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Los hijos de Odín por MichaelJ2099

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Le observó, como si el tiempo se hubiese detenido. Los rayos que recorrían su piel sin hacerle daño, los centelleantes ojos eléctricos que tenía y esa expresión de total furia. Jamás había visto a su hermano así, jamás en su vida, había visto esa reacción en él, los golpes erráticos que terminaron por salvarles la vida a ambos. Ese niño... Era un gran Dios en crecimiento.


Sintió el golpe de aire en sus pulmones y Loki estalló en una tos tras despertar. Se llevó la mano al pecho mientras era sujetado por una gracil mano.


-¿M-madre?-Susurró, pero fue su sorpresa que no, se trataba de su padre que le miraba con ternura.


-Descansa hijo... Aún estas muy débil.


Loki apenas pudo volver a la cama sin sentir dolor.


-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Y Thor?


Las preguntas pronto fueron acalladas por los dedos de su progenitor.


-Calma hijo mío... Estás en el castillo, en tu habitación. Has dormido dos días seguidos.-Explicó con calma. Mientras tomaba una jarra con agua y la servía. Pronto se la acercó a los labios de su hijo y le dio de beber con calma. Loki lo miró aún sin entender bien que era lo que sucedía. Apenas Odín puso la jarra en su lugar volvió a preguntar.


-Padre, tengo que saber dónde esta Thor.-Susurró.


Y el mencionado le contempló un poco más, Loki creyó que lo iba a regañar pero no, solo lo observó unos momentos. Temió que algo más grave que un simple desmayo le hubiese ocurrido a su hermano mayor.


Odín tomó su pequeña mano.


-Loki... Lo que pasaron tu y tu hermano... Esta en el pasado. Es mil veces más importante para nosotros su salud que el castigo que merecen en esta ocasión.


Su hijo no entendía el motivo del discurso. Estuvieron a punto de morir por evadir (otra vez) las órdenes de sus padres.


-Padre, no entiendo.-Dijo tratando de desenamarañar lo que quería decir.


Odín le sonrió con ternura mientras acariciaba su cabello.


-Hijo mío. Thor duerme en su habitación, está demasiado cansado por todo el poder que usó.


-Es decir, que eso no fue un sueño.-Susurró para sí mismo Loki.


-No fue un sueño, así es.


Loki se giró para levantarse e ir a lado de su hermano. Pero fue detenido en seco por su padre.


-Loki... Necesito que me escuches, una vez que lo hagas, podrás ir a verlo.


Y solo así fue como pudo obtener toda la atención de su hijo adoptivo. Loki permaneció quieto y le miró esperando que hablase.


-Thor... Su nombre tiene más significado del que crees... Sin embargo, él aún es muy joven e inexperto para el poder que corre por sus venas.-Explicó.


-Él aún no es capaz de poder controlarse, llegará el día en el que podrá pero ese día no es hoy. El amor que siente por ti y su interés por protegerte hizo que rompiera la barrera que detenía sus poderes. Pero...


-Aún no es momento.-Terminó la oración el ojiverdo.


Odín asintió con un cierto dejo de tristeza. Clavó la mirada en el suelo por unos segundos. Después volvió a mirar al niño en su cama. Pensó con cuidado las siguientes palabras que habría de decir.


-Te lo ruego hijo... Yo conozco tus poderes y tu talento. Sé que has avanzado de maneras inimaginables en el campo de la magia que incluso tu madre pronto se está quedando sin lecciones que darte.


El joven presintió hacia a dónde se dirigía.


-Pon un sello en los recuerdos de Thor...


Ahí estaba. La razón por la cual Odín estaba ahí mismo junto a él, lejos de los oídos de los sirvientes y guardias. Pero negó con la cabeza confundido.


-¿Por qué?


-Thor puede morir sino sabe controlarse, puede lastimar a los que estén cerca de él. Debemos permitirle crecer sin esas habilidades, hasta que obtenga la madurez y la fuerza física y mental para controlar todo aquello. Thor no es un pararrayos Loki...


Los ojos esmeraldas se abrieron en asombro.


-Su poder siempre estará sujeto a los sentimientos de tu hermano. Aún no está listo... Haz lo que te pido hijo mío.


