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Una sonrisa es su espada. por hokagay

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Notas del capitulo:

Capitulo un poco más corto que los anteriores porque la universidad me esta pateando el culo con las practicas y no quiero abandonar msi fics

[6]

Las agujas del Log pose se movían con tranquilidad señalando una isla cercana, una isla segura ya que las agujas no se mueven de manera errática como lo han hecho con las últimas peligrosas islas que han visitado. Nami decidió que era una buena idea atracar en la isla y reabastecer sus reservas de comida que bajaron considerablemente luego del festín que tuvieron para celebrar que el capitán hubiera despertado. Como siempre fue la navegante quien se encargó de entregar un monto de dinero a cada uno para que gasten dentro de isla y les hizo prometer (en especial al capitán) que se comportaran y no causaran ningún problema. Sanji y Ussop son los encargados de reabastecer la alacena; Brook y Franky se quedaran en el sunny para cuidarlo y tenerlo listo para zarpar si es que alguno de sus nakamas se mete en problemas y deben huir; Chopper, Nami y Robin buscaran una librería y luego ambas mujeres acompañaran al pequeño reno a investigar la isla y buscar alguna nueva hierba que sirva para sus medicinas; Luffy, Zoro, Wado, Shusui y Kitetsu irán juntos a, como dice el capitán, “explorar la misteriosa isla”. 

– Nami, ¿estas segura que eso es una buena idea? – pregunta Ussop, señalando al grupo del capitán quien se encuentra rodeado de los tres niños quienes están emocionados por ir a una aventura– Luffy atrae a los problemas como la luz a las polillas y Zoro es el primero en secundarlo cuando se trata de una pelea.

– Esta bien – Responde Nami y su sonrisa envía un escalofríos por la espalda del tirador – Tengo un plan especial para esos dos y hay alguien que me ayudara a llevarlo a cabo.

– Yo no te ayudare en nada, eh – advierte Ussop, siempre cauteloso de la mente maquinadora de la navegante– Generalmente tus planes involucran robarle un tesoro a alguien, hacer que alguien te deba dinero o un nada eficaz plan de escape para los dos motivos anteriores

– ¡Wado! – Llama Nami a la única chica del trio de espadas, señalándole con su mano que se acerque – ¡Ven! 

– ¿Necesitas algo, Nami? – Pregunta Wado, un poco desconfiada de la mujer pelirroja a quien Zoro le debe tanto dinero – Luffy ya quiere que vayamos a explorar y no me quiero quedar atrás.

– Wado, ¿Qué piensas de la situación entre Luffy y Zoro? – Pregunta Nami mirando directamente a la chica – ¿Crees que está bien que las cosas sigan así cuando es evidente que los dos se quieren?

– Zoro ama a Luffy – confirma Wado, como si fuera algo que la navegante no supiera – Y quiero verlos juntos, pero tengo miedo, no quiero que las cosas fallen y no poder seguir en la tripulación.

Nami le da una pequeña sonrisa, estira su mano y desliza sus dedos de manera delicada por el cabello blanco de Wado. Ussop sabe lo débil que es la navegante cuando se trata de niños pero prefiere no decir nada y sigue observando.

– Tú conoces a Zoro y yo conozco a Luffy, quizás no de la misma manera en que ese cabeza de musgo lo comprende, pero al haber viajado durante tanto tiempo con esos dos comprendo cosas sobre ellos que ellos mismos desconocen – dice Nami – Ambos están asustados, no comprendo del todo las razones de Luffy y tú ya conoces bien las razones de Zoro

– ¿Y qué podemos hacer? – pregunta Wado –

– Podemos darles un pequeño empujón en la dirección correcta – responde la navegante – Nuestro estilo de vida nos impide vivir cosas que para otra gente es algo normal, sin tomar en cuenta que esos dos idiotas solo piensan en pelear, comer, beber y sus nakamas… el romance es algo que dudo haya pasado por sus mentes a pesar de que se gusten, es especial Luffy.

