Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coma profundo por Fullbuster

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Dos años después:


Los pitidos de las máquinas me dicen que todo está en orden. Con mi mono verde y la máscara blanca cubriendo mi boca, intento ver algo a través de la lupa, sosteniendo el bisturí en mi mano derecha y unas pequeñas tenazas en la izquierda.


- No tenses demasiado – susurra Sasuke en mi oído, consiguiendo que soltase un poco el agarre de las tenazas – pulso firme y corta la membrana exterior para tener acceso al tumor.


- Vas bien – dice el cirujano jefe comprobando mi trabajo.


Es mi primer año en solitario después de tantas clases, estudios, prácticas, finalmente estoy aquí y llevo unos meses trabajando con los mejores. Aprendí mucho y es cierto que muchos conocimientos me los recita Sasuke a las espaldas, pero él siempre me dice que soy extrañamente... "bueno con las manos". Soy el primero que sé que no debería estar aquí, no tengo tantos conocimientos como Sasuke, no tengo vocación para este trabajo pero... me paso algunas noches en vela tratando de encontrar algo que ayude a Sasuke a despertar, necesito lograr traerlo de vuelta.


- Concéntrate en el tumor – susurra Sasuke con una suavidad que sólo hace que me excite.


Llevo dos años saliendo con él. ¡Qué irónico! Salgo con un fantasma. Todos creen que soy raro, que no tengo novia siendo un chico de veinticinco años, soltero y con un brillante futuro por delante como neurocirujano. Saqué la carrera a curso por año, he llegado tan lejos gracias a la capacidad de estudio de Sasuke, pero es cierto que lo mío me ha costado no marearme al ver sangre, cuando tengo que abrir su cráneo... pero Sasuke siempre me calma, siempre dice lo bueno y ágil que soy con las manos. Es posible que me falten conocimientos, pero Sasuke siempre los suple perfectamente.


- Vale, empecemos a extirpar el gliobastoma. Recuerda que no podrás quitarlo todo, así que simplemente, quita todo lo que puedas, el resto lo trataremos con medicación para eliminar las células restantes – me concreta Sasuke.


Sasuke es todo un cerebro andante. Él parece saberlo todo. En esos siete años, yo he aprendido muchas cosas y es cierto que puedo seguir su conversación, pero hay muchos datos y detalles que aún se me escapan. Él lo controla absolutamente todo. Es un chico increíble, con una gran memoria.


Empiezo a extirpar el tumor bajo la atenta mirada de mi supervisor. Él no dejará que comenta un error, tiene sus ojos y todos sus sentidos puestos en lo que estoy haciendo. Yo aún siento a Sasuke a mi espalda y eso me da seguridad. Él siempre me indica lo que debo hacer pese a que son mis manos las que trabajan.


- Vas bien, cuidado en esa zona, es muy delicada. Asegúrate de no tocar el tejido cerebral o podrías causarle un daño mayor.


La voz de Sasuke es realmente tranquilizadora. Su tono de voz es tan sosegado que consigue siempre hacerme sentir a salvo y calmado. ¡Siempre he sido muy hiperactivo! Pero él... Sasuke es el único que consigue mantenerme en ese estado relajado.


- Ya... estás acabando – suspira con un deje de cansancio nada típico en él.


- ¿Estás bien? – susurro para que los demás no me escuchen.


- Sí... sólo estoy un poco... no sé... cansado.


¡Raro! Es todo muy raro. Se sostiene los ojos con su mano y realmente parece agotado, pero no entiendo el motivo. Durante tanto tiempo ha estado bien y ahora... siento que algo va mal. Él sonríe al verme preocupado.


- Estoy bien, sigamos con la operación.


Finalmente consigo acabar la operación, pero incluso antes de que salga del quirófano para lavarme las manos y asearme, Sasuke sonríe, me felicita por el trabajo pero expone que necesita unos minutos a solas. No le veo nada malo, aunque parece que está aguantando un fuerte dolor de cabeza.


- ¿Seguro que estás bien?


- Sí, sí... sólo será un rato. ¿Vale? No tienes más operaciones hoy, estarás bien.