Y Odín le tomó del hombro para besarle la frente.


-¿Por qué no puede ser madre quien lo haga?


Nuevamente su padre le explicó:


-Solo tú conoces los sucesos tal cuales ocurrió, solo tu sabes cómo ocurrió y donde están esos recuerdos. Eres el más indicado para sellar todas esas memorias.


Tras unos instantes de silencio y de mantener la mirada fija en el rostro de su padre. El joven asintió sin saber muy bien aún, como reaccionar. Pero no podía quitarse de la cabeza que era responsable de lo sucedido con su hermano. Si el fuese un poco más fuerte y valiente, nada de esto hubiese pasado. Así que internamente se llamó así mismo, y se dijo


Vuélvete más fuerte Loki... Toma el poder que necesitas, para jamás provocar otro desastre. Vuélvete fuerte para protegerlo...


Y abrió sus ojos con las lágrimas a punto de correr por sus mejillas. Se secó rápidamente y miró a su padre.


-Llévame con él.


Sin decir más, con cuidado y amor paternal Odín tomó en brazos al joven convaleciente. Salió de la habitación y caminó. Loki, aún cansado podía ver las imágenes difuminadas de los criados que iban de un lado a otro, de las relucientes armaduras de los guardias. De los sollozos de su madre en la habitación contigua a la Thor. Porque sabía que ahora mismo Odín llevaba en brazos al niño que habría de tomar una decisión demasiado fuerte para su edad.


¿Por qué padre?


¿Por qué debo ser yo quien haga esto?


Es que acaso, ¿importa más el poderío? ¿Y si tu educases a tu hijo para que controlase esos poderes que tanto temes? ¿Le temes a tu propia sangre?


Del mismo modo, ese funesto viaje de su habitación a la de su hermano plantaría la primera semilla que Loki guardaría en contra de su padre. Fue esa, la primera decisión no compartida que tenía con él. Su primer conflicto entre su relación, apenas comenzaba.


Hacerlo por él, hacerlo por Thor o hacerlo por Odín.


Con los pensamientos volando no pudo prever cuando ya se encontraba a escasos metros de la cama de su hermano. Sin embargo, está estaba vacía. Buscándolo con la mirada, notó que Thor descansaba dentro de una tina de agua tibia, con hierbas de extraños olores que corrían por su cuerpo.


-Está bajo un sueño que le hemos inducido. No hay manera de que despierte ahora, es momento de que lo hagas, hijo.


¿Cómo podía un padre pedirle eso?


Conflictuado, sintiéndose un traidor por decir eso contra su padre, pero a la vez, culpable por el estado de Thor. Se posó a un lado de la tina. Odín salió de la habitación no sin antes dedicarle una mirada a sus hijos. ¿Se estaba equivocando?


Tal vez sí, pero ese no era el momento para pagar por los daños que le haría a ambos. Así que con una nube oscura sobre su mente, salió.


Loki miró el rostro sin emoción de su hermano.


-Perdóname.-Le susurró.


Y las lágrimas no pudieron contenerse más.


-Es por esta debilidad que te he metido en estos líos, hermano. Perdóname.


Se secó las lágrimas. Y tragó saliva ruidosamente. No tenía más tiempo que perder, no quería seguir sintiéndose así. Acabaría pronto con esto. Colocó su palma sobre la frente del rubio y como si un hoyo negro se abriese, entró a los sucesos que habían acontecido días atrás.


De nuevo el terrible invierno que arraciaba contra ellos, su hermano peleando contra una jauría de lobos con tal de protegerlo. Mientras él seguía tumbado en el suelo sin poder hacer nada.


-Nunca más... nunca más lloraré.-Se dijo. Con voz alta sin abrir sus ojos para no romper la conexión. En esos recuerdos, lejano de poder cambiar los hechos del pasado, Loki extendió su mano y un halo de luz verde brilló por encima de esos recuerdos dolorosos.


-Mi hermano, hoy decreto, hasta que no estés listo... Hasta que no te encuentres en un momento crucial, cuando hayas obtenido la madurez y la fuerza necesaria... Podrás volver a ser el dueño de las tormentas y de las nubes. Mi amado hermano, descansa tu poder... Hasta que encuentres algo que quieras proteger, tanto...


