Sam salió de la cocina antes que ellos, dejando su café sin habérselo bebido, mostrando que en verdad tenía prisa por alejarse de ellos.
Natasha miró un momento la taza intacta, luego volteó a Bucky que miraba por donde Sam se había ido, soltando un suspiro casi triste. Ella lo entendía, las cosas con Sam no parecían progresar, lo estaban haciendo todo mal, tendrían que arreglarlo pronto, antes de que perdieran no sólo la oportunidad de acercarse más a Wilson, sino su amistad. No quería ni imaginárselo.
Se acercó a Bucky a la vez que Steve se ponía de pie y le hacía una seña de que ya tenían que irse, ella le asintió, espero a que el cap saliera y posó una mano en el hombro de Bucky.
—No tardaré — le avisó — Sólo tenemos que arreglar cuestiones de papeleo, responder algunas preguntas, y es todo. Cuando vuelva podremos hablar.
—Claro — Bucky le sonrió, después de le dio un beso.
Estaba subiendo al auto junto con Steve, cuando miraron a lo lejos salir a Sam del complejo. Iría a correr, como había dicho que no lo haría. Natasha no mencionó nada, sólo esperó a que ambos trajeran los cinturones de seguridad puesto y arrancó en auto. Habría que terminar pronto con sus deberes si quería regresar pronto a casa.
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Cuando Natasha volvió a casa, tanto ella como Steve, sólo encontraron a Vision y Wanda en la sala principal, así que por costumbre caminaron directamente hasta el enorme gimnasio. Lo primero que vieron fue a Bucky y Tony entrenando juntos, o mejor dicho; Bucky haciendo papilla a Stark mientras éste ya sólo se quejaba del cansancio y chorreaba de sudor. A unos tres metros estaba Sam, mirando a Bucky, tan embobado que dejó de lado el aparato de peso que estaba usando, o al menos fue así hasta que notó su presencia y se dispuso a continuar en lo suyo. Natasha sonrió para sí
—Ah, Cap, qué bueno que vuelves — exclamó Tony con alivio, yaciendo debajo de Bucky que lo tenía inmóvil — ¡Ayúdame! Aleja a este monstruo de mí.
—Vamos, Buck, ya es suficiente — Steve intervino, aguatándose la risa.
—Él me pidió entrenar con él, no puede darse por vencido tan fácil —Bucky parecía muy divertido.
—¡Llevo horas haciendo esto! — Tony continuó quejándose.
—No llevan aquí ni media hora — aclaró Sam.
—Como sea, tuve suficiente — ya no intentó luchar, por lo que Bucky con una risa se levantó dejándolo libre.
—Aquí tienes a tu princesa, Steve, rescátala — por supuesto, James quiso molestarles un poco.
—Buck — Steve usando su tono de advertencia, como si realmente hiciera efecto en Bucky.
—Mira quién habla de princesas — habló Tony, dándole una mirada socarrona —. Precisamente el sujeto con cabello de princesa.
—¿Y quién era quién esperaba por su príncipe para que lo salvara? — James continuó.
—Chicos, es suficiente — advirtió Steve — Buck, y sabes que-
—Sí, Steve, ya me sé lo que dirás: “Tony y yo sólo somos buenos amigos, no es apropiado que te refieras a nosotros así, bla bla bla y más bla”.
—Cielos. Eres tan molesto — Tony rodó los ojos — Ya veo lo que tienes que sufrir, Sam.
—Es mucho peor — contestó Sam, sin mirarlos realmente.
—Ya entiendo porqué se está alejando de ti — Tony dijo esto no tan alto, como si quisiera que sólo Bucky escuchase, sin embargo Natasha también escuchó. Notó como algo en la mueca de Bucky cambió.
—Tony, entrenemos tú y yo — propuso Steve, interviniendo antes de que ese tema se extendiera — Todavía tienes que practicar más combate cuerpo a cuerpo.
