Capítulo 10: Paraíso
El desayuno terminó no sin antes Jin advertir a los mayores que se verían dentro de algunas horas. Al parecer seguirían buscando más información porque los ataques aumentaban con frecuencia.
El problema en sí no era algo que les preocupara, sino que su estatus que había permanecido de manera incógnita por miles de años podría ser descubierta lo cual no sería nada conveniente.
En cuanto la mayoría de los chicos se habían alejado de la mesa, Yoongi se acercó al lugar de Jimin haciendo que este último se sintiera incómodo.
–Hoy te noté bastante raro en la comida, ¿sucede algo? –Preguntó el mayor con una mano recargada en su barbilla.
–Yoongi… –Habló Jimin titubeante –No es eso –Se sonrojó intentando evitar su mirada.
–¿Acaso te sientes incómodo con mi presencia? –Volvió a preguntar el pálido.
–Tampoco lo es –Se mordió los labios –Es sólo que…
¿Esto continuará así? ¿y por cuánto tiempo? ¿y que pasaría si me enamoro de ti? ¿de verdad lo de ayer no significo nada para ti? Pensé toda la noche en ti Yoongi… No nos conocemos pero así lo hice.
–¿Y bien Jimin? –El menor vio interrumpido sus pensamientos por la voz de Yoongi.
–Recuerdas que te mencioné que nada saldría de ese cuarto –Soltó arrepintiéndose al instante de sus propias palabras.
Es cómo si estuviera rechazando a Yoongi en ese instante y no es qué realmente lo estuviera pensando ¿pero y si Jimin tenía ganas de repetir lo de anoche?... Porque aunque Jimin no lo supiera, inconscientemente ya estaba pensándolo.
–Lo recuerdo y así será, no te preocupes por eso cariño –Sonrió travieso –Pero sabes que si necesitas de mí otra vez para satisfacer tus necesidades, puedes llamarme cuando quieras –Soltó antes de levantarse de su asiento –Estaré en mi cuarto esperando.
Jimin tenía muchas dudas. El mayor claramente le estaba dejando una invitación abierta para repetir, ¿pero realmente debería hacerlo?
Es decir, ese chico le causaba mucha curiosidad, o más bien deseo pero ni siquiera lo conocía bien y dudaba que continuar una relación así con alguien que iba a vivir con él por quién sabe cuánto tiempo fuera algo correcto.
Dejando de lado la moral, y su heterosexualidad de la que estaba tan seguro hace unos días, la convivencia con ese chico durante los próximos días no podía pasar por alto. Si continuaban de esa manera, vivir juntos podría ser incluso insoportable.
Sin embargo no sabía como sus pasos se habían dirigido automáticamente a ese lugar. Sin saberlo, ya se encontraba fuera de su recámara dudando si era correcto que viniera hasta ahí. Sentía arrepentimientos por todo lo sucedido, pero su deseo podía más con él así que tomó el pomo de la puerta para abrirla.
Esperaba que esta al menos estuviera cerrada con seguro del otro lado, para así retirarse antes de cometer una tontería pero fue mayor su sorpresa cuando esta abrió sin mayor esfuerzo.
Quiso huir y correr de aquel lugar, cuando sintió una mirada penetrante.
En efecto, el pelinegro lo observaba desde la distancia. Tragó saliva e ignoró el hecho de que el chico seguía cada uno de sus pasos.
Jimin apretó sus labios y cerró los ojos por algunos segundos.
Y entró.
Aún no comprendía porque hacia esta clase de cosas, tampoco comprendía porque el mayor con tan solo susurrarle algunas palabras eran suficientes para que su cuerpo se moviera automáticamente obedeciéndole aunque fuera en contra de sus deseos.
–Llegaste –El blanquecino sonrió cerrando el libro que tenía entre las manos y dejándolo en su escritorio.
–Llegué –Agachó su mirada mirando sus pies, como si fuera a encontrar algo interesante en el suelo.
Yoongi se acercó decidido hacia él pero Jimin retrocedió un paso chocando con la puerta que previamente había cerrado.