Sollozó.


-Hasta que encuentres algo que quieras proteger... Tanto como a mí...


Y la luz inundó la habitación, incluso a lo lejos del palacio se vio una fulminante verdosidad lumínica que provenía. Por unos segundos. Loki soltó las últimas lágrimas que se prometió y una vez acabado el conjuro retiró su mano de la frente de su hermano y el cayó al suelo de nuevo exhausto. Con la respiración entrecortada y prominente le miró por encima del agua, dormitando.


-Perdóname de nuevo. Siempre perdóname Thor, no te meteré esa idea en tu cabeza, pero siempre perdóname.


Y con el poco poder que tenía se acercó a él sobre la tina y le tomó del mentón.


-Gracias... Por cuidar de mí.-Susurró mientras miraba de cerca sus facciones infantiles que poco a poco se transformaban en las de un hombre maduro. Con el temor de cometer un error a causa de su padre, no lo pensó más...


Y lo besó.


Le besó como nunca antes lo había hecho y como tal vez nunca más lo volvería a hacer. Sus labios contra los de su hermano esperando que sus deseos trascendiesen los mares y cielos. Para que siempre se cumpliesen. Rogando por que ahora y siempre, el corazón de Thor no hubiese espacio para nadie más que para él.


Ámame, a través de la vida y la muerte. Hermano.


Loki cayó rendido por el cansancio y por varios momentos, nadie supo que un hermoso sueño y deseo se había forjado en el corazón aturdido del príncipe menor. Esto era el comienzo de su relación tan extraña con su hermano. Culparía a su padre por siempre y pediría a todos los dioses que el día que Thor libere su poder, vaya hacia él, hacia su hermano menor.


¿Quién lo hubiese pensado? Así fue. El Dios de las travesuras, jamás obligó a su hermano a nada en ese juramento, solo esperó con fe a que se cumpliera. Y así fue.




-Dime hermano... ¿De qué se supone que eres dios?-Masculló Hela mientras retenía al hombre contra el balcón del castillo. El terrible Ragnarok que comenzaba en su tierra estaba llegando a sus inicios.


Y Thor, solo pudo pensar en su padre en esos momentos. No lo recordaba, no recordaba la noche gélida de los lobos, del llanto de Loki. Pero si sentía esa pesadez en su corazón, la furia que le embargaba cuando sentía las uñas de Hela encajándose en su cuerpo. Lo presentía como nada, sabía que había algo ahí guardado. Una semilla que había germinado unas raíces tan enredadas pero que lo llevaban a un sentimiento de añoranza.


-¿Acaso eres Thor, el dios de los martillos?


Odín lo sabía, sabía que finalmente era el momento de liberar el poder de su hijo. Aún después de su muerte Loki creyó escuchar en ese momento:


Gracias hijo mio.


Y mientras luchaba contra las horribles bestias sobre el Byfrost, miró a lo lejos donde su hermano se encontraba peleando.


Hasta que encuentres algo que quieras proteger más... Más que a mí mismo.


No pudo advertir lo que iba a pasar. Ese recuerdo se destapó como un riachuelo que se abre camino, el agua que recorrió su mente y su corazón le decían que algo más había ahí, que era ahora el momento de recordarlo. Era el momento de ser el Dios del trueno.


Es por ello que en cuanto aquél poderoso rayo cayó. Loki sonrió. Supo que su sello se había roto. Que ahora podía sentirse más aliviado con su hermano, que había saldado una deuda con su padre y que este le había agradecido por el favor del pasado que tanto le costo poder procesar. Sonrió. Porque entonces Thor recordaba lo que hizo por salvar a su hermano, lo que hace cientos de años ocurrió cuando eran niños.


Ahora ven a mí.


Y volvió a sonreír cuando le vio volar hasta el Byfrost, abrirse camino entre los enemigos y llegar hasta Loki. Tal vez nadie lo notó, nadie lo supo. Pero por instantes, Thor y Loki se miraron y se miraron de la misma manera en la que aquél día salieron a jugar con su trineo.


-He regresado, hermano.-Le dijo con su voz gutural y Loki le sonrió sinceramente.


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