—Claro, sólo dame unos minutos para descansar, ¿sí?
Bucky ya no dijo nada más, sólo cuando pasó a lado de Natasha le sonrió suavemente y salió del gimnasio mientras arreglaba un poco su cabello. Romanoff ahora fue donde continuaba Sam, queriendo ignorar a los demás.
—Hey — llamó su atención. Sam detuvo su entrenamiento y le sonrió.
—Nat, ¿todo bien en su reunión?
—Sí, sin problemas — respondió fácil — ¿Y qué tal tu carrera?
—Ya sabes, no me resistí a salir a correr — sonrió un poco — Pero estuvo bien, tranquilo. Ahora estoy en el resto del entrenamiento.
—Supongo que no practicaste combate con Bucky.
—…No.
—¿Quieres entrenar conmigo, entonces? — propuso, en lugar de cuestionarle el por qué parecía estar evitando a Bucky.
—Por supuesto.
Natasha fue rápidamente a cambiarse con prendas apropiadas para el entrenamiento, luego del estiramiento, ella y Sam comenzaron. Falcon había mejorado muchísimo desde que se conocieron, siempre fue compete por su entrenamiento como soldado, pero ahora era mucho más ágil, fuerte y rápido para su tarea de superhéroe.
Recuerda cuando conoció a Sam; un veterano que sin más decidió ayudarles a huir de sus enemigos y luego a derrocar a Hydra. Sabría que se enfrentaría a más problemas y mejores armas de las que alguna vez conoció, y aún estuvo dispuesto a hacer lo correcto a lado del Capitán América. Todavía recuerda que su primer pensamiento ante esto fue “qué tonto”, para después pasar admirar su coraje; se sabía en desventaja y aun así enfrentó al enemigo. Y mientras pasaba el tiempo y ellos seguían conociéndose, le llegó admirar por su lealtad, supo que podría confiarle su vida. Además de todo eso, Wilson era encantador, coqueteaba incluso sin darse cuenta, pero por supuesto Natasha lo notó. Sólo que Sam nunca pasó de dicho coqueteo inocente, y aunque ella en algún momento lo correspondió, también lo hizo a un lado porque creyó que Sam estaba enamorado de Steve, lo cuál ahora sabía era tonto, es decir, ellos se adoran como amigos, pero nada más. Sabía que Sam, aunque se sentía atraído por ella, no daría el paso, y no porque le tuviese miedo como otras personas, vamos, Sam había superado eso, sino porque no querría arruinar su amistad. Ese bobo sentimiento que arruinaba muchas relaciones potenciales, pero bueno, en Sam podría estar justificado, ya que todos ellos ahora eran como una familia.
Pero cuando llegó Bucky las cosas se pusieron más interesantes. A pesar de que Steve le contó que había sido difícil encontrarlo, además de que Bucky todavía no estaba nada bien, él y Sam perecían tener bastante química. Sam era la única persona en ese entonces con la que Bucky parecía relajarse, incluso bromeaban y se fastidiaban. Había algo de magia en Sam, si lo decía de una forma muy cursi. El tipo se arriesgó, como cuando dejó que Capitán América y Black Widow entraran a su vida y la alteraran toda, ahora había dejado que Bucky, el exsoldado del Invierno que intentó asesinarle, también entrase a su vida.
Natasha esperó que Bucky la recordara, según lo que sabían, a pesar de haber estado bajo en control de Hydra, James recordaba cada cosa que había hecho, por lo que entre esos recuerdos tendría que estar ella. Y es que no sólo había sido un encuentro con el soldado del invierno, habían sido varios, quizá por eso James al principio la trataba con mucho cuidado y distancia. Hasta que un día ella decidió que bien podría intentar. James, ¿me recuerdas?, le preguntó casi cuatro meses después de que habían estado viviendo bajo el mismo techo. Bucky sólo le había asentido, con el remordimiento en su mirada. Todo va a estar bien, le había dicho para tranquilizarlo, y como una promesa de que ahora también contaba con ella para superar todo el daño.