–  ¿Y cuál es tu plan? – cuestiona Wado, a pesar de sus dudas iniciales sabe lo bueno que sería para Zoro por fin poder decir lo que siente, y si es verdad lo que Nami dice, que Luffy corresponde los sentimientos del espadachín… Wado hará hasta lo imposible con tal de verlos juntos.  

– Debes hacer que se tomen de las manos – responde Nami y Ussop la mira en incredulidad porque creyó que algo más atrevido se encontraba entre los planes de la pelirroja – Suena sencillo, ¿verdad? Es un gesto tan pequeño pero estoy segura que hará que ambos sean más conscientes uno del otro en ese aspecto.

– ¡Entendido! – dice Wado, con emoción pero manteniendo su voz lo suficientemente baja para no ser escuchada por Luffy y Zoro – ¡déjamelo a mí!

– Confió en ti, Wado – Dice Nami, sonriéndole y alzando su pulgar – Buena suerte

– ¡Wado, vámonos! – grita Luffy, moviendo su mano enérgicamente para que la chica se acerque a donde ellos están – ¡Tenemos un montón de dinero para carne!

– Y para Sake – añade Zoro –

– ¡No causen problemas! – Advierte Nami, señalando al capitán y al espadachín con su dedo índice mientras entrecierra los ojos en su dirección en desconfianza.

Luffy camina adentrándose al bosque que los separa del centro de la ciudad, es seguido rápidamente por los tres niños y Zoro camina detrás de ellos con los brazos cruzados sobre su pecho.

– ¿Oye Nami, creí que no íbamos a intervenir? – Comenta Ussop – ¿Qué pasa si algo sale mal?

– Solo quise darles un pequeño empujón en la dirección correcta – dice la navegante, atando su cabello en una coleta alta – Lo que pase después depende de ellos

– Nami, con Robin ya estamos listo – dice Chopper, desde la cubierta esperando a la pelirroja para partir –

– Ya voy, Chopper – responde Nami para después dirigirse a Ussop – asegúrate de ayudar a Sanji-kun y no atraer problemas

– Mi enfermedad de “no creo ser capaz de mantener a Sanji fuera de problemas por coquetear con alguna mujer casada” ataca otra vez – dice Ussop, sujetándose el pecho con la mano izquierda y poniendo la otra sobre su frente como si tuviera temperatura –

– Ussop, apresúrate o te dejare atrás – advierte el cocinero desde tierra firme, un cigarrillo entre sus labios y las manos en los bolsillos. Ussop suspira, y apresura el paso para poder alcanzar a Sanji quien ya ha comenzado a caminar hacia la ciudad.

Los tres chicos se han agrupado detrás del espadachín y el capitán quienes caminan bastante cerca entre sí. Wado fue quien les pidió a ambos chicos que caminaran más lento para poder hablar en voz baja.

– ¿Qué es tan importante que tenemos que caminar tan lento, Wado? – pregunta Kitetsu –

– Tengo un plan y necesito su ayuda – dice Wado y ambos niños la observan esperando que siga hablando – Un plan para que Zoro y Luffy puedan llegar a aceptar sus sentimientos y pasar este día como si fuera una cita

– ¿Una cita? – Pregunta Shusui – ¿Entre Zoro-dono y Luffy-dono?

