La fórmula 1 era como estar en el paraíso, o en otros lugares también se podría decir que era como estar en el Valhala, un lugar santo que solo las personas que se lo merecían podían tocar. El Valhala, el lugar donde los dioses y grandes héroes descansaban en un eterno edén, ahí era en donde Thor quería pertenecer.
La madre de las carreras de automovilismo le abría los brazos gentilmente y él estaba dispuesto a ser cobijado por aquel gentil trato.
—Soy uno con el viento, soy como la luz, soy el viento, soy un caballo en carrera, soy un dios.
— ¡Thor otra vez con eso!
—Mi buen amigo Volstagg, trato de levantar el ánimo a todos aquí.
—Idioteces, mañana es el campeonato y más te vale que ganes o te mato.
—Ja.
CAPÍTULO 3: ESTA FORMA DE ACTUAR TAL VEZ PAGUE NUESTRAS CUENTAS
Loki estaba cansado, mejor era decir que estaba hostigado por la estúpida voz de Fandral quien había estado todo el día encontrándolo por cualquier pasillo del hospital. Su cara siempre estaba acompañada de aquella estúpida sonrisa que le decía que al final Loki terminaría por aceptar ir a donde ese rubio sin cerebro lo quería llevar, el ojiesmeralda pensó entonces que era mejor haber aceptado la invitación desde un inicio, así tal vez no tendría que estar soportándolo como ahora.
— ¿Vas a parar en algún momento? —pregunto ya un poco cansado.
—Solo hasta que tú digas que aceptas.
—No pienso ir si es una fiesta de orgias, sabes perfectamente como termino la última.
—Ya te dije Loki que no es ninguna fiesta de ese tipo, ¿Por quién me tomas? — pregunto un poco ofendido Fandral, pero al ver como Loki suspiraba con un gesto hastiado, termino por decir la verdad, era mejor no darle más vueltas al asunto. —Un amigo mío participa en la fórmula 1, en unos días es su carrera y quiero ir a apoyarlo.
— ¿Y lo de la fiesta?
—Bueno, después del evento siempre se da una fiesta para el ganador y todos los competidores deben de asistir.
— ¿Entonces es una fiesta normal?
—De lo más normalito que te puedas imaginar Loki.
—Ya veo…—suspiro cansado, era en verdad estresante estar con Fandral.
—Vas a ir conmigo.
—No tengo otra opción, ¿verdad?
Fandral sonrió guiñando un ojo, Loki sabía que no tenía escapatoria esta vez.
El domingo llego más rápido de lo esperado y con ello la llamada insistente del móvil de Loki que sonaba. Hubiese deseado dormir un poco más, pero ya había un compromiso que no tenía que perder si quería un poco de paz para la nueva semana que venía en el hospital.
De mala gana cogió el móvil y contesto, la voz de su amigo sonó y escucho hasta que el otro colgó. Se vistió de lo más normal para ir a ver una carrera de autos, la fiesta era en la noche y luego regresaría por el traje que ya descansaba en la cama para ser puesto luego.
Habían muchas personas reunidas, todas con gorras y lentes puestos, bebiendo agua o algún helado por el calor que hacía en esta temporada. Loki no era muy diferente de ello y sujeto bien el gorro negro que tenía en esos momentos.
—Hace mucho ruido.
—Los mejores lugares tienen ruido.
—Discrepo en eso.
—Por ejemplo una cama, una sala, la mesa de la cocina…
—Basta, una más de esas insinuaciones y me iré a casa.
—Que aguafiestas estas en la mañana, ¿es porque tienes mal despertar? ¿Porque no estas sonriendo?, en las mañanas de turno siempre sonríes.
—Porque es mi trabajo y solo sonrió a los niños.
—Yo puedo ser tu niño.
Fandral puso una mano sobre el hombro de Loki, mirándolo sonriendo. Pero lo que no espero es que este pusiera su mano encima de la suya y comenzara a caminar.
— ¿A dónde me llevas Loki?
—Al orfanato, me niego a ser tu tutor.
—Que cruel.
Los autos comenzaron a salir y dar vueltas por el estadio en forma de calentar, los gritos del público se escucharon más fuerte que antes y entonces la voz del presentador hizo callar todo bullicio. Los autos se pusieron en una fila, los motores rugían y por alguna extraña razón Loki sintió una extraña emoción.
