Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esa cosita tonta llamada amor por zandaleesol

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Esa cosita tonta llamada amor

Disclaimer: Los personajes todos son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo beneficio económico.

Parejas: Draco/Harry

Clasificación: R

Advertencias: Post Deathly Hallows. EWE (Sin epílogo)



Capítulo 2. Aún te amo


Draco despertó sintiendo un tremendo dolor de cabeza. Poco a poco la bruma en su cerebro empezó a disiparse y recordó lo sucedido. Estaba tendido en el sofá de la habitación que compartía con Harry. Se incorporó bruscamente y le vio acostado en la amplia cama. Parecía dormido. De inmediato recordó las palabras del sujeto que les tenía prisionero, y con avidez intentó buscar con la vista alguna señal de violencia que le indicara que sus secuestradores habían cumplido su amenaza.

-Harry, por favor despierta -pidió el rubio cuando comprobó que seguía atado con un hechizo y no podía levantarse del sofá.

No tuvo respuesta.

-Harry, lo siento. No sé qué hacer para sacarnos de esta situación…

La puerta de la habitación se abrió de golpe interrumpiendo las palabras del rubio.


-Ah ya despertaste. Les traje hasta aquí para que estuviesen más cómodos.

-¿Qué demonios le hiciste a Harry?

-Aún nada. Pero lo haré no te quepa duda. No pienso marcharme sin vengarme del Auror Potter.

-Eres un miserable cobarde, un fracasado que…


El hombre pareció perder el color a causa de la furia. Sacó la varita y le apuntó a Draco.


-No te atrevas a llamarme cobarde y menos fracasado. No soy nada de eso. El único cobarde aquí eres tú rubito, tú eres un fracasado. Yo perdí a mi esposa por causa de una injusticia, jamás le hubiese dejado por voluntad propia. En cambio tú, le juraste amor al Auror Potter, fidelidad y que le harías feliz y, ¿qué has hecho? Vas a abandonarlo por otro. Le fallaste, no cumpliste ninguna promesa. Tú sí que eres un cobarde, prefieres abandonarlo que esforzarte por hacerle feliz.


Draco se quedó sin habla. Nunca hubiese esperado que un delincuente que además le secuestraba le hablase de ese modo, recriminándole su proceder.


-Pobre Auror Potter, un héroe como él se merecía algo mejor.

-¿Y no se supone qué lo odias?

-Sí. Pero eso no significa que no le reconozca los meritos que tiene. Es una pena que su vida esté por acabar.


Draco sintió un tirón en el estómago.


El sujeto se recostó al lado de Harry y le dio una mirada apreciativa.


-Es realmente atractivo. De seguro que muchos darían cualquier cosa por estar en tu lugar rubito -dijo el hombre dándole una rápida mirada a Draco -. Pero ahora seré yo quien tomará este cuerpo tan seductor y lo disfrutaré en grande. Será mejor que le despierte porque deseo que esos hermosos ojos verdes me miren cuando esté follándole bien duro.

-Por favor, te lo suplico…
-¿Me suplicas? -preguntó con una sonrisa torcida el hombre, luego miró a Harry otra vez y pasó la mano por su mejilla -. Lo siento, pero no cambiaré de parecer porque una suerte como esta no se presentará dos veces y no soy tan idiota como para...


Las palabras del hombre se quedaron en suspenso porque un fuerte estruendo se escuchó en la planta baja.


-¡Qué demonios! -exclamó airado el sujeto y salió de la habitación a toda prisa.


Draco miró con desesperación en todas direcciones buscando una salida a esa situación.


