sala de estar, su madre había salido con Mitsuki-san tras haber dejado la cena hecha. Estaba en la mesa de café estudiando para los próximos exámenes que se avecinaban, en tanto Shouto estaba en el sofá con el conejo en el regazo y un libro de lectura mediana.
Ahora el menor le llegaba hasta un poco más arriba de la cintura, sin mencionar que las zonas de su cuerpo cada vez constaban de menos pelaje blanco y más piel pálida. Ahora el bañarse era más vergonzoso, antes solo era un niño cubierto de cabello donde su anatomía solo asemejaba el cuerpo infantil; ahora Shouto se estaba desarrollando más de lo que llego a pensar y eso incluía su cuerpo.
Soltó un suspiro pasando la página cansado, ahora debía desviar la vista cuando se bañaba con Shouto, aunque intento fervientemente que Shouto se bañara solo simplemente no lo logro, Shouto arañaba, pataleaba y rasgaba los muebles con tal de poder bañarse con su persona, ataques de berrinches de los cuales no podía acostumbrarse.
—…Izuku… —Llamo Shouto mientras dejaba el libro a un lado y se bajaba con el conejo en brazos, acercándose al peliverde.
—¿Qué Ocurre Shouchan? —Sonrió con una suave sonrisa, sintiendo los ojos levemente cansados ante la lectura, le había dado el apodo ante la insistencia de Shouto, al parecer el hibrido se había encaprichado al saber que “Kacchan” no era el nombre de Katsuki si no un apodo que usaba Izuku desde que eran niños.
—Tengo hambre —Murmuro inflando sus mejillas.
—Oh es verdad, ya es muy tarde, siento haberme demorado tanto —Se levanto dejando las cosas en la pequeña mesa, el menor se acomodó en el suelo mientras tomaba el control remoto.
Dejando que Shouto viera la televisión se dirigió a la cocina, pretendía calentar la cena en la estufa en forma de relajarse un tanto por las horas de estudio, encendiendo la estufa eléctrica espero a que se calentara un poco con la hoya en mano.
Revolvió con calma el contenido tarareando.
Mientras tanto Shouto jugaba con los botones, a esas horas la mayoría eran películas de terror, acción y algunos temas que no entendía mucho. Fue en unos canales con un número grande en el que se detuvo, había una chica de cabellos negros lacios con un uniforme, aunque se veía mayor como para ser una estudiante, curioso dejo el canal para ver que ocurría.
La chica estaba en un escritorio en un fondo bastante simple, estaba diciendo algo sin sentido, apareció un señor a la chica paseando sus manos por la cintura de esta, sus ojos heterocromáticos viajaron de aquellas manos hasta el rostro de ambos, se estaban besando, pero no como veía en las novelas de Mitsuki-san ni algunas series que encontraba en la televisión, parecían que se estaban devorando, era extraño, sintió una incomodidad en su estómago mientras seguía fijo en la imagen.
Había muchos jadeos ¿les costaba respirar? La chica cada vez estaba siendo recostada en el escritorio ¿por qué? Sus piernas subían hasta apoyarse en el escritorio, su falda corta se levantaba hasta ver su ropa interior, sintió las mejillas arder ¿Por qué esa chica asía eso? ¿por qué ese hombre estaba encima de ella sin dejarla respirar.
Fue entre los jadeos que lo escucho.
—Muérdeme —fue la voz entrecortada de la mujer mientras hacía un lado su rostro revelando su cuello.
Apago la estufa cuando ya pensaba que la comida estaba lo suficientemente caliente para ambos, el sonido de madera rechinando y jadeos lejanos le llamo la atención, se acercó hasta el maro prestando atención, el fuerte gemido femenino y las palabras obscenas le hicieron soltar en cucharon que llevaba en mano para ir corriendo hasta donde estaba Shouto.
Vio con horror como el menor veía una película porno, la chica gritaba y gemía de forma obscena, sus pechos relativamente pequeños a como serian de una actriz normal se balanceaban ante las embestidas, de dos zancadas llego hasta la televisión y siendo lo primero que se le ocurrió la desconecto del enchufe.
Shouto tenía las mejillas rojas y las cejas levemente fruncidas.
