-Sasuke...
Naruto se encontraba caminando por las solitarias calles, la única luz que alumbraba su camino eran los faros cada cierta distancia.
Vio un parque a lo lejos, se dirigió a él y se sentó en la primer banca que encontró. Las lágrimas seguían, no podía quitarse de la cabeza la escena de su despedida con el azabache, le había dolido, después de todo llevaban juntos muchos años.
-¡Deja de llorar!
Estaba frustrado consigo mismo, odiaba sentirse débil estaba a punto de pegarse el mismo hasta que recordó algo...
Hace tiempo, cuando él tenía 16 años su abuelo Jiraiya había muerto, le había dolido mucho, hacían todo juntos y siempre le contaba historias de sus aventuras, pasaron muchos momentos divertidos, era una gran inspiración para él.
Era de noche, estaba sentando en una banca en el parque con un faro iluminandole, las lágrimas bajaban de sus mejillas como en ese momento, estaba desconsolado. Tan concentrado estaba en sus recuerdo que no notó la presencia de Iruka, su maestro de primaria y secundaria, novio de su tío Kakashi.
-He escuchado lo de Jiraiya
-Yo sólo quería que se sintiera orgulloso de mi, pero lo único que pudo ver fue a un chico problema.
-Él siempre hablaba bien de ti, te quería más como un padre a su hijo, presumía diciendo el gran hombre en el que te convertirías. A él no le gustaría verte triste... Así que sé el chico alegre y optimista del cual estaba orgulloso, hazlo por él.
Las lágrimas dejaron de fluir, su maestro en ese entonces había tenido razón, no debía dejarse vencer, y menos por alguien como Sasuke, fuera su novio o no.
-Gracias Iruka-sensei
-¡Naruto!
-¿Eh?
Volteó la cabeza muy rápido, lo que hizo que se mareara, ahora era consciente de sus heridas y del dolor.
-Ay
-Naruto, cuanto tiempo.
-¡I-Itachi!
Itachi era el hermano mayor de Sasuke, expulsado de la familia por haber ido en contra de las leyes que regían a todos desde cientos de años, desde ese día desapareció de Japón. Cabe mencionar que a pesar de que Sasuke era su novio Itachi siempre fue el más atractivo a su parecer.
-Vaya, no nos hemos visto en 2 años y así es como me saludas.
-Jeje me tomaste desprevenido.
-Siempre igual de distraído.
Itachi le veía, siempre era igual su mirada, lo contemplaba como un tesoro, algo muy especial, esa sensación siempre había calentado su corazón.
-Naruto..
-¿Qué?
-Mi hermano te hizo eso ¿verdad?
-¿¡Eh?!
-Tienes manchas de sangre en la cara, tu labio está herido y tu mejilla inflamada, y puedo ver algunos moretones en tu cuerpo y más manchas de sangre, además de que tus ojos están irritados, has estado llorando durante horas.
-E-eso...
-No intentes negarlo, es demasiado evidente, cuando giraste tu cabeza para mirarme te quejaste de dolor, si te pido que camines te caerás en cuanto te pongas de pie.
Sabia que no podía esconderlo, los golpes eran muy visibles, y más para alguien que había estudiado medicina. Al verlo a los ojos quedó cautivado, el oji-negro lo veía con infinita preocupación y algo de culpa, en parte esa mirada lo hizo sentir mal, y confundido, ¿por qué el mayor lo veía así?
-Ven.
El azabache pasó uno de los brazos del doncel por su cuello al mismo tiempo que lo tomaba lo más delicado posible de la cintura, cuando empezaron a caminar notó el gran esfuerzo que hacía con cada paso, se aguantaba el dolor pero se le notaba en los ojos, le dio tristeza el deducir la causa de su malestar al caminar.
Mientras, Naruto pensaba que el calor de los brazos de Itachi hace tiempo que lo había extrañado.
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Con mis manos rompere el cuento de papel