- Vale. Luego pasaré a verte cuando acabe mi turno.


Me dirijo a la cabina para asearme. Me siento por fin libre al quitarme ese "pijama" como yo lo llamo y poder desinfectarme. Aprovecho también para darme una ducha entera ahora que ya no tengo más operaciones planificadas.


No tardo más de media hora en arreglarme con mi ropa normal y me pongo la bata blanca encima para terminar la ronda con el resto de mis compañeros y mi supervisor. Aun así, tengo esa extraña sensación de que algo no está bien. No he vuelto a ver a Sasuke y eso me preocupa. Por lo general, cuando quiere descansar va a su habitación, por lo que decido pasar por allí. ¡Tampoco está allí! Su cuerpo sigue igual que los últimos siete años, tirado en esa cama, con los cables que alimentan su cuerpo por la vía intravenosa.


- ¿Dónde te has metido? – susurro, aunque una mano en mi hombro me hace sobrecogerme ligeramente. Es mi supervisor.


- Buen trabajo hoy ahí dentro, Naruto, ha sido espléndido.


- Gracias, señor. – me estrecha la mano a la forma occidental.


- Te veo mañana.


No me preocupa demasiado el trabajo ahora mismo, sino Sasuke y ese dolor de cabeza que tenía. No sé dónde está y empieza a preocuparme. He soñado tantas veces con el día en que despertaría. Ahora con mi trabajo de neurocirujano, por fin he podido alquilar un apartamento en el barrio Minato, con unas espectaculares vistas al puerto. Es increíble. Es la casa perfecta en la que deseo estar con Sasuke. Él mismo vino conmigo a elegirla, aunque claro... para él es fácil, siendo un fantasma siempre me acompaña.


Salgo de la planta y me dirijo a la cafetería para comprarme un bocadillo. Hace unos meses que he dejado el trabajo de panadero y, en parte, lo echo de menos. Vi la cara de Sasuke cuando preparaba esos panes y pasteles. ¡Se le caía la baba! Estaba deseando probarlos, pero nunca ha podido hacerlo.


Estando en la fila para pagar, desvío mis ojos a la gran cristalera que da al jardín. Todavía recuerdo todas y cada una de mis citas con ese fantasma de mal carácter. Le adoro. Él sigue llamándome "idiota" por no querer salir con nadie que no sea él, cree que estoy loco por enamorarme de un fantasma pero... no pude evitarlo.


- ¿Dónde te has metido, Sasuke? – me pregunto a mí mismo.


Hace dos años que empezamos a salir en serio, dos años donde he ido a restaurantes, me he sentado solo a cenar mientras la gente me mira extraño, pero Sasuke... estaba frente a mí, hablando conmigo en una velada mágica. Me daba igual cómo me mirase la gente, estar con él lo compensaba todo. No nos hemos separado prácticamente más de quince minutos desde entonces y ahora... siento que ocurre algo realmente malo.


Flashback:


Las olas rompen en la escollera donde estamos sentados. No puedo sentir la calidez de su cuerpo, ni su tacto, pero le veo apoyado sobre mi pecho. Sólo es eso... una visión, una ilusión. La gente sólo ve a un chico solitario que mira las olas, pero yo estoy feliz de estar allí con la espalda de Sasuke recostada sobre mi pecho. Yo le abrazo, con los codos apoyados sobre mis rodillas, mirando el atardecer tan bonito del barrio Minato. Es el primer día en nuestra casa. ¡Nuestra casa! Porque así es, aún está todo en cajas, sus padres me han ayudado a traer las pocas cosas que tenía.


Siento... que hoy empieza nuestra vida – sonrío ante la idea de empezar a vivir realmente a solas con Sasuke, pese a ser un fantasma.


No digas tonterías, no vives conmigo, sólo con una sombra de lo que soy. No soy más que un fantasma, Naruto, te lo he dicho muchas veces, deberías vivir tu vida.


Sé sincero conmigo, Sasuke. ¿Te gustaría verme con alguien más?


