CAPITULO 2
-Tú...
Al mirar el cuarto era bonito, las paredes tenían un tapiz de color rojo brillante, el suelo estaba alfombrado y era de color blanco. En medio de la habitación había una pequeña mesa de madera para cuatro personas, a los lados se encontraban dos camas matrimoniales con las sábanas azules, el baño estaba al fondo en la parte izquierda, lo suficientemente alejado de la cama de ese lado. El armario se encontraba en la misma forma que el baño pero del lado contrario, un gran ventanal estaba en la pared del fondo cubierto por cortinas blancas, al cruzar dichas cortinas había un balcón con dos sillas.
Donde se encontraba el balcón había un escritorio para dos personas con sus respectivas sillas. Hasta ese momento todo normal, si no fuera por el cuerpo encima de la cama derecha.
Era la persona que menos esperaba ver, al parecer su "compañero" compartiría habitación con él. Algo lógico pero incómodo teniendo en cuenta su "excelente" recibimiento de la noticia.
-¿Te quedarás ahí como idiota o entrarás de una vez?
Su voz lo sacó de su trance, con timidez se adentró al cuarto y puso su maleta arriba de la cama de la izquierda. Al parecer ese sería su lugar.
Con lentitud desempacó todas sus pertenencias y las acomodaba en su respectivo lugar, era una tarea difícil teniendo en cuenta la intensa mirada tras su espalda, en todo el tiempo que tardó las manos le temblaban.
Cuando por fin acabó se quedó parado en la habitación sin saber que hacer, el chico había quitado la mirada de su persona, lo cual agradecía profundamente. Un incómodo silencio se formó, por lo que intentó romperlo.
-No esperaba que nos tocara juntos.
El tricolor mayor clavó su mirada en él.
-Lo dicen las reglas ¿acaso no puedes ni leer el reglamento Muto?
-"Estúpido, era obvio"
Tal como lo decían sus pensamientos, se sentía un tonto por haberlo dicho.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Pegasus lo dijo.
-"Piensa antes de hablar Muto".
Un leve sonrojo de vergüenza adornó sus mejillas, solo estaba actuando como idiota frente a... ¿Cuál era su nombre?
-Yami.
-¿Eh?
-Mi nombre es Yami, Muto. Está pintado en tu rostro la duda, ¿tan torpe eres que ni podías aprenderte mi nombre?
Ese último comentario enojó a Yugi, entendía que era un poco distraído pero no era motivo para que lo insultara sin parar.
-Sé que soy un poco distraido, pero no tienes derecho a insultarme en cada oportunidad
El chi... Yami, se recordó mentalmente, levantó una ceja elegantemente y en sus ojos se asomó un toque de burla.
-Así que el gatito tiene garras.
Yugi volvió a enrojecer, esta vez de coraje.
-¿Qué dijiste?
parecía que Yami disfrutaba con esto, el brillo de burla aumentó en sus ojos, a la vez que una sonrisa de lado aparecía en su rostro
-¿También eres sordo? Te dije G-A-T-I-T-O
La forma en que deletreo la palabra era con intención, era claro que quería molestarlo, y lo estaba consiguiendo.
-¡No me digas así!
-¿O qué? ¿Vas a rasguñarne?
-Grr.
El menor solo podía gruñir en voz baja, seguramente sería un año muy largo...