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¡De vacaciones! por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

último capítulo, más explicaciones abajo. 

La semana de vacaciones anteriormente mencionada, del 1 al 8 de agosto, no fue simplemente para Emerald, sino para toda Marukawa. Y había cierta pareja que se alegró sobremanera.

Kirishima Zen, padre soltero, aunque intentaba hacer pocas horas extras y llevarse el mínimo de trabajo a casa, a veces sentía que no podía estar con su hija todo el tiempo que quisiera. A él le gustaría llevarla de vacaciones, a la playa, de viaje... Pero muchas veces no podía y Hiyo tenía que irse con sus abuelos o con su amiga Yuki y sus padres. Así que esa semana sería perfecta para sus vacaciones.

¿Y dónde irían? Es sencillo. Ahora que Kirishima Zen y Yokozawa Takafumi eran una pareja oficial, pasarían una semana en el apartamento en la playa de éste último.

Takafumi tenía una tía soltera, hermana de su padre, de la cual heredó el carácter y un apartamento en la playa que no utilizaba... Al fin y al cabo, trabajaba demasiado, y tampoco le gustaba ir de vacaciones solo. Pero llevar a Zen y a Hiyo con él lo llenaba de alegría, que manifestaba con sus típicos gruñidos.

🐻🐻🐻

-Oniichan, ¿en serio? ¿Iremos a tu piso en la playa? 
-Claro que lo digo en serio, Hiyo. 
-Vamos a celebrar tu cumpleaños allí, así que tu amiga Yuki-chan podrá venir con nosotros, pero tiene que pedirle permiso a sus padres, ¿de acuerdo? 
-Vale papi, oniichan, voy a subir a hablar con ella, ¡ahora vuelvo! -La niña se despidió de ellos con una sonrisa.

El cumpleaños de Hiyori era el día 26 de agosto, pero lo celebrarían a principios de mes, por encontrarse de vacaciones. Cuando ella se hubo marchado, Zen no pudo evitar molestar un poco a su pareja: 
-Takafumi... ¿Has visto la cara de tonto que pones cuando estás con Hiyo? Serás una gran mamá... 
-Pues igual que la cara que me pones tú al verme. -Takafumi había aprendido a seguirle las bromas a su amor, ya no se sonrojaba ni lo enviaba al infierno... Bueno, en la intimidad un poco sí.

Agosto llegó pronto, y el día 1 ya estaban todos preparados en especial Hiyo-chan y Yuki-chan, armadas con bañadores, toallas y varios trastos más. Takafumi se había encargado de contratar una empresa de limpieza para que encontraran el apartamento impecable, y en cuanto llegaron allí lo primero que hicieron después de dejar sus cosas fue largarse a la playa.

La semana pasó rápido, como todo lo bueno. Por las mañanas dormían hasta tarde, desayunaban y bajaban a la playa, Hiyo y Yuki estaban encantadas, pasaban el rato bañándose, haciendo castillos de arena o jugando a lo que se les ocurriera, pero siempre bien vigiladas por mamá oso o por Zen. Por la tarde salían a pasear un poco, a comprar algo de comida y las chicas se divertían cocinando juntas o ayudando a Takafumi. Zen seguía siendo un inútil para la cocina, pero daba mucho apoyo moral.

El penúltimo día de su estancia, las chicas estuvieron con Zen, que las llevó a dar un pequeño paseo en moto acuática, mientras Takafumi resolvía algunos asuntos.

Ya algo extrañadas por la ausencia de Takafumi ese día, las chicas y Zen subieron al piso, y éste enseguida las mandó a la ducha. Cuando salieron, el salón estaba lleno de adornos y en la mesa había un gran pastel con un "FELIZ CUMPLEAÑOS HIYORI" escrito en el centro. 
-¡Felicidades, Hiyo! -Se oyeron tres voces en el salón. A Hiyo se le caían las lágrimas, y aún se le cayeron más cuando los tres le dieron un abrazo, su amiga, su padre y su... ¿madre?

-¡Tenemos regalos! -Dijo Yuki alegre, señalando unos pocos paquetes. -¡Venga, ábrelos!

