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Sálvame por Akashi_Male

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Notas del capitulo:

¡Hola!

 

¡Nuevamente traigo un capitulo! :D

 

¡¡Espero y les guste!!

 

La noche cayo lentamente, lo único que iluminaba las habitaciones era la luz de la luna y los faros de la calle.

Tres hermanos, en sus respectivos cuartos, se mantenían callados y pensativos, dos mirando por la ventana y uno al techo.

El transcurso del día había sido agotador, sus cuerpos estaban cansados pero sus mentes se mantenían activos, pensando y pensando, sin poder evitar que miles de preguntas los invadieran cada vez que cerraban los ojos.

Sus respectivos cuidadores, con todo y su agotamiento, los observaban sin poder evitar sentirse mal por ellos, aún si no entendían ciertas cosas. Se notaba que los chicos estaban mal por no saber que estaba pasando realmente, por no comprender muchos de los sucesos y razones que los llevaron hasta ahí.

 

 

Estación de policía de Sabaody, oficina 301.

 

―Vale, tenemos varios puntos importantes a estudiar―. Decreto un peliazul mientras repartía unas carpetas―. Sin embargo, con la información que tenemos podemos descartar a varios sospechosos.

―Si, pero primero que nada…― Se levanto con un marcador negro en la mano, acercándose a la gran pizarra que había en el lugar―. Los escondites dentro de la casa, tanto Dragón como Rouge sabían lo que pasaría, matar a todos los empleados sin miramientos, pero buscar torturar a los miembros de la familia, la posible droga en los hermanos, y que tocaran el timbre antes de que todo pasara―. Remarco todo lo dicho en cuadros llamativos―. Son cosas que no podemos ignorar.

―También lo que escucharon Luffy y Ace―. Yonji abrió uno de los documentos en la notebook que yacía frente a él―. El jefe del imperio, que Dragón fue el culpable, el trato que hizo, que el Clan Monkey-Portgas destruyo ¨el suyo¨, y lo de la sangre manchada.

―Me pregunto que significa lo de la sangre manchada, y ¨el jefe del imperio¨―. Ichiji escribió todo lo dicho por su hermano antes de volver a sentarse.

―¿La evidencia fotográfica quien la esta estudiando?― Pregunto Niji al tiempo que se tocaba la nariz, acción que no paso desapercibida por los presentes.

―Uno de los oficiales de Sabaody, dijo que mañana a primera hora nos lo traería―. Respondió la peli rosa, luego le aventó una envoltura de plástico―. Tomate eso, no hace falta que finjas delante de nosotros.

―¿De que hablas?― Inquirió al notar las miradas acusadoras de sus hermanos.

―Te duele, y has actuado como si nada porque padre estaba con nosotros―. Claramente Reiju era muy observadora, y los cuidaba mucho desde las sombras―. Anda, hazme caso y no pongas mala cara.

―Vale, vale…― Agarro el vaso con agua y se tomo la pastilla antiinflamatoria, los otros sonrieron divertidos al comprobar, una vez más, que su hermana mayor era la mejor de todas.

―Ahora, volviendo al tema―. Yonji giro la pantalla de la notebook para que sus hermanos vieran lo que quería mostrarles―. Esa frase ¿no les llama la atención?

―Pues si…― Se miraron unos a otros, dudosos.

―No sé porque siento que la he escuchado antes―. El pelirrojo se levantó una vez más y escribió lo leído en la pizarra.

―También yo, pero no recuerdo de donde…― Niji puso cara de pensativo, tratando de acordarse.

―Es un dicho, está en varios libros―. Decreto la peli rosa, volviendo a su lugar con tranquilidad―. Aunque… me da mala espina―. Estaba segura que no se debía a haberla leído muchas veces en diferentes textos, algo en esa frase no le gusto nada cuando fue mencionada por Ace.

―Respecto al ¨jefe del imperio¨, es una declaración que nos abre demasiados caminos―. Todos miraron a Ichiji―. Hay muchos denominados ¨imperios¨, y aun mas que quisieran despojarle el título del Clan más poderoso a Dragón.

―Creo que hay que enfocarnos en investigar en el Bajo Mundo, quizás ahí encontremos lo que buscamos.

―¿Y que te hace pensar eso?― Pregunto el peliazul con curiosidad.

―Apostaría lo que sea a que Dragon tenía alguna relación o conexiones con gente de ahí, no pregunten por qué, es solo una corazonada―. Yonji estaba extremadamente serio, algo que era inusual en él.

―Vale, eso haremos―. Y sabiendo eso, Ichiji no dudo en secundarlo―. Pero no podemos hacerlo solos, debemos hablar con Sengoku y Garp para que algunos de sus hombres nos ayuden.