– Luffy merece a alguien mejor– dice Kitetsu, moviendo su mano como desestimando la idea de Wado de inmediato– Merece a alguien que no este asustado de decir lo que siente

– ¿Alguien mejor como Trafalgar Law y su espada? – Dice Wado, sintiéndose especialmente manipuladora ya que sabe que botones presionar para hacer que Kitetsu ayude – Ya sabes, él estaba muy interesado en Luffy después de Dressrosa e incluso cuando peleamos con Kaido estuvo muy de manitos tocando a Luffy

– Estoy seguro que eso era parte del chequeo médico – murmura Shusui, aunque sabe que ninguno de los dos le presta atención en su mutuo desprecio por el cirujano de la muerte –

– ¿Cuál es tu plan? – pregunta Kitetsu de mala gana –

– Debemos hacer que se tomen de la mano – dice Wado, sus ojos dorados adquieren un borde peligroso cuando Kitetsu se ríe – pero no sé me ocurre una buena razón para hacer que ellos acepten tomarse de la mano

– Yo quiero ayudar a Zoro-dono y Luffy-dono pero tampoco se me ocurre nada – comenta Shusui –

– ¡Kitetsu, Wado, Shusui! – Grita Luffy, volteándose y poniendo ambas manos sobre su cadera– Apresúrense o los dejare atrás

– Yo tengo una idea, ustedes solo síganme la corriente y todo saldrá bien– dice Kitetsu, alejándose mientras da grandes zancadas y se cuelga del brazo de Luffy –

– Por favor, que este idiota no haga nada que arruine esto – pide Wado a nadie en particular, solo su deseo de que el temperamento de Kitetsu no les juegue en contra –

– ¡Luffy! – Exclama Kitetsu, aun sosteniéndose del brazo del capitán mientras lo observa hacia arriba con su mejor carita inocente – ¿Podemos tomarnos de la mano?

– Los niños de 12 años no quieren tomar la mano de los adultos – dice Zoro, una vena marcándosele en la frente debido a su enojo – ¿Cuándo lo vas a entender?

– ¿Y en que te molesta a ti que tome la mano de Luffy? – pregunta Kitetsu, cruzándose de brazos y  observándolo con mirada altiva – ¿Acaso tú también quieres tomar su mano?

– ¡Por supuesto que no! – dice Zoro, el volumen de su voz más alto de lo que esperaba – La gente nos miraría extraño, dos hombres adultos tomados de la mano

– Oh, entonces eres la clase de hombre a quien le importa lo que la gente diga– dice Kitetsu, una sonrisa socarrona en sus labios – Que lamentable, y te haces llamar a ti mismo espadachín

– Nunca me ha importado lo que la gente diga de mi – se defiende Zoro –

– Entonces pruébalo – exige Kitetsu, mientras Wado y Shusui miran la escena, cruzando los dedos para que el plan funcione – Mientras exploramos la isla debes estar tomado de la mano con Luffy todo el tiempo, solo eso me demostraría que no eres un cobarde que vive de los comentarios de la gente.

– ¿No has pensando que tal vez Luffy no quiere tomar mi mano? – Pregunta Zoro – En especial para demostrar que estas equivocado

– Yo no tengo problema – dice el capitán, hablando por primera vez desde que la discusión comenzó – ¿Es como un desafío, verdad? Zoro y yo seremos un equipo shishishi

– ¡Luffy! – exclama Zoro, no esperando que el capitán estuviera de acuerdo –

– Esta decidido entonces – interviene Wado, evitando que Zoro pueda decir algo que arruine su oportunidad – Desde este momento hasta que volvamos al sunny deben estar tomados de la mano

Los tres niños esperan expectantes a que sea Zoro quien tome la mano de Luffy, pero como siempre sorprendiendo a todos es el capitán quien toma la mano de su espadachín, entrelazando sus dedos con delicadeza y sonriendo mientras observa sus manos unidas.

– En marcha – dice Luffy, señalando hacia adelante con su mano libre e instando a que el espadachín le iguale el paso, tirando de su mano cuando vuelve a caminar en la dirección en que se dirigían– 

– No puedo creer que el plan de Kitetsu funciono – dice Wado, incrédula mirando a Shusui quien tiene el mismo gesto cómico en su rostro –

– Que grosera – Se queja el chico de pecas – Apresurémonos, quiero ver como Zoro se avergüenza a si mismo 

– Animo, Zoro-dono – desea Shusui en voz baja –

Los tres chicos apresuran el paso, sin tener intención de quedarse detrás y perderse algún detalle de lo que Zoro y Luffy hagan.