—¿Qué fue eso Izuku? —pregunto mientras levantaba la vista, el frio recorrió su espalda ¿Qué debía decirle?
—¡¿Q-Que hacías viendo eso Shouto?! —Evito responderle al menor con aquello, dejo caer el enchufe que aun sostenía.
—Solo estaba cambiando de canal —respondió mientras levantaba el control —¿por qué ese hombre le estaba haciendo daño?
—¿D-Daño?
—Sí, la señorita estaba gritando además estaba muy roja, como tú —Le señalo con obviedad.
—E-Eh Y-Yo ¡Eso no importa! No debes de pasar del canal sesenta —Solo nervioso —M-Mejor vamos a cenar ¿bien?
—Está bien —Shouto se levantó tomando entre sus brazos al señor conejo yendo hasta la cocina.
—Tendremos que bloquear canales —Murmuro Izuku completamente rojo.
Si bien ni él ni su madre tocaban esos canales no podían deshacerse de ellos, no con el plan que tenían contratado, sí o sí venían canales para adultos. Su madre los había bloqueado aquellos canales cuando él era un niño, pero simplemente termino desbloqueándolos cuando ya era lo suficientemente grande ¿por qué? Nunca lo sabría y no quería saberlo.
Dejaría el televisor desconectado y ya.
Fue una cena llena de incomodidad, Shouto aún tenía aquella sensación en su vientre, algo asfixiante y molesto, pero no lo suficiente como para quejarse realmente. Al terminar dejaron los platos en agua, Izuku no tenía las ganas de limpiar platos y no quería dejar a Shouto solo y correr el riesgo que vuelva a ver aquello, sí dejo el televisor desconectado, pero prefería ser cuidadoso.
Cuando se levantaron mando a Shouto a la habitación para que se arreglara para dormir, mientras su persona recogería sus cuadernos para irse a dormir, marzo estaba cerca y con eso los exámenes finales y su graduación.
Debería presentar los exámenes para la universidad, pero ahora solo iría a lavarse la cara y sus manos para irse a dormir junto al menor.
Abrió las colchas para meterse, el señor conejo siendo apretujado por su brazo mientras se acomodaba, tomo por los costados al afelpado animal viendo los ojos de este, ese peluche tenía su olor y el de Izuku entremezclados, sonrió mientras lo abrazaba contra su pecho.
Se dejo caer sobre la almohada, lo ha estado notando y está seguro que Izuku, Inko-san y Mitsuki-san también pero no han dicho nada. Está creciendo y su pelaje está cayéndose, ahora cada vez que veía sus manos podía verlas más “humanas” sus dedos estaban volviéndose finos y alargándose y sus almohadillas han comenzado a desaparecer de estas, sus garras continúan afiladas, pero ahora son menos largas.
Eso es normal ¿verdad? Él era mucho más pequeño, recordaba ser incapaz de caminar en dos pies ahora estaba leyendo textos medianos y hablaba mucho más fluido desde que conoció a Izuku, las pesadillas que guardaba cuando dormía ya no le atormentaban, ahora solo dormía envuelto en el cálido y reconfortante aroma de Izuku entremezclándose con el suyo.
La puerta entreabierta fue empujada mostrando a un peliverde quien tenía algunas gotas cayendo por su barbilla, como era costumbre de este se cambió de ropa dándole la espalda al menor, Shouto mantenía su mirada fija en la piel del mayor, no era tan pálida como la suya, pero le parecía bonita, lisa con aquellas manchitas sobre sus hombros, le era agradable, quería tocarla.
Izuku paso la playera blanca sobre su torso, ya había cambiado ase un rato su pantalón por el que usaba para dormir así que solo dejo caer el suéter que estaba usando para meterse en su cama.
Shouto como de costumbre fue y se apegó a su persona, cada vez se hacía más incómodo, Shouto ya no era pequeño y liviano, ahora sentía su brazo dormirse si el menor lo usaba mucho para dormir.
Soltó un suspiro para luego dejarse caer en brazos de Morfeo, estaba seguro de que Shouto ya se había dormido y aunque no fuera así era incapaz de mantenerse despierto, todo el sueño que había tratado de retener broto de golpe con ojos ardiendo y parpados pesados.