―Si, tratar con gente así podría traernos muchos problemas, después de todo nunca hemos tratado directamente con el Bajo Mundo―. Reiju asintió ante la afirmación de su hermano.

―Mañana a primera hora iremos, por ahora será mejor que descansen―. Los chicos la miraron con extrañeza―. Se nota que están agotados, y tu Niji estas herido, así que quiero que vayan a casa y duerman un rato.

―¿Y tú?― Pregunto el pelirrojo, preocupado.

―Yo estoy bien, he dormido lo suficiente―. Respondió con una sonrisa sincera―. Pero ustedes, entre la investigación y los turnos como cuidadores, están más que agotados.

―No podemos, aunque quisiéramos―. Yonji se masajeo las sienes―. Si padre se entera…

―Que no se preocupen por eso, yo me quedaré aquí y si aparece le diré alguna mentira―. Le acarició el cabello a su hermano menor―. Ahora vayan, nos vemos a las siete aquí.

―Gracias, Reiju―. Eran fríos, despiadados, y se mostraban sin compasión cuando debían hacerlo, porque así fueron educados, pero realmente amaban a su hermana mayor y no dudaban en mostrar su gratitud cuando podían.

 

 

Hospital General de Sabaody, consultorio de Trafalgar Law.

 

―Law-nii…― No había podido dormirse, estaba preocupado por todo lo que estaba pasando y el que su hermano estuviera enojado agravaba la situación.

―¿Qué haces despierto? Es bastante tarde―. El pelinegro miro el reloj de pared que marcaba mas de las diez de la noche.

―No puedo dormir…― Suspiro al oírlo, seguramente se había quedado pensando en lo sucedido esa tarde.

―Chopper…― Agarro la silla que descansaba en el centro de la habitación y la coloco frente a la camilla―. Perdóname si te he hecho sentir abandonado, o que no te presto atención… Tú eres lo más importante para mí, y no quise lastimarte―. Le acaricio el casco de la cabeza antes de continuar―. Después de todo lo que hemos pasado, quería que tú vivieras una adolescencia normal, sin presiones, sin miedo… Poder darte todo lo que necesitas, y más, porque te lo mereces…― El menor lo miro con ojos llorosos, la culpabilidad hacia acto de presencia una vez más―. Eres lo más importante para mí, quiero que seas feliz, que confíes en que siempre estaré para ti.

―…― Se sorbio la nariz, las palabras de Law lo calaron de lleno.

―Ven aquí―. Lo abrazo con fuerza, sintiendo al pequeño temblando levemente―. Ahora duérmete ¿vale?

―S-si…― Una transpiración fría comenzó a caer por su frente, no quería ir a la escuela, tenía miedo.

―Acuéstate―. Asintió y obedeció, el mayor lo arropo bien, y le dio un beso en la frente.

 

Law se alejo lentamente, apagando la luz, pero no se fue. Miro de reojo a su hermano, preocupado.

Algo le estaba pasando, y presentía que era grave. Pero, ¿qué era?

Hablaría con su amiga y psicóloga del hospital, quería saber que podía hacer, como actuar.

 

―Mañana, a primera hora―. Susurro antes de marcharse, cerrando la puerta tras de sí.

 

 

Mansión de la familia Vinsmoke, al norte de Sabaody.

 

Agotados, esa era la palabra que definiría mejor el estado en el que se encontraban.

En cuanto llegaron a la gran mansión, cada uno se marcho a paso lento a sus habitaciones. Por alguna razón, que realmente no les interesaba, no había empleados merodeando por el lugar.

Sinceramente, les convenía.

Después de todo, si los veían, era probable que ellos le informaran a su padre sobre su visita para dormir, y no querían tener problemas.

No hablaban entre sí, estaban tan cansados que se mantenían en un silencio sepulcral.

 

―¡Gaaaah!― Oyeron a Niji estirándose ruidosamente, al segundo bostezo como si no hubiera un mañana―. Buenas noches…― Se metió a su habitación, ignorando por completo todo lo demás.

―Adiós―. Yonji repitió la acción metros después.

 

Ichiji solo se mantuvo en silencio, entrando a su cuarto y cerrando con petillo. Estaba tan cansado que se tiro a la cama, literalmente.

No tenia fuerzas ni para sacarse la ropa, así que opto por despojarse de su capa, pañuelo y botas.

 

―Dios mío…―Por suerte no tenia dolor de cabeza, pero presentía que no podría mantener abierto los ojos por mucho tiempo más.

 

De repente, sin saber por qué, la imagen de Katakuri invadió su mente.

Se preguntaba la razón por la cual cambio tanto su relación desde que se conocieron hasta ahora, pasando de un trato frio a incluso sonreír en su presencia.