Shusui, Kitetsu y Wado parecen haber olvidado que querían ver como se desarrollaba todo la situación entre Luffy y Zoro, porque ahora se encuentran corriendo de un puesto a otro, haciendo sonidos de asombro y gastando el dinero que Nami les dio en comprar comida que les llama la atención. El capitán y el espadachín caminan un poco más atrás ya que no tienen apuro, no parece una isla hostil con los piratas y Nami no dijo a qué hora debían estar de vuelta en el Sunny.

Hay gente que los mira discretamente, muchas de esas miradas caen sobre sus manos unidas que el capitán divertido mueve de adelante hacia atrás mientras caminan y conversan sobre su última pelea contra uno de los cuatro emperadores del mar. No es extraño como Zoro creyó que sería sostener la mano de Luffy, se siente natural y correcto, como si sus manos siempre hubieran tenido que estar unidas.

– Las manos de Zoro son grandes – dice Luffy caminando un par de pasos más adelante que el cazador de piratas porque ha visto algo unos puestos más adelante que ha captado su atención – sus dedos tienen heridas y la palma de su mano es áspera.

– Lo siento, debe ser incomodo sostener una mano tan tosca – dice Zoro, negándose a sí mismo lo decaída que suena su voz ante el prospecto de que Luffy este incomodo sujetando su mano. Luffy niega con su cabeza –

– Tus manos sostienen espadas que blandes firmemente contra tus enemigos, una y otra vez, sin detenerte – dice Luffy, sin mirar a Zoro mientras caminan lentamente y el cazador de piratas solo puede ver la espalda de su capitán – Es como si tus manos contaran lo fuerte que eres… me hace sentir seguro y cálido.

– Tus manos son pequeñas – dice Zoro, sin poder detenerse y las palabras simplemente caen de su boca sin darle tiempo a arrepentirse – a pesar de que eres un hombre de goma tus manos no son suaves como pensé, hay partes ásperas y están llenas de cicatrices. Con estas manos y una gran fuerza de voluntad derrotas a poderosos enemigos. Estas mismas manos me fueron extendidas cuando más lo necesitaba, desde entonces has caminado frente a mí, justo igual que ahora y yo no puedo pensar en otra cosa que querer seguirte –

Luffy se detiene en seco y voltea para mirar a Zoro, su expresión es una de incredulidad y asombro porque él y el espadachín nunca han hablado sobre cómo se conocieron, e incluso han habido ocasiones en las que Luffy ha sentido que limito el potencial de Zoro al haberlo forzado a unirse a su tripulación, aunque trata de no pensar demasiado en eso. 

– Tu nunca has caminado detrás de mí, Zoro – dice Luffy, hay una sonrisa pequeña en sus labios y el espadachín se queda sin palabras mientras lo observa, es una sonrisa que nunca había visto en su capitán y no puede exactamente decir a que emoción esta relacionada– tu caminas a mi lado, siempre atento por si tropiezo y observando a los lugares que yo no puedo. Protegiendo a nuestros nakamas y siguiendo adelante hasta alcanzar nuestros sueños. 

Es en un gesto totalmente fuera de carácter y cansado de siempre detenerse a pensar en las consecuencias, Zoro alza su mano entrelazada con la de Luffy y se la lleva a los labios, besando el dorso de la mano del capitán y mirándolo fijamente a los ojos, haciéndole saber lo serio que es al respecto. Para la gran sorpresa de Zoro hay un sonrojo poco usual en las mejillas del capitán y el espadachín siente el latido de su corazón dispararse por la sonrisa que Luffy le dedica, es una sonrisa suave, delicada, casi de ensoñación mientras mira a Zoro como si fuera algo precioso, algo adorado que quiere mantener cerca para toda la vida.