Él mantiene el silencio y sé que le dolería tener que verme compartir la vida con otra persona que no fuera él. El cielo sigue anaranjado, un tono precioso que refleja en esos mechones oscuros de mi chico y le hacen ser tremendamente atractivo. Sé que es raro, no puedo besarle, no puedo tocarle, no puedo mantener relaciones con él pero... le amo. Es tan duro no poder hacer nada con él, no poder sentir sus labios, su calidez, sus dedos acariciarme... ¡Realmente duro tenerle tan cerca y a la vez tan lejos!


No me gustaría verte con otra persona – me aclara – pero... siento que soy egoísta por retenerte a mi lado. Yo no puedo ofrecerte nada, no puedo ni siquiera apaliar tu necesidad de...


¿Sexo? Me masturbo en el baño pensando en ti – sonrío.


A eso me refiero, Naruto, no quiero que estés solo toda tu vida.


No estoy solo, tú estás aquí.


No... esto es como una ilusión, Naruto.


Una ilusión maravillosa.


Pero sólo eso, no existo, no puedo permitir que hundas toda tu vida. Quiero que seas feliz aunque eso me parta de dolor.


Soy feliz contigo.


Eres realmente idiota. Algún día tendrás que dejar que me marche.


***


- Por fin te encuentro – escucho a una enfermera que se está ahogando por venir corriendo – es Sasuke, tienes que ir inmediatamente, tiene un ataque.


- Pero... - susurro.


Hace años que no tiene ninguno. Sólo puedo pensar en que estaba raro, pensar en que puedo perderle y eso me destroza. Dejo caer el bocadillo y salgo corriendo tras la enfermera. El ascensor está cerrando las puertas, así que abro la puerta de las escaleras y empiezo a subir peldaños de dos en dos. Quiero llegar cuanto antes.


A la primera a la que veo es a su madre. Mikoto mira con preocupación el ataque de su hijo y, al verme, me ruega que haga algo. Entro en la sala, todos me miran, todos saben que es mi chico el que se muere y sin dudarlo... pido el desfibrilador. Sé que va a dolerle, pero ni siquiera puedo encontrar su figura fantasmagórica. Es posible que sí le esté perdiendo para siempre.


La primera descarga no tiene ningún efecto y subo el voltaje para la segunda. Tampoco surte efecto. Me desespero. No quiero perderle, quiero que abra esos ojos oscuros, que me mire, quiero que venga a vivir conmigo a nuestra casa, quiero tenerle siempre conmigo, todo lo demás no me importa y entonces... en la tercera descarga, sus ojos se abren y las pantallas muestran que está allí.


Durante los primeros segundos me quedo helado. ¿Realmente sus ojos se han abierto? Parece intentar respirar con dificultad y mueve las pupilas de manera dubitativa, de un enfermero al otro y entonces... se fija en mí.


Está confuso, es normal, lleva siete años en coma. No puede moverse, pese a la rehabilitación y a que hemos movido sus músculos durante todo este tiempo, está demasiado débil. Ha perdido masa muscular, su cabello ahora es largo, a la altura de sus hombros o un poco más. Tiene ojeras marcadas pero no es lo que me preocupa, sino la confusión del momento.


Todos se han sorprendido y miro a Mikoto al otro lado del cristal. Ella espera en el pasillo, con los ojos abiertos a más no poder al ver que su hijo acaba de despertar. Ninguno podemos creerlo. Ni siquiera sé cómo o por qué ahora, no tengo una explicación para todo esto.


- ¿Sas...Sasu...Sasuke? – pronuncio finalmente – ey... ven... deja que te incorpore un poco.


¡No habla! Eso me preocupa, porque no sé si es síntoma del agotamiento, de haber estado siete años en coma o por un daño cerebral tras los disparos y las paradas cardíacas. Mi supervisor entra también para ver ese milagro. Yo le apunto con el puntero de luz pero no puede seguirla aunque sí parpadea.


- No sigue el puntero – le comento.


- Le está costando, es normal tras siete años, pero sus párpados reaccionan, es buena señal – me confirma mi superior.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).