Cuando a Red le dieron la noticia de que probablemente alguien pasaría las tardes haciendole compañía no sabía cómo reaccionar. Por una parte se sentía feliz ya no estaría solo durante las horas que su madre y hermana no se encontraban en casa pero por el otro lado sentía inseguridad pues existía una posibilidad de que esa persona no estuviera del todo contento con aquello.
Los días pasaron y el pelinegro no hacía más que pensar en cómo sería esa persona, ¿Un hombre o una mujer?, ¿Seria amable o sería todo lo contrario?. Con cada minuto que avanzaba la duda crecía más y más en la mente de Red.
-No tienes nada de que preocuparte hermanito, estoy segura de que Lucy y los demás nunca te dejarían al cuidado de alguien malo- Blue trató de tranquilizarlo pero no dio ningún tipo de resultado.
«Es muy fácil para ti decirlo, tú no eres la que pasara gran parte de la tarde con él» Pensó el chico de gorra dejándose caer sobre su cama mirando el techo.
-Por cierto, ¿qué tal va tu juego?- Preguntó la chica cambiando de tema para distraer a su hermano, llamando la atención de este.
Rápidamente se pusó de pie encendido su ordenador y mostrando el avance que tenía, una música comenzó a sonar al momento que una secuencia aparecía en la pantalla y se mostraba a una especie de ardilla amarilla corriendo a través de un bosque para encontrarse con una criatura rosa redonda.
-¡Que lindo es!- Gritó la muchacha al ver a la figura rosada. -Ya has pensado en como lo llamarás- Preguntó recargando su brazos en el respaldo de la silla donde se encontraba su hermano, quien negó con la cabeza. Aún cuando llevaba vario meses con aquel proyecto aún tenía un buen nombre.
Así pasaron el resto de la noche pensando en cosas que podrían agregar a aquel juego en el que tanto empeño ponía Red.
El día esperado por el Instituto Frontier llegó, los alumnos de la escuela Mazara entraron por la gran puerta principal atrayendo la atención de la mayoría de los encargados del lugar, pero solos 3 dejaron sus deberes para atender a los visitantes. Lucy, Greta y Tucker, junto al grupo de alumnos elegidos salieron al patio.
Bienvenidos- Saludó una de las encargadas -Mi nombre es Lucy, ellos son mis colegas Greta y Tucker. Ustedes son los alumnos de la escuela Mazara ¿O me equivoco?.-
-Asi es, yo soy Erika y el es Lt Surge. Mucho gusto. Supongo que están al tanto del por qué de nuestra visita-
-Por su puesto, he de admitir que nos sorprendió cuando el director Giovanni vino a hablar con el director Scott y dijo que sus alumnos fueron quienes propusieron esta actividad- Confesó la mujer.
-¡Y esa seré yo!- Todo parecía tranquilo hasta que el grito de una chica interrumpió la charla de los decentes. Lucy dió un pequeño suspiro, por lo que Greta tomó la palabra.
-Bueno, estos son los alumnos de nuestra institución que fueron seleccionados- Comentó la rubia señalado al grupo de jóvenes.
-Son alumnos que de verdad necesitan la ayuda pero que sabemos no serán un reto muy difícil para ustedes- Está vez fue Tucker quien habló de manera animada.
-No es que no les tengamos confianza o algo por estilo, pero tampoco queremos dejarles una responsabilidad tan grande como lo seria cuidar de un muchacho con Síndrome de Down- Terminó de decir Lucy. -Ahora ya pueden ofrecer su ayuda a alguno de ellos, pero deben tener en cuenta que ellos pueden o no aceptarla-
En cuanto esas palabras fueron pronunciadas los estudiantes de la escuela Mazara comenzaron a mezclarse con el grupo contrario la mayoría pasaba al lado de Red como si este no estuviese allí, no fue hasta que sintió un tirón en la muñeca que notó a ese chico castaño quien lo hacía caminar con pasó firme.
-Green, ¿Ya has encontrado a alguien para ayudar?- Escuchó decir a quién si mal no recuerdaba se había presentado como Erika y se trataba de una profesora.
-¡Si!- De pronto sintió un jalón más hasta quedar delante del muchacho quien lo señalaba como si fuese una especie de premio, o al menos así lo sentía él. -Sera él-
-Muy bien, ¿Y cuál es su nombre?- Preguntó la profesora pero Red solo se limitaba a observarlos en silencio, buscando la manera de hacerles entender que él no podía hablar. -Vamos di tu nombre- Le alentó por segunda vez la mujer, pero él continuaba en silencio, sintiendo la mirada de ambos.
-Por más que lo intenten no te responderá.- De pronto apareció Lucy hablando en su lugar. -Su nombre es Red, y la razón por la que se encuentra aquí es que no puede hablar- Bueno, ya estaba dicho. Tampoco es que los otros dos pudieran haber adivinado de sus problemas de habla, bien podía haber nacido sordo y hubiera sido la mismo historia. Aún que quizás no habría sido tan difícil en comunicarse con ellos.