Frente al mayor, era más débil de lo que creía, sabía que el simple tono de su voz lo hacía quebrantar todas sus creencias. También estaba consciente de que si seguían de esa manera, él cedería ante todo y lo aborrecía porque ni siquiera había sentimientos de por medio.
De alguna manera se arrepentía de haber entrado por su propia voluntad dentro de aquella habitación, intentó abrir los ojos encontrándose con el chico parado frente a él mirándolo de manera intensa.
–¿Por qué tan tímido, cariño? –Acarició su mejilla.
Jimin se ruborizó cuando sintió la mano rozar su piel. Sintió un pequeño escalofrío porque nuevamente estaba cediendo.
–No es eso –Volteó su rostro.
–¿Entonces? –Tomó su barbilla.
Se quedó callado porque no había nada que pudiera decir.
En realidad lo único que odiaba de esta situación era sentirse usado o que él estaba usando a alguien más para calmar sus propios deseos, pero pensándolo bien, si él también quería entonces ¿cuál era el problema?
Por primera vez desde su encuentro, tomó decidido su mano indicándole que aceptaba todo lo que conllevaba llevar su relación de esta manera.
Y de esta manera, nuevamente cayó ante sus peticiones.
Yoongi sonrió cuando vio su rostro obediente, y terminó guiándolo a su habitación. El menor sintió como su corazón latía con su toque y agachó su rostro porque se sentía avergonzado de ser tan sumiso frente a él.
El mayor lo guio hasta su cama, que también era matrimonial como la suya, solo que las sábanas eran de color blanco. Una gran ventana estaba a lado de la cama con algunas cortinas bastante delgadas cubriendo el exterior.
El mayor lo sentó en la cama juntando los labios en un instante. Ambas lenguas chocaban en un juego que ellos mismos habían creado. El pelinegro tomó sus mejillas para acercarlo más a su boca saboreando cada parte de su ser.
Yoongi sentó de cuclillas frente a él para desabrocharle la camisa que tenía puesta de manera lenta observando su piel como si fuera una obra de arte. Jimin al ser observado de esa manera se sentía enrojecer.
–Hay algo que siempre me ha atraído de ti Park –Habló con una voz grave –No sé bien que puede ser pero quizás lo descubra pronto.
–Eso suena bastante perturbador –Rió el menor –¿Desde cuando me observas, eh? –Alzó una ceja mientras sentía como el mayor lo acariciaba por todos lados, dejando salir un suspiro.
–Un día tenía que hacer un encargo en tu universidad –Confesó –Estabas con una chica de cabello rubio y parecían ser bastantes cercanos –Tiró de la camisa que cayó en la cama.
El recuerdo de Lisa asaltó su mente y se tensó. Es decir, le tenía un cariño enorme y por su origen, se había comprometido con ella pero aún así Lisa nunca había sido mala con él, muchas veces le demostró lo mucho que lo amaba y aunque él no podía hacerlo de manera tan genuina, al menos lo había intentado por ella y por su padre.
–Era mi prometida –Soltó con un deje de tristeza.
–¿La amabas? –Preguntó el mayor, mientras se desabrochaba su propia camisa.
–Algo así –Mencionó.
–No te diré que la olvides cariño –Se acercó nuevamente a él –Pero por hoy, enfócate sólo en mí –Sonrió antes de buscar sus labios nuevamente.
–Yo siempre terminó cediendo ante ti. ¿Lo sabías? –Soltó el pelirrojo.
–Ya me había dado cuenta –Lo recostó en la cama y quitándole sus pantalones.
Acariciando sus pectorales y juntando las caderas en un movimiento. Jimin suspiro dentro de su boca cuando sintió el paquete del mayor rozar el suyo alzando su pelvis como respuesta.
Esta vez Jimin también acarició su suave piel blanca. Contorneando la línea delgada de su espalda desde la parte superior hasta la parte inferior. El pelinegro volvió a juntar sus caderas simulando una penetración haciendo que el chico se aferrara a su piel.
–Ugh…
Aún no controlaba la fuerza de su nuevo cuerpo por lo que terminó rasguñando su espalda. El pelinegro comenzó a sangrar manchando su piel blanca de color rojizo, los ojos de Jimin se encendieron de color rojo cuando sintió el olor.
