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Sálvame por Akashi_Male

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Era relativamente temprano, pasadas las nueve de la mañana, y el ambiente en el despacho de Monkey D. Garp se sentía pesado.

Ace y Sabo lo miraban fijamente, sin parpadear, esperando sus respuestas. Querían saber, querían enterarse, ellos estaban en todo su derecho de conocer la verdad.

 

―Yo no lo sabía…― Empezó a hablar con voz temblorosa―. Tuve una discusión muy fuerte con Dragon y estuvimos cinco años sin hablarnos, por lo que no presencie sus nacimientos―. Los hermanos se miraron entre sí, sintiéndose apenados por su abuelo―. Cuando nos arreglamos, y los conocí, ustedes ya tenían tres años y Luffy estaba recién nacido…

››Siempre me llamo la atención las diferencias físicas entre ustedes, pero nunca indague mas en ello, para mí son mis nietos y eso es mas que suficiente. Lo siento si suena egoísta, ahora que sabrán la verdad ojalá no dejen de verme como su abuelo…

Las reglas son claras, los únicos que pueden tomar el mando de un Clan como el de Dragón deben ser sus hijos directos, en caso de tener mas de uno deberá ser el primogénito. Así que ibas a ser tú, Ace…

Pero, luego de todo lo que pasó nos enteramos que Sabo y tú tienen la sangre manchada, es decir, que no son hijos biológicos de Dragón. Mandamos a hacer pruebas de ADN de los tres, y descubrimos que Luffy es el único que tienen lazo sanguíneo directo con Dragón, Ace es solo hijo de Rouge y Sabo… No eres hijo biológico de ninguno de los dos.‹‹

 

Garp bajo los ojos, ahora lo sabían. Ya sabían uno de los secretos que su hijo se llevó a la tumba.

 

―¿Qué?― El rubio sintió como su pecho se hundía al escuchar eso―. ¿Eso quiere decir que yo…?― El peliblanco asintió, afligido―. Soy adoptado…

―Sabo…― El castaño intento tocarle el hombro, pero el chico lo rechazo violentamente―. Hermano…

―¿Hermano?― Lo miró furioso―. ¡YO NO SOY TU HERMANO! ¡NO ME LLAMES ASI!― Se quedó callado al escucharlo, totalmente anonado―. ¡¿Cómo pudieron?! ¡¿Con que derecho me mintieron con algo así?!

―Lo siento…― Garp no sabia que decir, no tenia con que defenderse, el enojo de su nieto era comprensible.

―¿Lo sientes?― Sonrió de forma burlesca, una burla triste―. No sabes cuanto lo siento yo…― Se levantó de forma brusca, saliendo del lugar dando un portazo.

―¡Sabo, espera!― Ace lo siguió a pesar de los ruegos de su abuelo―. ¡No te vayas así, detente!

 

El escandalo era tal que toda la estación se dio cuenta que algo pasaba, empezando a murmurar al ver a los hermanos.

 

―¡¿Qué quieres?!― Exclamó enojado―. ¡Déjame en paz, no quiero verte!― Para ese punto todos los ojos estaban sobre ellos, incluidos los de Marco, quien se posiciono detrás de Ace.

―No me trates así, yo no tengo la culpa―. Pidió con ojos tristes―. Entiendo como te sientes, pero―. No pudo terminar la oración porque sintió un fuerte golpe en la mejilla que lo tiró al suelo.

 

Todos se quedaron en silencio, no pudiendo creer que Sabo había golpeado a su hermano. Nadie paso por alto la mirada de odio del rubio, sorprendiéndose aún más.

Marco se apresuró a agacharse a la altura de su novio, agarrándolo por los hombros y fijando sus ojos en el menor con total confusión.

 

―No digas que me entiendes cuando no lo haces―. Lo observó con mucho desprecio―. Tú al menos a sabes quien es tu madre, yo ni eso. No trates de comprender Ace, porque no lo harás―. Le dio la espalda, una sonrisa de completa desolación surco su rostro―.  Mira, en un segundo me he quedado sin abuelo, sin padres, sin hermanos. Estoy completamente solo―. Una lagrima bajo lentamente por su mejilla―. Solo―. Sin pensarlo dos veces, salió de la estación sin volver a mirar a nadie.

―Sabo―. Quiso ir en busca del chico, pero Marco se lo impidió―. ¡Tengo que ir con él!― Exclamó, el rubio solo ladeo la cabeza.