-Harry, por favor despierta. Tenemos que salir de aquí, por favor ayúdame, si ese sujeto cumple su propósito no tendré otra opción que convertirme en asesino, porque no descansaré hasta encontrarlo y… -sollozó el rubio -. Harry, perdóname por todo esto. El miserable en algo tiene razón. Soy un fracasado. Te fallé en todo. No supe hacerte feliz, ni siquiera puedo darte el hijo que tanto deseabas. Lo siento. En realidad nunca estuve a tu altura Harry. Nunca te merecí. Es cierto que he sido cobarde, me rendí, dejé de luchar por nosotros, como siempre busqué el camino fácil, largarme con otro parecía más sencillo que seguir a tu lado, sintiendo cada día que no te merezco. Cuando éramos niños te odié porque me negaste tu amistad, pero después de la guerra cuando comprendí que el pasado entre los dos estaba sellado y que tenía una nueva oportunidad contigo, fui tan feliz. Oh Harry, no sabes cuánto deseaba significar algo en tu vida. Nunca deseé algo con tanta fuerza. Cuando dijiste que me ambas fui el ser más feliz, quería darte el mundo y más, pero nada sucedió como yo lo soñé. Y míranos ahora, estamos aquí, en manos de ese loco que desea lastimarte y al que yo deberé matar. No sabes lo que daría por una segunda oportunidad de…


Harry se removió y Draco se quedó estático.


-Harry… estás bien, por favor háblame.


El moreno se movió un poco en la cama y miró medio confuso en todas direcciones y cuando fijó su vista en Draco, se sorprendió.


-Draco, ¿qué pasó?

-No lo sé Harry. Ese sujeto me desmayó y no sé qué te hizo a ti.


Harry se tocó brazos y piernas.


-No me duele nada, parece que solo me dio algo, tengo la visión borrosa y la cabeza pesada como si hubiese dormido un siglo -dijo el moreno -, y dónde está ese loco…


-Algo pasó, se escuchó un estruendo… tenemos que conseguir una varita, es el único modo de librarnos de esos sujetos.


El moreno se sentó en la cama y miró en todas direcciones.


-Me quitó las dos varitas, pero eso no será impedimento para que le dé lo que se merece.

-Por favor, no hagas nada Harry, no quiero que te lastime.


El muchacho de ojos esmeraldas volvió la cabeza y miró con atención al rubio.


-Pensé que no te importaba.

-Me importas, siempre has sido importante.

-Por eso te vas con otro.


El rubio bajó la mirada.


-Harry, no merezco tu amor, nunca lo merecí. Sé que te decepcioné. No tengo derecho a esperar que me perdones.


Harry solo guardó silencio.

-Debemos buscar el modo de salir de aquí… Algo ha pasado, todo está demasiado silencioso.


Harry caminó hacia la puerta y la abrió. Todo continuaba en silencio.


-Iré a ver…

-No, por favor Harry, no lo hagas.

-No te preocupes, regresaré enseguida.


Draco gritó con desesperación, pero Harry no le hizo caso.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Draco no supo cuánto tiempo transcurrió desde que Harry salió de la habitación y después escuchó que alguien subía la escalera corriendo. Cerró los ojos esperando que fuese Harry.


-Malfoy…


Una voz que no era la de Harry pronunciaba su nombre aunque de todas formas la conocía muy bien.


-¿Weasley? -preguntó sin poder creer que le alegrara tanto ver al pelirrojo.

-¿Qué demonios ha pasado aquí Malfoy?

-Unos sujetos entraron en casa y Harry… dónde está, está bien.

-Sí, está bien.

-¡Maldicion! ¿Qué esperas Weasley? Quítame este maldito hechizo -apremió el rubio.


Ron lo hizo con un leve movimiento.


-Harry… -murmuró el rubio y salió corriendo del cuarto. Como una exhalación bajó las escaleras y estuvo en un dos por tres en la sala.


Se quedó de piedra con la escena. Harry sentado en el sofá con un vendaje en la mano y de pie mirando todo con aire compungido, su joven asistente y amante.


Harry mantenía la vista fija en la chimenea. Varias cosas estaban destrozadas como si hubiese habido una explosión. No había rastro de los sujetos que habían entrado a la casa. Sin embargo Draco solo miraba atónito a su joven amante. El chico reaccionó y corrió para abrazarlo, pero el rubio le rechazó.