Yoongi se alejó de él para bajarse sus pantalones mientras el pelirrojo se entretenía lamiendo sus dedos manchados con el sabor del mayor. Saboreó de manera lenta metiéndose uno por uno mirando de manera traviesa al pelinegro.
Entonces el mayor sacó su miembro para tomarlo entre sus manos haciendo un movimiento de arriba hacia abajo. Cuando Jimin terminó de chupar sus dedos, le echó una mirada al pelinegro antes de dirigir su mano al cuello y rasguñarse levemente.
Los ojos del mayor también se habían puesto rojos por el aroma que le llegó a la nariz. Antes de que siquiera lo racionalizara, ya se encontraba dando lengüetazos en en el cuello del menor saboreando aquel líquido espeso que escurría.
–Eres delicioso –Susurró el mayor –Tú sabor es único.
Con su lengua hacia formas circulares en su piel mientras Jimin lo acariciaba del trasero. Yoongi siguió lamiendo aquella piel cuando repentinamente notó que el chico tenía una cicatriz casi imperceptible en el cuello.
El menor fue tomando más confianza con el chico así que se degustaba rasguñando y lamiendo del líquido rojizo que salía del chico.
Juntaban sus miembros con cada movimiento haciendo que el placer fuera todavía más exquisito. Jimin se abrió de piernas para que los roces fueran más profundos enredándolas en su espalda.
Al poco rato Yoongi se separó de su piel para buscar nuevamente aquellos labios hinchados y pintados de color carmesí. Se lamió el labio inferior antes de probarlos otra vez mientras que una mano lentamente bajaba a su parte inferior para quitarle la última prenda al menor.
–Hoy no me prepares –Soltó Jimin.
Puesto que la sensación de dolor que sintió la primera vez, por alguna razón había sido bastante placentera y ahora quería llevarlo a otro nivel.
Yoongi escuchó sus palabras y tomó su miembro para dirigirlo a la entrada del pelirrojo que esperaba ansiosa por su llegada. Cuando Jimin sintió que había entrado por completo arqueó su espalda hacia atrás soltando un suspiro en la boca del pelinegro.
–¿Así te gusta? –Jimin asintió.
El ardor que sentía pronto se convertía en placer, y mientras más era su dolor, más disfrutaba de la sensación.
Yoongi empezó de manera lenta esperando a que el menor se acostumbrara pero la propia mirada del chico lo incitó a menearse dentro de él. El chico seguía aferrándose a su piel intentando soportar la lluvia de emociones que le llegaban en el cuerpo.
Sintió como sus orejas se elevaban de calor y el corazón le latía cada vez más rápido. También escuchaba los suaves resoplidos que daba el blanquecino en su oreja con cada llegada. Intento abrir más sus piernas dándole un paso más profundo mientras se movía en círculos justo como lo indicaba su instinto.
Yoongi aumentó su ritmo acariciando también su miembro mientras Jimin se concentraba en alzar cada vez más sus caderas. El pelinegro entonces en un solo movimiento metió las manos en su espalda y lo levantó de la cama.
Se miraron a los ojos durante algunos segundos hasta que empezó a moverlo con sus manos de arriba hacia abajo. Jimin enredó una vez más sus piernas en las caderas del mayor mientras él continuaba con el movimiento de estocadas dentro de su cuerpo.
El pelirrojo también se aferró con ambas manos en los omoplatos de Yoongi y recargando su cabeza en el hombro derecho. Su miembro rozaba con firmeza el abdomen del mayor a la misma velocidad que le confería debajo de su cuerpo.
Después sintió como el mayor se había corrido y él entonces también se corrió en su cuerpo. El líquido le escurría de su trasero mientras el de Jimin había manchado su abdomen. Ambos con las respiraciones alteradas se miraron para volverse a besar.
Yoongi nuevamente lo recostó en la cama completamente exhausto mientras acariciaba su cabello. Jimin también lo acariciaba del cabello sintiendo que tal vez el mayor se estaba convirtiendo en algo más para su corazón, y esto de alguna manera lo hería profundamente.