El primer paquete era pequeño, parecía algo de ropa. Hiyori lo abrió y vio un delantal igual que el que acostumbraba usar Takafumi cuando cocinaban juntos. Ese regalo venía de Zen, claro, él y su humor... 
-Es que me gusta que vayáis a conjunto... Pero tienes algo más... -Hiyo descubrió un pequeño paquete al lado, lo abrió y vio que contenía un par de ediciones especiales del manga "The Kan", que su padre se encargaba de editar y que ella seguía desde hacía tiempo. 
-¡Vaya, gracias papi! -A Hiyo le había gustado eso. Abrió el siguiente regalo y vio que eran un par de camisetas y un juego de gomitas para el pelo, de parte de Yuki. 
-¡Muchas gracias, Yuki-chan! -Faltaba el último paquete, tenía una forma extraña y era de Yokozawa. Lo abrió y vio una réplica del peluche del conejo Twinkle que había en Emerald. A Hiyori no le iba demasiado el shojo, pero le gustaba Twinkle. 
-Ohhhh, ¡gracias, Yokozawa onii-chan! 
-Deberías haberle regalado un peluche de oso gruñón, Takafumi... Ah no, contigo ya tenemos suficiente... -Yokozawa sonreía mientras pensaba "te mataré, maldito". El resto de la velada pasó así, entre pastel, refrescos y risas.

Aquella noche, Hiyo se fue a dormir con Yuki, en la misma habitación, sintiéndose feliz como nunca en la vida. Como feliz se sentía su padre ante la idea que se le había ocurrido para aprovechar su última noche de vacaciones...

🐻🐻🐻

La semana de vacaciones de Yokozawa y Kirishima junto con Hiyo-chan y Yuki-chan había sido estupenda. Aprovecharon para relajarse, descansar, bañarse en la playa y tomar el sol... Las niñas ya estaban un poco bronceadas. Habían celebrado el cumpleaños adelantado de Hiyori aquella tarde, todos lo habían pasado muy bien y ahora las dos niñas se encontraban durmiendo profundamente en sus camas. Mientras tanto, los dos hombres recogían la casa ya que al día siguiente regresaban a Tokyo, a sus vidas normales.

Pero había algo que a Kirishima Zen le faltaba hacer. Mejor dicho... Quería cumplir una fantasía. Debido a la presencia de las niñas en la casa, a Takafumi le daba cierto reparo mantener relaciones sexuales, y lo había tenido toda la semana en abstinencia... Y a Zen, como buen seme que se respeta, se le había ocurrido una (genial) idea.

-Osito... ¿No te apetece darte un baño? 
-¿Cómo que un baño? ¿Es que no sabes qué hora es? 
-Las dos de la madrugada, la hora perfecta para bajar a la playa sin que nos vean... 
-Pero, ¿y las niñas? 
-Las niñas están durmiendo, son mayores y no se despertarán... Además nos llevaremos el móvil para cualquier emergencia. 
-No. Definitivamente, no. 
-Venga, osito... ¿Es que no eres lo suficientemente valiente para bañarte conmigo? -Zen había dado en el clavo. 
-¡Te enseñaré quien es el valiente! Vamonos antes de que me arrepienta.

Bajaron a la playa, el mar estaba calmado y era una noche magnífica, con la luna llena brillando en lo alto del cielo, en una atmósfera que invitaba al amor... Y lo más importante, no había nadie aparte de ellos dos.

Zen lo tenía todo planeado y había llevado a su amado oso hacia una zona oculta de la playa. También se había preocupado de llevarse un par de toallas para evitar lo máximo posible la incómoda arena y que no se metiera en ciertos sitios...

-Zen... eres un... degenerado... -Takafumi hablaba, entre suspiros, cuando Zen dejaba de besarlo para tomar aire. Los apasionados besos de su amante ya causaban efectos en el cuerpo del oso gruñón y Zen pronto se daría cuenta. 
-Tenemos que ser rápidos... -Susurraba Kirishima al oído de su osito, para después morder el lóbulo de su oreja a la vez que pasaba las manos por el abdomen del menor, haciéndolo estremecerse. La playa, la brisa nocturna y las exñertas caricias de su amante excitaban demasiado a Yokozawa y pronto llegaría a su límite.