 

―Sanji… ¿tú que harías en mi lugar?― Pregunto al aire, aunque sabía que era inútil porque no recibiría respuesta alguna.

 

Se levanto de la cama, con mucho esfuerzo, y se dirigió a la ventana. Sus ojos se enfocaron al cielo, oscuro y despejado, suspirando con pesadez.

 

―No puedo ser feliz ¿verdad? No me lo merezco ¿cierto?― Inquirió con un dejo de tristeza―. No después de lo que te hice…

 

La imagen de un niño rubio, pequeño y sonriente asalto su cabeza.

 

―Fui tan estúpido…― Una silenciosa lagrima descendió por su mejilla, perdiéndose en la oscuridad de la noche―. Incluso padre me lo dijo, mi castigo por lo que hice será ser infeliz toda la vida.

 

Su cuerpo inerte, lastimado y herido fue la ultima imagen que tuvo de él.

Hasta ese momento nunca había sentido lo que era la conciencia, y jamás se perdonaría por aquello.

 

―Fue un accidente…― Cerro los ojos con fuerza, las lagrimas bajaban con abundancia―. Pero nunca podré perdonarme…

 

No podría quitarse la culpa de lo que sucedió, las consecuencias del juego fueron demasiado graves, aún cuando en realidad no quiso lastimarlo.

Fue su culpa, porque vivía molestándolo por considerarlo débil, y en su intento que se volviera más fuerte…

Lo asesino.  

 

 

Mansión de la familia Vinsmoke, habitación de Yonji.

 

Sus ojos se mantenían fijos en el techo, estaba cansado, pero no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, la imagen del pequeño hermano del doctor Trafalgar aparecía.

Debía admitirlo, el condenado era tierno y atractivo.

Sin embargo, la ternura era algo que él detestaba, odiaba las cosas dulces y esponjosas, mullidas o adorables.

 

―Claro que si―. Pero ese chiquillo tenia algo que le llamaba la atención, algo que le gustaba y causaba sensaciones desconocidas para él.

 

¿Se estaba volviendo loco? ¿Hacia tanto que no estaba con alguien que ya fijaba sus ojos en un niño?

 

―Bueno, ni que hubiera estado con tantos…― Rio ante eso, porque era verdad.

 

Judge siempre se mantuvo firme ante su idea que las amistades y relaciones eran una porquería que no servían de nada, lo único importante para él era el poder y su dinero.

Cuando estaban en el instituto les dejaba tener amistades sin compromisos, entiéndase derecho a rose, pero una vez que finalizaron sus estudios secundarios, los metió de lleno en el equipo del EILA.

Ya no tenían vida fuera de su trabajo, a tal punto que ya ni se acordaba de los nombres de los poco amigos que tenía.

 

―Si es que alguna vez los tuve…― Lo dudaba, realmente no sabía quien si lo fue, y quien solo estaba con ellos por interés.

 

Suspiro.

¿Por qué se ponía a pensar en eso ahora? ¿Qué ganaba taladrándose el cerebro así?

 

―Oh, claro…― El pequeño castaño que, de alguna forma que desconocía, lo cautivo.

 

Cerro los ojos, con la imagen del chico en su mente, durmiéndose casi de inmediato.

La sonrisa pegada en su rostro, junto a su expresión de felicidad, seria atestiguado solo por la oscuridad de la noche.

 

 

Mansión de la familia Vinsmoke, habitación de Niji.

 

Miraba su celular con insistencia, bajando por el inicio de Facebook. No sabia que hacer, aun con su mente agotada no quería dormir, estaba inquieto y nervioso.

Su corazón dolía, y no sabía por qué.

Sentía un vacío en el pecho que no podía explicar, desde aquella tarde que vieron a los hermanos.

No quiso mostrarlo ante su familia ni superiores, pero algo lo desasosiego al ver al chico rubio.

¿Por qué?

Solo una vez en su vida había sentido algo así, cuando era pequeño y dejo su ciudad natal atrás.

 

―¿Qué me pasa?― Se toco la nariz inconscientemente, siendo cuestión de milisegundos en que el dolor nasal lo invadiera―. ¡Mierda!

 

Aún con el antinflamatorio, que servía mucho, debía evitar hacer contacto directo con su nariz.

 

―Debo tranquilizarme…― Bloqueo el celular, dejándolo sobre la mesita de luz―. Debe ser el cansancio.

 

Con eso en mente, pero nada convencido, cerro los ojos. Tiempos difíciles se avecinaban, así que debían estar al cien por cien, y no podía estancarse con pensamientos inservibles.  

 

 

Poco tardarían en darse cuenta que el pasado volvería a cobrarles factura, porque la vida da muchas vueltas y el karma no olvida.

 

Al fin y al cabo, no se puede predecir lo que pasará en el futuro.

 

 

Continuará…


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