-¿Qué haces aquí? ¿Qué ha pasado?

-Draco, no llegaste… nuestro Traslador internacional se activó y tú no llegaste, vine para saber que había pasado contigo y me encontré con tres sujetos que me ataron y me metieron en el baño.


Draco no sabía que decir. Nunca pensó en tener en la misma habitación a Harry y a su amante.


-Harry estás bien, qué te pasó en la mano -dijo Draco sin prestarle atención al muchacho.

-Estoy bien, unos de los tipos me empujó y al caer me fracturé la mano, pero Ron ya me curó.

-Draco, qué ha pasado -insistió el muchacho.


Draco apenas le miró un segundo.


-Esos tipos querían hacerle daño a Harry y… ¿qué pasó con ellos?

-Se escaparon -respondió Ron detrás de Draco.


El rubio se volteó.


-¿Qué pasó Weasley?

-Pasó que Harry había quedado de venir a cenar a casa contigo, pero no llegó y decidí asomarme a la chimenea para preguntarles si vendrían o no y escuché voces que no eran las de ustedes. Usé la aparición y entré por atrás y vi a unos sujetos de mal aspecto y ustedes por ningún lado, me hice una idea de lo que pasaba. Tuve que usar una Bombarda, luego llegó otro sujeto que me dio con un Experliarmus, pero luego llegó Harry y le dio un empujón sorpresivo, el tipo logró escapar.

-¿Por qué no llamaste a los Aurores enseguida? -preguntó Draco.

-Soy Auror -respondió Harry desde el sofá.


Draco lo miró.


-Tienes que ir San Mungo para que te revisen la mano.

-No fue nada, estoy bien -contestó Harry con tono cortante.


Draco miró a su amante.


-Draco, aún no me dices qué sucede.


El rubio miró otra vez a Harry. Y se acercó a su asistente.


-Será mejor que te marches, después hablaremos.

-¿Después? ¿Y nuestro viaje a París?


El rubio se sorprendió.


-Es que no ves lo que ha pasado aquí. Unos sujetos entraron a la casa y quisieron lastimar a Harry.

-Pero eso no es tu problema Draco. Tú y yo, iremos a París.

-Por favor, como voy a pensar en ir a París después de esto.

-Pero tú me amas y vas a dejar a Harry. Me lo prometiste.


Draco miró a Harry y luego a Ron. En realidad la reacción que más le preocupaba en ese momento era la del pelirrojo. Este arrugó el ceño y le miró como si fuese a enviarle una maldición en ese instante.


-¿Cómo qué amas a este? -preguntó Ron mirando con fiereza al joven asistente de Draco -. ¿Piensas largarte con él y dejar a Harry?


Draco tragó saliva. Miró al muchacho de ojos azules que tenía delante.


-Lo siento, pero no iré a París contigo -dijo el rubio volviendo su mirada a su asistente -. Me quedaré… con Harry.

-Puedes irte si eso deseas, ya no intentaré detenerte -fue la respuesta del moreno.

-Hace unas horas no querías que te dejara, dijiste que harías cualquier cosa por evitarlo.


Ron miró a Harry de modo extraño.


-Es cierto, pero… estaba equivocado -susurró apenas el moreno.

-Draco -llamó el asistente.

-Lo siento -respondió el rubio mirando al muchacho -. Estaba equivocado. Creí estar enamorado de ti, pero no es así. La verdad es que amo a Harry, es al único que he amado en mi vida, lo lamento.


El joven miró al rubio con ojos incrédulos y tristes.


-No sé cómo pude pensar que dejarías a Harry. Todo este tiempo no ha sido más que una mentira, solo me estuve engañando. El es un héroe en el mundo mágico y yo soy solo un asistente.

-No se trata de quien sea que. Ese sujeto que entró en la casa me hizo recordar que es lo que más me importa en la vida -dijo Draco dirigiendo su vista hacia Harry.