Kirishima, mientras tanto, había llegado a cierta parte de su amado que ya se encontraba muy en forma, pero se limitaba a acariciarla por encima de la ropa interior, buscando arrancarle algún gemido a su amado oso. 
Pero el tiempo corría y su amante era demasiado orgulloso, así que tuvo que utilizar otros métodos. Se posicionó frente a su erección y la lamió por encima de la ropa interior, causando un estremecimiento en el menor. 
-Zen... no hagas eso... 
-¿Qué quieres que haga? -Preguntaba el aludido sin dejar de sujetar aquella parte del cuerpo de su amante. 
-Quiero... Hacerlo ya... 
-Pero tengo que prepararte, si no, dolerá mucho... 
-Me da... Igual...

Zen acabó de desnudar a Takafumi y se desnudó él mismo. Lo besó mientras se introducía lentamente en él, para distraerlo del dolor.

Efectivamente, Takafumi sintió dolor, y se aferró desesperadamente a los hombros de Zen, hasta el punto de clavarle las uñas en la piel. Zen, ajeno a esto, seguía besando a Takafumi, en la boca, las mejillas, el cuello y las orejas, mientras intentaba moverse lentamente.

Yokozawa, al sentir a Zen moviéndose dentro de él, empezó a mover las caderas dando a entender que quería que continuase con sus movimientos.

Empezaron de esa forma un lento vaivén, hasta dilatar la entrada del menor para establecer un ritmo más rápido.

Las embestidas iban subiendo de velocidad y los amantes ya podían moverse más libremente, ambos se encontraban en sus límites y no tardarían mucho en llegar al clímax.

De repente, Zen dio en un punto que hizo que Takafumi soltara un gran gemido de forma involuntaria. Lo encontré, pensó. Siguió dando en ese punto mientras cogía el miembro del menor y lo estimulaba al compás de las embestidas.

El resultado fue el magnífico orgasmo que experimentó Takafumi, corriéndose en la mano y el abdomen de su amor, que emprendió un ritmo desenfrenado hasta llegar a su propia liberación en el interior de Takafumi. 
-Ahhhh... Te amo, mi osito. -Zen salió del cuerpo de su oso y se abrazó a él mientras intentaban regular sus agitadas respiraciones. 
-Ha sido magnífico, ¿verdad? 
-Sí, fue increíble. -Como increíble era que Takafumi estuviera diciendo esto. -Pero debemos irnos a casa, te recuerdo que hemos dejado a dos niñas solas...

🐻🐻🐻

Durante la madrugada, Yuki-chan se levantó a beber agua, y al percibir silencio absoluto en la casa, comprendió que no había nadie... Y se fue a despertar a Hiyo.

-Hiyo-chan, ¡despierta! No hay nadie en casa... 
-Ahhh... Yuki-chan... ¿Nadie? Seguro que mi papá y mi onii-chan se han ido a "darse amor"... 
-¿Son pareja? 
-Claro que sí, y piensan que no lo sé. Lo que nos vamos a reír mañana al ver a onii-chan andando como un patito... Así que no te preocupes y déjame dormir... -Hiyo ya estaba durmiendo al terminar de hablar.

Y como predijo la niña, al día siguiente Yokozawa tenía problemas para caminar correctamente y las dos niñas estaban aguantándose la risa ante la atenta mirada de Kirishima, ¿en qué pensará la juventud de hoy en día?. Si lo supiera...

Hiyo-chan y Yuki-chan ya tenían un plan. Cuando llegasen a Tokyo, intentarían conseguir alguna de las novelas de Akikawa Yayoi... ¡Kyaaa!

Notas finales:

El título de esta parte ha sido muy descriptivo...

¿Dónde ha dejado a Sorata esta familia feliz? Pues con Takano y Ritsu, ahora el pobre Takano debe cuidar de dos animalitos ????

Con esto y un bizcocho llegamos al final de este conjunto de one shots, ahora mismo no tengo ganas de escribir las vacaciones de los personajes de Junjou Romantica ya que de ahí sólo me llaman la atención los terroristas y los erróneos (y de esos ya llevo fics)... Y escribir capítulos suculentos (con la ayuda del Kamasutra gay) seca bastante el cerebro, así que esto acaba aquí. Y además tengo la vista fatal... ????

Espero que os haya gustado y nos leemos en otras historias. 


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