Todas las dudas que Zoro tenía desaparecen cuando entiende que sus sentimientos y los de Luffy son los mismos, el joven de goma tira de su mano, instándolo a que le siga el paso mientras camina en la dirección que momentos antes le había llamado la atención.

Es solo cuando ve el suave sonrojo en las mejillas de Luffy que Wado recuerda que una misión le había sido encomendada y que al haberse emocionado por tanta comida perdió de vista a las dos personas que se suponía debía vigilar. Algo cambio entre el espadachín y el capitán en esos breves momentos que los perdió de vista, Wado puede verlo e incluso sentirlo en sí misma, en la sensación cálida que se expande por su pecho y con la sonrisa boba que quiere brotar de sus labios. Wado se siente feliz y sabe que es algo que Zoro está sintiendo, y confirma su teoría por la mueca de disgusto con la que Kitetsu disimula su felicidad.

Es aterrador como Nami siempre parece estar en lo correcto y que tanto Zoro como Luffy necesitaban ese pequeño empujón. La chica de cabello blanco decide darle su espacio a ambos para que puedan disfrutar de la compañía del otro, empuja a Kitetsu con algo de esfuerzo al siguiente puesto y Shusui la sigue sin protestar.

[7]

Deciden regresar al Sunny cuando ya no queda nada del dinero que Nami les dio y el cielo se ha puesto anaranjado por el atardecer. El resto de la tripulación ya estaba de vuelta cuando ellos llegan, dispersos en la cubierta del barco haciendo distintas cosas y conversando animadamente de un lado a otro. Zoro suelta la mano de Luffy pero no se molesta en mirar a Kitetsu y restregarle su victoria, ya que eso perdió importancia. Una vez han subido al barco, los distintos grupos que se formaron para explorar la isla le cuentan su experiencia al capitán quien asiente mientras él también cuenta todo lo que vio y comió. Wado se pierde por algunos minutos y vuelve junto a Luffy, jalándolo de la chaqueta para llamar su atención.  

– ¿Luffy? – Pregunta Wado, y el capitán de inmediato la mira y al objeto que tiene en las manos – ¿Puedes cepillar mi cabello?

– ¿Quieres que lo haga yo? – Pregunta el capitán, confundido – ¿No sería mejor que lo hiciera Robin o Nami? Yo no estoy acostumbrado a hacer esa clase de cosas

– Quiero que tú lo hagas – insiste la chica de ojos dorados, mirándolo directamente a los ojos y el capitán no vuelve a cuestionarla–

– Claro – accede el joven de goma, poniéndose de pie y dejando que Wado lo guie hasta donde ella quiere ir, al segundo piso del barco desde donde el atardecer se ve precioso.

Wado toma asiento en una de las sillas que hay junto a la mesa de la terraza donde las dos chicas de la tripulación suelen disfrutar de los postres que el cocinero prepara. Luffy toma la peineta para con la mayor delicadeza que es capaz, desliza la peineta por los blancos cabellos de Wado.

– ¿De qué quieres hablar? – Pregunta Luffy, sabe que la insistencia de la chica se debe a querer hablar en privado.

– Sobre Zoro – responde Wado, juntando ambas manos sobre su regazo – Sé las razones por las que Zoro no es capaz de decirlo pero, ¿Cuáles son tus razones para aun no decirle que lo amas?