El joven asistente solo asintió y se quitó un anillo que llevaba al dedo.


-Ya no tiene sentido que siga usando esto -dijo entregándoselo a Draco y se dio la media vuelta para marcharse. Le dio una mirada rápida a Harry que continuaba en el sofá con la vista fija en la alfombra -. Les deseo suerte y espero que se den una segunda oportunidad.


Ron miró de modo asesino al joven, éste le dio una mirada al rubio por última vez y luego salió por la entrada principal.


El silencio se hizo más denso. Fue Ron quien reaccionó primero.


-Harry, ¿estás bien? -preguntó el pelirrojo.


Harry levantó la mirada hacia su amigo.


-Sí Ron, estoy bien.

-¿Estás seguro? -insistió el muchacho.

-Sí.


Ron miró a Draco.


-Siempre supe que no te merecías a Harry, eres un miserable que…

-Ron, por favor… -cortó el moreno.


Ron negó con la cabeza.


-No vale la pena Harry… no debiste…

-Ya basta Ron, solo yo puedo decidir que vale o no la pena.

-Está bien. Será mejor que me marche -dijo Ron y luego dirigió su mirada hacia Draco -. Solo una cosa te digo Malfoy, no te atrevas a lastimar a Harry otra vez, porque si lo haces voy a sacarte el alma a Crucios.


Si Draco se tomaba en serio esa amenaza nunca lo admitiría, solo miró a Ron con el ceño fruncido.


El pelirrojo entró a la chimenea sin mirar atrás.


Harry permaneció en el mismo sitio con los ojos bajos. Draco con paso lento fue a sentarse a su lado. Pasaron unos segundos más en silencio, hasta que finalmente el rubio se armó de valor para hablar.


-Harry, lamento todo esto.

-¿Qué es lo que lamentas Draco, haberme engañado o querer abandonarme por uno con diez años menos?

-Siento haberte engañado, haber roto mis votos de fidelidad. Pero no sabía en qué pensaba, me convencí de que ya no te amaba.

-¿Por qué?

-No lo sé.

-Creo que sí lo sabes. No pude darte lo que tanto deseabas. Un heredero.

-No Harry, no es así.

-Cuando nos casamos tenías muchas expectativas con respecto a nuestra vida. Nada ocurrió como lo planeamos.
-Harry no he dejado de amarte, creía que sí por eso iba a marcharme, pero ese sujeto me hizo darme cuenta de muchas cosas.

-¿Qué cosas?

-Aún te amo. Pero me siento un fracasado. Tú merecías ser feliz Harry, y yo no te hice feliz a pesar de haberlo jurado. No cumplí. Eres Harry Potter, el que venció a Voldemort cuando solo tenía diecisiete años. El mundo mágico te admira, hasta ese criminal que decía odiarte en cierto modo siente admiración por ti. Me recordó un montón de cosas que yo había olvidado. Dijo que yo era un cobarde, que prefería huir con otro a quedarme a tu lado y esforzarme por hacerte feliz y, es cierto. Me convencí de que ya no te amaba porque era más fácil eso que sentir a diario que no te hacía feliz.

-¿Qué te hizo pensar que no me hacías feliz?

-Si hubieses elegido a otro y no a mí, tal vez serías padre.

-Siempre quise ser padre, deseaba una familia, mi familia, pero la quiero contigo, no con otro.

-Pero no pude darte esa felicidad Harry. Tu enfrentamiento con Voldemort te dejó secuelas, no puedes cargar en tu cuerpo un bebé y yo tampoco puedo hacerlo. Soy un absoluto inútil.

-No digas eso, porque no es cierto. El que se sentía inútil era yo, porque tampoco podía engendrar un bebé en ti.

-Aun así lo lamento. No he sido buen esposo, te fallé. Ojala pudiese retroceder el tiempo.

-Para que retroceder el tiempo si nuestra vida es buena ahora.

-Mi vida sería buena si no hubiese cometido tantos errores, y sin eso no tendría que sentirme avergonzado cada día por no hacerte feliz.

