Chanyeol y Lucas rodearon a los alumnos de la cafetería en una sola área para que no escaparan. Ni siquiera los que podían pelear lo hacían... o tal vez se cansaron de hacerlo con el tiempo.
Rosé: ¡Quien fue el idiota que se le ocurrió esta broma!
Taehyung: Muy tarde para preguntar, Rosé.- Camino hacia Jungkook, tomando su mano. Lo dejo en una de las sillas del lugar.- Quédate aquí. Serás la única excepción del castigo.- Tomo mi celular y lo vuelvo a guardar.
Jungkook: ¿Qué harás?
Taehyung: No es obvio. Jugar con mis juguetes nuevos. Sostén esto.- Le doy el ramo, dirigiéndome a los que posiblemente eran los culpables.- ¿Saben por qué no es bueno molestar a los nuevos?
Dahyun: No lo volveremos hacer, Taehyung. Déjanoslo pasar por esta vez.- Dijo la chica que me había contratado.
Taehyung: Claro que no lo van a volver hacer.- No puedo evitar reír al verla llorar.- Porque, después de lo que pasara aquí, tú y tus compañeros no tendrán ganas de querer hacerlo de nuevo.- Me dirijo a la mesa de repostería, jalando el carrito hasta dejarlo cerca de ellos. A cada uno de ellos le doy una pieza, dejándolos confundidos.- Envarárselo en la ropa a tu amiga.- Le digo sin una mísera pisca de broma.-
Dahyun: Que es lo que...
Taehyung: ¿Lo harás? O debo decirle a Baekhyun que lo haga por ti.- No dijo nada más. Agarro con fuerza el pastel de chocolate y lo unto por completo en la ropa de sirvienta de Momo.- Ahora que ella haga lo mismo contigo... ¡Quiero que todos hagan lo mismo! –Era un estúpido juego. El más leve que se me había ocurrido. Pero era solo el comienzo.- Quítense la ropa. Pueden quedarse con la interior.
Baekhyun: ¡Estas yendo demasiado lejos!
Taehyung: ¿Y ustedes no lo fueron con el chico nuevo? Saben el tipo de persona que soy y aun así lo pusieron en la boca del lobo.
Dahyun: ¡Nuestra broma fue leve! –La chica me miro con desprecio, limpiándose las lágrimas.- ¡Se lo diré a los profesores!
Taehyung: No creo que lo hagas.- Saco mi celular, mostrándole lo que había grabado. Como entre ellos se ensuciaban con la mercancía.- ¿Creen que les creerán algo que ustedes mismos hicieron?
La chica dejo de llorar, empezando a palidecer.- El audio...
Taehyung: Esto no tiene audio. ¿Muy adecuado, no? Ahora, Dahyun. ¿Vas a quitarte la ropa, o prefieres saltar por la ventana?- Empezó a temblar de miedo por mis opciones.- Recuerda que estamos en el segundo piso. Pero qué más da, una pierna o brazo roto no es nada... ¿Verdad?
Jungkook: ¡Basta! -Volteo a ver al chico que permaneció callado en todo el castigo.- Ellos ya entendieron. Está claro que no lo van a volver hacer.
Taehyung: Lo sé, Jungkook. Pero aun no me siento lleno. –Le digo con cierta pisca de adrenalina en mí.- Es por eso que quiero ir hasta el final. ¡Quítense la ropa!
Los hombres fueron los primeros en hacerlo, seguido de Rosé que tenía la cara encendida por la vergüenza mientras Dahyun también los secundo sin dejar de llorar al igual que su amiga.
Taehyung: Sáquenlos de aquí, chicos.- Mi sonrisa era imborrable cuando los dejamos fuera del aula, al igual que Jungkook.
Jungkook: No sé si agradecerte o regañarte.-Mi frente se arrugo cuando camine por los pasillos junto con él, en la que los demás se dispersaban, y los que estaban desnudos corrían a los vestidores por un cambio de ropa, llamando la atención.- Por cierto, esto es tuyo.- Me da el ramo de flores.
Taehyung: En realidad, eso es tuyo.
Taemin: Tienes razón. Y como ya pagaron por él.-La risa de Taemin nunca fue de mi agrado...-
Ruedo mis ojos y respiro con fastidio. Tomó el ramo de flores y me hincó en frente de Jungkook, haciendo que este se tornara rojo.- El demonio Taehyung está a sus órdenes, mi bello ángel Jungkook.- Fue entonces que sentí una sensación rara dentro de mí. Era una necesidad enfermiza de seguir viendo aquella bella sonrisa en su rostro.
Jungkook: Gracias, demonio Taehyung.
Desde entonces los dos, fuimos inseparables.
Jimin: ¡Cómo es posible que el haya sido tu salvador! ¡El no salva a nadie! ¡Él es un tirano dominador!
Me mantengo serio, leyendo los apuntes para nuestro próximo examen.- No hagas que nuestra tregua termine, Jimin hyung.- Le lanzo una mirada retorcida, haciéndolo retroceder de Jungkook.
Yoongi: No tan rápido. No querrás caer en tus propias trampas, Taehyung.- Lo entendía. Sabía que si me metía con Jimin nuevamente, me estaría enfrentando a alguien igual... o peor que yo. Alzo mi mano como muestra de paz y vuelvo a mi lectura.- Eso pensé.
Jungkook se acerca a mí. Abrazándome por la espalda cuando Jimin y Yoongi hyung se van.- Demonio Taehyung, tú lindo ángel quiere jugar.- Mis músculos se tensan cuando mete su lengua en mi odio, haciéndome gemir por lo bajo.
-Sonrió cuando sus manos se escurren debajo de mi uniforme.- ¿Debería de traerte flores?
Jungkook: Mejor trae condones.- Eso fue lo último que dijo antes de soltarme e irse a los dormitorios.
Cuando toco a Jungkook; cuando lo escucho gemir; cuando su espalda se arquea cuando entro en él, mi corazón duele. Pero es un dolor más dulce que el que me proporcionaba el molestar a los demás.
Jungkook: Tae... más rápido.- Cada vez que lo penetro, me aseguro se guardar todas sus expresiones en mi cabeza. Quiero recordarlo hasta el último momento.
Siento su cuerpo temblar. Estaba a punto de llegar al orgasmo, abriendo su boca sedienta y a la vez llena de mis besos. Sus manos viajan por mi espalda encajando sus uñas cuando hago mis movimientos más rápidos, haciendo que se venga y me apriete, proporcionándome placer.
Me sigo moviendo, acercando mi boca a la suya.- Te amo, Jungkook.- Él sonríe, aun teniendo los ojos cerrados.
Jungkook: Y yo te amo a ti.- Llego a mi clímax, cayendo arriba de él. Mientras me recibía en un abrazo.- Mi apuesto demonio de las flores.