―Vamos―. Lo ayudo a levantarse, luego lo llevo hacia el despacho que compartía con su mejor amigo.

 

Por su lado, hubo una persona en particular que presenció todo, y quien se dio cuenta en ese momento que las palabras del segundo hijo de Monkey D. Dragón podían significar más de lo que parecía.

Algo que le decía que debía indagar de inmediato, por lo que llamo a sus hermanos para una reunión urgente.

 

 

Departamento de Charlotte Katakuri.

 

Se despertó cuando escuchó el tono de su celular que marcaba una llamada entrante, tapándose los oídos para que ese maldito ruido desapareciera, pero quien quiera que fuera era demasiado insistente.

 

―¿Hola?― Respondió de malhumor, dando un largo bostezo.

¿Sigues durmiendo?― La voz de su hermano menor resonó al otro lado―. Bueno, no importa. Reunión urgente en la estación, ya he avisado a Reiju, ven rápido.

―Vale―. Miró hacia atrás, dándose cuenta que Katakuri no estaba en la cama―. Estaré ahí en un rato―. Sin más, colgó.

 

Se levantó en busca de su novio, sin éxito alguno. ¿Ya se había ido a la estación? ¿Por qué no lo esperó?

 

―Oh…― Vio una nota pegada en la heladera, por lo que la agarró y comenzó a leerla.

 

¨Ichiji, sé que te sorprenderás cuando leas esto y quizás no lo entiendas. Debo irme por un tiempo, se me asigno una misión especial y no podía decírselo a nadie. Lamento habértelo ocultado, pero es de suma discreción dado la magnitud.

Ojalá me perdones, y te mantengas a salvo. Por favor no trates de averiguar mi paradero, es muy peligroso. No quiero que estés en más riesgo del que ya estas.

Si en algún momento puedo, me pondré en contacto contigo. Te pido que no lo intentes tú ¿vale?

Una cosa más: no le digas a nadie sobre esto.

Te amo, no olvides nunca.


Katakuri.¨

 

Se quedó estático al leer aquello. La nota sonaba a una especie de despedida, la misión a la que fue encomendada debía ser muy peligrosa, tal como aseguraba.

 

―Idiota…― Se preguntaba a donde lo habrían mandado, rogaba que no fuera al Bajo Mundo.

 

Brr. Brr.

 

Se apresuró a ver su celular cuando vibro, pero se desilusiono al ver que era un mensaje de su hermano diciéndole que se apresurará.

 

 

En alguna parte de Sabaody.

 

Sinceramente ya estaba harto, toda la situación lo ponía de malas. Cada vez que salía debía ser seguido por el sequito de hombres que su abuelo contrató para su seguridad, se sentía prisionero siempre que quería dar un paseo.

 

―Tsk…― Hizo un mohín tratando de mostrar su molestia, pero era algo inútil porque eso no cambiaría las cosas. Estaba a dos pasos de volverse loco.

―¿Luffy?― Se giró al escuchar su nombre, encontrándose a alguien que conocía muy bien―. ¡Luffy, hola!

―¡Chopper!― Sonrió alegremente, al fin alguien con quien poder hablar en esa mala mañana―. ¿Cómo estás? ¿A dónde ibas?― Preguntó con curiosidad al reparar en la mochila del castaño.

―A la biblioteca―. Respondió con una sonrisa―. ¿Y tú?

―Dando una vuelta, me cansé de estar en mi casa―. Río levemente―. ¿Luego veras a Torao?― Inquirió con nervios, cada vez que hablaba del pelinegro mayor se ponía de esa manera.

―Sip, iremos a almorzar―. Contestó sin pasar por alto la expresión de su amigo―. ¿Te gustaría ir con nosotros?― El rostro del chico se iluminó al escucharlo.

―¡Claro! ¡Me encantaría!― Chopper sonrío, no había mejor partido para su hermano que Luffy. Ese chico era especial, y notaba que ambos se gustaban.

―Vale―. Sacó una hoja y una lapicera de su mochila, luego anotó algo―. Esta es la dirección, ¿a las doce te parece bien?― El mayor asintió frenéticamente.

―¡Si! Shishishishishi~

―Genial, nos vemos entonces―. Se despidieron antes de que cada uno siguiera su camino.