-Me has hecho feliz Draco. He sido yo quien no se ha sentido bien durante estos diez años… no podía concebir un bebé y tampoco embarazarte y eso me ha causado mucha tristeza.
-Harry, hace años atrás me hablaste de la posibilidad de adoptar y yo me negué en rotundo. He sido muy egoísta. Si pudieras darme otra oportunidad… yo haría lo que fuera por hacerte feliz.

-Me estás diciendo que serías capaz de aceptar ser el padre de un niño que no fuera de tu sangre.
-Sí. Sería capaz. Si eso te hiciera feliz… yo también podría serlo.

-Draco, no sé qué decirte, me sorprendes. Yo no tuve padres, me hubiese gustado crecer en un verdadero hogar. Dumbledore una vez me dijo que cualquier familia de magos se hubiese sentido honrados de criarme como a un hijo, pero él debió negarse a ello, para protegerme. Por eso me envió con mis tíos ¿Estás seguro de que eso deseas? ¿Cómo puedo estar seguro de que no querrás irte con un chico más joven otra vez?

-No volverá a suceder Harry, te lo juro. Si me das otra oportunidad, te juro que pasaré el resto de mi vida esforzándome por ser digno de ti.


El muchacho moreno miró fijamente al rubio.


-Siempre supe que no podías estar realmente enamorado de ese mocoso.

-Es cierto, no lo estaba -se apresuró a responder el rubio -. Estaba confundido, te amo a ti Harry, eres al único que he amado siempre.

-Lo sé. Durante años no pudiste perdonarme que te rechazara y prefiriera a Ron. Entonces ya me quería, pero eras muy orgulloso como para aceptarlo.

-Sí, te quise desde la primera vez que te vi, pero tú preferiste a Weasley. Nunca he podido superarlo.


Harry se rió.


-Me encanta que aún sientas celos de mi mejor amigo -contestó Harry con tono alegre, pero enseguida se puso serio y agregó -. Yo te amo… jamás podré amar a otro.


Draco cerró los ojos no creyendo que fuese posible tener tanta suerte. Harry sin dudarlo un segundo le daba una nueva oportunidad. Se juró en ese momento que nunca más le fallaría a quien era su verdadero amor, su único amor.


-Gracias Harry, gracias por esta segunda oportunidad. Jamás lo lamentaras, te lo juro.

-Lo sé Draco. Siempre he sabido que lo nuestro vale la pena. Tú y yo nos amamos.

-Harry, te haré feliz, recuperaremos lo que teníamos, seremos los mismos de antes y…

-En eso te equivocas, nuestra vida será diferente ahora. No volverá a ser lo que era.


Draco miró al joven de ojos esmeraldas sin comprender y temeroso de haber malinterpretado el perdón de Harry.


-Pero Harry… acabas de decir que me perdonas.

-Lo hice Draco.

-Entonces por qué dices que nuestra vida será diferente ahora… no entiendo -dijo el rubio con el temor reflejado en el rostro.


Harry sonrió ampliamente.


-Draco, estoy esperando un bebé.


A pesar de que las palabras fueron muy claras Draco miró al moreno con expresión de incomprensión.


-No entiendo…

-Tú y yo tendremos un bebé.

-¿Qué?

-Tengo cuatro meses de embarazo -dijo Harry con la mirada brillante de emoción.


Draco se quedó atónito.


-Pero tú no podías embarazarte Harry, todos los sanadores que vimos dijeron que nunca podrías tener un bebé ni tampoco engendrarlo.

-Lo sé, es lo que dijeron todos, pero sucedió Draco, cuando ya no lo esperaba, cuando me había resignado a la idea de no tener un hijo de mi sangre… de nuestra sangre… sucedió.
-¡Por Merlín! -murmuró el rubio sin saber más que decir y de pronto pareció recordar algo -. Por eso me dijiste que recordabas perfectamente la última vez que habíamos hecho el amor, porque esa vez quedaste embarazado.

