Dos palabras: noche loca.
Tsuna odiaría el vodka desde ese día. ¿Lo peor? Tenía una reunión importante con CEDEF en esa mañana posterior a su más grande locura.
Huyó. Claro que lo hizo.
No estaba loco como para quedarse esperando a que su novio -desde hace dos meses, lindos meses hasta el día anterior-, despertara y decidiera acompañarlo.
-Nunca más.
Se dijo a sí mismo cuando ya aseado, vestido y parado en el pasillo del hotel del cual desconocía el nombre y dirección, sostuvo la maldita botella que Reborn le retó -amenazó-, para vaciar.
-Dios -de pronto enrojeció por los recuerdos borrosos que tenía de la agitada noche anterior.
Desesperado se acercó a una ventana y sonrió con sadismo. "Muere maldito licor " pensó antes de arrojar la evidencia de su desgracia lo más lejos posible. Ni le importó a quien asustó con eso.
Las horas pasaron normales. Llegó al lugar acordado. Se sentó en la mesa correspondiente en el restaurante y esperó a su... padre.
Sí. Tenía que ser él.... Y el otro también.
A Tsuna le dio un tic en la ceja derecha cuando ESAS dos personas aparecieron frente a él y tomaron lugar mientras hablaban de alguna cosa graciosa pues reían.
Sí. Reborn lo planeó. De eso estaba seguro.
Su amadísimo asesino a sueldo se coló en la reunión por simple capricho.... Y por el morbo de manosearlo bajo la mesa. Por un momento quiso clavarle una pluma en esa mano que luchaba por subir aún más por su pierna e internarse en los abismos de su lujuria.
"¿Cómo pudiste enamorarte de él?" se recriminaba Tsuna cuando apartó por quinta vez la mano que acariciaba su pierna por debajo de la mesa. Ni por más mirada amenazante que le mandara a Reborn, este no se detenía.
"Oh... cierto.... su galantería, sonrisa, ojos y firme trasero. Sí su trasero es lindo" pensaba Tsuna mientras comía su almuerzo desabrido sin prestar atención a Iemitsu.
-Papi... ¿Me pasas la sal?
Ni bien pronunció eso, su intuición saltó. Inmediatamente miró a sus acompañantes y lo supo. Estaba en problemas.
Ambos intentaron cumplir su orden. Peor que eso. Discutían con la mirada y al final..... Iemitsu exigió que Reborn se disculpara por tomar el botecito de la sal .... Tsuna palideció. ... Reborn se vengaría por haber despertado sólo en ese hotel.
-¡Tsuna! Dile a....
-Soy su no....
-¡Miren! .... Es Byakuran.
Tsuna agitó su mano y en los dos segundos en que logró distraerlos. Mandó a volar el salero. Quería evitar el tema porque obviamente Iemitsu no sabía de su relación con Reborn.
-Oh... perdón. Lo confundí.
Silencio momentáneo.... No duró porque a Reborn se le ocurrió mencionar la sal y a insinuar querer vodka.
Miradas.
Preguntas.
Recuerdos.
La imagen que a Tsuna le llegó fue una en dónde él susurraba aquella palabrita entre gemidos debido a la falta de razocinio por alcohol.
"Papi"
Enrojeció al instante mientras Iemitsu seguía pidiendo disculpas y explicaciones porque justo ahí se volvió inteligente y ató cabos.
Crueldad.
-Tu hijo adora llamarme así cuando tenemos sexo.
-¡MAMÁ ME HA DICHO QUE QUIERE VERTE! - Tsuna logró gritar eso a mitad de la frase que Reborn soltó. Jadeaba debido al esfuerzo, sudaba esperando la reacción de su padre, hasta tenía el celular en mano.
-Nana... - segundos eternos- ¿por qué no lo dijiste antes, Tsuna?
-Por suerte es estúpido -masculló Reborn antes de sonreír con malicia ante Tsuna.
-¡Decía algo, Reborn?
-Te desea buen viaje.
-Después seguiremos con esto... Ahora voy contigo Nana -canturreó el rubio.
-Suerte -Tsuna suspiró al verlo lejos. Y después miró a su pareja -. Abstinencia - dictó con enfado y antes de oír protestas, completó - la plática con Iemitsu sobre lo nuestro la daré yo, en privado, lejos de tu falta de tacto, Reborn.
Lo amaba. Pero lo odiaba en ocasiones.