–Porque no puedo perder a Zoro– dice Luffy, cepillando el cabello de Wado – Las cosas románticas siempre son complicadas, algo puede salir mal y arruinar todo. Esto no es como una pelea en la que todo mejora si pateo el culo de nuestro enemigo, si algo sale mal entre Zoro y yo, aunque lo ame, eso no será suficiente y no puedo patear el culo de esa clase de cosas

– ¿Y qué podría salir mal? – pregunta Wado, volteándose cuando el capitán deja la peineta sobre la mesa al terminar de arreglarle el cabello – Tu entiendes a Zoro mejor que nadie, incluso mejor que yo

– El sueño de Zoro es ser el mejor espadachín del mundo – responde Luffy, sentándose en el piso frente a Wado – Y no quiero ser yo quien lo ate si en algún momento decide que debe irse para alcanzar su meta

– ¿Qué? – cuestiona Wado, con el ceño fruncido y ofendida porque, ¿qué otro lugar hay para ellos que no sea junto al capitán? – ¿De verdad crees eso, Luffy?

– Zoro ama a sus nakamas, ama vivir en el sunny y sé que ha crecido como espadachín mientras ha sido parte de la tripulación – responde Luffy – pero a veces no puedo evitar creer que estoy limitando el sueño de Zoro, que tal vez siente que debe quedarse aquí por esa promesa que me hizo cuando se unió a la tripulación

– Tú le diste dirección – dice Wado, su voz suave cargada de agradecimiento mientras la mano que ha extendido se desliza por el cabello de Luffy en un gesto cariñoso– he estado con él un largo tiempo, desde que Zoro era un niño y he sido blandida en el nombre de su sueño innumerables veces pero incluso entonces yo sabía que faltaba algo de lo que él todavía no se daba cuenta. No hasta que fui blandida al cielo en un juramento al Rey pirata, pude sentir su convicción y su calidez, su deseo de hacerse más fuerte por sus enemigos y para proteger a sus nakamas, para que sus espadas abrieran el camino a donde quiera que el capitán desee. El lugar al cual Zoro pertenece es junto a ti porque él mismo lo decidió hace mucho tiempo.

 – ¿Y tú también lo piensas? – pregunta Luffy, sin poder evitar la sonrisa enorme en su labios al oír las palabras de Wado –

– Pienso que el mejor espadachín del mundo y el futuro Rey pirata serán la pareja más poderosa del Grand Line – responde Wado, una sonrisa tan parecida a aquella que Zoro ocupa cuando esta emocionado por una pelea –

– Zoro sabe lo que siento – dice Luffy y Wado lo observa sorprendido– o al menos lo sospecha, no hice un muy buen trabajo escondiéndolo hoy de él. Aunque quiero esperar a que Zoro lo diga primero shishishi

– ¿Solo quieres ver lo avergonzado que estará intentando decir lo que siente, verdad? –  pregunta Wado divertida, no puede negar que es algo que también quiere ver –

– Así que no te preocupes más – dice Luffy, poniéndose de pie y tomando la mano de Wado, con toda la intención de volver a donde se encuentra el resto de la tripulación – yo también lo amo

La cena fue como siempre deliciosa, donde cada uno tuvo una bebida diferente ya que el cocinero deseaba probar algunas nuevas recetas con las frutas nativas de la isla en la que están atracados. Todos notan la atmosfera diferente que hay entre el espadachín y el capitán pero ninguno es tan valiente (o idiota, depende de cómo lo mires) como para atreverse a hacer un comentario al respecto y simplemente fingen ignorancia, sobretodo Nami quien solo desea estrujar las respuestas que quiere de cierta chica de cabello blanco. Se decidió que el encargado de vigilar el barco durante la noche seria Ussop y como siempre explorar una nueva isla dejo a Luffy exhausto, así que cuando su cabeza toco la almohada se quedó dormido y los tres chicos no se quedaron atrás, roncando un par de minutos después de que tomar su lugar en la cama del capitán.

Irónicamente a la única persona que le costó conciliar el sueño esa noche fue a Zoro, quien no podía dejar de pensar en ojos castaños que lo observan con cariño, una sonrisa delicada y la calidez de una mano un poco más pequeña que la suya.     

Notas finales:

ughhh esos dos se aman tanto, dejenme vivir mis headcanons 

muchas gracias por leer, los reviews siempre me hacen sonreir.


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