Gruño levemente al verse restringido de movimiento alguno, trato de liberarse pero solo conseguía que la restricción aumentara. Su camisa se pegaba incómodamente en su piel y podía jurar que las puntas de esta se encontraban rígidas; sus pantalones se habían bajado de forma desigual, teniendo el izquierdo por el tobillo y el derecho a media pantorrilla, su ropa interior seguía en sus rodillas.
La suave respiración en sus cabellos le saco de sus divagaciones, movió su cabeza hacia arriba divisando cabellos blancos y una suave piel pálida.
—¿Qué hora es…? —Murmuro para sí volviendo a mover su cabeza con dificultad, sintiendo un leve dolor en el cuello al tener que doblarlo para ver la mesa de noche, el despertados marcaba las dos de la madrugada —Tan tarde. Shouchan… —le llamo dando golpecitos a uno de los brazos de su “Captor”.
—Hmm… —Fue la única respuesta que recibió.
—Shouchan, tenemos que limpiarnos —Volvió a llamar girando el rostro dando con la piel del cuello de su captor, dio un leve soplido riendo internamente al ver como se estremecía ante el cálido tacto.
—Izuku… —llamo la voz adormilada, restregándose contra sus cabellos —Vuelve a dormir —Susurro mientras se acomodaba para seguir con su sueño.
—¡No te atrevas a dormirte! —regaño, como pudo paso uno de sus brazos apresados por entre los brazos de Shouto; llevo su mano hasta la cabeza del otro palpando hasta dar con las orejas felpudas de este —Shouchan, por favor —Llamo mientras daba leves jalones a esta, lo suficiente para ser molesto pero no para doler.
—No… —Se quejo mientras movía su oreja libre —Izuku, ya —Se quejo ahora sacudiendo su cabeza para liberarse finalmente abriendo los ojos —Estoy despierto ¿feliz? —Se quejo mientras se incorporaba.
—Estaría mejor si pudiera cambiarme la ropa…y arreglar mis calzoncillos —Murmuro sentándose a medias, aun teniendo parte del cuerpo del otro encima.
—Puedo quitártelos —Ronroneo volviendo a echarse encima suyo —Así no tenemos que levantarnos.
—Y tenemos que limpiarnos, estamos pegajosos —Se quejo ahora empujando el cuerpo flojo encima suyo —Y tengo que quitarme esta camisa, dios ¡Shouchan, no te duermas! —Volvió a quejarse.
—Bien —Finalmente se quito por completo de encima suyo, sentándose en el espacio a su lado.
—Shouchan —Llamo, sintiendo la vergüenza comenzar a formarse y el calor subírsele al rostro.
—¿Sí…? —Bostezo cubriendo con su diestra su boca.
—P-Puedes… —Señalo mordiendo su labio avergonzado.
—¿Qué cosa? —Con la pereza en sus ojos se fijó en su persona.
—S-Solo —Trago saliva sintiendo su temperatura aumentar —G-Guárdatelo ¿bien? —Se quejo cubriendo con vergüenza su rostro.
—¿Guardarlo? —Sin entender a que se refería se acerco a su persona, sintiendo nuevamente el calor subirle a la cara —¿Qué guardo?
—¡Solo súbete los pantalones! —Grito mientras se cubría con sus brazos.
—¿y que, estas igual? —señalo mientras tocaba la piel de su muslo expuesto —¿Qué hay de malo?
—¡Ah! —Salto de la cama enredándose con sus pantalones y sintiendo el elástico de su ropa interior en sus rodillas, cayó al suelo removiéndose para al menos subirse los calzoncillos.
—¿estas bien? —pregunto Shouto levantándose preocupado, acercándose a su persona.
—Sí, aunque estaría mejor ¡Sí te subieras los pantalones!
—Esta bien, esta bien —Rio suavemente mientras arreglaba la pretina bajada.
—No te rías — Se quejo cansado.
Con el cansancio en sus cuerpos se arrastraron hasta el cuarto de baño, se quitó su camisa dejándola en la cesta de ropa sucia, agradeciendo tener algunos repuestos. No tenían realmente tiempo ni ganas de darse una ducha, así que tomando una toalla de mano que su madre guardaba en los cajones del fregadero del baño, untándola con agua tibia del grifo, se limpiaron los rastros pegajosos en sus cuerpos.
Shouto parecía incomodo al momento en que decidió ayudarle a limpiarse, cuidadoso de no presionar las heridas que tenía, su mirada refleja la tristeza que su tacto mostraba; Sin evitarlo, poso sus manos en los cabellos del otro dándole suaves caricias.
La mirada de tristeza no se fue, pero ese dolor se suavizo con cada rose que sus dedos daban al cabello, suaves roces a las peludas orejas del otro, y sus dedos peinando las hebras levemente desordenadas.
Shouto termino dándole un beso a la piel maltratada, suspiro avergonzado ante el acto cariñoso del otro.