Y así, se había roto un poco de la tensión que les rodeaba, permitiéndoles convivir sin temor, empezar de nuevo, hasta que estuvieron juntos. Todo marchaba bien entre ellos, a pesar de que todavía notaba cómo Bucky miraba a Sam, y cómo éste le correspondía aunque sin darse cuenta. También supo que Bucky notó que ella también miraba a Sam, y que él le miraba a ella. Y cuando se enfrentaron a ello, descubrieron que a ninguno de los dos les molestaba ese hecho, sobre todo porque se sabían correspondidos por Sam.
Había estado en relaciones abiertas antes, pero nunca en una poliamorosa, lo que había llevado a que ella y James hablaran mucho al respecto. Ellos estaban en una relación que se le llamaba formal, se amaban uno al otro, pero también estaban enamorados de otra persona, la misma persona, y esta personita parecía corresponderles, si bien no con amor, sí había sentimientos ahí además de la atracción. Deseaban que Sam formara parte de su relación. Al principio esto fue una revelación impactante incluso para ellos, porque no se sentía nada mal el considerarlo, al contrario, les daba más alegría.
Quisieron ir acercándose a Sam poco a poco, para no sorprenderlo mucho y no les tachara de excéntricos o pervertidos. El acercamiento ya no sería simple de amigos, pero el problema era que él y Bucky ya tenían una forma muy pesada de llevarse, y si Bucky la cambiaba de pronto sería muy sospechoso, así que sólo cambió pequeñas cosas; intentó ser considerado, más coqueto, pero Sam sólo lo veía como una nueva forma de incomodarle. Natasha hacía sus avances sutiles, y Sam los recibía la mayoría de las veces, porque en ocasiones se alejaba de Natasha si veía a Bucky cerca. No lo estaban haciendo bien, y eso ya había comenzado a entristecer a James, Natasha intentaba ser más paciente por los dos, pero ver que Sam intentaba distanciarse de Bucky la desanimaba.
Sam ya lucía agotado, ella misma se sentía cansada, después de todo llevaban un tiempo considerable entrenando. Una vez más logró mantener inmóvil a Sam en la colchoneta, su esfuerzo por librarse estaba siendo más obvio, hasta que se dejó caer por completó y soltó una risita.
—Bien, tú ganas — se rindió Sam, todavía sonriéndole. Natasha, que estaba encima de él, también le sonrió antes de inclinarse y dejarle un besito en la mejilla.
—Buen trabajo, Sam — le dijo por último, antes de que ambos se incorporaran.
Tomaron agua y se secaron el sudor antes de salir del gimnasio. Ambos comentaron estar hambrientos, por lo que se dirigieron juntos a la cocina, ahí se encontraron con Bucky, que al parecer estaba preparando algo.
—Se tardaron — comentó Bucky tan casual. Sam sólo enarcó una ceja.
—No puede estar un momento sin ti — Sam le murmuró juguetón, Natasha le sonrió.
—Supuse que tendrían hambre, así que…
—¿Preparaste la comida? — Sam preguntó incrédulo, interrumpiendo la oración de Bucky, éste sólo le asintió. Wilson se volvió a Natasha — Te hizo de comer, yo creí que sólo robaba lo de los demás.
—También hice para ti — aclaró Bucky, manteniéndose quieto, como si quisiera dar una buena impresión. Natasha se guardaba la risa de su intento de comportarse —. Es para nosotros tres.
—Vamos, Sam — Natasha le animó, poniendo una mano en su espalda para hacerlo caminar hasta la mesa.
—Bueno, si tú comerás de lo mismo entonces debo estar confiado en que no contendrá veneno, ¿verdad?
