Puede que su familia no fuera precisamente normal, su madre era una perra loca, una bruja que gustaba de gritarle como la trastornada que era; su padre prácticamente era un intento de hombre, le faltaban cojones, no tiene puta idea como ese idiota tan putamente pasivo logro concebirlo con la bruja de su madre.
Aun así, podía tener su espacio dentro de su habitación, al menos desde que comenzó a poner cerrojo y su madre se canso de golpear la puerta, desde ese día puede dejar su perta sin pestillo y disfrutar de su privacidad.
Hasta ahora.
Su madre llego abriendo de un golpe su puerta, dio un brinco al ser despertado tan bruscamente. Gruño al ver a su madre en el marco, se encontraba vestida. Sus ojos viajaron hasta el despertados a su lado, la hora daba las cinco de la madrugada.
—¡¿Qué mierda quieres perra?!¡¡Son las cinco quince de la mañana loca de mierda!! —Escupió con ira.
—¡Ten me respeto mocoso de mierda! —Grito en respuesta su madre —Ahora, levántate vago de mierda y vístete —Ordeno posando sus manos en sus caderas, sus ojos rojos fijos en los propios.
—Vete a la mierda perra, no voy a levantarme, lárgate —Se dejo caer sobre la almohada.
Su intento de volver a dormir fue frustrado por la mano de su madre estrellándose en su cabeza, el chasquido del golpe resonó en el cuarto. Su padre se asomo por el marco colocando sus lentes con cansancio. Era demasiado temprano para una escena así y su padre debe estar de acuerdo con eso, quizás por eso simplemente volvió por sus pasos ignorándolos.
Era demasiado temprano.
Su madre tiro sus sabanas, le tomo por el tobillo y jalo; su cuerpo callo al suelo en un golpe seco. Se levanto dispuesto a golpear a la vieja, pero esta solo tomo un par de prendas que tenia en la silla de su escritorio y las empujo en su rostro.
—¡Ahora te vistes mal agradecido!¡¡Si no bajas en cinco minutos te arrastrare por tu cabello!!¡¿Entendiste?! —Ordeno para luego abandonar su cuarto, cerrando la puerta de un portón.
Con el coraje a flor de piel se calzo los putos pantalones, la playera negra con calavera y calcetines. Bajo dando pisotones en el suelo de madera, su padre debe seguir durmiendo ignorando todo lo que hacían. Su madre hablaba por teléfono con alguien, por su tranquilo tono de voz debe ser la madre de Deku.
La perra de su madre colgó, vio por encima de su hombro.
—¿Para que mierda me haces levantarme tan temprano? —Reclamo guardando sus manos en sus bolsillos.
—Ah, me llamo Inko —Comento su madre como sí nada. Él, por su parte, frunció el ceño indignado.
—¿Y para que mierda me despiertas? Si quieres ir a ver la madre de Deku no tienes porque arrastrarme vieja bruja —Escupió furioso, giro sobre sus pasos listo para volver al confort de su cama, pero no podía ser tan fácil. Su madre estiro su mano y le tomo por el cuello de su camiseta —¡Suéltame vieja!
—¡Cállate mocoso malcriado! Iras conmigo quieras o no, ahora muévete y ponte tus putas zapatillas —Ordeno su madre jalándolo hasta el recibidor.
—¡Bien, bien, ya entendí vieja bruja!¡¡Suéltame!! —Gruño forcejeando con el agarre de la delgada mano de su madre.
Al final termino calzando sus zapatillas con su madre vigilándole desde arriba, cuando termino se incorporó. Su madre le extendió su móvil ¿Cuándo la vieja fue a buscarlo? Tomo el aparato guardándolo, también le entrego sus llaves en mano, De mala gana las guardo en su bolsillo junto a su móvil.
Su madre calzo sus zapatos de tacón bajo, color negro; Ella tomando su bolso y llaves le empujo hasta afuera de la casa, desbloqueando la puerta y saliendo a la fría calle. El móvil de su madre volvió a sonar y está jalándole del brazo por la calle contesto apresuradamente.
Sabia que era de nuevo la madre de Deku, su madre solo es capaz de hablar así de suave con esa mujer y su hijo. Estuvieron un rato más en una caminata hasta que su madre termino de hablar por su móvil.
La bruja se detuvo guardando su móvil, sus pasos se detuvieron a una distancia de ella. Su madre tomo aire, cruzo sus brazos sobre su pecho y le miró fijamente.
