Sanha se levantó del suelo sobándose el trasero, había caído demasiado fuerte contra el pavimento de la calle. Si no fuera por su casco tendría una gran herida en su cabeza, sacudió sus pantalones mirando las cajas de comida tirada.
— Mi auto... —escuchó decir al muchacho que manejaba.
"Pero ¿qué...?"
Pensaba el castaño viendo como el hombre alto, de espalda ancha y buena vestimenta, miraba a su vehículo. ¿Es que no pensaba preguntarle cómo se encontraba?
Se sacó el casco y caminó hacia el auto de gran calidad.
— ¡Oye! —le llamó. El joven no le prestó la más mínima atención pues seguía mirando su auto— ¡Ni siquiera me has preguntado...!
— El arreglo te saldrá caro.
— ¿Eh? —no entendía a qué se refería con eso, pero al escuchar la palabra caro solo dinero aparecía en su mente— ¡No deberías preguntar primero cómo encuentro?
— Tú cometiste el error y chocaste mi auto.
Movió su ceja escuchándolo. Sanha no solo tenía mala suerte sino pensaba que era desafortunado encontrándose a toda clase de gente en su camino.... como aquel muchacho que ahora le miraba seriamente. Quiso protestar, pero ante la señal de contra ruta se calló, era cierto que él se había equivocado de camino, pero...
— ¡La entrega! —gritó asustado tomando su moto, alzándola— Mi padre me matará.
Tomó el resto de cajas del suelo, temiendo que la comida dentro pudiera estar estropeada. Con prisa las metió en la caja trasera de su moto, acomodándolas bien para que no se cayeran pues tendría que correr a gran velocidad para llegar a tiempo. Acomodó sus castaños cabellos colocándose el casco y luego se subió a la moto.
— ¡Espera! —le gritó aquel muchacho agarrando la moto.
— Aquí tienes —Sanha tomó de su bolsillo una tarjeta con su número de celular, dirección y su nombre— Avísame cuanto será el arreglo de tu auto. ¡Lo siento, debo irme!
Y sin más salió como si volara con la moto rumbo a su destino, si es que ese no era morir ante el regaño de su padre.
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Hi! Nuevamente aqui publicando, a Saniboo (original apodo 🙃) no le cayó muy bien este primer encuentro con el rico Eunwoo 😅 y se que el capitulo es super corto, asi que por ello estaré actualizando mas seguido 😉 Muchas gracias a los que leen 😊
A S I S O Y Y O | E U N S A N L O V E
PD: Odio subir capítulos cortos ya que amor-yaoi me rechaza la subida, so... tendre que escribir un poco de spam para completar los 500 caracteres que se necesitan para publicar esto x.x intantaré que los demás capítulos sobrepasen las palabras que exige la página.
Sanha se levantó del suelo sobándose el trasero, había caído demasiado fuerte contra el pavimento de la calle. Si no fuera por su casco tendría una gran herida en su cabeza, sacudió sus pantalones mirando las cajas de comida tirada.
— Mi auto... —escuchó decir al muchacho que manejaba.
"Pero ¿qué...?"
Pensaba el castaño viendo como el hombre alto, de espalda ancha y buena vestimenta, miraba a su vehículo. ¿Es que no pensaba preguntarle cómo se encontraba?
Se sacó el casco y caminó hacia el auto de gran calidad.
— ¡Oye! —le llamó. El joven no le prestó la más mínima atención pues seguía mirando su auto— ¡Ni siquiera me has preguntado...!
— El arreglo te saldrá caro.
— ¿Eh? —no entendía a qué se refería con eso, pero al escuchar la palabra caro solo dinero aparecía en su mente— ¡No deberías preguntar primero cómo encuentro?
— Tú cometiste el error y chocaste mi auto.
Movió su ceja escuchándolo. Sanha no solo tenía mala suerte sino pensaba que era desafortunado encontrándose a toda clase de gente en su camino.... como aquel muchacho que ahora le miraba seriamente. Quiso protestar, pero ante la señal de contra ruta se calló, era cierto que él se había equivocado de camino, pero...
— ¡La entrega! —gritó asustado tomando su moto, alzándola— Mi padre me matará.
Tomó el resto de cajas del suelo, temiendo que la comida dentro pudiera estar estropeada. Con prisa las metió en la caja trasera de su moto, acomodándolas bien para que no se cayeran pues tendría que correr a gran velocidad para llegar a tiempo. Acomodó sus castaños cabellos colocándose el casco y luego se subió a la moto.
— ¡Espera! —le gritó aquel muchacho agarrando la moto.
— Aquí tienes —Sanha tomó de su bolsillo una tarjeta con su número de celular, dirección y su nombre— Avísame cuanto será el arreglo de tu auto. ¡Lo siento, debo irme!
Y sin más salió como si volara con la moto rumbo a su destino, si es que ese no era morir ante el regaño de su padre.