Por su parte los ojos de Shouto escanearon todo el rostro de Izuku, tenía unas manchas oscureciendo bajo sus ojos, ojeras, Izuku tenía ojeras por estudiar tanto. Se quedo un rato aún sin sentir mucho sueño, el señor conejo entre su cuerpo y el del mayor, era algo reconfortante, la respiración calmada de Izuku, su rostro fino y calmado cada vez le gustaba más.
Bajo un poco la mirada notando su mentón y descendiendo hasta su cuello, sintió una leve molestia en sus encías, un picor leve, paseo su lengua por sus dientes y colmillos tratando de aminorarlo, pero no lo logro en lo absoluto.
“Muérdeme”
Recordó de golpe, abrió los ojos ¿debería hacerlo? La mujer parecía a gusto, pero también estaba gritando, llorando, jadeando; nuevamente el leve nudo en su vientre. Estuvo un rato dudando entre hacerlo o no, acerco su rostro levemente inhalando el olor que cada vez se hacía más fuerte, la punta de su nariz roso la cálida piel, rozando levemente en forma tentativa finalmente acerco sus labios, podía sentir el leve pulso proveniente del cuerpo del mayor, era relajante y se sentía bien en sus labios.
Saco su lengua dando una leve lamida.
—¿Eh? ¿Shouchan? —Murmuro Izuku entreabriendo los ojos aún adormilado —¿Qué…?
Sus palabras murieron en un quejido agudo, los pequeños pero filosos dientes de Shouto se clavaron en su piel, no fue lo suficientemente duro como para romperle, pero sí para dejar una mancha rojiza y un dolor punzante en ese instante.
—¡No me muerdas! —Chillo mientras alejaba al menor quien parecía arrepentido o eso creía.
—Perdón —murmuro mientras bajaba la vista, sentía su pecho doler, dios eso había sido tremendo susto, no es normal despertarse siendo mordido.
—¿por qué…?
—Es que…la chica parecía feliz cuando el señor la mordió —Murmuro el menor y las mejillas se Izuku se encendieron al comprender, llevo sus manos a su rostro completamente rojo.
—No Shouchan, no debes hacer eso —comento mientras masajeaba su rostro, ocultándolo.
—Pero por qué no, ellos se veían felices ¿no? —Dijo ya más insistente, no entendía por qué no debía morder, ellos parecían a gusto.
—Eso…eso bueno… —No tenía idea de cómo explicarle eso a un niño, dios es que simplemente era incapaz de hacerlo, incluso preguntarle lo más mínimo a su madre le puso colorado ahora a él le tocaba explicarle a un niño —S-Solo no lo hagas, no debes morder a la gente…eh…solo los que se quieren mucho, mucho, se muerden —dudoso de su respuesta rasco su mejilla tratando de aliviar la tensión.
—Pero yo te quiero y tú a mí también ¿por qué no? —El bicolor volvió a acercarse con sus orejas gachas y ojos entrecerrados.
—B-Bueno, es porque…porque… ¡Shouto es tarde tienes que dormir!¡buenas noches! —Se dio vuelta cubriéndose con las mantas hasta la cabeza, estaba en último año de preparatorio cerca de graduarse y actuaba como un niño de cinco años, eso era vergonzoso en muchos niveles.
—¡Izuku no me des la espalda! —Reclamo el menor empujando la espalda del otro, al no ver reacción decidió acercarse hasta la nuca del otro enterrando sus colmillos en esa zona, se alejo al escuchar el mismo grito que salía de la mujer —¿te hice daño? —pregunto nervioso con una voz lastimera.
—N-No, n-no, s-solo duérmete Shouto —Fue la respuesta entrecortada de Izuku mientras intentaba cubrir su rostro a pesar de que el niño no podía verle, oh dios, eso había sido un gemido, un gemido tras haber sido mordido por un niño, era un asco, quería que la tierra se lo tragara ahora por favor.
Con una mueca de resignación Shouto se acurruco en la espalda del otro cerrando los ojos y dejándose llevar por el sueño, en cambio Izuku era incapaz de pegar un ojo.
—Continuara—