—Shouto desapareció —Le informo con un tono neutral.
—¿Ah? ¿Y yo que tengo que ver con eso? —Escupió encorvándose y guardando sus manos en sus bolsillos —¿Para esa mierda me sacaste de casa? ¿Es joda?
—No mocoso de mierda, Shouto está perdido eh Izuku-kun esta al borde de un colapso —Informo manteniéndose neutral, un gran logro de esa bruja, aunque realmente no le gustaba por donde iba la mierda de tema.
—Si lo que insinúas es que le hice algo porque no me cae bien, eres imbécil —Gruño, la bruja de su madre rodo los ojos con fastidio.
—No mocoso de mierda, vas a ayudarme a buscarlo y punto —Informo finalmente su madre, podía sentir el desconcierto.
—¿Disculpa? ¡¿Es enserio?! ¡¿Por qué mierda me importaría esa cosa?! —Grito furioso, su madre ni se inmuto ante su arrebato —¡¿Me despertaste a las cinco de la puta mañana para buscar a esa abominación?! ¡¿Acaso crees que me importa?!
—No, se que no te importa Shouto —contesto ella, su madre con su rostro neutro —No me puede quedar más claro, ustedes no se soportan.
—¡¿Entonces porque mierda me arrastraste?!
—Por que te importa Izuku ¿No? El pobre esta a punto de sufrir un colapso —El silencio se instauro entre ambos, su madre mirándolo fijamente.
—yo…— Apretó sus puños, resoplo molesto guardando sus manos en sus bolsillos. —Mierda…
—Bien, puedes buscar por la zona poniente, yo iré por la zona oriente. También, mantente atento mocoso con una camioneta blanca de una farmacia —informo su madre para luego girarse y caminar en dirección opuesta dejándole en silencio.
Maldiciendo se giró con dirección opuesta a la de su madre, vagar por las calles heladas de la madrugada le era molesto. Podía sentir su nariz y orejas congeladas, su camiseta siendo manga corta desprotegida sus brazos quienes se resentían ante la temperatura mañanera.
Blasfemando contra cualquier cosa que cruzara su camino se encontró vagando entre las calles. No quiere buscar al hibrido, no quiere encontrarlo en realidad, pero sabía lo llorón que era el nerd y si ese imbécil mestizo no aparecía probablemente se pase casi toda su vida llorando.
Con el rostro lloroso de Izuku y sus lastimeros gimoteos continuo su búsqueda, era un hijo de puta, un bastardo, matón que no le importaba golpear a un niño, anciano, mujer, etc. Él no se doblegaría ante nadie, y aun así es completamente incapaz de dejar a Izuku mal.
Maldito sea su enamoramiento de mierda, le duele como la mierda hacer esto, pero haría algo bien en su puta vida.
Su caminata continúo sintiendo los rayos del sol comenzar a salir calentando su espalda lentamente. La gente empezaba a salir de sus casas con camino a sus trabajos o instituciones, y él pudiendo dormir hasta tarde hoy.
Continuo hasta que el maldito sol quedo encima suyo, le dolían los putos pies después de horas de caminata. Con molesto se acerco hasta el primer parque que encontró, dejo caer su cuerpo en la primera banca vacía que encontró, dejando caer su cabeza asía atrás, soltando un suspiro molesto.
Iba a golpear a ese puto mestizo, por un demonio que iba a hacerlo y a Izuku por no mantenerlo con correa, pero principalmente arremetería contra el imbécil hibrido.
Fue después de estar un rato descansando que se percató de suaves pasos en el asfalto, silenciosos, apenas audibles a pesar de lo silencioso que estaba.
Levanto la vista mirando por sobre su hombro, pensó que era un simple adolescente saltándose la escuela, recostándose en la corteza de un árbol cercano, estirando sus piernas en el césped. Luego de verlo un rato más de fijo en las hebras color blanco que se asomaban, sintiendo curiosidad se levanto caminando hasta el otro.
Su ceño de fruncía cada vez más, a cada paso sentía su ira bullir.
Se detuvo frente, sabe que el otro se percato de su presencia, puede verlo, su rostro se arruga con disgusto y sus ceñas se fruncen, sus dientes sobresalen de su boca en una amenaza.
Sin pensarlo mucho arremetió contra la pierna derecha del hibrido, golpeándole con una patada no lo suficientemente fuerte para causar un daño grave, pero sí para dejarle una marca al imbécil.
—Despierta pendejo de mierda.
—Continuara—