— ¿Quién es tu amigo?
—El de allá, de rojo con amarillo.
—Hay tres con esos colores.
—El que tiene truenos.
—Ah…el que se parece al Rayo Mcqueen.
—Hmp —bufo Fandral. —Adoro tu sentido de humor.
—Entonces apoyaremos al Rayo Mcqueen.
La pistola sonó y los autos salieron a todo dar, por las pantallas se reflejaba el recorrido de la pista.
Thor sujeto más fuerte el volante, hacer cada curva resultaba incluso más difícil que la anterior. En cierto punto sintió un movimiento extraño de la parte trasera y acelero al lugar donde lo esperaban sus mecánicos.
— ¡Son las llantas de atrás!
El equipo de mecánica de Thor era dirigido por Volstagg, debían de cambiar las llantas lo más rápido que podían ya que un segundo perdido podía significar la pérdida de la carrera.
Cuando el barbón le dio la indicación, Thor aumento la velocidad. Podía ver a las personas gritar y emocionarse, como otro auto se pasó delante de él; pero esta era su carrera, este era la carrera de Thor donde ganaría la fama y el respeto de todo el mundo.
Una subida se vio adelante y es aquí donde Thor tenía que tener cuidado, estos autos eran como aviones listos para despegar y si no tenía el suficiente cuidado fácilmente podría dar vueltas en el aire y despedirse de la carrera. Vio como el auto que se adelantó volaba cayendo estrepitosamente al suelo, pero el piloto se veía vivo al menos.
— ¡Si! —grito. — ¡Si maldita sea!
Era la última curva y la adrenalina ya recorría todo su cuerpo, Thor se sintió vivo, libre y sobre todo, sentía como el mundo le pertenecía. El ruido del motor ronroneo para él y sintió como era el único que cruzo la línea de meta y tan solo por un segundo, atrás llegaron sus rivales. El resultado ya estaba decidido.
Salió del auto entre el vitoreo de las personas y el confeti que lo comenzaba a bañar; sintió los brazos de Volstagg rodearle y entre el público, casualmente vio como Fandral estaba sentado aplaudiendo. Pero lo que no esperaba era volver a ver a aquel ser que hace unos días le había robado los suspiros.
Sentado con aquella polera blanca, misteriosamente para Thor hacia que brillara entre el mar de coloridos ropajes del público; Dios, Thor había deseado volver a verlo y lo encontraba justo ahí sentado al lado de su amigo.
Los dos se pararon y comenzaron a aplaudir.
— ¿Así que se llama Thor?
—Sí, vamos Loki grita más fuerte.
El ojiverde aplaudió más fuerte y comenzó a gritar el nombre del ganador, sin duda había sido una de las mejores carreras que había visto, aunque no había observado muchas a decir verdad.
El confeti baño la pista y Thor se paró en medio del stand a recibir el premio y flores de parte del organizador.
—Tienes que venir conmigo a la fiesta de campeón.
— ¿Es obligatorio?, ya te acompañe a la carrera.
— ¡Diablos Loki! Es solo una fiesta de gala, incluso trae ese traje que de seguro ya tienes listo.
—Sabes que mañana debo dar una charla a los novatos que harán internado, ¿verdad?
—Si mami, te iras temprano a dormir.
—Idiota.
Loki se fue a su departamento para alistarse, en cambio Fandral bajo de las tribunas para ir directo a donde estaba todo el equipo de Thor quienes ya estaban celebrando con algunas cervezas.
El grito de euforia y el olor a aceite de auto le encantaron a Fandral, y por solo un segundo le gustaba la idea de dejar su trabajo y volverse un corredor de autos como su amigo.
— ¡Hey Thor! —grito desde la puerta.
— ¡Fandral cabrón!
—Felicidades amigo.
—Gracias.
Ambos hombres se abrazaron, cambiaron palabras de felicitaciones y bromas subidas de tono, ya en la noche podrían liberar un poco más de esa euforia que tenían en su cuerpo, y tal vez Thor, volvería a encontrarse con aquel hombre que le robaba un suspiro sin necesidad de decir alguna palabra.