 

Camino a la biblioteca, Chopper no podía sacar su expresión de felicidad absoluta. Las cosas no podían ir mejor, tenia un novio que lo amaba, un hermano que lo adoraba y lo protegía, y había hecho amigos. ¿Qué más podía pedir? ¡Tenía todo y más!

 

―La vida me sonríe―. Se dijo sin borrar su expresión, entrando por fin al gran edificio.

 

Sin embargo, no reparó en el hombre que lo estuvo siguiendo todo el camino.

 

―Así que eres amigo de Monkey D. Luffy, interesante―. Sonrió macabramente―. Serás marica, pero de algo me servirás.

 

 

Estación de Policía de Sabaody.

 

Ya le había curado la herida en la mejilla, y su novio le contó que fue lo que pasó. Ahora estaban en completo silencio, mirándose uno al otro, sin hacer movimiento alguno.

 

―El enojo de Sabo es compresible―. El rubio rompió el incomodo silencio―. Luego de todo lo que han pasado, enterarse de algo así lo debe haber terminado de destruir.

―¿Crees que no lo sé?― Ace frunció el entrecejo―. ¿Pero que culpa tengo yo?― Marco suspiró, ladeando la cabeza levemente.

―Ninguna―. Sentenció―. Pero, en alguien tenía que sacar su enojo, y lamentablemente fuiste tú―. La mirada del castaño era de total tristeza.

―¿Por qué? ¿Por qué nos mintieron de esta forma?― Inquirió, sus ojos estaban cristalinos―. No entiendo… ¡No logro comprenderlo!― Se tapó el rostro con ambas manos, las lagrimas comenzaron a caer en abundancia.

―…― El mayor se acercó a él, abrazándolo con fuerza.

 

¿Quién era? ¿Quién demonios se suponía que era? ¿Quién era su verdadero padre? ¿Por qué ocultaron todo?

 

 

Spiders Café, Dressrosa.

 

Los observaba desde el minuto uno, estaba completamente segura que jamás habían ido ahí, nunca los había visto.

Tres hombres.

El primero extremadamente alto, fornido, cabello corto, puntiagudo y granate claro, ojos del mismo color, párpados caídos, ojeras, cejas arqueadas y largas pestañas. Desde sus sienes nacían dos largas cicatrices cosidas que atravesaban la parte inferior de su cara.

Vestía una chaqueta de cuero negra sin mangas, desabrochada y con el rostro de una calavera en la parte posterior, unos pantalones del mismo material repletos de herraduras y sustentados por un cinturón de calavera, unas botas con carlancas y espuelas, guantes negros y una característica bufanda de plumas abultada que cubría su boca y alcanzaba sus hombros. En su brazo izquierdo lucía un tatuaje rosa en el que se aprecia el rostro de una calavera, y, en la parte izquierda de su torso, cuatro líneas tatuadas verticalmente que cruzaban su pectoral, también de color rosa

 

El segundo era un hombre alto y corpulento. Llevaba una característica mascará, por lo que era imposible saber sus rasgos faciales, pero se podía apreciar que tenía el cabello largo y rubio. También llevaba unos pantalones vaqueros y una camiseta sin mangas de color azul con lo que parecía ser su propia Jolly Roger.

 

El tercero era un hombre pálido, alto y musculoso con el pelo de un color rojo anaranjado similar al de una llama. Su nariz poseía una forma particular, siendo puntiaguda y contando con pequeños salientes en ambos lados. Sus uñas estaban pintadas de color rojo oscuro, y sus labios del mismo color. Sus ojos eran anaranjados.

Algo que le llamo mucho la atención fue la carencia de cejas en el rostro del sujeto.

Estaba vestido de forma extravagante, llevando un pantalón estampado de color amarillo y negro con una franja roja, botas negras y una banda azul bajo un cinturón verde en cuyo centro se encontraba una placa dorada circular con el dibujo de un trébol de cuatro hojas. También tenía una bandolera negra fina repleta de tornillos minúsculos de donde colgaban una pistola de chispa y una daga con empuñadura de estilo japonés. Así mismo, poseía brazaletes de oro alrededor de ambas muñecas. Llevaba unas gafas de ingeniero de forma cuadrada en su frente y un gran abrigo de piel sobre su musculoso torso desnudo, adornado con clavos alineados en la zona de los hombros y corchetes.

 

 

 

Continuará…


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