—Estarás bien — ella le aseguró, y antes de que Sam se diera cuenta, Natasha de nuevo le deja un besito, sólo que ésta vez fue cerca de la comisura de los labios. Sam, que parecía querer entrar en pánico, giró tan rápido su cabeza para ver la reacción de Bucky, pero tanto él como Natasha sonreían dulcemente.
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El tiempo que estaban compartiendo en la mesa iba bien, al principio todavía Sam lucía ligeramente incómodo, pero después, cuando probó lo que Bucky les preparó, se notó tan sorprendido de que tuviese buen sabor que incluso le dio su agradable comentario, y James sonrió orgulloso. Claro que después surgieron las bromitas que no faltaban, sólo que esta vez no parecían incomodar a nadie, de hecho Sam soltó varias risas sinceras. Al parecer, la comida no era todo lo que Bucky había preparado.
—Sam — le llamó Bucky, sólo que tomando un tono más serio. Wilson le miró curioso. Natasha esperó.
—¿Qué pasa? — Sam preguntó.
—Yo quiero pedirte disculpas por… — y ahí estaba, haciendo una pausa demasiado larga. La curiosidad en la mirada de Sam aumentaba, pero Natasha quería dejar que Bucky se expresara, ni ella sabía qué es lo que iba a ocurrir —, no sé.
—¿No sabes?
—No sé ni cómo comenzar — aclaró —. Es decir, quiero disculparme contigo por todo — y soltó un suspiro.
—No te entiendo — Sam en verdad lucía extrañado —. ¿Qué te sucede?
—Sé que te molesta estar conmigo, me lo he ganado por todas las tonterías que te digo y cómo actúo contigo. Es por ello que te pido disculpas.
—Steve te dijo que disculparas conmigo, ¿cierto? — Sam soltó un suspiro cansado —. Le he dicho que no se entrometa porque-
—Sam, Steve no me dijo nada — la seguridad en la voz de Bucky volvía — Mis disculpas son sinceras. No quiero…, no quiero perderte, ¿bien?
—¿Qué? — parecía incrédulo, incluso volteó a ella.
—Le creo, es sincero — Natasha le dijo, encogiéndose de hombros —. A mí tampoco me gustaría perderte.
—Esto es absolutamente extraño — Wilson murmuró, entrecerrando sus ojos. Bucky soltó una risita.
—Sólo estamos siendo sinceros contigo, birdboy.
—No me digas así, Blanca Nieves — Sam se defendió, infantilmente.
—¿Blanca Nieves? — Natasha rió.
—Tony tiene razón, tiene cabello de princesa, se parece al de Blanca Nieves, además ella tenía su ataúd de cristal, y Bucky estuvo en a cryo, ya saben… — comenzó a explicar con una sonrisa, James sólo frunció el ceño —. Pero ese es otro tema. Ok, entiendo. Momento marica. No me perderán y esas cosas cursis, ¿de acuerdo? No tienes nada porqué disculparte, Barnes. Ahora, gracias por la comida. Me gustaría quedarme y verlos actuar todos raros, pero debo ducharme.
—Antes de que te vayas — Natasha le llamó, cuando Sam ya se había puesto de pie — Iremos al motocross, ¿quieres venir con nosotros?
—No quiero estar en medio en una de sus citas — rodó los ojos.
—Iremos como amigos — aclaró Bucky.
—¿Qué te parece? — Natasha le preguntó, sonriéndole.
—Bien — Sam accedió, sonriéndoles suavemente — ¿A qué hora salimos?
—En una hora.
—Entonces los veré en un hora — dijo y salió.
Natasha miró sonriente a Bucky, mientras éste soltaba un suspiro aliviado. Después de todo, Sam no estaba molesto con ellos como creyeron, pudieron volver a pasar un rato agradable y además, saldrían juntos a divertirse.
—Lo hubiéramos acompañado a la ducha — comentó travieso Bucky.
—Leíste mi mente — Natasha le sonrió.