-Sí.

-¿Cuándo supiste del embarazo Harry?

-Hace dos meses.

-¿Por qué no me lo dijiste enseguida?


Harry guardó silencio por un segundo.


-Temí que no fuera bien, se suponía que yo no podía llevar un bebé en mi cuerpo y no quise ilusionarte en vano.


Draco guardó silencio. Su cerebro enseguida comenzó a sacar cuentas. Harry tenía un mes de embarazo cuando él se había involucrado con su asistente. Aunque no le gustaba mostrarse débil ni emocional, sentía deseos de llorar. Había deseado y soñado tanto con tener un hijo de Harry y, cuando la esperanza lo había abandonado para siempre su mayor anhelo se hacía realidad. Y luego pensó en algo más. Si aquel sujeto no hubiese entrado en la casa amenazando la vida de Harry, él se hubiese marchado con su amante a París ese mismo día. Muy probablemente jamás se enteraría de la existencia de ese hijo. Conocía a Harry lo suficiente, le hubiese dejado marchar, jamás le exigiría que se quedara a su lado solo por el bebé.


-Harry… lamento tanto que…

-No digas nada. Este es un nuevo comienzo.


Draco abrazó al moreno con fuerza.


-Te amo Harry, te amo más que a mi vida.


El joven de ojos esmeraldas sonrió ampliamente.


-Lo sé. Siempre lo he sabido.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


El perdón no sería completo y total si no lo concretaban en la cama. Draco temblaba de emoción mientras iba abriendo con lentitud uno a uno los botones de la túnica de Harry. En ese momento se daba cuenta con mayor certeza de lo idiota que había sido. Cómo pudo pensar que ya no sentía deseo por su esposo, cómo pudo creer que Harry había dejado de apasionarle. Las manos le temblaban cuando deslizó la túnica del moreno y la dejó caer al piso. Su estómago dio una sacudida cuando estuvo de rodillas ante Harry y pudo apreciar el insipiente bulto que evidenciaba el estado de gravidez.


Besó tiernamente una y otra vez ese montículo de vida mientras Harry le acariciaba el cabello con gentileza. En ese preciso momento no se sentía digno de semejante dicha, pero se esforzaría al máximo por hacer feliz a su esposo. La erección del moreno se levantaba ansiosa, esperando, anhelando. La posó en su mano y cuidadosamente fue masajeando. Harry echó la cabeza hacia atrás y gimió suavemente. Draco sabía cuánto le gustaba recibir ese tipo de mimos. Y lo confirmó una vez más cuando sus labios juguetearon con la punta y luego su lengua se deslizó suavemente por la hendidura natural del moreno, que gimió sensualmente. Se preguntó otra vez cómo pudo creer que ya no deseaba eso, que ya no lo necesitaba.


Celebró nuevamente que sus planes de marcharse a París se hubiesen estropeado, porque mientras engullía la ardiente masculinidad de su Harry, comprendió que en cuanto hubiese tenido la certeza de que su historia con el moreno había terminado para siempre y que no existiría posibilidad de enmendar su error, lo lamentaría el resto de su vida.


Notó que las piernas de Harry comenzaban a temblar, se detuvo por un instante y lo empujó hacia la cama permitiéndole más comodidad, para continuar enseguida con su agradable tarea. Diez años de matrimonio le daban la ventaja de saber que le gustaba a Harry, cuáles eran las caricias que le hacían explotar de placer. Existía una en especial que le volvía loco, pero no era de esas que él practicara muy a menudo. Tener el pene de Harry llenando su boca era de lo más normal, pero no se sentía igual cuando era su lengua la que follaba al moreno. Aquello le parecía extremadamente íntimo y también porque no confesarlo, algo sucio, tanto si era Harry quien se lo hacía a él como si era al revés. Las poquísimas veces que se permitió hacerlo, Harry terminó llorando de placer.


Esa noche era especial.