—Volvamos a la cama —Llamo la atención del bicolor quien miraba el suelo pensativo.
—Esta bien —Fue la respuesta que dio, comenzando a avanzar a la par que su persona, caminando por el oscuro pasillo hasta su cuarto, abriendo la puerta y dejando que el más alto pasara antes.
—Puedes acostarte, voy a cambiarme el pantalón —Aviso mientras avanzaba hasta su armario.
Mientras revisaba el interior en busca de uno de sus pijamas escucho los muelles de la cama rechinar en conjunto con las sabanas y edredón siendo removidos. Retiro la tela oscura para cambiarla por unos pantalones de algodón flojos.
Cerrando su armario y dejando sus pantalones sobre la silla de su escritorio se dirigió hasta su cama.
Cuando se acomodó en la suave, y desordenada, superficie que era su cama se vio inmediatamente envuelto en los brazos del más alto.
—Shouchan —Rio suavemente siendo jalado para quedar recostado en la cama —Buenas noches.
—Izuku —Hablo antes de que cerrara los ojos.
—¿Sí…?
—Nosotros… ¿Qué somos exactamente? —Pregunto a la vez que hundía su nariz en sus cabellos.
—¿D-Disculpa? —Un leve escalofrió recorrió su espalda, abriendo los ojos y sintiendo el sueño desvanecerse —¿A-A que te refieres Shouchan? —Se removió hasta quedar a la altura de la vista desigual del otro.
—Me refiero a que soy yo para ti —Murmuro. Sus orejas se pegaron a su casco afligido.
—O-Oh, eso —Con calma llevo sus manos hasta los hombros del otro —No eres un amigo, no podrías ser eso —Comenzó analizando, sus dedos dando suaves apretones, los ojos de Shouto fijos en su persona —No eres una mascota, no soy capaz de verte de esa forma —Sonrío calmado, las manos de Shouto se dirigieron hasta su cintura, descansando en la curva de esta —Quizás como un hermano menor, pero, tengo varios motivos para que “hermano menor” quede fuera de la lista.
—¿Entonces…que somos? —Insistió, la ansiedad en su voz le daba un poco de gracia pero tanta preocupación después de todo realmente provocarle más ansiedad no se le daba bien.
—¿Tu que crees Shouchan? —Apoyándose en uno de sus codos, acunando con su mano libre la mejilla del otro, corriendo los mechones y dándole un beso en la cálida piel —Pero tampoco puedo llamarte mi pareja…
—¿Por qué? —Al momento de separarse vio como el otro se incorporaba levemente sobre sus brazos, preocupado, con las orejas levantadas en su dirección.
—Dios…—soltó una risilla —Porque ni tú ni yo hemos preguntado al otro —Se dejo caer sobre su almohada viendo directamente el rostro de Shouto.
—¿Hay que preguntar…? —Murmuro avergonzado, desviando la vista, otra risilla escapado de sus labios ahora más calmado.
—Bueno, creo que nos saltamos ese paso —Rio avergonzado, sus mejillas se colorearon mientras su risa se calmaba —Sí, hace un buen rato saltamos eso.
—No recuerdo que los programas de Mitsuki-san hicieran eso —Se quejo dejándose caer finalmente en la cama a su lado, soltando un quejido ahogado.
—oh dios Shouchan —Sin evitarlo paso uno de sus brazos por sobre la espalda del otro, viendo como este continuaba escondiendo su rostro en la almohada —Los programas de la tía Mitsuki no son los mejores ejemplos Shouchan.
—Me doy cuenta ahora —Se escucho ahogado, dando un leve gruñido.
—En fin, creo que lo estamos haciendo todo mal —Cruzando sus brazos en la almohada, y dejando caer su cabeza entre ellos viendo los cabellos del otro —Lo mejor es hacerlo de la mejor manera ¿cierto?.
—¿hum…? —A regañadientes levanto la vista fijándola en su persona —¿a que te refieres Izuku…? —Murmuro, sus labios formaban un leve puchero.
—…Sabes, pensé que cuando crecieras serias incapaz…pero sigues pudiendo poner muecas tan tiernas, no es justo —Reclamo sorprendido para luego soltar una risilla —En fin, como dije hay que hacerlo de forma correcta, por eso Shouchan ¿quieres ser mi novio…?
Un silencio se instauro entre ellos roto solamente por el movimiento rápido de Shouto sobre su persona, presionando sus labios con los propios en un beso repentino. Asustado se quedo unos minutos congelados para luego volver a reaccionar y envolver el torso del otro en un reconfortante abrazo, sin rastros de calor, sin rastros de nerviosismo, solo un beso más entre ambos.
Cuando a Shouto se le dio por soltar sus labios decidieron volver a dormir, era lo suficientemente tarde y mañana tenía su última clase.
Abrazándose el uno al otro se rindieron a los brazos de Morfeo.
—Continuara—