Sin ningún reparo, conminó a Harry a cambiar de postura. El moreno obedeció dócilmente y se puso boca abajo, enterrando la cara en las suaves almohadas. Procedió a elevarle las caderas y luego masajeó un poco los firmes y turgentes glúteos.


Harry simplemente esperó a sentir como los largos y sedosos dedos de Draco comenzaban a masajear su entrada, para luego introducirse uno a uno.


Gimió con sorpresa cuando en vez de los dedos del rubio, sintió la húmeda y ardiente lengua, que solo un instante antes había estado deslizándose por toda su longitud, rozar con delicadeza el apretado anillo de músculos de su entrada. Jadeó de asombro. Sabía que era la única cosa en lo referente al sexo que su esposo era reticente a realizar, por eso se sentía algo culpable cuando sucedía. Y aunque deseaba gritar de placer, no quería forzar aquello.


-Draco… no es necesario que hagas eso.


Hubo un breve silencio en que el rubio se paralizó.

-Quiero hacerlo Harry, necesito hacerlo.

-Draco, te perdoné de corazón.

-Lo sé. Pero quiero sentirme tuyo.

-Eres mío Draco, siempre lo has sido y siempre lo serás.

-Sí, y por eso quiero darte todo de mí.

-Ya lo has hecho… me has dado un bebé.

-Sí, pero no me basta, eres especial y único para mí, solo por ti soy capaz de esto.

-Si de verdad lo deseas… entonces hazlo -dijó Harry hundiendo el rostro otra vez en las almohadas.


Fue la gloria para Harry sentir esa lengua que humedecía y acariciaba al mismo tiempo. Debió concentrarse mucho para no dejarse ir.


Draco por su parte no se arrepintió ni un segundo, al contrario. Las escasas veces que se dio esa licencia lo disfrutó igual, pero no como ahora. En su cerebro se habían derrumbado todas las barreras y solo experimentó fascinación en el momento en que su lengua se introdujo todo lo profundo que era posible y escuchó a Harry sollozar de placer. No tuvo dudas de que el moreno seguía siendo suyo. Prolongó aquello todo lo que su propia necesidad le permitió, pero cuando sintió que ya no podía soportar más se levantó y acomodo su miembro pulsante en la dilatada entrada del moreno.


-Lo lamento Harry, pero ya no aguanto más, necesito sentirme dentro de ti ahora.

-Sí amor, sí hazlo… yo voy a…. Draco…


Harry no acabó la frase. Su cuerpo convulsionó en un espasmo en cuanto el miembro de Draco se introdujo de una sola estocada.


Draco apuró su faena, no esperaba que Harry se corriera en ese instante, pero no le molestó. Los gemidos del moreno fueron un aliciente y luego de salir y entrar unas cuantas veces con algo de brusquedad se dejó ir con un gemido muy audible. Salió de Harry unos segundos después y le besó la nuca con devoción.


-Lo siento amor -se disculpó el rubio -, siento no haber durado más, pero realmente no me pude contener.


Harry se rió mientras sujetaba las manos del rubio que le rodearon la cintura.


-Parece que hemos vuelto a nuestra primera juventud.

-¡Por Merlín! Espero que no. Éramos un desastre como amantes.

-No lo éramos. Tú y yo juntos somos perfectos.


Draco besó el hombro de Harry una vez más y luego le ayudó a recostarse en la cama. Se quedaron abrazados en silencio y sin cubrirse.


-Gracias Harry -murmuró el rubio en el oído del moreno.

-¿Por qué?

-Por todo lo que me has dado a pesar de no merecerlo.

-No tienes que darme las gracias. Necesito darte todo de mí. Si no lo hiciera creo que moriría, porque este amor que siento por ti es tan grande, tan absoluto, que si te lo negara acabaría matándome.


Draco no dijo nada. Solo estrechó al moreno con más fuerza, mientras dos lágrimas de plata resbalaron por sus ardientes mejillas.



_____o0o_____

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).